miércoles, 10 de abril de 2013

El Esequibo, Oh my God!


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Posted on 04/04/2013

Fue en Guyana, en el año 2000. El Universal nos envió a Carlos Hernández y a mí a hacer una cobertura especial. Estaban tensas las relaciones bilaterales debido a explotaciones madereras y mineras ilegales en territorio Esequibo, una agria polémica atizaba por el fantasma del reclamo territorial, de mas de cien años, y sobre todo por la intención de Georgetown de entregar en un punto de aquellos disputados 130.00 kilómetros cuadrados, una concesión para el emplazamiento de una base de lanzamiento de satélites a la Beal Aerospace, empresa texana que en lugar de lanzar algo al espacio se fue a pique con todo y proyecto.

Como parte de la agenda de trabajo había solicitado formalmente una entrevista con el ministro de Asuntos Exteriores guyanés Clement Rohee.

Guyana es un país muy semejante en su geografía y clima a Venezuela, pero la cultura es bastante diferente. De antepasados holandeses, fuerte presencia de indios y afrodescendientes, inglés como idioma oficial, sistema político semiparlamentario, circulación vehicular por la izquierda, gastronomía con aroma de curry, más imágenes de Krishna que de Cristo, y pobreza considerable, los vecinos occidentales son un fiel ejemplo de una ex colonia británica.

Cuando ya daba por perdida aquella entrevista y después de haber sostenido un diálogo muy distendido y cordial con miembros de la ONG Primero Guyana, un poco más allá del mediodía recibí en la habitación del hotel la llamada del despacho del ministro para fijar la hora: las 5:00 pm de esa misma tarde del 18 de agosto, en el 254 South Road & Shiv Chanderpaul Drive en Georgetown.

Mi inglés en ese entonces era bastante regular, no lo suficientemente aceptable como para sostener una entrevista con el ministro de un país de habla inglesa.
A la hora convenida estuve en el sitio. Un funcionario me condujo hasta el despacho en el piso 3. Me recibió el canciller con quien ya había tenido la oportunidad de conversar en Caracas. Su oficina modesta, con mobiliario caribeño y pocas imágenes, era amplia y muy fresca, lo que se agradecía en medio de aquel sopor húmedo de la ciudad al caer la tarde.

Empecé mi interrogatorio en español y de pronto el canciller me interrumpió:

– Sorry, interview must be in English — me advirtió cortante.

– ¿No hay traductor? — dije con un poco de angustia.

– … must be in English — recalcó en voz grave y viéndome directo a los ojos Rohee, un afrodescendiente robusto, de 1.80 metros de estatura, poco mayor de los 40 años, con buena educación y estudios diplomáticos en Londres, que hablaba perfectamente español.

Dada la situación, comenzamos nuestro diálogo. Llegó un punto en que se abordó el asunto militar fronterizo y el hombre se puso intenso. Al cabo de media hora había terminado la entrevista y regresé al hotel para desgrabar, escribir la nota a toda prisa y enviarla a Caracas a tiempo.

En ese proceso llegó el punto del tema militar. El acento trinitario-guyanés del ministro, en ese trecho tan importante, era muy cerrado. Escuché aquel pedazo de 20 segundos no sé cuántas veces.

Salí de la habitación y le toqué a Carlos. Le puse la grabación a ver si él lograba entender lo que decía. Aquel papiamento era indescifrable.
Se me ocurrió, como último recurso, telefonear a Nottingham, en Reino Unido, donde estaba Sandra haciendo un postgrado. Le puse la grabación dos veces y su fino oído para el inglés tampoco pudo desencriptar el slang del ministro.

No tuve más remedio que obviar ese pedazo. Pensé que estaba hablando sobre un tema delicado, que incluía una variable militar y preferí la prudencia. Por dos segundos me imaginé publicando alguna interpretación mía sobre aquel diálogo y generando un problema diplomático aún mayor entre Venezuela y Guyana.

Recuerdo que al despedirme de Rochee, el ministro me dijo en perfecto español: “¡Hasta luego, amigo. Mi casa es tu casa!”



2005 La Guayana Esequiba – Zona en Reclamación. Instituto Geográfico Simón Bolívar  Primera Edición

Nota del editor del blog: Al referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.

Territorios estos sobre los cuales el Gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana:

“...por lo tanto, Venezuela reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”



Mapa que señala el Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968

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