http://siyocontara.es/2013/04/04/guyana/
by wpafnays
Fue en Guyana, en el año 2000. El Universal nos envió a
Carlos Hernández y a mí a hacer una cobertura especial. Estaban tensas las relaciones
bilaterales debido a explotaciones madereras y mineras ilegales en territorio
Esequibo, una agria polémica atizaba por el fantasma del reclamo territorial,
de mas de cien años, y sobre todo por la intención de Georgetown de entregar en
un punto de aquellos disputados 130.00 kilómetros cuadrados, una concesión para
el emplazamiento de una base de lanzamiento de satélites a la Beal Aerospace,
empresa texana que en lugar de lanzar algo al espacio se fue a pique con todo y
proyecto.
Como parte de la agenda de trabajo había solicitado
formalmente una entrevista con el ministro de Asuntos Exteriores guyanés
Clement Rohee.
Guyana es un país muy semejante en su geografía y clima a
Venezuela, pero la cultura es bastante diferente. De antepasados holandeses,
fuerte presencia de indios y afrodescendientes, inglés como idioma oficial,
sistema político semiparlamentario, circulación vehicular por la izquierda,
gastronomía con aroma de curry, más imágenes de Krishna que de Cristo, y
pobreza considerable, los vecinos occidentales son un fiel ejemplo de una ex
colonia británica.
Cuando ya daba por perdida aquella entrevista y después de
haber sostenido un diálogo muy distendido y cordial con miembros de la ONG Primero Guyana, un poco más allá del mediodía recibí en la
habitación del hotel la llamada del despacho del ministro para fijar la hora:
las 5:00 pm de esa misma tarde del 18 de agosto, en el 254 South Road &
Shiv Chanderpaul Drive en Georgetown.
Mi inglés en ese entonces era bastante regular, no lo
suficientemente aceptable como para sostener una entrevista con el ministro de
un país de habla inglesa.
A la hora convenida estuve en el sitio. Un funcionario me
condujo hasta el despacho en el piso 3. Me recibió el canciller con quien ya
había tenido la oportunidad de conversar en Caracas. Su oficina modesta, con
mobiliario caribeño y pocas imágenes, era amplia y muy fresca, lo que se
agradecía en medio de aquel sopor húmedo de la ciudad al caer la tarde.
Empecé mi interrogatorio en español y de pronto el canciller
me interrumpió:
– Sorry,
interview must be in English — me advirtió cortante.
– ¿No hay traductor? — dije con un poco de angustia.
– … must be in English — recalcó en voz grave y viéndome
directo a los ojos Rohee, un afrodescendiente robusto, de 1.80 metros de
estatura, poco mayor de los 40 años, con buena educación y estudios
diplomáticos en Londres, que hablaba perfectamente español.
Dada la situación, comenzamos nuestro diálogo. Llegó un punto
en que se abordó el asunto militar fronterizo y el hombre se puso intenso. Al
cabo de media hora había terminado la entrevista y regresé al hotel para
desgrabar, escribir la nota a toda prisa y enviarla a Caracas a tiempo.
En ese proceso llegó el punto del tema militar. El acento
trinitario-guyanés del ministro, en ese trecho tan importante, era muy cerrado.
Escuché aquel pedazo de 20 segundos no sé cuántas veces.
Salí de la habitación y le toqué a Carlos. Le puse la
grabación a ver si él lograba entender lo que decía. Aquel papiamento era
indescifrable.
Se me ocurrió, como último recurso, telefonear a Nottingham,
en Reino Unido, donde estaba Sandra haciendo un postgrado. Le puse la grabación
dos veces y su fino oído para el inglés tampoco pudo desencriptar el slang del
ministro.
No tuve más remedio que obviar ese pedazo. Pensé que estaba
hablando sobre un tema delicado, que incluía una variable militar y preferí la prudencia.
Por dos segundos me imaginé publicando alguna interpretación mía sobre aquel
diálogo y generando un problema diplomático aún mayor entre Venezuela y Guyana.
Recuerdo que al despedirme de Rochee, el ministro me dijo en
perfecto español: “¡Hasta luego, amigo. Mi casa es tu casa!”
2005 La Guayana Esequiba – Zona en Reclamación. Instituto Geográfico
Simón Bolívar Primera Edición
Nota del editor del blog: Al
referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta
los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con
el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de
Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los
cuales el Gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se
reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota
del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana:
“...por lo tanto, Venezuela
reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen
derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se
reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se
encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de
Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento
hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa que
señala el Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar
Territorial mediante
el Decreto Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968
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