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Vergara aseguró que el país cuenta con científicos preparados para proseguir con los estudios futuros. “Los estamos ubicando”.
Tomado de:
ENTREVISTA// “La cueva es el principio del mundo” “Se cree
que la cueva es el principio del mundo”
UNA DE LAS FORMACIONES GEOLÓGICAS MAS ANTIGUAS DEL
MUNDO FUE DESCUBIERTA EN VENEZUELA...... IMAWARI YEUTA
Theraphosa
Freddy Vergara, uno de los espeleólogos que visitó la recién
descubierta gruta de Imawari Yeuta, en el Auyantepuy, contó a PANORAMA su
experiencia. La bóveda de cuarcita será con seguridad la más grande del mundo
en su tipo, luego que se terminen los trabajos de cartografía. “A más de uno se
le salieron las lágrimas”, dijo.
Juan Pablo Crespo / jcrespo@panodi.com / @juanpamark
Entre las entrañas del mítico Auyantepuy se abre paso un mundo tan desconocido como mágico, tan alucinante como enigmático. La recién descubierta cueva Imawari Yeuta es una nueva ventana al vuelo de la imaginación y un reto al conocimiento científico venezolano y del mundo.
Entre las entrañas del mítico Auyantepuy se abre paso un mundo tan desconocido como mágico, tan alucinante como enigmático. La recién descubierta cueva Imawari Yeuta es una nueva ventana al vuelo de la imaginación y un reto al conocimiento científico venezolano y del mundo.
Por millones de años, la gruta de al menos 15 kilómetros se
mantuvo oculta entre una de las formaciones geológicas más antiguas del
planeta. Pero tras su descubrimiento y posterior primera exploración saltó a la
vista un universo de colores, formas y vida natural de singulares
características.
No se trata de un descubrimiento más, sino de uno especial, digno de las ilimitadas sorpresas presentes en el escudo o macizo guayanés. No en vano Imawari Yeuta significa la cueva donde habitan los dioses de la montaña, según el lenguaje pemón.
No se trata de un descubrimiento más, sino de uno especial, digno de las ilimitadas sorpresas presentes en el escudo o macizo guayanés. No en vano Imawari Yeuta significa la cueva donde habitan los dioses de la montaña, según el lenguaje pemón.
Solo el tamaño de la caverna habla por si sola. Las
mediciones cartográficas iniciales indican que la cueva tiene al menos 15
kilómetros, pero los expertos estiman que podría extenderse hasta unos 25
kilómetros. Para tener una idea más clara, la gruta más grande de Venezuela
hasta ahora conocida, El Samán, ubicada en la sierra de Perijá (Zulia), mide
18,5 kilómetros.
La Imawari Yeuta es una cueva de cuarcita de origen
bacteriológico. Los pequeños organismos son los principales responsables de la
erosión de las rocas, además del agua y el viento.
Sótanos de cuarzo se encuentran solo en Venezuela, Brasil y
partes de África. De comprobarse científicamente los 25 kilómetros que se cree
tiene la bóveda, sería entonces la más grande del mundo en su tipo.
Para Freddy Vergara, espeleólogo del grupo ítalo-venezolano
que realizó en marzo pasado la primera exploración, señaló que en el lugar
puede encontrarse mucha de las respuestas del origen de la Tierra. “Hablamos
del corazón más antiguo del mundo, por lo que todo lo que allí se encuentre
está relacionado con lo más cercano al origen de la Tierra”, dijo a PANORAMA en
entrevista telefónica.
“Desde el primer instante en que entramos sabíamos que
estábamos en presencia de algo grande, importante. Nos abrazamos, incluso, a
más de uno se le salieron las lágrimas”, describió Vergara aquellos primeros
momentos dentro de la cueva. “Aquello fue como lo que hace un astronauta:
Llegar a un planeta donde nadie estuvo antes”, agregó.
Coloridas estalactitas y rocas, cascadas de hasta 70 metros,
salas de 40 metros de alto por 200 de ancho, escolopendras (parecido al
ciempiés), guácharos de comportamiento atípico y variedad de texturas son parte
de lo que los 13 espeleólogos encontraron entre el vetusto macizo mundialmente
famoso por el Churún Merú o Salto Ángel, la caída de agua más alta del mundo.
La cueva se ramifica en cientos de pequeños túneles que a su vez se comunican con diferentes salones.
La cueva se ramifica en cientos de pequeños túneles que a su vez se comunican con diferentes salones.
El interior de la formación es totalmente oscuro, pero los
exploradores llevaban luces especiales con las que pudieron develar aquel mundo
oculto digno de una película de ciencia ficción. Colores especialmente blancos,
rojos, púrpuras o naranjas dejaron boquiabiertos a los presentes.
