jueves, 31 de julio de 2008
¿Hemos perdido el territorio de La Guayana Esequiba?
Tomado de Noticiero Digital del 20 de Julio del 2008
Que paso con ese territorio, que aún en el 2008 no hay respuesta alguna sobre el reclamo hecho al país vecino de Guyana. Porque he visto que algunos mapas actualizados ya cortan esa parte de nuestro pais... Entonces:
¿Perdimos por completo esa zona?
Inversión de 43 millones requiere carretera de Anacoco
Tomado del El Diario de Guayana del 30 de Julio de 2008
La carretera que une la troncal 10 con la zona en Reclamación, cubriendo la isla de Anacoco, San Martín de Turumbang y demás, un trayecto de 58 kilómetros, ...
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Continúan trabajos de mantenimiento de vía de Anacoco
Tomado del El Diario de Guayana del 29 Julio de 2008
Aunque lentos, se encuentran en marcha los trabajos de reparación de la carretera de la isla de Anacoco, San Martín de Turumban y otras comunidades vecinas. ...
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Venezuela recibe apoyo de Países No Alineados
Tomado de Patrimonio Natural y Cultural de China del 30 de Julio de 2008
CARACAS, 30 jul (Xinhua) -- Los ministros de Relaciones Exteriores de 118 países del Movimiento No Alineados (MNOAL) dieron hoy su apoyo al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, por la posición que mantiene frente al gobierno de Estados Unidos.
La cancillería venezolana dijo este miércoles a la prensa que cancilleres de 118 naciones, reunidos hoy en la ciudad de Teherán, capital de la república islámica de Irán, ofrecieron tal apoyo en la clausura de la XV Conferencia del MNOAL.
El grupo ratificó su respaldo a lo expresado en el 2006 durante la XIV Cumbre de Jefes de Estados y de Gobierno del Movimiento realizada en la Habana, Cuba.
El canciller Nicolás Maduro encabezó la misión venezolana que durante cuatro días debatió las futuras acciones y estrategias del MNOAL, una agrupación de Estados que surgió a principios de septiembre de 1961 a raíz de la llamada Guerra Fría.
Ante el enfrentamiento indirecto entre Estados Unidos y la desaparecida Unión Soviética, la finalidad del grupo era conservar su posición neutral y no aliarse a ninguna de las dos superpotencias.
La organización procura un orden justo y equitativo, fundado en la multilateralidad como respuesta para enfrentar las amenazas hegemónicas.
Durante el encuentro en Teherán se dio respuesta a Europa, en rechazo a la Directiva de Retorno, por considerar que constituye una violación de los Derechos Humanos.
Además, establecieron prioridades para buscar acciones inmediatas y efectivas para garantizar la seguridad alimentaria de los pueblos.
También, el movimiento expresó preocupación por las políticas agresivas de la administración de Estados Unidos contra Venezuela, y manifestaron el derecho del pueblo venezolano a determinar su forma de gobierno y elegir su sistema económico.
El grupo vio también con satisfacción los esfuerzos de Venezuela y Guyana por el mantenimiento de las buenas relaciones y abriga la esperanza por un arreglo pacífico en la reclamación que mantiene Venezuela sobre el territorio de la Guayana Esequiba.
La Guayana Esequiba (también conocida como Territorio Esequibo o Zona en Reclamación) es el nombre del territorio del macizo Guayanés comprendido entre el río Cuyuni y el río Esequibo.
La zona tiene una extensión territorial de 159.500 kilómetros cuadrados que la República Cooperativa de Guyana ha incorporado dentro de sus fronteras.
Venezuela reclama su soberanía a nivel internacional por medio del Acuerdo de Ginebra firmado el 17 de febrero de 1966
miércoles, 30 de julio de 2008
La lucha decisiva de los pueblos indígenas de Brasil. Por: Raposa Serra Do Sol
Tomado del diariocolatino.com del 28 de Julio de 2008
La lucha decisiva de los pueblos indígenas de Brasil
Una decisión judicial tiene en vilo a toda la población indígena de Brasil. Si se permite a seis latifundistas permanecer en la tierra indígena de Raposa Serra do Sol, todas las tierras demarcadas hasta el momento podrán ser ambicionadas por el agronegocio. Dos modelos de desarrollo –el de los pueblos indígenas y el de las grandes corporaciones- luchan por ganar una crucial batalla jurídica cuyo desenlace se conocerá el próximo mes de agosto.
Raposa Serra do Sol -situada en la Amazonia brasileña al nordeste del Estado de Roraima, en la frontera con Venezuela y Guyana - es una tierra de agua y abundancia, demarcada y homologada por el Gobierno de Lula en 2005. Allí viven más de 19.000 indígenas de los pueblos Macuxi, Wapixana, Taurepang, Patamona e Ingarikó. El pasado mes de abril, el presidente Lula envió a la Policía Federal a expulsar a los arroceros que invadían las tierras indígenas. Los latifundistas respondieron con violencia. Diez indígenas fueron heridos. “Comenzaron a dispararnos, tiraron bombas y empezamos a retroceder. Fui herido en la pierna, en la espalda y también en la cabeza”, nos comenta un joven macuxí. Santinha Da Silva estaba también con sus tres hijos el día de la agresión. “No voy a decir que no tengo miedo –afirma-. Tengo miedo, pero voy a enfrentarlos. Si ellos quieren matarme, que me quiten la vida, pero dejando la tierra para mis hijos”.
Días después de las agresiones, una decisión de la justicia brasileña provocó el estupor en las organizaciones indígenas. El Superior Tribunal Federal no sólo decidió cancelar la operación policial del presidente Lula para expulsar a los latifundistas, sino que admitió un recurso que, de prosperar, permitirá a los arroceros continuar en tierra indígena, creando un peligroso precedente. “Estarán en riesgo, no sólo Raposa Serra do Sol, sino todas las reservas indígenas del país”, afirma Rosane Lacerda, profesora de derecho de la Universidad de Brasilia. La abogada considera que Raposa Serra do Sol “es uno de los casos ejemplares de violación de la Constitución brasileña” que reconoce el derecho de pose y usufructo de los indígenas sobre sus tierras.
Invasión y esclavitud
Son muchos años de ver agresiones y abusos en Raposa Serra do Sol. El tuxaua (jefe indígena) de la aldea de Uiramutá, Orlando Pérez Da Silva, confirma con su relato de vida la trágica historia. “Llegaron los no indios e invadieron nuestras tierras. Empezaron a contratarnos en sus fazendas. Cuando un indio reclamaba su salario, le daban una paliza y lo echaban. Y así fueron usando a los indios. En esa época yo tenía 8 años. Mi padre bebía mucho y un día llegó un garimpeiro (buscador de oro) y le dijo que precisaba de uno o dos niños que ayudaran a su mujer. El garimpeiro le dio a mi padre aceite, sal y algunos utensilios. Y yo fui vendido”. Orlando Pérez Da Silva pasó seis años como esclavo en el garimpo. “Perdí mi idioma y cuando volví a mi comunidad no tenía nada”, afirma Orlando. “Después volví a trabajar con mi padre en el campo y pude ser más consciente de toda esa situación que causaba tanto sufrimiento: vivíamos totalmente esclavizados. Para comprar una hamaca teníamos que trabajar un mes entero…”
El abuelo y el bisabuelo de Orlando fueron testigos de cómo el general Rondón, ya en 1917, demarcó la tierra indígena de Raposa Serra do Sol. “Rondón llegó a San Marcos y pidió que le acompañaran los líderes indígenas, porque ellos conocían los límites de su tierra”, cuenta el tuxaua Orlando. De esa época queda una placa de hierro en la Comunidad do Barro donde puede leerse: “Tierras reservadas para domicilio y aprovechamiento de los indios. Ley Estatal 941” Un indígena nos la muestra con orgullo y un grupo de mujeres nos rodea señalando la placa como evidencia de casi cien años de incumplimiento de la ley.
Marcados igual que el ganado
Una de las personas que mejor conoce la historia de los pueblos indígenas de Roraima es el Padre diocesano de Boa Vista, Vanthuy Neto. Nos enseña fotografías antiguas de los indios que vivían a principios de siglo en Raposa. Muchos de esos pueblos ya no existen: fueron extinguidos. Vanthuy nos cuenta las sucesivas invasiones que durante cinco siglos han sufrido los pueblos indígenas: conquistadores portugueses, ganaderos, garimpeiros y, por último, latifundistas del agronegocio. “Los portugueses –comenta Vanthuy- ya pensaban que la manera de controlar a los indios era crearles necesidades con productos que no tuvieran en sus tierras” El alcohol fue uno de esos productos que causó fuertes trastornos en las comunidades. “Los ganaderos –continúa Vanthuy- llegaron a marcar a los indios igual que marcaban a las reses, como si fuesen de su propiedad”. Después, los garimpeiros incrementaron el clima de violencia, trajeron enfermedades y causaron graves daños al medio ambiente.
Guerra declarada contra los indígenas
Sin embargo, la llegada de los latifundistas es más reciente. En 1992 se detectan por primera vez por satélite las plantaciones de arroz en Raposa Serra do Sol; eran 2.111 hectáreas ocupadas. En 2005, ya eran más de 14.000: en sólo trece años crecieron siete veces. Aunque produjeron graves daños ambientales, como la deforestación y el envenenamiento de los ríos con agrotóxicos, el Gobierno del Estado de Roraima premió a los arroceros con la exención de impuestos. Sin embargo, ninguno de ellos ha pagado las multas por deterioro ambiental impuestas por el IBAMA (Instituto Brasileño de Medio Ambiente) y tampoco hay nadie en prisión por las agresiones a los indígenas. “Ya fueron presas algunas de esas personas, pero por periodos muy cortos, ya que disponen de recursos, de capital y de mucha influencia política que consigue revertir los procesos o convertirlos en disputas jurídicas interminables”, afirma Paulo Santille, Coordinador de Identificación y delimitación de las Tierras Indígenas de la FUNAI. Los indígenas de Raposa están acostumbrados a que la justicia tenga una doble vara de medir. Mientras los arroceros agreden con impunidad, ellos son multados con 100.000 reales (63.000 dólares) por cortar los caminos en señal de protesta. “Existe justicia, aquí en nuestra tierra, para las personas que tienen dinero, que la pueden comprar, mientras nosotros somos olvidados”, afirma un joven indígena de la aldea Dez Irmaos.
Rosane Lacerda, profesora de derecho de la Universidad de Brasilia, asegura que “existe un intenso proceso de criminalización del movimiento indígena” Para la abogada se puede hablar de “una guerra declarada contra los pueblos indígenas por parte de los sectores que tienen intereses económicos en sus tierras”.
“El problema es de quien defiende la vida”
Davi Kopenawa, el líder del pueblo yanomami es consciente de la importancia que la decisión judicial tendrá para todos los indígenas “Si nosotros perdemos esta pelea, se derramará mucha sangre en nuestra CONTACT _Con-3E08852793 \c \s \l tierra”. Los yanomami, también habitantes del Estado de Roraima, sufren aún la invasión de 600 garimpeiros y empresas mineradoras, a pesar de que su tierra fue demarcada en 1992. Su mayor problema son las enfermedades traídas por los hombres blancos que diezman a su población. En los años 80 murió un 20% de la población yanomami.
Oro Kayapó, jefe de la aldea Mocaracó -donde viven 400 indios Kayapó- nos cuenta en Brasilia, frente a la sede de la FUNAI, que si los parientes de Raposa Serra do Sol necesitan ayuda, irán allí todos a luchar para impedir que se sigan produciendo agresiones contra los indígenas. Oro ha venido a Brasilia con parte de su comunidad. También tienen graves problemas de salud y necesitan más apoyo educativo por parte de las instituciones brasileñas. Una de las organizaciones que se dedica a coordinar la lucha indígena es la Comisión de Organizaciones Indígenas de la Amazonia Brasileña (COIAB), presidida por el indio Sateré–Maué, Gecinaldo Barbosa. Lo entrevistamos en Manaos, frente a las aguas del Río Negro. Para Barbosa el problema trasciende las fronteras de Brasil. “Amazonia es de Brasil, pero el problema es del mundo entero; el problema es de quien defiende la vida”.
La soja, primera causa de deforestación
La presión sobre las tierras indígenas del agronegocio se ha intensificado a partir de la “revolución de los biocombustibles” y de la necesidad de producir piensos para alimentar la cabaña ganadera mundial y dar respuesta a la creciente demanda de carne. Según cálculos de Greenpeace, desde la llegada al poder del Presidente Lula da Silva en enero de 2003, se han destruido casi 70.000 km2 de selva amazónica. La organización ecologista señala a las plantaciones de soja como primera causa de deforestación. Tres multinacionales estadounidenses –Archer Daniels Midland (ADM), Bunge y Cargill – controlan el 60% de las exportaciones de soja procedente de Brasil. Para Gecinaldo Barbosa, “la Ministra de Medio Ambiente – que dimitió el pasado mes de mayo- fue sacrificada por el agronegocio. Ese poder está ganando fuerzas y está cercando al Presidente Lula”, y añade “en nombre del progreso se está destruyendo Amazonia”.
El único país con nombre de árbol extinguido
Beto Ricardo, coordinador del Instituto Socio Ambiental de Brasil (ISA), considera al gobierno de Lula como un “gobierno desarrollista” inmerso en un clima de “cierta euforia económica”. “La presión sobre los indígenas es múltiple –afirma-. No sólo por parte del agronegocio, sino también por obras públicas como carreteras, hidroeléctricas, diques…” Beto Ricardo cuenta cómo en el Parque del Xingú se está viviendo lo que se denomina “el abrazo de la muerte” por causa del agronegocio. “Creado en 1960, este Parque cuenta con tres millones de hectáreas donde viven quince pueblos indígenas. Es un paraíso -dice Beto Ricardo- pero las nacientes del Río Xingú están fuera del Parque y en los últimos diez años el agronegocio ha cortado todas las selvas que rodeaban esas nacientes”. Para el coordinador del ISA “las tierras indígenas no sobrevivirán si no hay un reordenamiento ecológico y económico del país y de Amazonia”. Como metáfora de lo que sucede, afirma que “Brasil es el único país con nombre de un árbol extinguido”. Beto Ricardo se refiere al pau brasil. En el siglo XVI los colonizadores portugueses comenzaron a exportar la madera roja de este árbol de la que se extraía una tinta muy apreciada por la aristocracia europea. El árbol se extinguió por completo.
La última frontera agrícola
Para Nilva Barauna, Superintendente del IBAMA en Roraima, Raposa Serra do Sol constituye “la última frontera agrícola” ambicionada por el agronegocio. Además de las agresiones hacia los indígenas, Barauna destaca las consecuencias ambientales. “En Raposa Serra do Sol vamos a tener una modificación importante del paisaje, de los recursos hídricos, de la fauna y de la flora debido a las plantaciones de arroz”. Gercimar Moraes Malheiro, indio macuxí y coordinador en Boa Vista del Proyecto de Protección de las Poblaciones y Tierras Indígenas de Amazonia (PPTAL), confirma el daño ambiental: “Todo el veneno, todos los residuos de la pulverización del arroz, son vertidos en los ríos”. Una de las marcas de arroz que vende el latifundista Paulo César Quartiero, “Arroz Acostumado”, lleva impreso en la bolsa en grandes letras “Arroz limpio”.
A pesar de las agresiones y de los informes del IBAMA sobre el impacto ambiental, la inmensa mayoría de la población no indígena del Estado de Roraima apoya la permanencia de los arroceros, ya que “aportan riqueza y empleo”, y considera a los indios un impedimento para el desarrollo de la región. Tienen miedo a que haya una crisis económica si los arroceros son expulsados. Para la superintendente del IBAMA, el bienestar que para la población ofrecen las plantaciones de arroz es mínimo, ya que “la mayoría del trabajo es mecanizado” –no crea puestos de trabajo-, no pagan impuestos y los beneficios se concentran en pocas manos. Líderes indígenas señalan como causantes de la desinformación de la población de Roraima a los medios de comunicación locales. La abogada Rosane Lacerda confirma que ciertos sectores mediáticos “están haciendo una difusión sistemática de argumentos contrarios a los derechos indígenas”. Y el tuxaua de Cajú, Severino Oliveira, cree que “los medios de comunicación dan una imagen del indio tonto y perezoso, aunque los indios hoy seamos médicos, abogados, técnicos agrícolas, dentistas y estudiemos en la universidad”
El dilema de la interculturalidad
La capacitación y el desarrollo llevados a cabo en Raposa Serra do Sol contrasta con los tópicos que aún prevalecen sobre las poblaciones indígenas. En Raposa Serra do Sol actúan 250 profesores indígenas en 116 escuelas, y más de 400 agentes indígenas de salud. Tienen 62 laboratorios y 187 puestos sanitarios. Algunas personas entrevistadas en Boa Vista piensan que los indios que llevan ropa o usan Internet están perdiendo su identidad. El tuxaua Severino Oliveira replica: “A veces me dicen que si llevo ropa dejo de ser indio. Yo me pregunto qué harían conmigo en la ciudad si apareciera desnudo por la calle…” Santinha Da Silva también responde con rotundidad: “¿si usted se pone un collar indígena deja de ser blanca?” La mayoría de los indios ven con buenos ojos la interculturalidad, “siempre que la cultura indígena se mantenga viva” y dicen que “la educación es lo mejor que el hombre blanco trajo a los indígenas”.
“Nunca murió un indio de hambre”
Los indígenas de Raposa Serra do Sol han desarrollado una economía de autoabastecimiento. Cultivan maíz, frijol, plátano, mandioca…, poseen 35.000 cabezas de ganado, y compaginan la “medicina de los blancos” con la medicina tradicional indígena, fundamentada en las plantas medicinales. Santinha Da Silva nos cuenta que “hay gente que dice que cuando los arroceros se marchen, los indígenas morirán de hambre. Ustedes lo están viendo (señalando varias reses). Nunca murió aquí un indio de hambre”. Orlando, el tuxaua de Uiramutá, comenta: “Sabemos plantar, sabemos criar y con mucho cuidado. Sabemos también preservar la naturaleza. La tierra para nosotros es nuestra madre. Hay gente que dice: ah, ustedes no tienen capacidad. Tenemos capacidad…y de sobra”
La propuesta indígena
En Brasil hay 604 tierras indígenas, habitadas por 215 pueblos distintos que hablan 180 idiomas e innumerables dialectos. En ellas viven 600.000 indígenas. En su cosmogonía no existen las fronteras, ni la burocracia, ni la pertenencia de la tierra a ninguna persona. Ahora luchan por adaptarse a la nueva realidad para poder defender su tierra y su modelo de desarrollo, pero sin perder su identidad. Piensan que tienen mucho que aportar en un momento que la naturaleza se “está rebelando contra el mundo” Gecinaldo Barbosa asegura: “vamos a resistir hasta el final de nuestras vidas. Como pueblos indígenas vamos a defender la naturaleza porque tenemos esa concepción de la vida, esa cosmogonía del mundo para el futuro de la humanidad”.
