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Todos pierden en guerra por las hidroeléctricas amazónicas. Parte
I
Tomado de:
Por Mario Osava
Mario Osava entrevista a PEDRO BARA, de la Iniciativa
Amazonia Viva de WWF
Pedro Bara explica a indígenas y activistas la herramienta
desarrollada por WWF para orientar negociaciones ante el avance de
hidroeléctricas y otros grandes proyectos en la Amazonia. Crédito: Cortesía
Denise Oliveira/WWF Living Amazon Initiative
SÃO PAULO, 26 ago 2013 (IPS) - En la guerra por las grandes
centrales hidroeléctricas en la Amazonia, pierden todos, inclusive los
vencedores que consiguen construirlas, pero con atrasos, costos estériles y
daños a su imagen.
“La polarización empobrece el debate” sobre el
aprovechamiento y la conservación de los recursos naturales, sostiene en esta
entrevista Pedro Bara, líder de Estrategia de Infraestructura en Iniciativa
Amazonia Viva del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
WWF se destaca por buscar salidas negociadas a la disputa
entre la lógica económica y la naturaleza. En el caso de las hidroeléctricas,
propone un diálogo para resolver enfrentamientos entre los emprendedores,
incluido el gobierno, y una variada oposición de afectados, movimientos
sociales, indígenas y ambientalistas.
El objetivo sería trazar una estrategia para la Amazonia, o
por lo menos para cuencas hidrográficas enteras, superando el enfoque proyecto
a proyecto, sin parámetros validados.
Para eso, el capítulo brasileño de WWF desarrolló una
herramienta basada en estudios científicos, que permite tener una idea de lo
que es necesario preservar de aguas y biodiversidad para mantener vivo el
sistema amazónico.
IPS: ¿Cómo proteger la naturaleza amazónica ante el avance de
hidroeléctricas, ganado, soja, madereras, minería y carreteras?
"La conservación depende de la conectividad hídrica. Si
el sector eléctrico quiere embalsar todos los ríos de una cuenca, el futuro de
una Amazonia viva se verá comprometido. Pero todo es negociable, nuestra
herramienta es para facilitar el diálogo".
PEDRO BARA: Hace seis años, decidimos preguntarnos qué
necesitaríamos para conservar la Amazonia de aquí en adelante. No es 100 por
ciento de lo que queda hoy, pero tampoco puede ser todo para el desarrollo. Si
conociésemos toda la biodiversidad, sería fácil definir áreas prioritarias.
Pero la información sobre biodiversidad amazónica no ofrece datos suficientes.
Como mucho, creo que conocemos 40 por ciento del total.
Nos vimos obligados a inferir la biodiversidad a través de la
heterogeneidad del ambiente. Ambientes diferentes van a tener especies
diferentes. Se hace una aproximación. Hicimos varias pruebas en Madre de Dios
(región del sudeste del Perú) sobre cómo planificar la conservación del agua en
áreas pobres de datos.
Concluimos que entrecruzando declive con escurrimiento
superficial y flujo de agua, vegetación y origen de agua, se consigue una buena
explicación de la heterogeneidad acuática y clasificación de los ríos por
segmentos. Expandimos ese modelo a toda la cuenca amazónica.
IPS: ¿Escogieron Madre de Dios porque su ecología es
representativa de la Amazonia?
PB: No, sino porque tiene características bastante
diversificadas. Si fuese homogénea no serviría. Teníamos que trabajar con
bastante diversidad de ambientes, para probar varios modelos y escoger el mejor
para aplicar en toda la Amazonia, donde identificamos 299 clases de ecosistemas
acuáticos.
Al mismo tiempo, The Nature
Conservancy y NatureServe
(entidades creadas por científicos estadounidenses) desarrollaron un modelo de
heterogeneidad terrestre basado en relieve, tipo de suelo, vegetación y
clima. Identificaron 423 ecosistemas terrestres en la Amazonia. Conclusión:
este bioma es más diverso desde el punto de vista terrestre que acuático.
También es una aproximación, porque hay especies animales que se mueven mucho.
Pero con los dos modelos puedo decidir qué conservar. Si
puedo conservar una muestra representativa, funcional y resiliente de las 299
clases acuáticas y 423 terrestres, teóricamente conservo la heterogeneidad y la
biodiversidad amazónicas.
IPS: Pero, ¿cómo escoger las áreas prioritarias?
PB: Por la mejor relación costo-beneficio, minimizando el
área en una decisión puramente económica.
IPS: ¿Cómo se miden el costo y el beneficio?
PB: Beneficio es oportunidad, por ejemplo las áreas
protegidas y tierras indígenas, donde es menor el costo de conservar. Costo es
amenaza: deforestación y avance de frontera agrícola y pecuaria son los costos
terrestres.