Hace más de 30 años, cuevas similares fueron descubiertas en los tepuyes Sarisariñama y Autama, aunque de tamaños mucho menores.
Hace más de 30 años, cuevas similares fueron descubiertas en los tepuyes Sarisariñama y Autama, aunque de tamaños mucho menores.
La abertura de la gruta fue descubierta en 2011 cuando el
piloto venezolano Raúl Arias la divisó desde un helicóptero. Arias, con más de
23 mil horas de vuelo acumuladas, fue invitado para participar en la expedición
organizada por el grupo Theraphosa (al que pertenece Vergara) y el italiano La
Venta. También estuvieron dos representantes de Inparques, Jesús Lira y
Virgilio Abreu.
Más de un año pasó entre el avistamiento de Arias y la
expedición a la gruta. Una serie de requisitos debieron ser cumplidos antes de
la visita profesional, que incluyó el permiso explícito de la comunidad pemón,
los principales guardianes del parque nacional Canaima. “La prioridad es que
los estudios, los levantamientos biológicos y la cartografía se queden en el
patrimonio genético de Venezuela”, explicó Vergara. “Lo que estamos haciendo
ahora es tramitando los nuevos permisos para los próximos pasos. El trabajo más
duro será el de convencer a las autoridades para conseguir esas
autorizaciones”.
Vergara aseguró que el país cuenta con científicos preparados para proseguir con los estudios futuros. “Los estamos ubicando”.
Durante los 15 días que duró la expedición a la cueva Imawari
Yeuta se cuidó cada detalle para proteger el ecosistema allí encontrado.
La instalación de un campamento base, colocado a 80 metros de
la entrada de la gruta, marcó el inicio de las actividades en el lugar. El
centro de operaciones estuvo constituido por seis carpas pequeñas, con
capacidad para dos personas cada una, y una carpa más grande donde se
encontraba, entre otras cosas, la cocina.
Un área aparte funcionó como el baño. Las heces se colocaron
en bolsas, que a su vez fueron guardadas en tubos de PVC posteriormente
sellados con cal en su interior para inhibir el olor.
Las jornadas comenzaban cerca de las 7:00 de la mañana, y se
extendían hasta las 11:00 pm o 1:00 de la madrugada, dependiendo de las labores
realizadas. Vergara fue, además, uno de los cocineros del equipo.
Para aprovechar el tiempo y poder realizar la cartografía, un
grupo de los expedicionarios pasó unas tres noches dentro de la gruta. Comida
de larga duración y algunos tubos de PVC formaron parte del equipaje, además de
la vestimenta especial y las cuerdas para el descenso y ascenso a través de la
cueva, por cierto, de difícil acceso.
Dentro de la formación natural, la temperatura se mantuvo
constante alrededor de los 14 grados centígrados, tanto de día como de noche,
con vientos entre 20 y 30 kilómetros por hora.
“Afuera tuvimos cuatro días de fortísimas lluvias, de
tormentas, con vientos de hasta 50 kilómetros por hora”, recordó Vergara, de 39
años.
Las cristalinas aguas de las cascadas sirvieron para calmar
la sed y tomar un baño con jabón neutro para, precisamente, cuidar la virgen
naturaleza, enclavada entre el pulmón vegetal más importante del globo.
También se tomaron muestras de agua y minerales para
realizar in situ estudios de ph en tubos de ensayos.
Los exploradores bajaron 105 metros, entre una total oscuridad, apenas interrumpida por las linternas especiales para este tipo de trabajos. “Esto tiene cierto peligro, como bajar utilizando cuerdas. Hay que tener cierto entrenamiento. Es importante que los científicos que nos acompañen en un futuro conozcan de estas técnicas también”, indicó Vergara.
Los exploradores bajaron 105 metros, entre una total oscuridad, apenas interrumpida por las linternas especiales para este tipo de trabajos. “Esto tiene cierto peligro, como bajar utilizando cuerdas. Hay que tener cierto entrenamiento. Es importante que los científicos que nos acompañen en un futuro conozcan de estas técnicas también”, indicó Vergara.
“Esto fue el resultado del trabajo de un equipo, no de una
individualidad”.
La gruta Imawari Yeuta se convierte así en otra de las joyas
del Auyantepuy. Seguramente, en un futuro no muy lejano el Churún Merú
compartirá su fama mundial con la cueva donde habitan los dioses de la montaña.
Para orgullo de toda Venezuela.
2005 La Guayana Esequiba – Zona en Reclamación. Instituto Geográfico
Simón Bolívar Primera Edición
Nota del editor del blog: Al
referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta
los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con
el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de
Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los
cuales el Gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se
reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota
del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana:
“...por lo tanto, Venezuela
reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen
derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se
reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se
encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de
Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento
hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa que
señala el Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar
Territorial mediante
el Decreto Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968
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