Campaña de movilización
La ONG Pueblos Hermanos y la empresa audiovisual CIPÓ HYPERLINK “http://www.cipocompany.com” www.cipocompany.com han lanzado una campaña de concientización sobre la vulnerabilidad de los pueblos indígenas. En septiembre presentarán un documental rodado en Raposa Serra do Sol. Desde HYPERLINK “http://www.puebloshermanos.org.es” www.puebloshermanos.org.es pueden enviarse mensajes de apoyo a las comunidades indígenas y cartas al Superior Tribunal Federal de Brasil solicitando la expulsión de los latifundistas.
Marta Caravantes Redondo
Nota del Editor del blog: Al referenciarse a Guyana se debe de tener en cuenta los 159.500 Km2 al oeste del río Esequibo sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.
La lucha decisiva de los pueblos indígenas de Brasil
Una decisión judicial tiene en vilo a toda la población indígena de Brasil. Si se permite a seis latifundistas permanecer en la tierra indígena de Raposa Serra do Sol, todas las tierras demarcadas hasta el momento podrán ser ambicionadas por el agronegocio. Dos modelos de desarrollo –el de los pueblos indígenas y el de las grandes corporaciones- luchan por ganar una crucial batalla jurídica cuyo desenlace se conocerá el próximo mes de agosto.
Raposa Serra do Sol -situada en la Amazonia brasileña al nordeste del Estado de Roraima, en la frontera con Venezuela y Guyana - es una tierra de agua y abundancia, demarcada y homologada por el Gobierno de Lula en 2005. Allí viven más de 19.000 indígenas de los pueblos Macuxi, Wapixana, Taurepang, Patamona e Ingarikó. El pasado mes de abril, el presidente Lula envió a la Policía Federal a expulsar a los arroceros que invadían las tierras indígenas. Los latifundistas respondieron con violencia. Diez indígenas fueron heridos. “Comenzaron a dispararnos, tiraron bombas y empezamos a retroceder. Fui herido en la pierna, en la espalda y también en la cabeza”, nos comenta un joven macuxí. Santinha Da Silva estaba también con sus tres hijos el día de la agresión. “No voy a decir que no tengo miedo –afirma-. Tengo miedo, pero voy a enfrentarlos. Si ellos quieren matarme, que me quiten la vida, pero dejando la tierra para mis hijos”.
Días después de las agresiones, una decisión de la justicia brasileña provocó el estupor en las organizaciones indígenas. El Superior Tribunal Federal no sólo decidió cancelar la operación policial del presidente Lula para expulsar a los latifundistas, sino que admitió un recurso que, de prosperar, permitirá a los arroceros continuar en tierra indígena, creando un peligroso precedente. “Estarán en riesgo, no sólo Raposa Serra do Sol, sino todas las reservas indígenas del país”, afirma Rosane Lacerda, profesora de derecho de la Universidad de Brasilia. La abogada considera que Raposa Serra do Sol “es uno de los casos ejemplares de violación de la Constitución brasileña” que reconoce el derecho de pose y usufructo de los indígenas sobre sus tierras.
Invasión y esclavitud
Son muchos años de ver agresiones y abusos en Raposa Serra do Sol. El tuxaua (jefe indígena) de la aldea de Uiramutá, Orlando Pérez Da Silva, confirma con su relato de vida la trágica historia. “Llegaron los no indios e invadieron nuestras tierras. Empezaron a contratarnos en sus fazendas. Cuando un indio reclamaba su salario, le daban una paliza y lo echaban. Y así fueron usando a los indios. En esa época yo tenía 8 años. Mi padre bebía mucho y un día llegó un garimpeiro (buscador de oro) y le dijo que precisaba de uno o dos niños que ayudaran a su mujer. El garimpeiro le dio a mi padre aceite, sal y algunos utensilios. Y yo fui vendido”. Orlando Pérez Da Silva pasó seis años como esclavo en el garimpo. “Perdí mi idioma y cuando volví a mi comunidad no tenía nada”, afirma Orlando. “Después volví a trabajar con mi padre en el campo y pude ser más consciente de toda esa situación que causaba tanto sufrimiento: vivíamos totalmente esclavizados. Para comprar una hamaca teníamos que trabajar un mes entero…”
El abuelo y el bisabuelo de Orlando fueron testigos de cómo el general Rondón, ya en 1917, demarcó la tierra indígena de Raposa Serra do Sol. “Rondón llegó a San Marcos y pidió que le acompañaran los líderes indígenas, porque ellos conocían los límites de su tierra”, cuenta el tuxaua Orlando. De esa época queda una placa de hierro en la Comunidad do Barro donde puede leerse: “Tierras reservadas para domicilio y aprovechamiento de los indios. Ley Estatal 941” Un indígena nos la muestra con orgullo y un grupo de mujeres nos rodea señalando la placa como evidencia de casi cien años de incumplimiento de la ley.
Marcados igual que el ganado
Una de las personas que mejor conoce la historia de los pueblos indígenas de Roraima es el Padre diocesano de Boa Vista, Vanthuy Neto. Nos enseña fotografías antiguas de los indios que vivían a principios de siglo en Raposa. Muchos de esos pueblos ya no existen: fueron extinguidos. Vanthuy nos cuenta las sucesivas invasiones que durante cinco siglos han sufrido los pueblos indígenas: conquistadores portugueses, ganaderos, garimpeiros y, por último, latifundistas del agronegocio. “Los portugueses –comenta Vanthuy- ya pensaban que la manera de controlar a los indios era crearles necesidades con productos que no tuvieran en sus tierras” El alcohol fue uno de esos productos que causó fuertes trastornos en las comunidades. “Los ganaderos –continúa Vanthuy- llegaron a marcar a los indios igual que marcaban a las reses, como si fuesen de su propiedad”. Después, los garimpeiros incrementaron el clima de violencia, trajeron enfermedades y causaron graves daños al medio ambiente.
Guerra declarada contra los indígenas
Sin embargo, la llegada de los latifundistas es más reciente. En 1992 se detectan por primera vez por satélite las plantaciones de arroz en Raposa Serra do Sol; eran 2.111 hectáreas ocupadas. En 2005, ya eran más de 14.000: en sólo trece años crecieron siete veces. Aunque produjeron graves daños ambientales, como la deforestación y el envenenamiento de los ríos con agrotóxicos, el Gobierno del Estado de Roraima premió a los arroceros con la exención de impuestos. Sin embargo, ninguno de ellos ha pagado las multas por deterioro ambiental impuestas por el IBAMA (Instituto Brasileño de Medio Ambiente) y tampoco hay nadie en prisión por las agresiones a los indígenas. “Ya fueron presas algunas de esas personas, pero por periodos muy cortos, ya que disponen de recursos, de capital y de mucha influencia política que consigue revertir los procesos o convertirlos en disputas jurídicas interminables”, afirma Paulo Santille, Coordinador de Identificación y delimitación de las Tierras Indígenas de la FUNAI. Los indígenas de Raposa están acostumbrados a que la justicia tenga una doble vara de medir. Mientras los arroceros agreden con impunidad, ellos son multados con 100.000 reales (63.000 dólares) por cortar los caminos en señal de protesta. “Existe justicia, aquí en nuestra tierra, para las personas que tienen dinero, que la pueden comprar, mientras nosotros somos olvidados”, afirma un joven indígena de la aldea Dez Irmaos.
Rosane Lacerda, profesora de derecho de la Universidad de Brasilia, asegura que “existe un intenso proceso de criminalización del movimiento indígena” Para la abogada se puede hablar de “una guerra declarada contra los pueblos indígenas por parte de los sectores que tienen intereses económicos en sus tierras”.
“El problema es de quien defiende la vida”
Davi Kopenawa, el líder del pueblo yanomami es consciente de la importancia que la decisión judicial tendrá para todos los indígenas “Si nosotros perdemos esta pelea, se derramará mucha sangre en nuestra CONTACT _Con-3E08852793 \c \s \l tierra”. Los yanomami, también habitantes del Estado de Roraima, sufren aún la invasión de 600 garimpeiros y empresas mineradoras, a pesar de que su tierra fue demarcada en 1992. Su mayor problema son las enfermedades traídas por los hombres blancos que diezman a su población. En los años 80 murió un 20% de la población yanomami.
Oro Kayapó, jefe de la aldea Mocaracó -donde viven 400 indios Kayapó- nos cuenta en Brasilia, frente a la sede de la FUNAI, que si los parientes de Raposa Serra do Sol necesitan ayuda, irán allí todos a luchar para impedir que se sigan produciendo agresiones contra los indígenas. Oro ha venido a Brasilia con parte de su comunidad. También tienen graves problemas de salud y necesitan más apoyo educativo por parte de las instituciones brasileñas. Una de las organizaciones que se dedica a coordinar la lucha indígena es la Comisión de Organizaciones Indígenas de la Amazonia Brasileña (COIAB), presidida por el indio Sateré–Maué, Gecinaldo Barbosa. Lo entrevistamos en Manaos, frente a las aguas del Río Negro. Para Barbosa el problema trasciende las fronteras de Brasil. “Amazonia es de Brasil, pero el problema es del mundo entero; el problema es de quien defiende la vida”.
La soja, primera causa de deforestación
La presión sobre las tierras indígenas del agronegocio se ha intensificado a partir de la “revolución de los biocombustibles” y de la necesidad de producir piensos para alimentar la cabaña ganadera mundial y dar respuesta a la creciente demanda de carne. Según cálculos de Greenpeace, desde la llegada al poder del Presidente Lula da Silva en enero de 2003, se han destruido casi 70.000 km2 de selva amazónica. La organización ecologista señala a las plantaciones de soja como primera causa de deforestación. Tres multinacionales estadounidenses –Archer Daniels Midland (ADM), Bunge y Cargill – controlan el 60% de las exportaciones de soja procedente de Brasil. Para Gecinaldo Barbosa, “la Ministra de Medio Ambiente – que dimitió el pasado mes de mayo- fue sacrificada por el agronegocio. Ese poder está ganando fuerzas y está cercando al Presidente Lula”, y añade “en nombre del progreso se está destruyendo Amazonia”.
El único país con nombre de árbol extinguido
Beto Ricardo, coordinador del Instituto Socio Ambiental de Brasil (ISA), considera al gobierno de Lula como un “gobierno desarrollista” inmerso en un clima de “cierta euforia económica”. “La presión sobre los indígenas es múltiple –afirma-. No sólo por parte del agronegocio, sino también por obras públicas como carreteras, hidroeléctricas, diques…” Beto Ricardo cuenta cómo en el Parque del Xingú se está viviendo lo que se denomina “el abrazo de la muerte” por causa del agronegocio. “Creado en 1960, este Parque cuenta con tres millones de hectáreas donde viven quince pueblos indígenas. Es un paraíso -dice Beto Ricardo- pero las nacientes del Río Xingú están fuera del Parque y en los últimos diez años el agronegocio ha cortado todas las selvas que rodeaban esas nacientes”. Para el coordinador del ISA “las tierras indígenas no sobrevivirán si no hay un reordenamiento ecológico y económico del país y de Amazonia”. Como metáfora de lo que sucede, afirma que “Brasil es el único país con nombre de un árbol extinguido”. Beto Ricardo se refiere al pau brasil. En el siglo XVI los colonizadores portugueses comenzaron a exportar la madera roja de este árbol de la que se extraía una tinta muy apreciada por la aristocracia europea. El árbol se extinguió por completo.
La última frontera agrícola
Para Nilva Barauna, Superintendente del IBAMA en Roraima, Raposa Serra do Sol constituye “la última frontera agrícola” ambicionada por el agronegocio. Además de las agresiones hacia los indígenas, Barauna destaca las consecuencias ambientales. “En Raposa Serra do Sol vamos a tener una modificación importante del paisaje, de los recursos hídricos, de la fauna y de la flora debido a las plantaciones de arroz”. Gercimar Moraes Malheiro, indio macuxí y coordinador en Boa Vista del Proyecto de Protección de las Poblaciones y Tierras Indígenas de Amazonia (PPTAL), confirma el daño ambiental: “Todo el veneno, todos los residuos de la pulverización del arroz, son vertidos en los ríos”. Una de las marcas de arroz que vende el latifundista Paulo César Quartiero, “Arroz Acostumado”, lleva impreso en la bolsa en grandes letras “Arroz limpio”.
A pesar de las agresiones y de los informes del IBAMA sobre el impacto ambiental, la inmensa mayoría de la población no indígena del Estado de Roraima apoya la permanencia de los arroceros, ya que “aportan riqueza y empleo”, y considera a los indios un impedimento para el desarrollo de la región. Tienen miedo a que haya una crisis económica si los arroceros son expulsados. Para la superintendente del IBAMA, el bienestar que para la población ofrecen las plantaciones de arroz es mínimo, ya que “la mayoría del trabajo es mecanizado” –no crea puestos de trabajo-, no pagan impuestos y los beneficios se concentran en pocas manos. Líderes indígenas señalan como causantes de la desinformación de la población de Roraima a los medios de comunicación locales. La abogada Rosane Lacerda confirma que ciertos sectores mediáticos “están haciendo una difusión sistemática de argumentos contrarios a los derechos indígenas”. Y el tuxaua de Cajú, Severino Oliveira, cree que “los medios de comunicación dan una imagen del indio tonto y perezoso, aunque los indios hoy seamos médicos, abogados, técnicos agrícolas, dentistas y estudiemos en la universidad”
El dilema de la interculturalidad
La capacitación y el desarrollo llevados a cabo en Raposa Serra do Sol contrasta con los tópicos que aún prevalecen sobre las poblaciones indígenas. En Raposa Serra do Sol actúan 250 profesores indígenas en 116 escuelas, y más de 400 agentes indígenas de salud. Tienen 62 laboratorios y 187 puestos sanitarios. Algunas personas entrevistadas en Boa Vista piensan que los indios que llevan ropa o usan Internet están perdiendo su identidad. El tuxaua Severino Oliveira replica: “A veces me dicen que si llevo ropa dejo de ser indio. Yo me pregunto qué harían conmigo en la ciudad si apareciera desnudo por la calle…” Santinha Da Silva también responde con rotundidad: “¿si usted se pone un collar indígena deja de ser blanca?” La mayoría de los indios ven con buenos ojos la interculturalidad, “siempre que la cultura indígena se mantenga viva” y dicen que “la educación es lo mejor que el hombre blanco trajo a los indígenas”.
“Nunca murió un indio de hambre”
Los indígenas de Raposa Serra do Sol han desarrollado una economía de autoabastecimiento. Cultivan maíz, frijol, plátano, mandioca…, poseen 35.000 cabezas de ganado, y compaginan la “medicina de los blancos” con la medicina tradicional indígena, fundamentada en las plantas medicinales. Santinha Da Silva nos cuenta que “hay gente que dice que cuando los arroceros se marchen, los indígenas morirán de hambre. Ustedes lo están viendo (señalando varias reses). Nunca murió aquí un indio de hambre”. Orlando, el tuxaua de Uiramutá, comenta: “Sabemos plantar, sabemos criar y con mucho cuidado. Sabemos también preservar la naturaleza. La tierra para nosotros es nuestra madre. Hay gente que dice: ah, ustedes no tienen capacidad. Tenemos capacidad…y de sobra”
La propuesta indígena
En Brasil hay 604 tierras indígenas, habitadas por 215 pueblos distintos que hablan 180 idiomas e innumerables dialectos. En ellas viven 600.000 indígenas. En su cosmogonía no existen las fronteras, ni la burocracia, ni la pertenencia de la tierra a ninguna persona. Ahora luchan por adaptarse a la nueva realidad para poder defender su tierra y su modelo de desarrollo, pero sin perder su identidad. Piensan que tienen mucho que aportar en un momento que la naturaleza se “está rebelando contra el mundo” Gecinaldo Barbosa asegura: “vamos a resistir hasta el final de nuestras vidas. Como pueblos indígenas vamos a defender la naturaleza porque tenemos esa concepción de la vida, esa cosmogonía del mundo para el futuro de la humanidad”.
Campaña de movilización
La ONG Pueblos Hermanos y la empresa audiovisual CIPÓ HYPERLINK “http://www.cipocompany.com” www.cipocompany.com han lanzado una campaña de concientización sobre la vulnerabilidad de los pueblos indígenas. En septiembre presentarán un documental rodado en Raposa Serra do Sol. Desde HYPERLINK “http://www.puebloshermanos.org.es” www.puebloshermanos.org.es pueden enviarse mensajes de apoyo a las comunidades indígenas y cartas al Superior Tribunal Federal de Brasil solicitando la expulsión de los latifundistas.
Marta Caravantes Redondo
Nota del Editor del blog: Al referenciarse a Guyana se debe de tener en cuenta los 159.500 Km2 al oeste del río Esequibo sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Pueblos ocultos en la selva ¿Derecho a vivir la propia Amazonía? Por: Elina Malamud
Tomado de Actualidad Étnica del 28 de Julio de 2008
SIEC. Actualidad Étnica, Argentina, 30/07/2008. La denominación pueblos en aislamiento voluntario remplaza actualmente la de pueblos no contactados, poniendo así especial énfasis en que ya no se trata de gentes en proceso de integración sino de reconocer su derecho a continuar su forma de vida. Sus tribus se mueven por un amplio territorio que no tendrá la anchura que sus antepasados recorrieron durante siglos.
Hay varias maneras de entender la selva. Tal vez la mirada más espontánea que explica la singular sensación de atracción por la vida que vibra, al mismo tiempo que prevención, o aun temor, por esa bruma verde inextricable, sea la de un tierno personaje novelado por Laura Restrepo, a quien ella dio el nombre de Sacramento y empujó a la selva a fantasear hombrías y futuros. “No voy a aprender nunca –decía descorazonado– aquí nada es lo que parece y todo adquiere el don de transformarse en su contrario. Lo único seguro es la angurria con que te mira la selva; te descuidas un instante y eres hombre masticado”. “Sacramento arrancaba una hoja y le resultaba insecto, iba a agarrar un palo y era culebra, oía silbar bellamente a un pájaro y le resultaba culebra también”.
Sí. El habitante de los confines no deja de estar atento, afilando las uñas y el machete, decidiendo qué deja avanzar y qué no, manteniendo a raya, día a día, la voracidad de la selva. El verde lujuriante acecha, coqueteando, en cualquier hueco del amplio claro abierto por el hombre, haciendo guiños de que está listo para abalanzarse más allá de cualquier borde que lo limite, con una ramita, una raíz engañosa, un sapo enamorado, el exhibicionismo indecoroso de una mariposa, una culebra que sortea calladamente un charco, el suspiro de un guacamayo. Claro, hablamos del habitante forastero, el que llegó extranjero y la vive con ojos de lucro o de voyerismo turístico. Muy otra es la mirada del poblador originario, pero el espíritu de la selva es difícil de aprehender y tal vez esté en vías de ser destruido antes de que se lo pueda conocer.
