http://www.elperiodic.com/valencia/noticias/253969_resistencia-bosques-amazonicos-estres-termico-podria-estar-debilitandose-segun-estudio-universitat.html
Tomado de:
07/08/2013 | elperiodic.com
Medio Ambiente
Un estudio de la Universitat de València, publicado
recientemente en Journal of Geophysical Research, anuncia que la resistencia de
los bosques amazónicos al estrés térmico podría estar debilitándose, con el
consiguiente riesgo de aceleración del calentamiento global. El estudio, que
llega a esta conclusión tras evaluar los efectos de las sequías de 2005 y 2010
en los bosques tropicales del Amazonas, procede de la Unidad de Cambio Global
del Laboratorio de Procesado de Imágenes (LPI), en el Parc Científic de la
Universitat de València.
La selva amazónica representa alrededor del 50% de los
bosques tropicales del mundo. Suponen un componente clave del ciclo global del
carbono, de manera que los cambios que se producen en estos bosques pueden
afectar a la concentración de CO2 en la atmósfera y por tanto al propio cambio
climático.
Uno de los factores más determinantes del cambio climático
sobre la región amazónica son las sequías severas, fenómenos que se producen
por un aumento en la temperatura del mar, en particular en la zona este del
Océano Pacífico, y que se conocen popularmente como El Niño.
Sin embargo, a lo largo de la última década –en 2005 y 2010–,
se han producido dos sequías extremas y anómalas – las mayores del último
siglo– que no van asociadas a un aumento de la temperatura del mar en el océano
Pacífico, sino a un aumento de la temperatura del mar en el océano Atlántico.
Numerosos estudios han analizado en los últimos años el
efecto de las sequías sobre el “verdor” de los bosques amazónicos medido con
datos de satélite, pero son escasos los trabajos que han analizado el papel de
las anomalías térmicas.
La Unidad de Cambio Global perteneciente al Laboratorio de
Procesado de Imágenes (LPI) acaba de realizar un estudio de las anomalías en la
temperatura de los bosques amazónicos en las últimas décadas, utilizando datos
climáticos (de 1980 a 2012) y datos de satélite (de 2000-2012). El trabajo ha
sido realizado por los investigadores Juan Carlos Jiménez-Muñoz y José Antonio
Sobrino, ambos de la Universitat de València, con la colaboración de Cristian
Mattar (Universidad de Chile) y Yadvinder Malhi (Universidad de Oxford).
El estudio analiza las anomalías de temperatura en los años
2005 y 2010 (cuando tuvieron lugar las sequías extremas) y observa si hubo
otros años con calentamiento anómalo, analizando también qué regiones de la
Amazonia sufrieron un mayor calentamiento y la influencia de la temperatura del
mar sobre este calentamiento.
Los resultados muestran, sorprendentemente, que las anomalías
térmicas positivas (calentamiento) no se produjeron únicamente en los años de
sequía 2005 y 2010, sino que prácticamente se mantuvieron hasta el mismo 2012.
El análisis de tendencias en temperatura muestra un
calentamiento estadísticamente significativo en la última década (2000-2012),
algo que no se observa en décadas anteriores (1980-2000).
Las regiones más afectadas por este calentamiento reciente se
encuentran en la zona Sureste, coincidiendo con el llamado “arco de
deforestación”, que incluye las regiones brasileñas de Rondonia, Mato Grosso y
Pará, donde las prácticas de deforestación han sido más agresivas en los
últimos años.
Se observa, además, que el calentamiento anómalo está
relacionado con irregularidades térmicas de la temperatura del mar, tanto de la
zona este del océano Pacífico como de la zona tropical del océano Atlántico,
siendo esta última región la que mayor influencia ha tenido en los últimos
años, en los que no se ha producido fenómenos de El Niño severos.
Si bien siempre se ha considerado que los bosques tropicales
del Amazonas poseen una extraordinaria resistencia a las condiciones de estrés
hídrico (como ocurre por ejemplo durante una sequía), los resultados mostrados
en este estudio, junto con otros estudios en los que se ha observado una pérdida
de biomasa e incluso una parada temporal del bosque como sumidero de carbono
durante las sequías de 2005 y 2010, sugieren que la resistencia de los bosques
amazónicos al estrés térmico podría estar debilitándose.
El calentamiento sostenido durante estos últimos años, junto
con las predicciones de algunos modelos climáticos de una mayor frecuencia de
sequías severas e incluso de un cambio del bosque tropical a sabana,
representan un riesgo para la aceleración del calentamiento global, si bien se
necesita de un mayor análisis en los próximos años con el fin de observar si
este calentamiento reciente se mantiene o bien se trata de un fenómeno
transitorio.
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