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Tomado de:
Escrito por D LA TRUJILLO
Sábado, 17 de diciembre de 2011
Los postulados del antiguo colonialismo anglosajón es lo que
sigue imperando hoy en día sobre nuestro territorio, el cual fue ocupado en tiempos
de la guerra de independencia cuando éramos la Gran Colombia y la monarquía
española perdía sus dominio por estos lares. Aunque están allí, aprovechando lo
usurpado, toda esa porción de tierra en el Esequibo, pero también la ancha faja
que comprende la costa Atlántica como el occidente de nuestro país donde no
existe soberanía, porque ahora el imperio norteamericano asume la batuta
ejecutando éstos despojos utilizando gobiernos de ciertos países forajidos.
Históricamente éstas potencias imperiales han hecho lo que
han querido con pequeños países que no tienen cómo defenderse militarmente, a
los cuales les diseñan y enredan en juegos de guerra desde su centro de
operaciones como el pentágono, donde preparan el terreno asegurar el control
geopolítico militar y energético, frente a otras potencias de similar calaña.
Los ejemplos; Estados Unidos y sus socios requieren y establecen una red
territorial de enclave apropiándose de territorios dominándolos militarmente,
por las malas o por las buenas, colocando gobernantes títeres como ocurre
actualmente en África, Medio Oriente, Asia, en muchas naciones de las Américas,
eso les permite asegurarse de la materia prima para su desarrollo industrial.
Para el Departamento de Estado norteamericano, Venezuela es un problema no
resuelto, la situación política en este país se les salió de las manos y se les
complica cada día más; de allí que ha incrementado su presencia militar, un
escenario que responde a su plan imperialista de posesionarse de los ricos
yacimientos minerales, energéticos y de enorme biodiversidad en toda la zona
territorial de América Latina en general, consolidando sus planes de seguridad
de estado, que garantice a los EEUU el reservorio que requiere para su
desarrollo y mantenimiento de su dominio hegemónico sobre todo el mundo.
Desde nuestra postura revolucionaria, muy a pesar de quienes
piensan que estamos equivocados, o exageramos, decimos que hay que prepararse
para las confrontaciones que se avecinan, las pretensiones norteamericanas de
adueñarse porque sí de los recursos naturales de nuestro país, nos impulsa a un
reaccionar destinado a la conformación, de una sólida fuerza popular dentro del
contexto de la resistencia integral capaz de librar la lucha prolongada que ha
de definir la contradicción, si somos un país libre y soberano en todo el
sentido de la palabra o simplemente una dócil y servil colonia de los gringos.
Así para el pueblo venezolano el enfrentamiento contra el imperialismo es
inevitable, lo que nos impone la responsabilidad de su defensa a cada uno de
los hombres y mujeres que poblamos y nacimos en esta porción de tierra siempre
asediada.
Defensa que haremos a costa de lo que sea, para que las
nuevas generaciones tengan la posibilidad de vivir en una Patria Libre, potente
y soberana, donde el desarrollo a alcanzar no sea de carácter dependiente del
mercado mundial capitalista que es contrario al interés nacional ya que, como
producto de los requerimientos de los neocolonialistas insolentes, ha habido un
desarrollo ciego y desordenado que se perpetúa sobre la base de la violencia en
sus diversas manifestaciones, todas bárbaras, un desarrollo contradictorio,
signado por los enfrentamientos, políticos, económicos, culturales, religiosos,
sociales y militares como virtud y mecanismo de la lógica de denominación, la
opresión de dependencia espúrea y el neocoloniaje de falsa democracia.
Denunciamos las bases militares como de otra índole en todos los territorios
objeto de reclamación, porque pisotean nuestra soberanía además son parte fundamental
de este orden de cosas y permiten con mucha más facilidad la expropiación, la
acumulación bestial que a significado exterminio hambre y dolor en este
continente, solamente un pretexto para las indeseables intensiones del Tío Sam.
Si nuestro presidente realmente quiere enfrentarlos contará con el apoyo
popular suficiente para impulsar la construcción y modificación de la
naturaleza de este Estado burgués, para ponerlo en manos de auténticas fuerzas
sociales revolucionarias que asuman el reto de transformar esta sociedad de
caos, asumiendo un conjunto de tareas propias de la revolución.
Nota del editor del blog: Al
referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta
los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con
el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de
Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los
cuales el gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se
reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota
del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana .
“...por lo tanto, Venezuela
reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen
derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se
reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se
encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana,
a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta
su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa que señala el Espacio de Soberanía
Marítima Venezolana que se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto Presidencial No 1152 del 09
de Julio de 1968
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