La historia
Cuando Francisco de Orellana, en 1541, se aventuró río abajo por el Amazonas, vio una población numerosa, parecería que mucho más numerosa que la que puebla hoy esta selva tropical de seis millones de kilómetros cuadrados, la más extensa del planeta, de los cuales más de la mitad se encuentran en Brasil mientras que el resto lo comparten Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y Guayana Francesa.
Más aún, es posible que en épocas prehispánicas existieran caminos, hoy desaparecidos, que conectaran diversos puntos del mundo andino con las civilizaciones de la foresta húmeda.
En realidad, bastante antes de que los españoles llegaran con su versión renacentista del hoy meneado y monárquico porquénotecallas, ya el Inca Pachacuti y su hijo Tupac Inca Yupanqui intentaron avanzar hacia el este, pero las tierras húmedas no se dejaron conquistar. Aunque los Incas llegaron hasta Carabaya donde extraían oro y tenían sus cocales, los hombres de la selva eran aguerridos y poco domables, escurridizos y no dados a la dependencia de manera que no pudieron apoderarse de los territorios más bajos ni someter a las poblaciones, pero establecieron relaciones de tributación y, a cambio de telas, hachas y cuchillos de metal recibían animales exóticos como monos, loros, guacamayos, serpientes, caimanes, anacondas y productos con lo que hoy llamaríamos cierto valor agregado como plumas, pieles, grasa de manatí, aceite de tortuga, polvos de pezuña de tapir, pescado seco, cera, miel, madera, resinas, cacao, mandioca, maní, plantas de uso medicinal y tinturas.
Los españoles que llegaron en las primeras décadas del siglo XVI tuvieron aún menos fortuna: Pedro de Candia y Pedro Anzures, Álvarez Maldonado, Manuel de Escobar desde el Perú, Gómez de Tordoya desde lo que hoy es Bolivia, gentes que probablemente, antes de cruzar el océano no hubieran visto más que las mesetas de Castilla o los prados del país vasco, descendieron los ríos, chapotearon los barros, miraron con asombro los parásitos que se les criaban bajo la piel, negociaron con los aborígenes en aras de encontrar los fabulosos tesoros del Paititi que los convertirían en ricos peruleros, pero solo encontraron las flechas de Tarano, jefe de la Nación Toromona – una etnia h.y desaparecida o que quizá, según la leyenda, viva en aislamiento en zonas no contactadas (por nosotros, los blancos, claro) – símbolo mítico de la resistencia al invasor. En general, solo la mitad de ellos volvía, frustrados y maltrechos, flacos y harapientos, tal vez afiebrados o enloquecidos, dando al traste con los dineros públicos y privados, verdaderas inversiones de riesgo que financiaban tales atrevidas excursiones. Y durante los siguientes trescientos años la selva quedó alelada y lejana, rumiándose a sí misma.
Aunque para el incario era más importante el cobre con el que fabricaban armas, el brillo del oro, destinado a la frivolidad y la ostentación de poder, es lo que los profanos de la historia recordamos, lo que iluminó la codicia del hombre blanco y se constituyó en una de las modas económicas que trasegaron la selva con la especial angurria y el tradicional desparpajo que imprimió la revolución industrial al siglo XIX. A partir de 1930, cuando la Gran depresión, su precio pegó una estampida y desde las misiones de los dominicos hasta grandes compañías internacionales obtuvieron concesiones para su extracción.
En el proceso artesanal, el material obtenido en el lecho del río o en un barro cercano, se mezcla con mercurio en el que se disuelve el oro. La mezcla, una vez escurrida el agua, se calienta hasta que el mercurio se evapora. El mercurio, poco a poco, va contaminando el agua y quedándose también en la grasita del sistema nervioso, alterando su estructura y su funcionamiento. Es mejor cambiar de rubro y dedicarse a otra cosa, como vender cerveza a los buscadores antes de que una línea negra ensombrezca las encías, porque ya será demasiado tarde. Buscar oro es el ejercicio de una aventura teñida con las reacciones peligrosas que provocan la ambición y el egoísmo y padece la desatención a las condiciones de trabajo, la lejanía de los centros donde las leyes velan por el más débil, maltrato, tráfico de mujeres, desaparición de menores, abuso sexual, la prostitución ejercida en combinación con el patrón como otra manera de aumentar el endeudamiento del trabajador.
Otro tipo de oro marcó la selva con el estigma de la riqueza fabulosa a fines del siglo XIX y principios del XX cuando Charles Goodyear encontró la manera de vulcanizar el caucho, es decir, procesarlo para que no se pegoteara con el calor y no se resquebrajara con el frío. Para talar la Castilla ulei o agujerear la Hevea Brasiliensis en la estación de las lluvias y extraer la goma había que tener ciertas agallas. No era la primera vez que la riqueza estaba en tierras de otros de manera que, aprovechando la facilidad de que los pueblos indígenas no conocían nuestra forma de escritura y por lo tanto – valga la redundancia – no escrituraban, se organizaron correrías en las que se los perseguía para expulsarlos de las tierras donde estaba el caucho, se atrapaba, sometía, vendía y/o esclavizaba a los que sobrevivían, solucionando de paso el problema de conseguir mano de obra “muy económica”. Aquellos que lograban escapar a la masacre o que, por previsores, se internaban hacia las cabeceras de los ríos, a zonas de difícil acceso, se mantenían alejados de la fatalidad, pero creaban desequilibrios al irrumpir en el espacio de otras tribus provocando los conflictos lógicos de cambiar el mapa de población de los territorios que siempre habían habitado.
El caso de los Metyktire y el aislamiento voluntario
Garimpeiros y madereros ilegales continúan las correrías de los caucheros en pleno siglo XXI. En mayo de este mismo año indígenas de la etnia metyktire que habían elegido continuar viviendo como sus antepasados lo habían venido haciendo durante cientos o miles de años -en lo que los antropólogos llaman aislamiento voluntario- y nada se sabía de ellos desde 1950, debieron trotar varios días, con el corazón en la boca, para escapar de las balas de madereros y acercarse a una aldea de antiguos hermanos que habían preferido contactarse (sin tomarnos el atrevimiento de decir que habían elegido la vida civilizada) para pedir ayuda. Podrían haber sido exterminados sin que el mundo se enterara. El encuentro de las dos ramas de una misma tribu fue emocionante, especialmente para los jóvenes de la aldea que, extrañados, recuperaban formas antiguas de su idioma, danzas y canciones que habían escuchado a sus abuelos.
Hay una cantidad de poblaciones nativas que han decidido mantenerse alejadas de nuestra civilización ya sea que, voluntariamente, rechazan cualquier tipo de relación con el afuera de sus vidas o que tengan contactos iniciales por motivaciones propias de su cultura o por presiones externas. Es, por el momento, su proyecto de vida y las organizaciones internacionales de derechos humanos se han hecho cargo de darle entidad a este concepto y promover la conciencia sobre sus derechos en los estados que los albergan y en el ciudadano común.
Es interesante hacer notar que la denominación pueblos en aislamiento voluntario remplaza actualmente la de pueblos no contactados, poniendo así especial énfasis en que ya no se trata de gentes en proceso de integración sino de reconocer su derecho a continuar su forma de vida. Sus tribus se mueven por un amplio territorio que no tendrá, obviamente, la anchura que sus antepasados recorrieron durante siglos, pero les provee un ambiente de abundancia, de caza, pesca, frutas y maderas combinado con la horticultura de roza y quema, recursos de flora y fauna que sus prácticas culturales y su baja demografía permiten que sean renovables. Custodian posibles reservas de otros recursos no renovables - gas, petróleo, minerales – sin saberlo o, al menos, sin que les importe, más que por el peligro que entrañan como polo de ambición del capital vampiro que se bebe la sangre del planeta en aras del consumo.
Aunque pueden mantener algún contacto con la sociedad nacional, viven alejados de las poblaciones y escapan al acercamiento, evitando gripes, sarampiones y hepatitis, enfermedades infectocontagiosas contra las que su sistema inmunológico no los protege, que pueden contraer no más probándose la chancleta que un antropólogo distraído abandonó entre las raíces de un ficus y que acabará con sus vidas irremediablemente.
Muchos otros peligros los acechan, conocidos o no por ellos: la ambición mercantilista del siglo XXI, potenciada por la escala humana, la explosión tecnológica y las necesidades consecuentes implican un peligro devastador que no tenían las entradas de Pedro Anzúrez o Gómez de Tordoya. La tala del bosque destruye el habitat donde se nutren. Las obras públicas arrastran impactos indirectos al crear nuevas poblaciones, generar sucesivas obras de infraestructura y facilitar nuevos caminos a los cazadores, a los madereros ilegales y al narcotráfico, tal el caso de la carretera transamazónica y de las represas faraónicas que alteran abruptamente los delicados vaivenes de un ecosistema de armonía inestable donde dos pececitos desorientados por un cambio en la corriente pueden acabar con la pesca multisecular; los cambios culturales inducidos por los misioneros evangelizadores que fuerzan el contacto, despreciando los arcos tensos y las flechas amenazantes de pueblos que siguen siendo guerreros para defender su territorio, su historia, su destino elegido y su privacidad, en caso de tener éxito, crean dependencias externas que aumentan la vulnerabilidad de estos grupos.
Los indígenas ven a las compañías hidrocarburíferas, a los mineros y leñadores como a “fantasmas de la muerte” por el legado tóxico que dejan en los ríos. Tan es así que, cuando en 1987, dos misioneros se acercaron a la comunidad tagaeri para convencerlos de que permitieran la entrada de una empresa extractora de petróleo, fueron muertos a flechazos y fue la última vez que se tuvo noticias de este grupo indígena, que se internó nuevamente en el corazón de la selva desestimando su conexión con el mundo civilizado.
Pero aún hay otra instancia, más allá de su derecho a la existencia en acuerdo con su forma de vida, y es el derecho a un reconocimiento político y jurídico por parte de los Estados nacionales, a la propiedad colectiva de sus territorios, de sus recursos, de sus genes, de sus conocimientos culturales así como el acceso a la distribución equitativa de los beneficios que producen esos mismos conocimientos culturales sobre la conservación y el uso sustentable de la biodiversidad.
Lamentable y paradójicamente, es escasa o inexistente la información sobre sus vidas, su dinámica social y sus prácticas culturales porque su misma búsqueda vulneraría su derecho al aislamiento o hasta podría producir efectos catastróficos.
La misma formulación de este concepto implica las consecuentes impotencias epistemológicas ya que conocer el objeto de estudio conlleva su destrucción. Nos ocupamos de unos álguienes que no sabemos si todavía existen, tocarlos es evanescerlos. Ni el propio Informe sobre la situación de los pueblos indígenas aislados y la protección de sus conocimientos tradicionales preparado por el antropólogo ecuatoriano Alex Rivas Toledo para la Oficina Regional para América del Sur de la Unión Mundial para la Naturaleza provee cifras, si bien cita los nombres de los pueblos que se supone mantienen su integridad, nombres que, seguramente, para usted lector sean, más que nuevos, desconocidos. Los toromona, araona, ese ejja, nahua, mbya-yuki, ayoreode, pacahuara, yucararé, t’simanes, mosetene, chimane en Bolivia, los korubo, hi-merima, massaco, zo’e, pipiticua, awá, caru, araribóia, kampa, menkragnoti, machineri, jaminawa, maku-nadeb, akurio, jandiatuba, piriuititi, jamamedi, familias kayapó pu ró – a la que pertenecen los metyktire que caminaron cinco días huyendo de los madereros – tupi y waiapi-ianeana en Brasil,los jurí o arojes en la región del río Puré y los nukak-makú de la Amazonía colombiana, los tagaeri y los taromenane, quizá parte de la familia lingüística de los huaorani en la región amazónica ecuatoriana, los remo, kapanawa, iscobaquebu o isconahua y cacataibos del grupo lingüístico mayoruna y clanes de la familia yora o yaminahua como los nahua, murunahua, iconahua, mastanahua, chitonahua forman parte de los aproximadamente veinte o treinta grupos que habitan la región amazónica del Perú, junto a los grupos lingüísticos arawak, los huaorani también llamados abijira o záparo; en Venezuela existen clanes y familias aisladas de los yanomami, jodi, jodi-eñepa y sapé algunos de los cuales se movilizan en zonas transfronterizas con Brasil.
Por último en el Chaco del Paraguay y zonas fronterizas con Bolivia varios grupos ayoreo no desean contactarse o han regresado voluntariamente al aislamiento corridos por la expansión ganadera, la misma extensión de los cultivos de soja que ocurre en Bolivia o por la extracción ilegal de la madera, el emplazamiento de plantas de extracción de hidrocarburos, las obras civiles vinculadas a proyectos de desarrollo o la presión de los grupos misioneros que, además de amenazar la continuidad de la vida de los grupos originarios trastocan su integridad cultural, tal como les sucede a todos los pueblos indígenas de la Amazonía.
Sydney Possuelo
El adalid de esta lucha por la defensa de los derechos de los grupos indígenas a continuar su estilo de vida es el brasileño Sydney Possuelo, para quien, seguramente al igual que para usted que está leyendo esta nota, hubo un tiempo en que consideró la integración como lo mejor que podía hacer por los habitantes originarios de la selva.
Era especialista en primeros contactos y en tiempos en que Brasil emprendió la conquista moderna de la selva fue llamado a intervenir en un conflicto con los Ararás, quienes no habían desaparecido como se creía hasta el momento, sino que atacaban a flechazos a los trabajadores que construían la carretera transamazónica. Possuelo propuso cambiar el avance a sangre y fuego por la atracción paciente de los pobladores primitivos a las bondades de la civilización. Y así lo hizo. Y se sacaron la foto.
En una conmovedora entrevista, el periodista Pablo Cingolani recuerda los siete pueblos indígenas desconocidos con los que Possuelo hizo contacto y le arranca confesiones acerca de la paradoja de esta historia. “Nuestro mundo es un encantamiento para ellos”, le dice Possuelo. “El contacto traía aparejado desestructuración grupal, necesidades artificiales –“si les das ropa, luego debes darles jabón para que la laven”-, descontrol personal, borrachera, prostitución, destrucción, porque lo peor de todo eran las epidemias que nosotros curamos a diario con una pastilla pero para las cuales los indios del corazón de la selva carecían de cualquier defensa inmunológica y morían sin remedio, solos, abandonados en la selva por sus hermanos”. “Desde 1987, yo pasé del contacto a la protección, es decir al no contacto, al derecho al aislamiento como la mejor manera de preservarlos. Si fuéramos más decentes, no habría pueblos aislados pero nuestra conducta los ha llevado a buscar protegerse de nosotros. Su aislamiento no es voluntario, es forzado por nosotros. No podemos ni debemos alterar eso”.
En Sudamérica existen pueblos indígenas en aislamiento voluntario en Brasil, Perú, Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia y tan cerca de nosotros como el Chaco Paraguayo. Brasil es el país que lleva la delantera en legislación que los proteja, seguido por Perú que ha sancionada una ley de reconocimiento de la propiedad sobre los conocimientos culturales y por Colombia; pero hay que decir que la tendencia general es a una fragilidad legal, financiera y técnica que en algunos casos conlleva una cierta subordinación a políticas extractivas.
Podría citar encuentros con indígenas en aislamiento como el de los metyktire o el avistamiento que realizaron funcionarios del gobierno peruano cuando sobrevolaban el río Las piedras en el Parque Nacional Alto Purús, el 18 de septiembre de este año a las doce y cuarto del mediodía: un grupo de 21 indígenas entre jóvenes, mujeres y niños salieron de sus chozas de hojas de palmera construidas sobre la playa para ver el paso de la avioneta. Una mujer, acompañada por un niño, apuntó con sus flechas a la avioneta con la intención de enfrentarla o alejarla. Luego el grupo se refugió en el monte ribereño. Pero pocos tienen como final los cantos y bailes de los metyktire o fotos desde una avioneta que los muestran tan ingenuos y vulnerables escondiéndose en la espesura. Como dice el mismo Pablo Cingolani, “las anécdotas que puedo contar son todas aberrantes, tristísimas; historias de genocidio y muerte”.
He contado una larga historia, larga por los quinientos años que recorre, pero más aún por la intensidad siempre trágica de los hechos que he relatado. Si bien empieza en el siglo XVI, el hilo que la conduce es mucho más extenso, se interna hacia atrás en el tiempo y se ramifica hacia profundidades muy lejanas que ya no podemos conocer. Las vueltas del planeta nos ubican hoy en una realidad ambivalente y paradójica en la que el progreso y el bienestar se miran en el espejo del consumo al tiempo que los signa el desapego de la naturaleza, el desamor por el prójimo desconocido y la indiferencia por su futuro y el nuestro.
En contraste, deliramos por recorrer las antiguas aldehuelas de callejas empedradas, visitamos las reservas naturales, conocemos los pueblos que guardan el recuerdo de otros tiempos y otras sociedades y compramos cerámicas de aire vetusto, añorando con hipocresía la simplicidad del pasado y una comunión con la tierra que, en términos generales, no estamos dispuestos a ejercer.
Tomado de Ecoportal: www.ecoportal.net
* Elina Malamud - Escritora argentina. Publicó, entre otros, Selva (2006)
Nota del Editor del blog: Al referenciarse a Guyana se debe de tener en cuenta los 159.500 Km2 AL Oeste del rió Esequibo sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.
SIEC. Actualidad Étnica, Argentina, 30/07/2008. La denominación pueblos en aislamiento voluntario remplaza actualmente la de pueblos no contactados, poniendo así especial énfasis en que ya no se trata de gentes en proceso de integración sino de reconocer su derecho a continuar su forma de vida. Sus tribus se mueven por un amplio territorio que no tendrá la anchura que sus antepasados recorrieron durante siglos.
Hay varias maneras de entender la selva. Tal vez la mirada más espontánea que explica la singular sensación de atracción por la vida que vibra, al mismo tiempo que prevención, o aun temor, por esa bruma verde inextricable, sea la de un tierno personaje novelado por Laura Restrepo, a quien ella dio el nombre de Sacramento y empujó a la selva a fantasear hombrías y futuros. “No voy a aprender nunca –decía descorazonado– aquí nada es lo que parece y todo adquiere el don de transformarse en su contrario. Lo único seguro es la angurria con que te mira la selva; te descuidas un instante y eres hombre masticado”. “Sacramento arrancaba una hoja y le resultaba insecto, iba a agarrar un palo y era culebra, oía silbar bellamente a un pájaro y le resultaba culebra también”.
Sí. El habitante de los confines no deja de estar atento, afilando las uñas y el machete, decidiendo qué deja avanzar y qué no, manteniendo a raya, día a día, la voracidad de la selva. El verde lujuriante acecha, coqueteando, en cualquier hueco del amplio claro abierto por el hombre, haciendo guiños de que está listo para abalanzarse más allá de cualquier borde que lo limite, con una ramita, una raíz engañosa, un sapo enamorado, el exhibicionismo indecoroso de una mariposa, una culebra que sortea calladamente un charco, el suspiro de un guacamayo. Claro, hablamos del habitante forastero, el que llegó extranjero y la vive con ojos de lucro o de voyerismo turístico. Muy otra es la mirada del poblador originario, pero el espíritu de la selva es difícil de aprehender y tal vez esté en vías de ser destruido antes de que se lo pueda conocer.
