http://www.lanacion.com.ve/opinion/una-politica-exterior-sin-rumbo/
Tomado de:
1 diciembre, 2013 | 12:00 AM
La reciente noticia, reseñada por El Universal, en la cual se
resalta el total respaldo que el Brasil le da a Guyana en el problema del
Esequibo, no debería sorprender a los venezolanos. Es la lógica consecuencia de
los inmensos errores cometidos por Hugo Chávez, y que por lo visto no
serán rectificados por Nicolás Maduro, en el diseño y ejecución de nuestra
política exterior durante su gobierno. Lo primero que hizo fue cuestionar los
tradicionales principios que, a través de cuarenta años, habían orientado
nuestras relaciones internacionales. Esos principios habían fortalecido una
política de Estado que no solo le había dado respetabilidad a Venezuela en el
contexto de las naciones, sino que había logrado defender con firmeza nuestra
soberanía territorial y ser factor fundamental en el fortalecimiento de la
integración latinoamericano y de la democracia.
Uno de los errores imperdonables del régimen chavista fue
romper los equilibrios geopolíticos que Venezuela había construido celosamente
en el continente americano. De manera inexplicable, Hugo Chávez se empecinó en
destruir el Grupo de los Tres, un tratado de libre comercio entre México,
Colombia y Venezuela, y la Comunidad Andina de Naciones, una organización
subregional constituida por Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, la cual
había evolucionado desde una Unión Aduanera, a un Mercado Común, con el
objetico de consolidar una alianza estratégica con el Brasil mediante el
ingreso de Venezuela a Mercosur y la apertura de nuestra economía. Esta
equivocada visión, ha empezado a dar sus dolorosos resultados. La política
exterior del Brasil se diseña a largo plazo y se ejecuta de manera
independiente de los gobiernos de turno.
Desconocer por ignorancia, como lo hizo Hugo Chávez, los
elementos fundamentales de la política exterior brasileña es un crimen con
visos de traición a la Patria. Desde la década del sesenta del siglo
pasado Itamaraty diseño su política exterior tomando en cuenta una visión
geopolítica conocida como “los círculos concéntricos”, según la cual la América
del Sur se constituye en una zona de influencia directa del Brasil. El general
Golbery do Couto e Silva. en su libro la “Geopolítica da Brasil”, claramente
especificó que “la meseta Central de Brasil, donde está ubicada su capital,
trae inscrito en sí mismo un destino imperial manifiesto y hegemónico”. Esta
tesis fue complementada con la teoría del subimperialismo, que buscaba
justificar el expansionismo brasileño, como consecuencia de una delegación,
consciente o no, de los Estados Unidos.
Justamente, en ese libro ese mismo general fue el que
estableció como prioritaria la necesidad geopolítica que tiene Brasil de
garantizarse una salida al Atlántico a través de Venezuela o del territorio
Esequibo. Esa es la razón por la cual no debe extrañarnos la noticia de que
Brasil respalda a Guyana en sus aspiraciones de soberanía sobre el territorio
en reclamación. Esa siempre ha sido su posición y debe servirnos de
experiencia. Cualquier política que se diseñe en el futuro con el Brasil debe
partir de un lógico reconocimiento a su natural liderazgo en la región. Es
imposible desconocer lo que significa su inmenso territorio, su numerosa
población, su inmensa capacidad económica y su indiscutible poderío militar,
pero esas mismas razones deben conducir a Venezuela a reestructurar los
equilibrios geopolíticos necesarios.
Esa era la inmensa importancia que tenía los
equilibrios geopolíticos creados por los gobiernos democráticos. El
Grupo de los Tres y la Comunidad Andina de Naciones le daban a Venezuela una
fortaleza particular para poder establecer unas cordiales relaciones con
Brasil. El otro error inmenso fue transformar, sin ninguna razón realmente
válida, a los Estados Unidos en el enemigo estratégico de nuestro país.
Ese era un factor a considerar en las siempre difíciles relaciones con
Colombia. Sus gobiernos lograron mantener en el tiempo una alianza política con
el imperio norteamericano. Venezuela, necesitada de la neutralidad de los
Estados Unidos en ese posible conflicto, ofrecía con firmeza ser garantía
segura de suministro petrolero para Occidente. Ahora, en estos tiempos
revolucionarios, no tenemos ni siquiera repuestos para nuestros F-16…
fochoaantich@gmail.com
@FOchoaAntich
2005 La Guayana Esequiba – Zona en Reclamación. Instituto Geográfico
Simón Bolívar Primera Edición
Nota del editor del blog: Al referenciarse a la República
Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de
territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de
Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de
febrero de 1966.
Territorios estos sobre los
cuales el Gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se
reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota
del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana:
“...por lo tanto, Venezuela
reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen
derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se
reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se
encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de
Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento
hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa que
señala el Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar
Territorial mediante
el Decreto Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968
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