http://www.aporrea.org/actualidad/a178811.html
Tomado de:
Por: Survival Internacional | Martes, 17/12/2013 07:40 PM | Versión para
imprimir
La tranquilidad con la que vivían los Yanomamis llegó
a su fin en la década de 1980, cuando la fiebre por el oro explotó en
plena Amazonia y trajo a más de 40.000 mineros ilegales que
sistemáticamente establecieron un negoció que sigue devastando una gran parte
de la zona.
Al norte de Brasil y al Sur de Venezuela, los Yanomamis están
distribuidos en alrededor de 250 comunidades en un territorio que alcanza los
19 millones de hectáreas, o lo que es igual a cuatro veces el tamaño de Suiza.
Es esta la zona, en la actualidad, la etnia indígena
sobrevive a la explotación de los recursos naturales que causa enfermedades,
envenenamiento, agresiones, violaciones y persecuciones a quienes se opongan.
Andrés Blanco, coordinador general de la ONG Yanomami
Horonami, denuncia que la selva se ha convertido en un verdadero peligro para
sus habitantes, debido a que cada vez hay más mineros, y nosotros como
pueblo sabemos quiénes son, cómo trabajan y dónde exactamente tienen sus
maquinarias.
El líder indígena agrega que la violencia que viven se
refleja de diferentes maneras. La más común es a través de explotación laboral,
ya que los Yanomamis más jóvenes terminan siendo los caleteros de los mineros
ilegales, quienes entregan alguna prenda de ropa o una lata de comida tras
largas y forzadas jornadas de trabajo.
También traen enfermedades, nos golpean, violan a nuestras
hijas. Todo esto está acabando con nosotros, a los Yanomamis nos están matando
poco a poco, ya hemos muerto muchos, muchos hermanos.
La ONG Survival Internacional calcula que en la actualidad
unos 1.000 buscadores de oro trabajan ilegalmente en la tierra yanomami. Entre
las consecuencias está la transmisión de enfermedades mortales como la malaria
y la contaminación de los ríos y los bosques con mercurio. La salud de los
yanomamis se ve perjudicada y la atención médica crítica no llega hasta ellos,
especialmente en Venezuela.
La situación ha reunido a las organizaciones indígenas de
ambos países el pasado 11 de octubre en Puerto Ayacucho (Amazonas, Venezuela).
Del encuentro publicaron una carta abierta en la que resaltaron: La
situación es muy grave en la frontera de Brasil con Venezuela, donde se han
instalado campamentos mineros ilegales que producen violencia, epidemias,
destrucción de nuestras tierras y contaminación de los ríos () No es posible
tener buena salud si no tenemos nuestro territorio protegido.
No sabemos cuántos hermanos Yanomamis han sido asesinados,
envenenados. Son más de 250 comunidades que para llegar hay que estar más de un
mes viajando por río y caminando por la selva. Eso hace que sea un trabajo
difícil añade Andrés Blanco.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) expresó su
preocupación ante la situación que vive del pueblo Yanomami, particularmente
por la presencia y agresiones de mineros ilegales contra los miembros de las
comunidades indígenas habitantes en esa zona. En un comunicado al Estado
venezolano recomendó que se lleve a cabo una investigación exhaustiva de los
hechos de violencia que se dan en la zona.
Survival Internacional afirma que los mineros ilegales
provienen de Brasil, otros son venezolanos y de los países de los alrededores.
Estos buscadores de oro son autónomos: van por su cuenta y no forman parte de
compañías o multinacionales mineras.
Investigar para denunciar
Blanco informó que en la actualidad hay tres grupos de 10
líderes Yanomamis investigando en la zona, con el fin de poder traer pruebas
sobre el crecimiento de la minería ilegal en los territorios indígenas.
Traeremos fotografías, vídeos y todo el material que sea
necesario para interponer la denuncia ante la Defensoría del Pueblo, el
Ministerio Público y la propia Presidencia de la República Bolivariana de
Venezuela.
En este sentido, la Fiscalía Superior del Estado Amazonas
explicó que en una acción coordinada con varias instituciones están recabando
pruebas para castigar judicialmente a los mineros ilegales, que por la Ley de
Ambiente deben pagar condenas de mínimo seis meses de prisión.
José Gregorio Mirabal, coordinador de la Organización
Regional de Pueblos Indígenas del Amazonas (Orpia) desconfía de que el gobierno
reciba las pruebas con objetividad o que dicte castigo a los responsables. Él
cree que el Estado ha satanizado las denuncias impuestas hasta el momento.
Hay implicación de los propios militares en este negocio de
la minería ilegal, es un negocio que beneficia a la gente del poder, así que
las veces que han ido a investigar sólo ha sido por dos o tres días, no
profundizan ante un tema tan extenso. Y cuando insistimos en seguir
denunciando, entonces nos satanizan, el propio gobierno señaló que los
Yanomamis estaban pagados por Estados Unidos para desestabilizar a Venezuela.
¿Esto es normal o coherente por parte de un gobierno?.
En una de las últimas visitas que realizó el Estado
venezolano a la zona, los representantes de la ONH Horonami estuvieron
presentes y denuncian que durante el recorrido: Vimos los campamentos de
mineros ilegales, vimos pasar una avioneta, vimos una pista clandestina, vimos
algunos garimpeiros huyendo de la comisión que caminaba por la selva () Los
efectivos de las Fuerzas Armadas, de la Fiscalía que venían en la comisión,
también fueron testigos de esto. De esta visita no hubo detenidos, ni
intervenciones en el lugar, según datos reflejados por el Ministerio de
Interior y Justicia.
Minería gubernamental
La última amenaza para los yanomamis de Venezuela procede de
la empresa china CITIC, con la que el Gobierno venezolano ha firmado un acuerdo
de 700 millones de dólares para la exploración mineral en el Arco minero del
Orinoco, en los estados de Amazonas y Bolívar.
Según la Secretaría de Ambiente del Estados Amazonas, la
empresa CITIC tiene prevista la construcción de cinco campos mineros en
áreas habitadas por pueblos indígenas, incluso en Ocamo, que yace en el corazón
del territorio yanomami.
Survival internacional considera que el Estado necesita
comprometerse mucho más con los Yanomamis: consultarlos, escucharlos e
involucrarlos en los proyectos sanitarios y territoriales. Y los movimientos
indígenas exigen al gobierno que revise urgentemente el proyecto minero y sus
políticas
No hay comentarios:
Publicar un comentario