La historia
Cuando Francisco de Orellana, en 1541, se aventuró río abajo por el Amazonas, vio una población numerosa, parecería que mucho más numerosa que la que puebla hoy esta selva tropical de seis millones de kilómetros cuadrados, la más extensa del planeta, de los cuales más de la mitad se encuentran en Brasil mientras que el resto lo comparten Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y Guayana Francesa.
Más aún, es posible que en épocas prehispánicas existieran caminos, hoy desaparecidos, que conectaran diversos puntos del mundo andino con las civilizaciones de la foresta húmeda.
En realidad, bastante antes de que los españoles llegaran con su versión renacentista del hoy meneado y monárquico porquénotecallas, ya el Inca Pachacuti y su hijo Tupac Inca Yupanqui intentaron avanzar hacia el este, pero las tierras húmedas no se dejaron conquistar. Aunque los Incas llegaron hasta Carabaya donde extraían oro y tenían sus cocales, los hombres de la selva eran aguerridos y poco domables, escurridizos y no dados a la dependencia de manera que no pudieron apoderarse de los territorios más bajos ni someter a las poblaciones, pero establecieron relaciones de tributación y, a cambio de telas, hachas y cuchillos de metal recibían animales exóticos como monos, loros, guacamayos, serpientes, caimanes, anacondas y productos con lo que hoy llamaríamos cierto valor agregado como plumas, pieles, grasa de manatí, aceite de tortuga, polvos de pezuña de tapir, pescado seco, cera, miel, madera, resinas, cacao, mandioca, maní, plantas de uso medicinal y tinturas.
Los españoles que llegaron en las primeras décadas del siglo XVI tuvieron aún menos fortuna: Pedro de Candia y Pedro Anzures, Álvarez Maldonado, Manuel de Escobar desde el Perú, Gómez de Tordoya desde lo que hoy es Bolivia, gentes que probablemente, antes de cruzar el océano no hubieran visto más que las mesetas de Castilla o los prados del país vasco, descendieron los ríos, chapotearon los barros, miraron con asombro los parásitos que se les criaban bajo la piel, negociaron con los aborígenes en aras de encontrar los fabulosos tesoros del Paititi que los convertirían en ricos peruleros, pero solo encontraron las flechas de Tarano, jefe de la Nación Toromona – una etnia h.y desaparecida o que quizá, según la leyenda, viva en aislamiento en zonas no contactadas (por nosotros, los blancos, claro) – símbolo mítico de la resistencia al invasor. En general, solo la mitad de ellos volvía, frustrados y maltrechos, flacos y harapientos, tal vez afiebrados o enloquecidos, dando al traste con los dineros públicos y privados, verdaderas inversiones de riesgo que financiaban tales atrevidas excursiones. Y durante los siguientes trescientos años la selva quedó alelada y lejana, rumiándose a sí misma.
Aunque para el incario era más importante el cobre con el que fabricaban armas, el brillo del oro, destinado a la frivolidad y la ostentación de poder, es lo que los profanos de la historia recordamos, lo que iluminó la codicia del hombre blanco y se constituyó en una de las modas económicas que trasegaron la selva con la especial angurria y el tradicional desparpajo que imprimió la revolución industrial al siglo XIX. A partir de 1930, cuando la Gran depresión, su precio pegó una estampida y desde las misiones de los dominicos hasta grandes compañías internacionales obtuvieron concesiones para su extracción.
En el proceso artesanal, el material obtenido en el lecho del río o en un barro cercano, se mezcla con mercurio en el que se disuelve el oro. La mezcla, una vez escurrida el agua, se calienta hasta que el mercurio se evapora. El mercurio, poco a poco, va contaminando el agua y quedándose también en la grasita del sistema nervioso, alterando su estructura y su funcionamiento. Es mejor cambiar de rubro y dedicarse a otra cosa, como vender cerveza a los buscadores antes de que una línea negra ensombrezca las encías, porque ya será demasiado tarde. Buscar oro es el ejercicio de una aventura teñida con las reacciones peligrosas que provocan la ambición y el egoísmo y padece la desatención a las condiciones de trabajo, la lejanía de los centros donde las leyes velan por el más débil, maltrato, tráfico de mujeres, desaparición de menores, abuso sexual, la prostitución ejercida en combinación con el patrón como otra manera de aumentar el endeudamiento del trabajador.
Otro tipo de oro marcó la selva con el estigma de la riqueza fabulosa a fines del siglo XIX y principios del XX cuando Charles Goodyear encontró la manera de vulcanizar el caucho, es decir, procesarlo para que no se pegoteara con el calor y no se resquebrajara con el frío. Para talar la Castilla ulei o agujerear la Hevea Brasiliensis en la estación de las lluvias y extraer la goma había que tener ciertas agallas. No era la primera vez que la riqueza estaba en tierras de otros de manera que, aprovechando la facilidad de que los pueblos indígenas no conocían nuestra forma de escritura y por lo tanto – valga la redundancia – no escrituraban, se organizaron correrías en las que se los perseguía para expulsarlos de las tierras donde estaba el caucho, se atrapaba, sometía, vendía y/o esclavizaba a los que sobrevivían, solucionando de paso el problema de conseguir mano de obra “muy económica”. Aquellos que lograban escapar a la masacre o que, por previsores, se internaban hacia las cabeceras de los ríos, a zonas de difícil acceso, se mantenían alejados de la fatalidad, pero creaban desequilibrios al irrumpir en el espacio de otras tribus provocando los conflictos lógicos de cambiar el mapa de población de los territorios que siempre habían habitado.
El caso de los Metyktire y el aislamiento voluntario
Garimpeiros y madereros ilegales continúan las correrías de los caucheros en pleno siglo XXI. En mayo de este mismo año indígenas de la etnia metyktire que habían elegido continuar viviendo como sus antepasados lo habían venido haciendo durante cientos o miles de años -en lo que los antropólogos llaman aislamiento voluntario- y nada se sabía de ellos desde 1950, debieron trotar varios días, con el corazón en la boca, para escapar de las balas de madereros y acercarse a una aldea de antiguos hermanos que habían preferido contactarse (sin tomarnos el atrevimiento de decir que habían elegido la vida civilizada) para pedir ayuda. Podrían haber sido exterminados sin que el mundo se enterara. El encuentro de las dos ramas de una misma tribu fue emocionante, especialmente para los jóvenes de la aldea que, extrañados, recuperaban formas antiguas de su idioma, danzas y canciones que habían escuchado a sus abuelos.
Hay una cantidad de poblaciones nativas que han decidido mantenerse alejadas de nuestra civilización ya sea que, voluntariamente, rechazan cualquier tipo de relación con el afuera de sus vidas o que tengan contactos iniciales por motivaciones propias de su cultura o por presiones externas. Es, por el momento, su proyecto de vida y las organizaciones internacionales de derechos humanos se han hecho cargo de darle entidad a este concepto y promover la conciencia sobre sus derechos en los estados que los albergan y en el ciudadano común.
Es interesante hacer notar que la denominación pueblos en aislamiento voluntario remplaza actualmente la de pueblos no contactados, poniendo así especial énfasis en que ya no se trata de gentes en proceso de integración sino de reconocer su derecho a continuar su forma de vida. Sus tribus se mueven por un amplio territorio que no tendrá, obviamente, la anchura que sus antepasados recorrieron durante siglos, pero les provee un ambiente de abundancia, de caza, pesca, frutas y maderas combinado con la horticultura de roza y quema, recursos de flora y fauna que sus prácticas culturales y su baja demografía permiten que sean renovables. Custodian posibles reservas de otros recursos no renovables - gas, petróleo, minerales – sin saberlo o, al menos, sin que les importe, más que por el peligro que entrañan como polo de ambición del capital vampiro que se bebe la sangre del planeta en aras del consumo.
Aunque pueden mantener algún contacto con la sociedad nacional, viven alejados de las poblaciones y escapan al acercamiento, evitando gripes, sarampiones y hepatitis, enfermedades infectocontagiosas contra las que su sistema inmunológico no los protege, que pueden contraer no más probándose la chancleta que un antropólogo distraído abandonó entre las raíces de un ficus y que acabará con sus vidas irremediablemente.
Muchos otros peligros los acechan, conocidos o no por ellos: la ambición mercantilista del siglo XXI, potenciada por la escala humana, la explosión tecnológica y las necesidades consecuentes implican un peligro devastador que no tenían las entradas de Pedro Anzúrez o Gómez de Tordoya. La tala del bosque destruye el habitat donde se nutren. Las obras públicas arrastran impactos indirectos al crear nuevas poblaciones, generar sucesivas obras de infraestructura y facilitar nuevos caminos a los cazadores, a los madereros ilegales y al narcotráfico, tal el caso de la carretera transamazónica y de las represas faraónicas que alteran abruptamente los delicados vaivenes de un ecosistema de armonía inestable donde dos pececitos desorientados por un cambio en la corriente pueden acabar con la pesca multisecular; los cambios culturales inducidos por los misioneros evangelizadores que fuerzan el contacto, despreciando los arcos tensos y las flechas amenazantes de pueblos que siguen siendo guerreros para defender su territorio, su historia, su destino elegido y su privacidad, en caso de tener éxito, crean dependencias externas que aumentan la vulnerabilidad de estos grupos.
Los indígenas ven a las compañías hidrocarburíferas, a los mineros y leñadores como a “fantasmas de la muerte” por el legado tóxico que dejan en los ríos. Tan es así que, cuando en 1987, dos misioneros se acercaron a la comunidad tagaeri para convencerlos de que permitieran la entrada de una empresa extractora de petróleo, fueron muertos a flechazos y fue la última vez que se tuvo noticias de este grupo indígena, que se internó nuevamente en el corazón de la selva desestimando su conexión con el mundo civilizado.
Pero aún hay otra instancia, más allá de su derecho a la existencia en acuerdo con su forma de vida, y es el derecho a un reconocimiento político y jurídico por parte de los Estados nacionales, a la propiedad colectiva de sus territorios, de sus recursos, de sus genes, de sus conocimientos culturales así como el acceso a la distribución equitativa de los beneficios que producen esos mismos conocimientos culturales sobre la conservación y el uso sustentable de la biodiversidad.
Lamentable y paradójicamente, es escasa o inexistente la información sobre sus vidas, su dinámica social y sus prácticas culturales porque su misma búsqueda vulneraría su derecho al aislamiento o hasta podría producir efectos catastróficos.
La misma formulación de este concepto implica las consecuentes impotencias epistemológicas ya que conocer el objeto de estudio conlleva su destrucción. Nos ocupamos de unos álguienes que no sabemos si todavía existen, tocarlos es evanescerlos. Ni el propio Informe sobre la situación de los pueblos indígenas aislados y la protección de sus conocimientos tradicionales preparado por el antropólogo ecuatoriano Alex Rivas Toledo para la Oficina Regional para América del Sur de la Unión Mundial para la Naturaleza provee cifras, si bien cita los nombres de los pueblos que se supone mantienen su integridad, nombres que, seguramente, para usted lector sean, más que nuevos, desconocidos. Los toromona, araona, ese ejja, nahua, mbya-yuki, ayoreode, pacahuara, yucararé, t’simanes, mosetene, chimane en Bolivia, los korubo, hi-merima, massaco, zo’e, pipiticua, awá, caru, araribóia, kampa, menkragnoti, machineri, jaminawa, maku-nadeb, akurio, jandiatuba, piriuititi, jamamedi, familias kayapó pu ró – a la que pertenecen los metyktire que caminaron cinco días huyendo de los madereros – tupi y waiapi-ianeana en Brasil,los jurí o arojes en la región del río Puré y los nukak-makú de la Amazonía colombiana, los tagaeri y los taromenane, quizá parte de la familia lingüística de los huaorani en la región amazónica ecuatoriana, los remo, kapanawa, iscobaquebu o isconahua y cacataibos del grupo lingüístico mayoruna y clanes de la familia yora o yaminahua como los nahua, murunahua, iconahua, mastanahua, chitonahua forman parte de los aproximadamente veinte o treinta grupos que habitan la región amazónica del Perú, junto a los grupos lingüísticos arawak, los huaorani también llamados abijira o záparo; en Venezuela existen clanes y familias aisladas de los yanomami, jodi, jodi-eñepa y sapé algunos de los cuales se movilizan en zonas transfronterizas con Brasil.
Por último en el Chaco del Paraguay y zonas fronterizas con Bolivia varios grupos ayoreo no desean contactarse o han regresado voluntariamente al aislamiento corridos por la expansión ganadera, la misma extensión de los cultivos de soja que ocurre en Bolivia o por la extracción ilegal de la madera, el emplazamiento de plantas de extracción de hidrocarburos, las obras civiles vinculadas a proyectos de desarrollo o la presión de los grupos misioneros que, además de amenazar la continuidad de la vida de los grupos originarios trastocan su integridad cultural, tal como les sucede a todos los pueblos indígenas de la Amazonía.
Sydney Possuelo
El adalid de esta lucha por la defensa de los derechos de los grupos indígenas a continuar su estilo de vida es el brasileño Sydney Possuelo, para quien, seguramente al igual que para usted que está leyendo esta nota, hubo un tiempo en que consideró la integración como lo mejor que podía hacer por los habitantes originarios de la selva.
Era especialista en primeros contactos y en tiempos en que Brasil emprendió la conquista moderna de la selva fue llamado a intervenir en un conflicto con los Ararás, quienes no habían desaparecido como se creía hasta el momento, sino que atacaban a flechazos a los trabajadores que construían la carretera transamazónica. Possuelo propuso cambiar el avance a sangre y fuego por la atracción paciente de los pobladores primitivos a las bondades de la civilización. Y así lo hizo. Y se sacaron la foto.
En una conmovedora entrevista, el periodista Pablo Cingolani recuerda los siete pueblos indígenas desconocidos con los que Possuelo hizo contacto y le arranca confesiones acerca de la paradoja de esta historia. “Nuestro mundo es un encantamiento para ellos”, le dice Possuelo. “El contacto traía aparejado desestructuración grupal, necesidades artificiales –“si les das ropa, luego debes darles jabón para que la laven”-, descontrol personal, borrachera, prostitución, destrucción, porque lo peor de todo eran las epidemias que nosotros curamos a diario con una pastilla pero para las cuales los indios del corazón de la selva carecían de cualquier defensa inmunológica y morían sin remedio, solos, abandonados en la selva por sus hermanos”. “Desde 1987, yo pasé del contacto a la protección, es decir al no contacto, al derecho al aislamiento como la mejor manera de preservarlos. Si fuéramos más decentes, no habría pueblos aislados pero nuestra conducta los ha llevado a buscar protegerse de nosotros. Su aislamiento no es voluntario, es forzado por nosotros. No podemos ni debemos alterar eso”.
En Sudamérica existen pueblos indígenas en aislamiento voluntario en Brasil, Perú, Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia y tan cerca de nosotros como el Chaco Paraguayo. Brasil es el país que lleva la delantera en legislación que los proteja, seguido por Perú que ha sancionada una ley de reconocimiento de la propiedad sobre los conocimientos culturales y por Colombia; pero hay que decir que la tendencia general es a una fragilidad legal, financiera y técnica que en algunos casos conlleva una cierta subordinación a políticas extractivas.
Podría citar encuentros con indígenas en aislamiento como el de los metyktire o el avistamiento que realizaron funcionarios del gobierno peruano cuando sobrevolaban el río Las piedras en el Parque Nacional Alto Purús, el 18 de septiembre de este año a las doce y cuarto del mediodía: un grupo de 21 indígenas entre jóvenes, mujeres y niños salieron de sus chozas de hojas de palmera construidas sobre la playa para ver el paso de la avioneta. Una mujer, acompañada por un niño, apuntó con sus flechas a la avioneta con la intención de enfrentarla o alejarla. Luego el grupo se refugió en el monte ribereño. Pero pocos tienen como final los cantos y bailes de los metyktire o fotos desde una avioneta que los muestran tan ingenuos y vulnerables escondiéndose en la espesura. Como dice el mismo Pablo Cingolani, “las anécdotas que puedo contar son todas aberrantes, tristísimas; historias de genocidio y muerte”.
He contado una larga historia, larga por los quinientos años que recorre, pero más aún por la intensidad siempre trágica de los hechos que he relatado. Si bien empieza en el siglo XVI, el hilo que la conduce es mucho más extenso, se interna hacia atrás en el tiempo y se ramifica hacia profundidades muy lejanas que ya no podemos conocer. Las vueltas del planeta nos ubican hoy en una realidad ambivalente y paradójica en la que el progreso y el bienestar se miran en el espejo del consumo al tiempo que los signa el desapego de la naturaleza, el desamor por el prójimo desconocido y la indiferencia por su futuro y el nuestro.
En contraste, deliramos por recorrer las antiguas aldehuelas de callejas empedradas, visitamos las reservas naturales, conocemos los pueblos que guardan el recuerdo de otros tiempos y otras sociedades y compramos cerámicas de aire vetusto, añorando con hipocresía la simplicidad del pasado y una comunión con la tierra que, en términos generales, no estamos dispuestos a ejercer.
Tomado de Ecoportal: www.ecoportal.net
* Elina Malamud - Escritora argentina. Publicó, entre otros, Selva (2006)
Nota del Editor del blog: Al referenciarse a Guyana se debe de tener en cuenta los 159.500 Km2 AL Oeste del rió Esequibo sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.