El modelo elige dentro de la misma clase de ecosistema el
área más distante de esas amenazas que aumentan los costos de conservación. Se
trata de un software ensamblador de rompecabezas de miles de microcuencas, cada
una con sus atributos, como pertenecer a esta o aquella clase acuática o
terrestre, la cercanía de carreteras o su nivel de degradación actual. Huye del
rojo, donde el costo es alto, y escoge la muestra de ecosistema en área
protegida. Hace miles de interacciones para señalar una mejor solución.
No inventamos nada, usamos metodologías de trabajos
científicos. La Agencia Nacional de Aguas
(ANA) hizo un trabajo parecido, el “Plan
estratégico de los ríos de la margen derecha del Amazonas”, lo que nos dio
seguridad.
Pero hay casos donde no tengo opciones. El ecosistema
acuático 214, por ejemplo, solo se da en un lugar. Si resulta afectado, estará
definitivamente perdido. Es insustituible. Y hay muchas áreas insustituibles.
IPS: Entonces, ¿qué es lo que ustedes proponen conservar?
PB: Establecimos una meta: conservar 30 por ciento de cada
clase de ecosistema. Pero es solo un ejercicio, la decisión depende de quién
esté en la mesa discutiendo los parámetros. Treinta por ciento de los
ecosistemas acuáticos, más 30 de los terrestres, teóricamente suman 60 por
ciento, pero como hay un poco de superposición, cae a 55 por ciento. Es razonable,
porque hoy ya tenemos 40 por ciento definido en unidades de conservación y
tierras indígenas. Es un número arbitrario, pero con un valor técnico.
Artículos relacionados
IPS: ¿Un índice para enmarcar la negociación?
PB: Comienza por ahí, llegamos a la definición de lo que
queremos en respuesta al desafío de las hidroeléctricas. Si estamos de acuerdo
en que un área debe ser conservada para el futuro, es necesario que tenga una
conexión libre con el canal principal, el río Amazonas, ya que la cuenca es
única. La conservación depende de la conectividad hídrica. Si el sector
eléctrico quiere represar todos los ríos (de una cuenca), el futuro de una
Amazonia viva se verá comprometido.
Pero todo es negociable, nuestra herramienta es para
facilitar un diálogo, no una solución lista. Es una plataforma de evaluación
estratégica para mirar el todo, contextualizar los proyectos y decidir con
mejores informaciones. Alguien puede introducir mañana la cuestión de los
sitios arqueológicos, de los “quilombolas” *, etcétera.
IPS: ¿Cómo reaccionó el gobierno ante esta propuesta?
PB: La recepción es siempre buena, hasta que se toca un
interés específico. Para nosotros lo ideal era discutir la cuenca amazónica
entera, pero no conseguíamos organizar un foro. El camino se abrió por un
decreto interministerial de diciembre de 2010, que creó un grupo de trabajo
para “analizar aspectos ambientales y socioeconómicos” buscando “subsidiar la
selección de aprovechamientos hidroenergéticos”. Era lo que queríamos. Por eso
la Empresa de Investigación Energética del Ministerio de Minas y Energía quiso
conocer nuestra herramienta. Capacitamos gente de los ministerios. Hicieron sus
análisis.
Pero ya pasaron dos años. Por eso decidimos divulgar nuestras
propuestas antes de que avancen
más los proyectos para el río Tapajós.
IPS: Y en el sector privado, ¿hubo alguna reacción
interesante?
PB: Dirigentes de un banco internacional elogiaron nuestras ideas, contándonos que se mueren de miedo de entrar en un proyecto y después tener que enfrentar una protesta en la puerta del banco. El BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social) no podrá financiar todo solo.
PB: Dirigentes de un banco internacional elogiaron nuestras ideas, contándonos que se mueren de miedo de entrar en un proyecto y después tener que enfrentar una protesta en la puerta del banco. El BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social) no podrá financiar todo solo.
IPS: ¿Puede citar un caso en que esa herramienta haya
señalado mejores alternativas?
PB: En el río
Teles Pires (afluente del Tapajós) supe que se pensó hacer una sola
hidroeléctrica mayor que la actual, la Teles Pires, más grande que la actual y
sin las otras dos en preparación, São Manoel y Foz do Apiacás. Podría haber
sido mejor, con más potencia y menos impacto acumulativo, además de un embalse
plurianual.
El río tiene una barrera natural y el problema de la
conectividad no se plantea de forma tan aguda. Existe el mito de que
hidroeléctricas pequeñas impactan menos, pero con una sucesión de ellas se
fragmenta más el ecosistema acuático.
* Descendientes de africanos cuyos antepasados huyeron en la
época de la esclavitud y que siguen viviendo en comunidades.
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