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martes, 29 de julio de 2008
Chávez no habla de Barbados para no perder apoyo en el Caribe
A criterio de las autoridades de Barbados no existe punto de convergencia entre los limites de ese país y Venezuela, y de allí su plan de continuar con la licitación internacional para la exploración petrolera en los bloques de Bottom Bay y Crane Bay; mientras que por el lado del Gobierno venezolano existe la intención de no emitir ningún pronunciamiento sobre el proyecto del país caribeño. "Hasta ahora, no hemos tenido respuesta de la Cancillería y más bien se le da prioridad a mantener aliados en la región a través de la venta de petróleo por parte de Pdvsa, pero a costa de perder soberanía", afirma Pompeyo Márquez, presidente de la Fundación Gual y España, una de las organizaciones denunciantes de la presunta violación por parte del Gobierno de Barbados por licitar espacios que estarán en aguas marítimas venezolanas. "El presidente Chávez calla y no habla de Barbados para no perder apoyo entre los países del Caribe oriental", agrega el dirigente. En particular hace referencia a como la venta de crudo a crédito, a través del mecanismo de Petrocaribe, le esta permitiendo al gobierno venezolano garantizarse el apoyo en los organismos internacionales, principalmente en los debates que se realizan en la Organización de Estados Americanos. Vale mencionar que Barbados objeto su ingreso a Petrocaribe. Adicionalmente, Pompeyo Márquez advierte que este no es el único problema que afronta Venezuela con los países Caribe los. Al respecto menciona que en el Gobierno también existe la intención de mantener en silencio el reclamo del Esequibo y no se pronuncia por las actividades económicas que lleva adelante el gobierno de Guyana sobre ese territorio. De igual manera advierte sobre los planes que llevan adelante Trinidad y Tobago, y sobre el hecho de que no exista un reconocimiento a la característica de insularidad que tiene la isla de Aves por parte de varias naciones de la región. "Los gobiernos de los países del Caribe oriental consideran que la isla de Aves es solo un peñasco", dijo Pompeyo Márquez. Plan expansivo. Los planes de exploración de Barbados se orientan principalmente a lograr un autoabastecimiento de petróleo y de igual manera captar parte del mercado del Caribe, con lo cual competer a directamente con Venezuela. Sin embargo, los informes del Departamento de Energía de Estados Unidos señalan que Barbados no figura como una nación con un amplio nivel de reservas, pero en cambio s destaca como entre los países del Caribe oriental es Trinidad y Tobago la que aparece con el mayor potencial, como efectivamente esta ocurriendo con los proyectos gasíferos, varios de los cuales se encuentran frente a los bloques de la plataforma deltana de Venezuela.
¿Que pasa con la zona de reclamación de Venezuela?
Es conocido también como Guayana Esequiba,(zona reclamada por Venezuela) lo que no entiendo es que tienen mas de un siglo en eso y todavía no se resuelven nada según wikipedia ellos reconocieron mediante un acuerdo el reclamo de la zona pero por lo que veo no hay movimiento de nada a Venezuela no solo le quitaron esa parte. Hay una parte que es de Colombia pero pertenecían a Venezuela y algunas islas y si los gobiernos no se ponen las pilas no vamos quedar sin territorio, hay rumores de una supuesta invasión a esas zona por parte de Venezuela si no se resuelve el problema (en especial la Esequiba)
lunes, 28 de julio de 2008
EL INEFABLE SEÑOR DE MARTENS. Rafael Armando Rojas.
Tomado del Nacional del 01 de Noviembre de 1965. Cuerpo A, Página A-4.
Embajador Rafael Armando Rojas.
Especial para el Nacional.
El tratado de Arbitraje celebrado en Washington el 02 de febrero de 1897 entre Venezuela y la Gran Bretaña establecía el quinto Juez del Tribunal Internacional que debía de reunirse en Paris para dirimir el Viejo litigio de limites entre Venezuela y la Guayana Británica, será elegido por los cuatros árbitros nombrados por las partes. En el caso de que estas no se pusieran de acuerdo se ocurriría al Rey de Suecia y Noruega para que éste procediera a su elección.
El nombramiento del quinto Árbitro fue en virtud del mismo tratado, desempeñaría las funciones de Presidente del tribunal, fue objeto de una nutrida correspondencia entre Washington y Caracas. Se asomarón nombres de distinguidos internacionalistas entre, otros los franceses Courcel, Ribot y Waldeck Rousseau, el austriaco Von Schorborn, el belga Rolland, el argentino Caivo, los rusos De Martens y Kamorisky y otros.
Nuestro Ministro en Washington, José Andrade, primero sugirió a la cancillería que eligiera a uno de los franceses por razones de cortesía, en vista de que el Tribunal debía de reunirse en Paris. Mas tarde recomendó a “De Martens”. ¿Qué había ocurrido? La documentación existente nos revela que los americanos se inicliaban por el ruso. Andrade se dejo convencer y cambio de opinión nuestra Cancillería, posiblemente. Por falta de información acerca de las ideas del internacionalista ruso, le dio su voto. Tal decisión, significo en nuestra opinión, un paso fatal para la causa venezolana.
La Cancillería desconocía que De Martens había publicado en 1879 un libro titulado “Rusia e Inglaterra en el Asia Central”. En dicha obra, el profesor de Derecho Internacional de la Imperial universidad de San Petersburgo sustentaba ideas como estas: en su opinión, la Ley Internacional solo es aplicable entre las naciones que han adquirido un mismo grado de cultura y progreso. En consecuencia, “no era aplicable entre una potencia civilizada y una Nación semisalvaje o semicivilizada.”
En otra parte de la obra afirmaba que Rusia e Inglaterra tenían una misión civilizadora que cumplir entre los pueblos semibarbaros. Misión que era necesario emprender con ánimo esforzado.
Quien sostenía ideas tan abiertamente contrarias a los países débiles y atrasados, no ofrecía, ciertamente, la mejor garantía para fallar en un litigio entre una potencia supecivilizada como la Inglaterra victoriana, la cumbre de su poderío colonial imperial y la débil y atrasada Venezuela, victima de guerras intestinas.
Nada tiene de extraño que cuando le fue presentada a Lord Salisbury la minuta con la candidatura de De Martens apuntara, en su minúscula escritura la siguiente frase: this a man as good we can get. El mejor hombre que podríamos encontrar para presidir el Tribunal. Antes se había expresado, en otro papel de estado. El concepto de Salisbury tenía la mejor opinión de Martens.
Esto bastaba para que la Cancillería venezolana recelara de tal designación. Pero le faltó perspicacia o información sobre la personalidad del hombre que como Presidente del Tribunal había de hacer incluir la balanza en asunto de tanta importancia para nuestro país.
La Actitud de Martens de De Martens calzaba como anillo al dedo con la que sustentaban los británicos. Recordemos aquella comida ofrecida en Londres por el señor Withe, encargado de negocios de los Estados Unidos, a los abogados de Venezuela a su paso para Paris. Cuando Mallet Prevost expresó que las decisiones de los Árbitros Internacionales debían fundarse exclusivamente en consideraciones legales Lord Russell se apresuro a manifestar su desacuerdo con la tesis del norteamericano. Para Lord Russell “los Árbitros Internacionales deberían ser conducidos por vías mas amplias y tomar en consideración cuestiones de política Internacional”. Desde aquel momento añade Mallet-Prevost comprendí que no podíamos contar con Lord Russell para decidir la cuestión fronteriza sobre la base de estricto derecho”.
Así ocurrió en efecto. No fueron en verdad el derecho la equidad y la justicia las normas que precedieron las deliberaciones de aquel Tribunal, sino intereses de otra índole. El mismo Mallet-Prevost apunta que después de que el abogado Británico. Sir Richard Wesbter y el propio Mallet-Prevost. En su condición de abogado de Venezuela, terminan sus, discursos. “El tribunal suspendió sus sesiones para una corta vacación de dos semanas: los Árbitros británicos regresaron a Inglaterra y llevaron consigo al señor “Martens”. En los periódicos londinenses de la época hemos encontrado referencias al viaje de los británicos, pero no se menciona al señor De Martens. Es natural que así ocurriera pues no había ningún interés en que se conociera la noticia de la visita del ruso a Londres. Todo lo contrario, el gobierno ingles debió poner especial empeño en que tal noticia no se hiciera publica. Para Mallet Prevost fue perfectamente claro entonces y lo siguió siendo 45 años después, cuando redacto su famoso memorándum “que durante la visita de De Martens a Inglaterra había tenido lugar un arreglo entre Rusia y la Gran Bretaña para decidir la cuestión en lo términos sugeridos por Martens...”
Hasta ahora no se ha conseguido y es probable que no se consiga nunca ningún documento que respalde la afirmación de Mallet-Prevost. Cuando se producen pactos de esta naturaleza, generalmente no quedan rastros, pero si podemos afirmar categóricamente que las relaciones entre Rusia e Inglaterra para aquellos días ofrecían el mejor clima para tale arreglos. Recordemos que el año 1899 fue un año fecundo en pactos anglo rusos. En enero de ese año Rusia reconocía la esfera de influencia inglesa en Afganistán. Meses más tarde tiene lugar el pacto de distribución de esferas de influencia en china, en Persia y en Ia India. En agosto Gran Bretaña abandonaba a favor de Rusia sus pretensiones territoriales en Rashkan en la frontera de India con el Tíbet.
En este clima de franco entendimiento entre las dos potencias destinadas por Dios según el concepto de De Martens_. A llevar la civilización a los pueblos semibarbaros, nada tiene de extraño, más aun todo parece corroborarlo así, que durante la permanencia de De Martens en Londres se produjo el arreglo diplomático a que se refiere Mallet Prevost a expensas de la pobre, débil, y convulsionada Venezuela, que después de muchas décadas de esfuerzo había logrado que su litigio fronterizo con Gran Bretaña fuera llevado a un Tribunal Internacional. Lamentablemente este Tribunal no actúo como tal y sobre el derecho y la justicia se impuso el interés político de la parte más fuerte. ¿Podría llamarse Laudo la Sentencia pronunciada por el Tribunal de Paris del 03 de Octubre de 1899? De farsa la calificaron los propios funcionarios británicos.
Que paso con la zona en reclamación con guyana ya la quitaron de los mapas?
Tomado de http://espanol.answers.yahoo.com/question/index?qid=20070710144631AAf8k4p
Me di cuenta que en los mapas de las instituciones del gobierno le quitaron la parte de la zona en reclamación con que derecho a nadie le informaron de esto o es que la regalaron sin consultar al pueblo venezolano estamos muy tristes por esta situación y nadie dice nada
Hace 1 año.
Mejor respuesta - elegida por quien preguntó
Técnicamente el territorio está sujeto a reclamación por parte de Venezuela, pero como claramente lo indican los diferentes tratados y arbitrajes a los que se ha sometido el Esequibo, este territorio le pertenece a Guyana.
Es cierto que por ser una zona en reclamación, Guyana no puede explotar, desarrollar o construir en este espacio geográfico, pero esto es sólo letra muerta. Lo que no es letra muerta es que oficialmente este territorio lo perdió Venezuela al someterlo a un arbitraje internacional que falló a favor del Gobierno de Guyana.
Las bases del reclamo Venezolano están en la denuncia de que el arbitraje no fue limpio porque el representante norteamericano intervino fuera de toda ética en contra de Venezuela (se vendió) por favorecer a su aliada Inglaterra y que los rusos (quienes representaban a Venezuela) no pudieron hacer nada por evitar la farsa.
Este es un tema que está en el aire, lamentándolo mucho no se puede poner sobre el tapete ahora porque Jaime Lusinchi firmó de mutuo acuerdo con el gobierno de Guyana la postergación de las discusiones sobre este territorio.
Así que mientras tanto, y lamentándolo mucho, es legal que este territorio aparezca "mochado" de Venezuela y como parte integral del gobierno de Guyana.
Un abrazo
Hace 1 año
Calificación de la persona que pregunta:
Comentario de la persona que pregunta:
Es alentadora pero lamentable mente la realidad es otra ya no sabemos en quien confiar nosotros somos demasiados pacíficos y no tienen como unos estúpidos gracias saludos
Otra Repuesta.
Quien puede en Venezuela reclamar algo si ninguna institución se dedica a lo que debe dedicarse? Me imagino que el vendepatria negoció con Guyana a escondidas del pueblo, como si el país fuera del gorila solamente. Quien sabe en qué términos negociarían y todavía hay quien le crea a ese aberrado.
hace 1 año
Me di cuenta que en los mapas de las instituciones del gobierno le quitaron la parte de la zona en reclamación con que derecho a nadie le informaron de esto o es que la regalaron sin consultar al pueblo venezolano estamos muy tristes por esta situación y nadie dice nada
Hace 1 año.
Mejor respuesta - elegida por quien preguntó
Técnicamente el territorio está sujeto a reclamación por parte de Venezuela, pero como claramente lo indican los diferentes tratados y arbitrajes a los que se ha sometido el Esequibo, este territorio le pertenece a Guyana.
Es cierto que por ser una zona en reclamación, Guyana no puede explotar, desarrollar o construir en este espacio geográfico, pero esto es sólo letra muerta. Lo que no es letra muerta es que oficialmente este territorio lo perdió Venezuela al someterlo a un arbitraje internacional que falló a favor del Gobierno de Guyana.
Las bases del reclamo Venezolano están en la denuncia de que el arbitraje no fue limpio porque el representante norteamericano intervino fuera de toda ética en contra de Venezuela (se vendió) por favorecer a su aliada Inglaterra y que los rusos (quienes representaban a Venezuela) no pudieron hacer nada por evitar la farsa.
Este es un tema que está en el aire, lamentándolo mucho no se puede poner sobre el tapete ahora porque Jaime Lusinchi firmó de mutuo acuerdo con el gobierno de Guyana la postergación de las discusiones sobre este territorio.
Así que mientras tanto, y lamentándolo mucho, es legal que este territorio aparezca "mochado" de Venezuela y como parte integral del gobierno de Guyana.
Un abrazo
Hace 1 año
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Comentario de la persona que pregunta:
Es alentadora pero lamentable mente la realidad es otra ya no sabemos en quien confiar nosotros somos demasiados pacíficos y no tienen como unos estúpidos gracias saludos
Otra Repuesta.
Quien puede en Venezuela reclamar algo si ninguna institución se dedica a lo que debe dedicarse? Me imagino que el vendepatria negoció con Guyana a escondidas del pueblo, como si el país fuera del gorila solamente. Quien sabe en qué términos negociarían y todavía hay quien le crea a ese aberrado.
hace 1 año
sábado, 26 de julio de 2008
Arau residents say mining has polluted, diverted river
Tomato de stabroek N ews DEL 26 DE Julio de 2008
-GGMC to do further checks
By Gaulbert Sutherland
Mining operations along the Arau River in Region Seven (Cuyuni/Mazaruni) have damaged a section of the waterway, changing the lives of residents of Arau village as they struggle to cope with the environmental degradation and its effects on them.
Mercury, which miner Caleb Peters said he had collected from the tailings of a mine up the Arau River.
A report dated June 30, 2008 for the Guyana Geology and Mines Commission (GGMC) acknowledged that there had been some environmental damage to the river but differed on other points. When contacted on the issue, GGMC Commissioner, William Woolford told Stabroek News that though commission officials had visited the area, in light of the information brought to his attention by this newspaper, a technical team will visit the area. Woolford noted that the GGMC position is zero-tolerance for operations not in compliance with the regulations.
Arau, a remote Amerindian community, located within the Pakaraimas Mountains, close to the Venezuelan border and comprising about 190 residents from both the Akawaio and Arecuna tribes, is engaged in a court battle to have the area, including the land on which the village is sited, legally recognized as their own. Though the village has legal ownership of a portion of land, the village site, and what villagers say are the traditional hunting and farming areas, are not a part of the titled land. This hunting and farming area, located upriver from the village is also where the mining operations are located and the villagers want these operations to be removed.
However even as the matter continues in court, the mining operations upriver go on, and on a recent visit to the area, Stabroek News observed several breaches of the environmental regulations governing mining, with the villagers having to grapple with the effects of the breaches.
The colour of the Arau River (left) contrasts with that of a little stream. (Gaulbert Sutherland photo)
But a recent report done for the regulatory body, which was prompted by a complaint of a resident and a copy of which this newspaper was provided with, however found that there was “no magnitude” to the complaint. The issues raised included the pollution of the river, damage to the land and forest, destruction of the habitat of fish, stagnant water in open pits, possible contamination due to the use of mercury, among others. The GGMC report related to one section of Arau.
However, this reporter’s observations were different. The state of the Arau River, downstream from the mining operations is radically different as compared to the portion upriver from the mines. Upstream, the colour of the water is dark and clean while as it passes through the open mines pits, it changes to a yellowish colour and the water is filled with sediment. Mining has taken place on the river bed itself and sections of the river have been diverted from the original path. Other operations are very close to the waterside and some of the tailings get directly into the river. Mercury is a concern to the villagers too and this newspaper was shown some that was allegedly collected from the tailings. Residents told this newspaper that while the colour of the water had begun to change some years earlier since mining began up the river, it had worsened since 2006 and nothing had changed since though GGMC officials had visited the area several times.
The colour of the Arau River (right) contrasts with the colour of a creek (left).
They said that as a result of the polluted state of the river, there is no longer any fish in the water and wildlife affected by the sound of the dredges and the state of the river had moved farther away. The villagers pointed out that the river is their main source of fish and during the dry season, their source of water. They said that as a result of the condition of the river, they have suffered a lot adding that apart from the environmental effects, there are social effects as well.
Miners approached by this reporter at Arau refused to comment on their operations stating that the GGMC had all the reports and this newspaper could get it from the regulatory body. One said that Stabroek News was not in charge of mining. “Ask the warden, he got all the information, he got to know why it happen”, one miner said when asked about the diversion of the river. Towards, the end of this reporter’s visit, some miners stated that while the environment may be an issue, the larger matter was the gold industry’s contribution to the economy.
Deputy Chief of Arau, Jackson Joseph stands on the original path of the Arau River, through which it flowed before a portion was diverted by miners.
Woolford, meantime, said that the GGMC had visited the area before and noted that there is zero-tolerance for the unsafe use of mercury and muddying of the rivers. “We will go back in”, he declared stating that discussions with villagers would also be held. He noted that the GGMC had visited the area and had dealt with some offenders.
But villagers pointed out that even though Mines Officers visited the area, the condition of the river did not change. They said that it appeared that when the GGMC officers came, the miners stopped their work and resumed when the officer left. On this reporter’s visit to the area, it was observed that a GGMC Officer was on the same flight though he left before this reporter, and with regards to the state of the river, it did not change. Heavy rains later in the week changed the colour of the river water to a lighter yellowish colour and some mining operations were flooded by the high waters and some of the miners left the area, to return, according to reports, in the dry season.
Clashes
A portion of the Arau River was diverted from the original course here.
Meanwhile, Devroy Thomas, the chief of the village related that mining in the area started in 2000 and almost immediately there were clashes with them. “They didn’t had no regards for the village council”, he stated. He said that the first mine was very close to the village, at a small stream which became discoloured as a result. The stream ran into the Arau River.
He said that more miners came in and the situation got worse and in 2004 legal action was taken against the owner of the concession. But the lack of monitoring was a factor and saw the activities continuing. More miners followed, including Brazilians and pollution of the river worsened.
The chief related that the effects were especially felt during the dry season with fish dying and aquatic life, in general, affected. He said too that the river water became stagnant and a stench emanated from it. He said as more and more miners came in, the environment was further damaged and apart from that, persons, who had their farms close to the mining areas, had their crops stolen. Residents of the community mostly retain their traditional culture of farming and fishing but some are engaged in artisanal mining in their titled area.
GGMC map
In 2006, Thomas said, the river became further degraded up to the state that it is in now and though several letters were sent to the GGMC, the Environmental Protection Agency (EPA), the Prime Minister and the Ministry of Amerindian Affairs, the situation did not return to normal. Thomas declared that though there were times when GGMC Mines Officers visited, the miners curtailed their operations temporarily. “As soon as they (officers) fly back to Georgetown, that is the time when they will start working again”, he declared. He said that it appeared that enforcement was a problem. “Whenever GGMC observe them throwing tailings into the creek, they would stop most of them but many of them would start back their bad practice of mining”, he asserted.
He noted that those who had their farms close to the river had used it for domestic purposes also but this cannot be done now. “It hard for us to catch fish because no fish can live in polluted water”, he stated. He revealed that as of the present, villagers go further up the river, where the water is clear to catch fish and noted that it has become a smaller part of their diet. During this reporter’s one-week stay in the village, it was observed that the villagers hardly ate any meat and when questioned on this, they said that the limited consumption of fish, a major part of their diet before, was as a direct result of the polluted state of the river. They spoke of finding dead fish floating on the river in earlier years when the mining upriver had commenced, stating that the fish died for no apparent reason and expressed fears about mercury. Mercury is toxic and once released, accumulates in the food chain and its improper use has been a major concern in relation to mining here.
An aerial view of the mining operations located upstream from Arau village on the Arau River.
Thomas, who was chief of the village since 1995, said that they were disturbed by the situation. “It is affecting us badly, we are not feeling comfortable with that, we feel it is unsafe, it is interfering with our traditional way of life”, he commented.
He argued that the mining has also affected their hunting as animals no longer came to the polluted river and the sound of the dredges had forced them to move away. He said that though many complaints were made nothing seemed to have been done as the situation remained the same. A recent complaint was made in late April when the village council through the Amerindian Peoples Association (APA) wrote to Prime Minister Samuel Hinds, who is responsible for the mining sector, regarding the environmental damage caused by the mining activities at Arau. The association had also visited the area and had similar findings as this newspaper. In acknowledging the letter, the Prime Minister, in a response to the APA, a copy of which this newspaper has seen, pointed to the fact that a GGMC officer had visited the area on March 26 and had reported problems of high turbidity from mining in the area and “the GGMC is attending to this”.
A mined out portion of the Arau River. This is at one of the farthest mines up the river.
More recently, an area official had referred a complaint about the discomfort suffered by a resident, who lived in his farm, located close to the mining operations, resulting in the GGMC visiting the area to investigate. Following investigations, the effects were found not to be major, the commissioner said.
Woolford asserted that the commission’s information from reports received so far are that operations that had affected persons had stopped working and further declared that officers that would have visited the area would have stopped them.
Changed his life
Stabroek News visited the Arau man on whose behalf the complaint was made. For 75-year-old Kenrick Rudolph, a farmer, whose farm is across the river from a mine, the operations have changed his life. Assisted by translator, and speaking in his native Akawaio language, he said that the miners came some years back and because of the tailings that were thrown into the river and surrounding land during the rainy season, his farm flooded. He said that it happened continuously and he was forced to move as his house too was flooded. He cleared a new area and moved a short distance away, upriver. It was in this area that a portion of the river was diverted earlier this year. Rudolph stated that at that time that he moved, there were no miners up the river but now there are and alleged that at times his camp was broken into and crops stolen.
Old fuel drums and pieces of wood block a portion of the Arau River at a mine.
The man recalled that he previously used to fish in the river but could no longer do so and also could no longer use the river for any purpose. He said that before, it was also used for bathing but no longer and several times, he and members of his family had suffered from a skin disorder due to using the river water so they stopped. During the dry season, he said, the situation was worse as a stench emanated from the water. He noted that the noise from the dredges, which he declared operated on a continual basis with pumps removing water from the pits working well into the night, also disturbed them along with the scent of the fuel and the wild animals had all moved farther into the mountains. He stated that he was afraid that the miners would harm him.
He communicated some of these concerns to the GGMC official who investigated the complaint but according to the report miners denied the allegation of stealing crops. With regards to the noise, the miners said that they were not sure if the noise level was intense enough to cause any disturbance during the day and denied working during the night. They said, according to the report, that they started working at about 5 am to pump water from their pits. The miners also said that the residents were poisoning the fish. The report concluded that the complaints were of “no magnitude”. It said that fish habitats may be altered but not destroyed and fish were sighted in the river. It pointed out that upstream, the waterway is in almost pristine condition.
Eroded banks and tree roots mark the new path of the Arau River, where it has been diverted.
Another farmer in the area that this newspaper spoke with, Daniels Matthews reported similar problems as Rudolph. He said that he was afraid of the miners and some had reportedly told him that they wanted to come onto his land and asked him why the villagers were “greedy” for the land.
Barriers
Stabroek News was told that are about nine mining operations upriver from the village. On a visit to one of the larger operations upstream, it was noticed that a major portion of the river was diverted. Tree roots and dead trees marked the new path of the river. Barriers made out of palm leaves were constructed in an effort to keep the tailings from entering the waterway. At this mine, which was one of the farthest upstream, the colour of the water was brown and appeared to be clean, in contrast to the yellowish colour of the water further downstream. The GGMC report said that the colour of the water revealed some appreciation for the water quality noting that earlier turbidity results for that area measured 65.4 NTU (turbidity units). No tests were carried out for the report. Turbidity relates to the state of the water due to sediments or foreign particles stirred up or suspended in the water. In relation to mining, water with a NTU of 30, which would be barely cloudy to the eye is the standard required for discharge into waterways under the regulations
Woolford asserted that any miner not operating in accordance with the regulations would have been stopped. “We insist that miners must comply with the law at all times”, he declared. While the report acknowledged that the river had been diverted from its original course, it said that this had not been done recently.
Another concern raised by the villagers was mercury. They said that the miners used this in a haphazard manner including in the sluice boxes and discharged the tailings directly into the river. Caleb Peters, a miner from the village showed this reporter a small bottle filled with the chemical and related that he had found this in the tailings, when he went to the mines to “spin battel” there. The amount was about four ounces. Peters, who said that he frequently went to the mines, stated that he had observed as the miners used the mercury. “They wash the gold in buckets in the creek and when they pump it, the quicksilver (mercury) float up”, he stated. “Some does float like powder on the water top and the fish does eat it up”, he added. “Sometimes is sheer silver (mercury) you find in the water”, he declared. He related that he went to spin his battle in a mined out pit, near to the river and he scooped up gravel from the waterside. “I spin it and I see sheer silver”, he stated. He said that some had fallen back into the river and from his impression there was a large amount of the chemical in the gravel in the creek.
While residents were not generally knowledgeable about the effects of mercury, they knew that it could be dangerous. Jacklyn King said that said that she was afraid of getting “cancer from eating the fish”. She said that the GGMC had spoken to the villagers about mercury and its effects. The woman declared that her life was made harder because of the pollution of the river and had watched as the condition of the waterway changed. “It was clear, black water and then it start getting nasty, brownish…it start getting worse and worse”, she stated. She said that apart from going farther and farther to search for water during the dry season the villager’s diet was also affected. “We used to eat plenty meat in those times, now we have to buy salt fish”, she commented.
Meanwhile, Woolford said that the mines officers had had the water tested before and had anything been wrong, the operations would have been stopped. No tests for mercury were carried out during the mining officer recent trip. Noting that investigations were done and the necessary action taken, Woolford referred to a complaint about the river, where the GGMC established what the situation was and took corrective action. Asked about the muddy water he stated that “whenever miners are not in accordance with the law we stopped them”. He pointed out that the GGMC had visited the area and “we dealt with whatever matters had surfaced”.
He noted, however that the commission is always concerned when there is discontent. “We are always concerned where there is discontent”, he declared emphasizing that the GGMC position is zero-tolerance for mining without the consent of surface rights holders. The regulatory body head assured that there is zero-tolerance for the unsafe use of mercury and muddying of the rivers. “We will go back in”, he told this newspaper stating that a technical team will be sent in to review the operations and also meet with villagers. He pointed out that the GGMC visited the area four times in three months and had got the impression that there had been no problems with mining. He declared that if any operations were in breach of the mining regulations, cease-work orders would be issued and they would be warned of prosecution.
It was also observed that at some old mines, the pits were not back-filled and the GGMC report noted that mining inevitably alters the landscape and forest and most of the negative impacts can be mitigated by better mining practices such as back-filling. It added that open pits “form new habitats for other species that cannot survive in flowing water such as tadpoles. They can also be used for aqua-culture”. The report done for the GGMC recommended that complaints “be screened properly before any attempt to launch an investigation since it’s a waste of the commission’s time and money when inaccurate information is given to the commission”. It said too that the Arau mining area should be analyzed for mercury to satisfy concerns of the complainant and boundaries for reservations, farms and mining permits must be marked on the ground.
Meantime, the villagers said that the GGMC should take a closer look at some of the operations. “At least they should visit the area on a more regular basis”, Thomas stated. He declared that what is needed is a permanent GGMC station in the area as more miners were moving in all the time. He added that more “power” needs to be given to a mines ranger, stationed in the nearby village of Kaikan. According to the chief, the miners seem not to respect the ranger, given what he said was his “limited power”. Thomas said that from his information, reports are sent to the GGMC “but nothing never happens” and the ranger needs more authority. He said that the mines officer that visited at the time of this newspaper’s trip was the third such for the year by the GGMC.
Residents were unanimous in their view that the miners be moved and the river restored to its original state. “We want the government to take action and the GGMC to stop issuing concessions on the village and around the titled area”, Thomas said.
“We feel that the government should take more serious action against these miners, they are violating the laws of the Mining Act”, he added.
Recently, both the Prime Minister and the GGMC commissioner had strongly stated that the time for the education of miners with regards to the environment had passed and it is the time for sanctions to the applied to errant miners.
-GGMC to do further checks
By Gaulbert Sutherland
Mining operations along the Arau River in Region Seven (Cuyuni/Mazaruni) have damaged a section of the waterway, changing the lives of residents of Arau village as they struggle to cope with the environmental degradation and its effects on them.
Mercury, which miner Caleb Peters said he had collected from the tailings of a mine up the Arau River.
A report dated June 30, 2008 for the Guyana Geology and Mines Commission (GGMC) acknowledged that there had been some environmental damage to the river but differed on other points. When contacted on the issue, GGMC Commissioner, William Woolford told Stabroek News that though commission officials had visited the area, in light of the information brought to his attention by this newspaper, a technical team will visit the area. Woolford noted that the GGMC position is zero-tolerance for operations not in compliance with the regulations.
Arau, a remote Amerindian community, located within the Pakaraimas Mountains, close to the Venezuelan border and comprising about 190 residents from both the Akawaio and Arecuna tribes, is engaged in a court battle to have the area, including the land on which the village is sited, legally recognized as their own. Though the village has legal ownership of a portion of land, the village site, and what villagers say are the traditional hunting and farming areas, are not a part of the titled land. This hunting and farming area, located upriver from the village is also where the mining operations are located and the villagers want these operations to be removed.
However even as the matter continues in court, the mining operations upriver go on, and on a recent visit to the area, Stabroek News observed several breaches of the environmental regulations governing mining, with the villagers having to grapple with the effects of the breaches.
The colour of the Arau River (left) contrasts with that of a little stream. (Gaulbert Sutherland photo)
But a recent report done for the regulatory body, which was prompted by a complaint of a resident and a copy of which this newspaper was provided with, however found that there was “no magnitude” to the complaint. The issues raised included the pollution of the river, damage to the land and forest, destruction of the habitat of fish, stagnant water in open pits, possible contamination due to the use of mercury, among others. The GGMC report related to one section of Arau.
However, this reporter’s observations were different. The state of the Arau River, downstream from the mining operations is radically different as compared to the portion upriver from the mines. Upstream, the colour of the water is dark and clean while as it passes through the open mines pits, it changes to a yellowish colour and the water is filled with sediment. Mining has taken place on the river bed itself and sections of the river have been diverted from the original path. Other operations are very close to the waterside and some of the tailings get directly into the river. Mercury is a concern to the villagers too and this newspaper was shown some that was allegedly collected from the tailings. Residents told this newspaper that while the colour of the water had begun to change some years earlier since mining began up the river, it had worsened since 2006 and nothing had changed since though GGMC officials had visited the area several times.
The colour of the Arau River (right) contrasts with the colour of a creek (left).
They said that as a result of the polluted state of the river, there is no longer any fish in the water and wildlife affected by the sound of the dredges and the state of the river had moved farther away. The villagers pointed out that the river is their main source of fish and during the dry season, their source of water. They said that as a result of the condition of the river, they have suffered a lot adding that apart from the environmental effects, there are social effects as well.
Miners approached by this reporter at Arau refused to comment on their operations stating that the GGMC had all the reports and this newspaper could get it from the regulatory body. One said that Stabroek News was not in charge of mining. “Ask the warden, he got all the information, he got to know why it happen”, one miner said when asked about the diversion of the river. Towards, the end of this reporter’s visit, some miners stated that while the environment may be an issue, the larger matter was the gold industry’s contribution to the economy.
Deputy Chief of Arau, Jackson Joseph stands on the original path of the Arau River, through which it flowed before a portion was diverted by miners.
Woolford, meantime, said that the GGMC had visited the area before and noted that there is zero-tolerance for the unsafe use of mercury and muddying of the rivers. “We will go back in”, he declared stating that discussions with villagers would also be held. He noted that the GGMC had visited the area and had dealt with some offenders.
But villagers pointed out that even though Mines Officers visited the area, the condition of the river did not change. They said that it appeared that when the GGMC officers came, the miners stopped their work and resumed when the officer left. On this reporter’s visit to the area, it was observed that a GGMC Officer was on the same flight though he left before this reporter, and with regards to the state of the river, it did not change. Heavy rains later in the week changed the colour of the river water to a lighter yellowish colour and some mining operations were flooded by the high waters and some of the miners left the area, to return, according to reports, in the dry season.
Clashes
A portion of the Arau River was diverted from the original course here.
Meanwhile, Devroy Thomas, the chief of the village related that mining in the area started in 2000 and almost immediately there were clashes with them. “They didn’t had no regards for the village council”, he stated. He said that the first mine was very close to the village, at a small stream which became discoloured as a result. The stream ran into the Arau River.
He said that more miners came in and the situation got worse and in 2004 legal action was taken against the owner of the concession. But the lack of monitoring was a factor and saw the activities continuing. More miners followed, including Brazilians and pollution of the river worsened.
The chief related that the effects were especially felt during the dry season with fish dying and aquatic life, in general, affected. He said too that the river water became stagnant and a stench emanated from it. He said as more and more miners came in, the environment was further damaged and apart from that, persons, who had their farms close to the mining areas, had their crops stolen. Residents of the community mostly retain their traditional culture of farming and fishing but some are engaged in artisanal mining in their titled area.
GGMC map
In 2006, Thomas said, the river became further degraded up to the state that it is in now and though several letters were sent to the GGMC, the Environmental Protection Agency (EPA), the Prime Minister and the Ministry of Amerindian Affairs, the situation did not return to normal. Thomas declared that though there were times when GGMC Mines Officers visited, the miners curtailed their operations temporarily. “As soon as they (officers) fly back to Georgetown, that is the time when they will start working again”, he declared. He said that it appeared that enforcement was a problem. “Whenever GGMC observe them throwing tailings into the creek, they would stop most of them but many of them would start back their bad practice of mining”, he asserted.
He noted that those who had their farms close to the river had used it for domestic purposes also but this cannot be done now. “It hard for us to catch fish because no fish can live in polluted water”, he stated. He revealed that as of the present, villagers go further up the river, where the water is clear to catch fish and noted that it has become a smaller part of their diet. During this reporter’s one-week stay in the village, it was observed that the villagers hardly ate any meat and when questioned on this, they said that the limited consumption of fish, a major part of their diet before, was as a direct result of the polluted state of the river. They spoke of finding dead fish floating on the river in earlier years when the mining upriver had commenced, stating that the fish died for no apparent reason and expressed fears about mercury. Mercury is toxic and once released, accumulates in the food chain and its improper use has been a major concern in relation to mining here.
An aerial view of the mining operations located upstream from Arau village on the Arau River.
Thomas, who was chief of the village since 1995, said that they were disturbed by the situation. “It is affecting us badly, we are not feeling comfortable with that, we feel it is unsafe, it is interfering with our traditional way of life”, he commented.
He argued that the mining has also affected their hunting as animals no longer came to the polluted river and the sound of the dredges had forced them to move away. He said that though many complaints were made nothing seemed to have been done as the situation remained the same. A recent complaint was made in late April when the village council through the Amerindian Peoples Association (APA) wrote to Prime Minister Samuel Hinds, who is responsible for the mining sector, regarding the environmental damage caused by the mining activities at Arau. The association had also visited the area and had similar findings as this newspaper. In acknowledging the letter, the Prime Minister, in a response to the APA, a copy of which this newspaper has seen, pointed to the fact that a GGMC officer had visited the area on March 26 and had reported problems of high turbidity from mining in the area and “the GGMC is attending to this”.
A mined out portion of the Arau River. This is at one of the farthest mines up the river.
More recently, an area official had referred a complaint about the discomfort suffered by a resident, who lived in his farm, located close to the mining operations, resulting in the GGMC visiting the area to investigate. Following investigations, the effects were found not to be major, the commissioner said.
Woolford asserted that the commission’s information from reports received so far are that operations that had affected persons had stopped working and further declared that officers that would have visited the area would have stopped them.
Changed his life
Stabroek News visited the Arau man on whose behalf the complaint was made. For 75-year-old Kenrick Rudolph, a farmer, whose farm is across the river from a mine, the operations have changed his life. Assisted by translator, and speaking in his native Akawaio language, he said that the miners came some years back and because of the tailings that were thrown into the river and surrounding land during the rainy season, his farm flooded. He said that it happened continuously and he was forced to move as his house too was flooded. He cleared a new area and moved a short distance away, upriver. It was in this area that a portion of the river was diverted earlier this year. Rudolph stated that at that time that he moved, there were no miners up the river but now there are and alleged that at times his camp was broken into and crops stolen.
Old fuel drums and pieces of wood block a portion of the Arau River at a mine.
The man recalled that he previously used to fish in the river but could no longer do so and also could no longer use the river for any purpose. He said that before, it was also used for bathing but no longer and several times, he and members of his family had suffered from a skin disorder due to using the river water so they stopped. During the dry season, he said, the situation was worse as a stench emanated from the water. He noted that the noise from the dredges, which he declared operated on a continual basis with pumps removing water from the pits working well into the night, also disturbed them along with the scent of the fuel and the wild animals had all moved farther into the mountains. He stated that he was afraid that the miners would harm him.
He communicated some of these concerns to the GGMC official who investigated the complaint but according to the report miners denied the allegation of stealing crops. With regards to the noise, the miners said that they were not sure if the noise level was intense enough to cause any disturbance during the day and denied working during the night. They said, according to the report, that they started working at about 5 am to pump water from their pits. The miners also said that the residents were poisoning the fish. The report concluded that the complaints were of “no magnitude”. It said that fish habitats may be altered but not destroyed and fish were sighted in the river. It pointed out that upstream, the waterway is in almost pristine condition.
Eroded banks and tree roots mark the new path of the Arau River, where it has been diverted.
Another farmer in the area that this newspaper spoke with, Daniels Matthews reported similar problems as Rudolph. He said that he was afraid of the miners and some had reportedly told him that they wanted to come onto his land and asked him why the villagers were “greedy” for the land.
Barriers
Stabroek News was told that are about nine mining operations upriver from the village. On a visit to one of the larger operations upstream, it was noticed that a major portion of the river was diverted. Tree roots and dead trees marked the new path of the river. Barriers made out of palm leaves were constructed in an effort to keep the tailings from entering the waterway. At this mine, which was one of the farthest upstream, the colour of the water was brown and appeared to be clean, in contrast to the yellowish colour of the water further downstream. The GGMC report said that the colour of the water revealed some appreciation for the water quality noting that earlier turbidity results for that area measured 65.4 NTU (turbidity units). No tests were carried out for the report. Turbidity relates to the state of the water due to sediments or foreign particles stirred up or suspended in the water. In relation to mining, water with a NTU of 30, which would be barely cloudy to the eye is the standard required for discharge into waterways under the regulations
Woolford asserted that any miner not operating in accordance with the regulations would have been stopped. “We insist that miners must comply with the law at all times”, he declared. While the report acknowledged that the river had been diverted from its original course, it said that this had not been done recently.
Another concern raised by the villagers was mercury. They said that the miners used this in a haphazard manner including in the sluice boxes and discharged the tailings directly into the river. Caleb Peters, a miner from the village showed this reporter a small bottle filled with the chemical and related that he had found this in the tailings, when he went to the mines to “spin battel” there. The amount was about four ounces. Peters, who said that he frequently went to the mines, stated that he had observed as the miners used the mercury. “They wash the gold in buckets in the creek and when they pump it, the quicksilver (mercury) float up”, he stated. “Some does float like powder on the water top and the fish does eat it up”, he added. “Sometimes is sheer silver (mercury) you find in the water”, he declared. He related that he went to spin his battle in a mined out pit, near to the river and he scooped up gravel from the waterside. “I spin it and I see sheer silver”, he stated. He said that some had fallen back into the river and from his impression there was a large amount of the chemical in the gravel in the creek.
While residents were not generally knowledgeable about the effects of mercury, they knew that it could be dangerous. Jacklyn King said that said that she was afraid of getting “cancer from eating the fish”. She said that the GGMC had spoken to the villagers about mercury and its effects. The woman declared that her life was made harder because of the pollution of the river and had watched as the condition of the waterway changed. “It was clear, black water and then it start getting nasty, brownish…it start getting worse and worse”, she stated. She said that apart from going farther and farther to search for water during the dry season the villager’s diet was also affected. “We used to eat plenty meat in those times, now we have to buy salt fish”, she commented.
Meanwhile, Woolford said that the mines officers had had the water tested before and had anything been wrong, the operations would have been stopped. No tests for mercury were carried out during the mining officer recent trip. Noting that investigations were done and the necessary action taken, Woolford referred to a complaint about the river, where the GGMC established what the situation was and took corrective action. Asked about the muddy water he stated that “whenever miners are not in accordance with the law we stopped them”. He pointed out that the GGMC had visited the area and “we dealt with whatever matters had surfaced”.
He noted, however that the commission is always concerned when there is discontent. “We are always concerned where there is discontent”, he declared emphasizing that the GGMC position is zero-tolerance for mining without the consent of surface rights holders. The regulatory body head assured that there is zero-tolerance for the unsafe use of mercury and muddying of the rivers. “We will go back in”, he told this newspaper stating that a technical team will be sent in to review the operations and also meet with villagers. He pointed out that the GGMC visited the area four times in three months and had got the impression that there had been no problems with mining. He declared that if any operations were in breach of the mining regulations, cease-work orders would be issued and they would be warned of prosecution.
It was also observed that at some old mines, the pits were not back-filled and the GGMC report noted that mining inevitably alters the landscape and forest and most of the negative impacts can be mitigated by better mining practices such as back-filling. It added that open pits “form new habitats for other species that cannot survive in flowing water such as tadpoles. They can also be used for aqua-culture”. The report done for the GGMC recommended that complaints “be screened properly before any attempt to launch an investigation since it’s a waste of the commission’s time and money when inaccurate information is given to the commission”. It said too that the Arau mining area should be analyzed for mercury to satisfy concerns of the complainant and boundaries for reservations, farms and mining permits must be marked on the ground.
Meantime, the villagers said that the GGMC should take a closer look at some of the operations. “At least they should visit the area on a more regular basis”, Thomas stated. He declared that what is needed is a permanent GGMC station in the area as more miners were moving in all the time. He added that more “power” needs to be given to a mines ranger, stationed in the nearby village of Kaikan. According to the chief, the miners seem not to respect the ranger, given what he said was his “limited power”. Thomas said that from his information, reports are sent to the GGMC “but nothing never happens” and the ranger needs more authority. He said that the mines officer that visited at the time of this newspaper’s trip was the third such for the year by the GGMC.
Residents were unanimous in their view that the miners be moved and the river restored to its original state. “We want the government to take action and the GGMC to stop issuing concessions on the village and around the titled area”, Thomas said.
“We feel that the government should take more serious action against these miners, they are violating the laws of the Mining Act”, he added.
Recently, both the Prime Minister and the GGMC commissioner had strongly stated that the time for the education of miners with regards to the environment had passed and it is the time for sanctions to the applied to errant miners.
miércoles, 23 de julio de 2008
El Esequibo sin Pelos en la Lengua
Tomado de veneconomia.com
El Esequibo sin pelos en la lengua
ratificar el reclamo histórico de Venezuela sobre el Territorio Esequibo. Independientemente del mérito histórico del reclamo ...
El Esequibo sin pelos en la lengua
ratificar el reclamo histórico de Venezuela sobre el Territorio Esequibo. Independientemente del mérito histórico del reclamo ...
Venezuela, integracionista o expansionista?
Eduardo J. Barrios P
Tomado de analítica.com Miércoles, 23 de julio de 2008
Los convenios que ha suscrito el estado venezolano con los países suramericanos, centroamericanos y del Caribe, contienen fundamentalmente objetivos políticos e integracionistas. Como importante productor de petróleo, Venezuela esta utilizando esta riqueza e insustituible producto energético, con la determinación de influenciar geopolíticamente en esta importante región. Para poder juzgar los fines que persigue Venezuela, es necesario conocer al menos de forma resumida de que se trata la iniciativa de Petroamerica, cuya cooperación esta enmarcada en la Alternativa Bolivariana para la América -ALBA- programa propuesto por Venezuela para confrontar al ALCA - Área de Libre Comercio de las Américas programa de Estados Unidos para facilitar el comercio y las inversiones directas estadounidenses entre los países latinoamericanos, exceptuando a Cuba.
Petroamarica esta concebida como un operador geopolítico con propósitos y objetivos de utilización de los recursos energéticos de las nombradas regiones y, fortalecer otras iniciativas regionales como Mercosur y la CAN. En Petroamarica confluyen tres iniciativas subregionales de integración energética: 1. Petrosur: integrada por Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela.
2. Petrocaribe: integrada por Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Haití, Honduras, Guyana, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucia, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Venezuela.
3. Petroandina: esta iniciativa privilegia a los paises que integran a la Comunidad Andina de Naciones - CAN - Bolivia, Colombia, Ecuador, Peru y Venezuela. Venezuela anuncia su retiro de este organismo pero da preferencia a Ecuador y Bolivia en esta subregión.
Entre los puntos resaltantes de la cooperación de Petroamerica y los países signatarios destacan: negociaciones directas entre los estados miembros; suministro de crudos y productos; disel o, construcción y operación conjunta de refinerías, facilidades de almacenamiento y terminales; comercialización conjunta de crudos, productos, GLP (Gas Licuado de Petróleo), asfaltos y lubricantes; exploración y explotación conjunta de petróleo y gas; procesamiento y comercialización de gas; petroquímica; combustibles ecológicos; políticas públicas. En otro nivel, los acuerdos enmarcados en Petroamerica plantean la integración de las empresas energéticas estatales de América Latina y del Caribe para operar los acuerdos y realizar inversiones conjuntas en la exploración, explotación y comercialización del petróleo y gas natural.
De las tres iniciativas subregionales, Petrocaribe es quizás la mas polémica debido principalmente a las cantidades de suministro de petróleo a los países signatarios por parte de Venezuela, estimado en 200 millones de barriles desde el inicio del convenio junio del año 2005, exceptuando a Guatemala que recién ingresa como miembro en la V cumbre celebrada en la ciudad de Maracaibo, en donde también se le otorga a Petrocaribe, un bloque para su explotación en la Faja del Orinoco. Allá se otorgaron facilidades adicionales a los países signatarios y la factura petrolera cuenta hoy con un descuento del 60% y financiamiento a largo plazo de hasta 25 años, la cual se puede cancelar con productos, servicios, asistencia de salud, convenios deportivos y otras modalidades. La ayuda o deuda de los países beneficiados en este convenio, esta alrededor de los 20 mil millones de dólares, si tomamos como buena la información obtenida de la pagina de Petrocaribe y el suministro diario de barriles de petróleo a cada miembro, siendo Cuba el país mayor favorecido en el suministro del crudo y a la vez el mayor deudor en aproximadamente 50% del valor de esta factura. En el convenio se contempla dos años de gracia para comenzar a cancelar el descuento de la factura petrolera y, prácticamente es ahora cuando se comienza a recibir estos pagos. Algunos de los países signatarios confrontan problemas financieros para el pago de la factura, aunque muchos de ellos esta en mejores condiciones que el nuestro exceptuando a Haití y, esto debido fundamentalmente a la forma como se ha diseñado el financiamiento que solapa el pago de las facturas y los llevar tarde o temprano a un estado de mora con Venezuela. Este convenio eminentemente político desata grandes controversias internas en los países signatarios debidas principalmente a las exigencias estratégicas incluidas en el mismo y que adicionalmente prevé entre sus clausulas, un plazo de 30 días para cambiar o anular el acuerdo, en situaciones que afecten a los intereses venezolanos.
Es repudiable que en los convenios suscritos por Petroamarica, se de beneficios a los sectores privados de esas naciones, incluyendo en el pago de la factura petrolera sus productos en detrimento del sector privado nacional, desperdiciando de esa manera una oportunidad de consolidar un intercambio comercial equilibrado y justo. Esto tiene que ser reformulado en favor del interés nacional.
eduardojbarriosp@gmail.com
Tomado de analítica.com Miércoles, 23 de julio de 2008
Los convenios que ha suscrito el estado venezolano con los países suramericanos, centroamericanos y del Caribe, contienen fundamentalmente objetivos políticos e integracionistas. Como importante productor de petróleo, Venezuela esta utilizando esta riqueza e insustituible producto energético, con la determinación de influenciar geopolíticamente en esta importante región. Para poder juzgar los fines que persigue Venezuela, es necesario conocer al menos de forma resumida de que se trata la iniciativa de Petroamerica, cuya cooperación esta enmarcada en la Alternativa Bolivariana para la América -ALBA- programa propuesto por Venezuela para confrontar al ALCA - Área de Libre Comercio de las Américas programa de Estados Unidos para facilitar el comercio y las inversiones directas estadounidenses entre los países latinoamericanos, exceptuando a Cuba.
Petroamarica esta concebida como un operador geopolítico con propósitos y objetivos de utilización de los recursos energéticos de las nombradas regiones y, fortalecer otras iniciativas regionales como Mercosur y la CAN. En Petroamarica confluyen tres iniciativas subregionales de integración energética: 1. Petrosur: integrada por Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela.
2. Petrocaribe: integrada por Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Haití, Honduras, Guyana, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucia, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Venezuela.
3. Petroandina: esta iniciativa privilegia a los paises que integran a la Comunidad Andina de Naciones - CAN - Bolivia, Colombia, Ecuador, Peru y Venezuela. Venezuela anuncia su retiro de este organismo pero da preferencia a Ecuador y Bolivia en esta subregión.
Entre los puntos resaltantes de la cooperación de Petroamerica y los países signatarios destacan: negociaciones directas entre los estados miembros; suministro de crudos y productos; disel o, construcción y operación conjunta de refinerías, facilidades de almacenamiento y terminales; comercialización conjunta de crudos, productos, GLP (Gas Licuado de Petróleo), asfaltos y lubricantes; exploración y explotación conjunta de petróleo y gas; procesamiento y comercialización de gas; petroquímica; combustibles ecológicos; políticas públicas. En otro nivel, los acuerdos enmarcados en Petroamerica plantean la integración de las empresas energéticas estatales de América Latina y del Caribe para operar los acuerdos y realizar inversiones conjuntas en la exploración, explotación y comercialización del petróleo y gas natural.
De las tres iniciativas subregionales, Petrocaribe es quizás la mas polémica debido principalmente a las cantidades de suministro de petróleo a los países signatarios por parte de Venezuela, estimado en 200 millones de barriles desde el inicio del convenio junio del año 2005, exceptuando a Guatemala que recién ingresa como miembro en la V cumbre celebrada en la ciudad de Maracaibo, en donde también se le otorga a Petrocaribe, un bloque para su explotación en la Faja del Orinoco. Allá se otorgaron facilidades adicionales a los países signatarios y la factura petrolera cuenta hoy con un descuento del 60% y financiamiento a largo plazo de hasta 25 años, la cual se puede cancelar con productos, servicios, asistencia de salud, convenios deportivos y otras modalidades. La ayuda o deuda de los países beneficiados en este convenio, esta alrededor de los 20 mil millones de dólares, si tomamos como buena la información obtenida de la pagina de Petrocaribe y el suministro diario de barriles de petróleo a cada miembro, siendo Cuba el país mayor favorecido en el suministro del crudo y a la vez el mayor deudor en aproximadamente 50% del valor de esta factura. En el convenio se contempla dos años de gracia para comenzar a cancelar el descuento de la factura petrolera y, prácticamente es ahora cuando se comienza a recibir estos pagos. Algunos de los países signatarios confrontan problemas financieros para el pago de la factura, aunque muchos de ellos esta en mejores condiciones que el nuestro exceptuando a Haití y, esto debido fundamentalmente a la forma como se ha diseñado el financiamiento que solapa el pago de las facturas y los llevar tarde o temprano a un estado de mora con Venezuela. Este convenio eminentemente político desata grandes controversias internas en los países signatarios debidas principalmente a las exigencias estratégicas incluidas en el mismo y que adicionalmente prevé entre sus clausulas, un plazo de 30 días para cambiar o anular el acuerdo, en situaciones que afecten a los intereses venezolanos.
Es repudiable que en los convenios suscritos por Petroamarica, se de beneficios a los sectores privados de esas naciones, incluyendo en el pago de la factura petrolera sus productos en detrimento del sector privado nacional, desperdiciando de esa manera una oportunidad de consolidar un intercambio comercial equilibrado y justo. Esto tiene que ser reformulado en favor del interés nacional.
eduardojbarriosp@gmail.com
martes, 22 de julio de 2008
PORQUE NO RECUPERAMOS LA GUAYANA ESEQUIBA
Tomado de Foros de Aporrea.org
¡Espacio para discutir sobre el Socialismo del Siglo XXI!
SOY REVOLUCIONARIO Y HE APOYADO AL PRESIDENTE EN TODAS Y CADA UNA DE SUS ACTUACCIONES PERO EN ESTA DE UNA GUERRA A COLOMBIA NO PUEDO HACERLO,HE VISTO Y LEIDO PORQUE ME MANTENGO INFORMADO DEL PROCESO QUE VIVE COLOMBIA DEL SUFRIMIENTO DE MUCHAS FAMILIAS A CAUSA DE LA GUERRILLA Y DE LOS PARAMILITARES PARA QUE VAYAMOS NOSOTROS A INCURRIR EN ALGO QUE DE VERDAD NO TIENE SENTIDO.PORQUE MEJOR ESO BATALLANES DE LOS QUE HABLO EL PRESIDENTE NO LOS MANDAMOS A RECUPERAR LA GUAYANA ESEQUIBA QUE SIGUE SIENDO EXPLOTADA POR LOS GUYANESES Y LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES, EN ESAS TIERRAS HAY MUCHOS MINERALES PRECIOSOS Y ES NUESTRA DESDE QUE SOMOS VENEZUELA SERIA BUENO UN PRONUNCIAMIENTO MILITAR EN ESE SENTIDO Y NO PARARSE FIRME COMO LO HIZO EL GAFO DEL MINISTRO DE LA DEFENSA PARA OBEDECER UNA ORDEN QUE TIENE QUE SER ESTUDIADA Y ANALIZADA POR EL ESTADO MAYOR DEL EJERCITO.
[LO SIENTO PERO EN ESTO NO APOYO A CHAVEZ
¡Espacio para discutir sobre el Socialismo del Siglo XXI!
SOY REVOLUCIONARIO Y HE APOYADO AL PRESIDENTE EN TODAS Y CADA UNA DE SUS ACTUACCIONES PERO EN ESTA DE UNA GUERRA A COLOMBIA NO PUEDO HACERLO,HE VISTO Y LEIDO PORQUE ME MANTENGO INFORMADO DEL PROCESO QUE VIVE COLOMBIA DEL SUFRIMIENTO DE MUCHAS FAMILIAS A CAUSA DE LA GUERRILLA Y DE LOS PARAMILITARES PARA QUE VAYAMOS NOSOTROS A INCURRIR EN ALGO QUE DE VERDAD NO TIENE SENTIDO.PORQUE MEJOR ESO BATALLANES DE LOS QUE HABLO EL PRESIDENTE NO LOS MANDAMOS A RECUPERAR LA GUAYANA ESEQUIBA QUE SIGUE SIENDO EXPLOTADA POR LOS GUYANESES Y LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES, EN ESAS TIERRAS HAY MUCHOS MINERALES PRECIOSOS Y ES NUESTRA DESDE QUE SOMOS VENEZUELA SERIA BUENO UN PRONUNCIAMIENTO MILITAR EN ESE SENTIDO Y NO PARARSE FIRME COMO LO HIZO EL GAFO DEL MINISTRO DE LA DEFENSA PARA OBEDECER UNA ORDEN QUE TIENE QUE SER ESTUDIADA Y ANALIZADA POR EL ESTADO MAYOR DEL EJERCITO.
[LO SIENTO PERO EN ESTO NO APOYO A CHAVEZ
Desde Venezuela. LA ANGUSTIA DEL CANCILLER...!!!
Por G.D Oswaldo Sujú Raffo.
Tomado de BWN Patagonia correo lectores http://bolsonweb.com.ar/diariobolson/columna/correolectores/3326.htm
Muy recientemente nuestro impredecible “Canciller”, en una de sus declaraciones ante los medios afirmó: “sentirse angustiado por el uso inapropiado del símbolo de la Cruz Roja, en la Operación Jaque...”. Si bien es cierto que ello ocurrió, como lo reconoció el Sr. Presidente Alvaro Uribe Vélez como secuela del temor de uno de los Comandos, ante la presencia de más de 60 guerrilleros que rodearon el helicóptero del rescate, y ellos ( los valientes Comandos colombianos, sin siquiera un cortaúñas) a merced de la suerte y la tensión de esos 24 minutos, que debieron parecerles siglos, no es condenable esa acción de “seguro de vida” de último momento . Hay que vivir el suceso y los seres humanos reaccionamos de diversas formas ante el peligro de vida...ejemplos sobran en esta revolución rojita, desde el mismo 4F...ó no ?
El inmaduro “Canciller” Maduro, ¿ no recuerda lo sucedido en una carretera al sur de Colombia, hace cierto tiempo, cuando un vehículo con las insignias de la Cruz Roja , con personal civil de esa organización fue tiroteado por una alcabala de las FARC, causando muertos y heridos ? ¿Tampoco recuerda nuestro “inefable” e inmaduro “ Canciller” , cuando muy recientemente una ambulancia, con la Cruz Roja internacional, que transportaba a dos soldados colombianos, desarmados y heridos , fue detenida en un retén de las FARC y ametrallados esos soldados heridos ? Llama la atención el “cristal” como el inmaduro “Canciller”, queriendo congraciarse con Don Regalón, critica la temeraria “Operación Jaque”; sin reconocer el mérito del rescate de 15 seres humanos en cautiverio en medio de la selva, algunos con más de diez años... A mí me angustia que usted “Canciller” no se angustió, por las angustias que vivió el pueblo venezolano, en especial por las angustias de las madres de los soldados de los diez batallones que por una arrechera personal de Don Regalón, trataron de enviar a la frontera, a cazar pelea con tropas mejores entrenadas y comandadas... Creo, sin temor a equivocarme, que sus angustias deben centrarse en otras cosas más importantes, inherentes a su cargo y de las cuales usted mañana deberá dar cuenta. No observo su angustia por la forma como Don Regalón ha entregado, de manera traidora y apátrida, nuestro territorio esequibo al gobierno guyanés. No se nota su angustia por la pérdida de soberanía nacional en manos del régimen castro-comunista cubano y de los campamentos de la FARC y del ELN en territorio nacional .Nadie ha observado su angustia o preocupación por el “alquiler” que el Presidente guyanés Jahdeo, desea hacerle a Inglaterra de nuestro territorio esequibo: como tampoco por las construcciones que el Brasil hace allí y las explotaciones de minerales por empresas rusas y afines, violando nuestra Constitución y el Tratado de Ginebra de 1966. Mire “Canciller” a los venezolanos nos angustia que sus angustias no sean evitar comprometer el prestigio, de país pacífico, democrático y amante de la paz que hemos sido. ¿A usted no lo angustia que, nos señalen como puente del narcotráfico y refugio de terroristas ? Usted “ Canciller”, al igual que otros altos funcionarios de este régimen, ¿ no les angustia el regalo y derroche de más de 33.000 millones de US $ a gobiernos chulos, hecho por Don Regalón, en detrimentos de las necesidades de nuestro pueblo para mantener un proyecto político mesiánico ? Por lo visto, sus angustias verdaderas “Canciller” y la de sus “asesores” serán ineludiblemente en esa nueva Venezuela mía, (no sé si) suya y nuestra . La Patria es primero. ¡Hasta luego !
Tomado de BWN Patagonia correo lectores http://bolsonweb.com.ar/diariobolson/columna/correolectores/3326.htm
Muy recientemente nuestro impredecible “Canciller”, en una de sus declaraciones ante los medios afirmó: “sentirse angustiado por el uso inapropiado del símbolo de la Cruz Roja, en la Operación Jaque...”. Si bien es cierto que ello ocurrió, como lo reconoció el Sr. Presidente Alvaro Uribe Vélez como secuela del temor de uno de los Comandos, ante la presencia de más de 60 guerrilleros que rodearon el helicóptero del rescate, y ellos ( los valientes Comandos colombianos, sin siquiera un cortaúñas) a merced de la suerte y la tensión de esos 24 minutos, que debieron parecerles siglos, no es condenable esa acción de “seguro de vida” de último momento . Hay que vivir el suceso y los seres humanos reaccionamos de diversas formas ante el peligro de vida...ejemplos sobran en esta revolución rojita, desde el mismo 4F...ó no ?
El inmaduro “Canciller” Maduro, ¿ no recuerda lo sucedido en una carretera al sur de Colombia, hace cierto tiempo, cuando un vehículo con las insignias de la Cruz Roja , con personal civil de esa organización fue tiroteado por una alcabala de las FARC, causando muertos y heridos ? ¿Tampoco recuerda nuestro “inefable” e inmaduro “ Canciller” , cuando muy recientemente una ambulancia, con la Cruz Roja internacional, que transportaba a dos soldados colombianos, desarmados y heridos , fue detenida en un retén de las FARC y ametrallados esos soldados heridos ? Llama la atención el “cristal” como el inmaduro “Canciller”, queriendo congraciarse con Don Regalón, critica la temeraria “Operación Jaque”; sin reconocer el mérito del rescate de 15 seres humanos en cautiverio en medio de la selva, algunos con más de diez años... A mí me angustia que usted “Canciller” no se angustió, por las angustias que vivió el pueblo venezolano, en especial por las angustias de las madres de los soldados de los diez batallones que por una arrechera personal de Don Regalón, trataron de enviar a la frontera, a cazar pelea con tropas mejores entrenadas y comandadas... Creo, sin temor a equivocarme, que sus angustias deben centrarse en otras cosas más importantes, inherentes a su cargo y de las cuales usted mañana deberá dar cuenta. No observo su angustia por la forma como Don Regalón ha entregado, de manera traidora y apátrida, nuestro territorio esequibo al gobierno guyanés. No se nota su angustia por la pérdida de soberanía nacional en manos del régimen castro-comunista cubano y de los campamentos de la FARC y del ELN en territorio nacional .Nadie ha observado su angustia o preocupación por el “alquiler” que el Presidente guyanés Jahdeo, desea hacerle a Inglaterra de nuestro territorio esequibo: como tampoco por las construcciones que el Brasil hace allí y las explotaciones de minerales por empresas rusas y afines, violando nuestra Constitución y el Tratado de Ginebra de 1966. Mire “Canciller” a los venezolanos nos angustia que sus angustias no sean evitar comprometer el prestigio, de país pacífico, democrático y amante de la paz que hemos sido. ¿A usted no lo angustia que, nos señalen como puente del narcotráfico y refugio de terroristas ? Usted “ Canciller”, al igual que otros altos funcionarios de este régimen, ¿ no les angustia el regalo y derroche de más de 33.000 millones de US $ a gobiernos chulos, hecho por Don Regalón, en detrimentos de las necesidades de nuestro pueblo para mantener un proyecto político mesiánico ? Por lo visto, sus angustias verdaderas “Canciller” y la de sus “asesores” serán ineludiblemente en esa nueva Venezuela mía, (no sé si) suya y nuestra . La Patria es primero. ¡Hasta luego !
¿Entregamos el Esequibo?/ Rafael Marrón González
Tomado del Correo del Caroní del 22 de Julio de 2008 http://www.correodelcaroni.com/content/view/103291/126/
Recuerdo que en los primeros años del gobierno de Chávez se generó una expectativa con el asunto de la reclamación del territorio Esequibo, y aquí en Guayana unos exaltados grafitaban las paredes con convocatorias a la toma armada de ese territorio venezolano en poder extranjero.
Luego la euforia nacionalista se evaporó en los éteres de la corrupción y la godarria roja rojita, al grado de correrse el rumor sobre una supuesta negociación de nuestra Cancillería con la de Guyana a cambio del voto para el Consejo de Seguridad de la ONU, y el embajador de esa nación usurpadora de nuestro territorio cometió el desmán de exigir a Chávez en nombre de la solidaridad comunista que diera por cancelada la reclamación y otorgara pleno derecho a los guyaneses sobre el territorio venezolano, lo que sería de grave incidencia sobre la posesión y soberanía de los mayores yacimientos gasíferos venezolanos, ubicados precisamente en la zona del Delta.
Y nos parece que esta pretensión ha sido respondida afirmativamente porque -violando el artículo 13 de la Constitución- se le ha permitido al Gobierno guyanés la explotación de las riquezas del suelo y subsuelo que se encuentran en la zona en reclamación, lo que equivale a entregarlo en silencio.
A diferencia, los venezolanos no podemos transitar por ese territorio. Las últimas noticias de la entrega de esta olvidada parte del país serían la construcción de un puente sobre el río Takutu (2007-2008) ubicado en la sabana del Rupununi que en 1969 se había subvertido para ser un territorio independiente bajo la protección de Venezuela, y en los últimos años está apareciendo el mapa de Venezuela mutilado sin su Zona de Reclamación, lo que debe ser combatido en las escuelas, liceos y universidades porque esa debilidad de identificación con nuestras realidades geográficas permitió que perdiéramos la Guajira.
Venezuela ha sido, de todo el continente americano, el país que en su historia ha sufrido la mayor agresión geopolítica, a pesar de que en la delimitación de sus fronteras ha esgrimido a su favor documentos como las cédulas reales que acreditan sus derechos históricos desde tiempos coloniales. Demarcado su territorio con la creación de la Capitanía General de Venezuela el 8 de septiembre de 1777, quedó fijado en una extensión de 2.100.026 km2.
Y perdimos Trinidad en 1797 por la invasión armada de Inglaterra. Y cuando se concreta la separación de Colombia en 1831, nuestro territorio quedó reducido a 1.552.741 km2 de los cuales solamente podemos contabilizar hoy, y gracias a un trabajo de triangulación hecho en el sur por Cartografía Nacional que nos permitió crecer algunos metros, 916.445 km2. Hemos cedido en laudos y concesiones 1.183.581 km2.
Y todavía Colombia, no conforme con el usufructo de una cuantiosa porción territorial desde la Guajira hasta los límites con el estado Bolívar, que por arte de magia hizo binacional al Orinoco, también quiere la mitad de nuestro golfo de Venezuela; y Brasil, inconforme con haberse apoderado en 1965 del Pico La Neblina, de 3.014 metros de altura y 2,2 millones de hectáreas, que conforman hoy el mayor conjunto ecológico del mundo, pretende continuar su expansión con su política de fronteras móviles, es decir creando pueblos fronterizos que se encargan por dinámica natural de invadir espacios ajenos, de allí la importancia de colocar en la Alcaldía del municipio Gran Sabana un inteligente nacionalista integral que enfrente las pretensiones coloniales brasileñas que ya han corrompido el idioma creando el “portuñol” y asimilando a los naturales a su música y tradiciones culturales.
Pero además de Guyana desconocer el Pacto de Ginebra que la obliga a negociar con Venezuela los 159.500 kilómetros cuadrados de tierra venezolana usurpada que generan 175.300 kilómetros cuadrados en el Atlántico, los países del Caribe aspiran apoderarse de la isla de Aves, la porción más septentrional del territorio venezolano, ubicada en 15º 44’33” latitud N y 63º 36’27” longitud O, situada a unos 563 km al norte del litoral venezolano y a 500 kilómetros de Margarita, que brinda a Venezuela espacio aéreo hasta limitar con Puerto Rico, plataforma continental, y entre ochenta y cien mil kilómetros, aproximadamente, de mar territorial, que según la Academia de Ciencias Físicas y Matemáticas, pueden llegar a 150.000 kilómetros cuadrados al finiquitar las delimitaciones con las naciones caribeñas vecinas. Y es precisamente -extraña paradoja- con un gobierno militarista y ultranacionalista con el que vamos a perder estos privilegios territoriales.
La importancia del Esequibo
En la Zona en Reclamación se focaliza el interés mundial por su capacidad geopolítica y geoestratégica representada por minas de bauxita y manganeso, 25 mil toneladas de oro en reservas probadas, diamantes, caolín, arenas, arcilla, sílice, mica, cromo, cobre, uranio, hierro, hematita, cinita entre otros minerales metálicos, no metálicos y radiactivos (uranio), granito de diversos colores, petróleo y gas natural, y un potencial hidroeléctrico de unos 3.500 megavatios.
En la región de tierras altas los bosques forestales ocupan más de ocho millones de hectáreas que contienen más de 1.000 especies diferentes, una fauna diversa y un porcentaje significativo de tierras agrícolas. Todo en manos de una población, constituida por 38% afroguayanés, 52% indo-guayanés, y 10% amerindios: araguacos y caribes, de 745 mil personas (censo 1999), de las cuales el 90% viven en la franja costera que representa el 4% del territorio, y unas sesenta mil han emigrado a San Félix, que conforman la segunda nación más pobre de América Latina después de Haití, que hablan un inglés muy personal y creen en Cristo, Buda y Mahoma en una amalgama cultural que se ha ido consolidando durante un siglo con elementos holandeses, británicos, españoles, indios, africanos, indígenas y caribeños, y que, salvo por la geografía, no tienen la menor afinidad con Venezuela.
Guyana explota retadoramente nuestro Esequibo
A pesar de la prohibición expresa de explotar las riquezas en el territorio en reclamación sin el concurso de Venezuela, circulan versiones extraoficiales, sobre que Georgetown, había aceptado la adquisición por parte de China, de una empresa explotadora de bauxita en la región Esequiba, al tiempo que confidencialmente, el presidente guyanés visita a su colega ruso donde se habló de la concesión en el mismo territorio, para la construcción de una represa hidroeléctrica.
Pero además, como lo denuncia el general Suju Rafo, denodado defensor de nuestra integridad territorial, Chávez “dio luz verde para que Guyana, usurpara abiertamente nuestro territorio Esequibo, explotara nuestras riquezas y arrinconara a Venezuela en el este atlántico con Brasil, nación con la que adelanta los siguientes proyectos:
1. Carretera Boa Vista-Bonfin- Lethem-Georgetown,
2. Puente sobre el río Esequibo,
3. Puente sobre el río Mazaruní,
4. Puente sobre el río Cuyuní,
5. Puerto de aguas profundas, en el Atlántico venezolano,
6. Complejo hidroeléctrico en el Alto Mazaruní, con líneas de transmisión hasta Boa Vista e incluye una planta de fundición de aluminio,
7. Planta hidroeléctrica de Amalia, sobre el río Potaro,
8. Puente sobre el río Tukutú,
9. Múltiples concesiones para la explotación de maderas, de minerales preciosos a empresas mundiales (Russol, Goleen Star, Vanessa Venture Ltd., etc.) y
10. la exploración de hidrocarburos en nuestras aguas nacionales en el Atlántico”.
Guyana invade además nuestro territorio atlántico
Aníbal Martínez, geólogo y presidente del Frente ProDefensa del Petróleo, afirma que en 1999 “el Gobierno de Guyana otorgó 130 mil kilómetros cuadrados en concesiones para la exploración de hidrocarburos. Basta sólo mencionar, para comprender la verdadera dimensión y enorme significado geopolítico del abusivo acto inamistoso, que una de ellas -Starbroek, entregada a Exxon Mobil- se recuesta en una longitud de 110 kilómetros en el límite venezolano-Trinidad-Tobago y las otras tres cierran completamente la vía marítima vital que nos corresponde como salida al océano Atlántico, por eso la entrega de concesiones petroleras y de gas por parte de Guyana una “agresión inaceptable a la soberanía de Venezuela”. La Constitución de Venezuela establece en sus artículos 10 y 12 que la Guayana Esequiba y su extensión aguas adentro en el océano Atlántico son porción integral de nuestros espacios geográficos y que los yacimientos de todas las clases de hidrocarburos existentes en ese territorio son bienes de dominio público y, por lo tanto, inalienables e imprescriptibles.
Por decreto presidencial del 9 de julio de 1968, Venezuela trazó la línea de base recta que cerró el delta del Orinoco de punta Araguapiche a Punta Playa y se extendió hasta la boca del río Esequibo. El tratado sobre la Delimitación de Aguas Marinas y Submarinas entre Venezuela y Trinidad/Tobago se firmó en Caracas 18 de abril de 1990. La plataforma continental generada en el Atlántico, tiene 175.300 kilómetros cuadrados de superficie. El Ministerio de Energía y Minas y el Frente ProDefensa del Petróleo, en coordinación con el Ministerio de Relaciones Exteriores, anunciaron en junio de 2000 durante el Congreso Mundial del Petróleo en Calgary, Canadá, el programa exploratorio por hidrocarburos que desarrollarían conjuntamente la Armada y Petróleos de Venezuela en la Fachada Atlántica.
Luego, en septiembre de 2002, el Frente ProDefensa del Petróleo, en coordinación con el Ministerio de Energía y Minas y la Unidad de Guyana de la Cancillería, informó en el Congreso Mundial del Petróleo de Río de Janeiro sobre los progresos de la exploración del margen atlántico y el Programa de la Plataforma Deltana. El frente protestó enérgicamente en agosto 1999 el intento de Guyana de otorgar contratos petroleros de producción compartida en la plataforma continental de la Guayana Esequiba, pues el límite oeste de las áreas marcadas hubiera reducido la plataforma continental atlántica venezolana en el Atlántico a un triángulo de 14 mil kilómetros cuadrados e impedido el desarrollo eventual hacia el este de los yacimientos de gas natural descubiertos y por descubrir.
La Cancillería venezolana hizo lo propio en septiembre de 1999 y en julio 2000 Petróleos de Venezuela advirtió a la presunta empresa contratante que los bloques se ubicaban tanto frente al Esequibo como el Delta. De todas maneras, Venezuela convino en noviembre 2001 la adhesión de Guyana al Acuerdo Energético de Caracas. El frente advierte que 13 de febrero de 2002 Guyana informó a las Naciones Unidas que no reconocía la frontera binacional convenida en el Atlántico entre Venezuela y Trinidad/Tobago, a la vez que denunció la perforación de pozos en áreas supuestamente sometidas a su soberanía.
Aún hay más. En diciembre de 2003, Guyana firmó con Barbados un tratado insólito, de cooperación de “las zonas económicas exclusivas comunes”, en las que se ejercería jurisdicción de los lechos marinos, las columnas de agua y los espacios aéreos. Por cuanto Barbados está 500 kilómetros al norte franco de Punta Playa y 670 kilómetros al noroeste de la desembocadura del río Esequibo respecto a Venezuela y 215 kilómetros al noreste de Tobago, es imposible en la cartografía y en el espacio físico que exista área geométrica de “solapamiento” de tales zonas económicas exclusivas. El área de desarrollo del Programa de la Plataforma Deltana estaría en buena parte dentro del “solapamiento” intentado”.
En conclusión
Dada la sospechosa inactividad y hasta complicidad por afinidad ideológica del gobierno de Hugo Chávez con las abusadoras autoridades guyanesas es imprescindible la toma de conciencia del pueblo venezolano sobre esta sostenida agresión geopolítica que pretende usurpar un derecho titular inobjetable a esta porción de territorio patrio. Por lo tanto corresponde a las altas jerarquías militares, académicas, sociales y políticas de la República tomar las acciones pertinentes para impedir el inicuo despojo que se pretende cometer contra la nación. El Esequibo
es venezolano y punto
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