Por Nick Miroff
4 de junio de 2017
Antes de la maldición de Liborio Guarulla,
hubo varias marchas de indígenas venezolanos contra el gobierno de Nicolás
Maduro.
Antes de la maldición de Liborio Guarulla,
hubo varias marchas de indígenas venezolanos contra el gobierno de Nicolás
Maduro.
Ahora que el gobernador de Amazonas ha amenazado
con echarle una maldición chamánica al presidente Nicolás Maduro, la crisis
política de Venezuela ha entrado en un terreno esotérico.
Transmitida en vivo por la aplicación
Periscope, la amenaza fue más que nada un show político pero dejó al descubierto
un problema más amplio para los gobiernos izquierdistas de América del Sur.
Los grupos minoritarios indígenas que
luchaban contra la minería, la deforestación y la perforación petrolera en la
región solían ver a los líderes de izquierda como sus aliados naturales en una
lucha mortal contra el capitalismo global. Hoy muchos consideran a esos
dirigentes y sus partidos igualmente voraces que cualquier empresa extranjera,
o más.
Es otro ejemplo revelador de la forma en que
el ascenso y la caída del populismo de izquierda en América del Sur ha
fracturado las alianzas tradicionales de la región.
Los diputados Julio Ygarza, Nirma Guarulla y
Romel Guzamana luego de jurar ante el parlamento venezolano (EFE)
Los diputados Julio Ygarza, Nirma Guarulla y
Romel Guzamana luego de jurar ante el parlamento venezolano (EFE)
En Bolivia y Ecuador, dos naciones con
grandes poblaciones indígenas, sendos presidentes izquierdistas subieron al
poder con el respaldo de los grupos indígenas tradicionales y luego vieron
parte de ese apoyo convertirse en oposición.
Esto también es cierto en Venezuela, cuya
población indígena, aunque mucho menor, inicialmente apoyaba al fallecido Hugo
Chávez. Ahora se ha vuelto en gran medida contra su impopular sucesor.
La razón principal de la ruptura han sido los
conflictos por el uso de la tierra, que se han intensificado en toda la región.
Tanto Rafael Correa en Ecuador y como Evo Morales en Bolivia financiaron sus
ambiciosos programas sociales con ingresos generados por la explotación de recursos
naturales.
"Al principio, la mayoría de grupos
indígenas apoyaron estos gobiernos izquierdistas debido a su discurso en
defensa de los derechos territoriales, la justicia social y la inclusión",
dijo Michael Shifter, presidente de Inter-American Dialogue, una organización
con sede en Washington especializada en América Latina.
"Pero el desencanto no tardó en llegar
en algunos sectores indígenas, cuando los gobiernos rápidamente se dieron
cuenta de que, al igual que los gobiernos más derechistas, necesitaban los
ingresos provenientes de proyectos de desarrollo de bosques, minería,
extracción de petróleo y construcción de represas", agregó Shifter.
Una integrante de los warao, en el delta del
Orinoco, dejaron Venezuela y viven de la mendicidad en Manaus, en Brasil. (Foto
de Bruno Kelly, Reuters)
Una integrante de los warao, en el delta del
Orinoco, dejaron Venezuela y viven de la mendicidad en Manaus, en Brasil. (Foto
de Bruno Kelly, Reuters)
A medida que se comenzó a desvanecer el boom
de las materias primas, los gobiernos trataron de mantener los niveles de gasto
asumiendo nuevas deudas —en su mayoría, préstamos chinos— a cambio de entregar
más y más terrenos a las industrias de extracción. Eso los puso en conflicto
directo con los grupos indígenas, que esperaban que la retórica anticapitalista
de líderes como Correa y Morales les diera más control sobre sus tierras
ancestrales, no menos.
En la turbulenta y quebrada Venezuela, el
gobierno de Maduro ha puesto a disposición vastas áreas de territorio amazónico
para la minería y otras industrias. Líderes indígenas en estados como Amazonas
se han pasado a las filas de la oposición y las tensiones en el país han
empeorado.
El gobernador de Amazonas Liborio Guarulla
dijo que el gobierno le informó este mes que le habían prohibido postularse
nuevamente por 15 años, citando acusaciones de corrupción que él niega. En
respuesta, Guarulla dijo que hechizaría a Maduro y su gobierno con algo llamado
"La Maldición de los Dabucuri".
"Les aseguro que no morirán sin tormento
y que antes de morir empezarán a sufrir y sus almas vagarán por los lugares más
oscuros y pestilentes antes de que puedan cerrar los ojos", dijo Guarulla,
quien pertenece al grupo étnico Baniva.
La recesión económica de Venezuela ha
afectado duramente a los grupos indígenas. Este año cientos de miembros de la
minoría warao han abandonado la región del delta del Orinoco y se han
trasladado a Manaus, Brasil, donde subsisten mendigando en las calles.
Tanto Rafael Correa en Ecuador y como Evo
Morales en Bolivia han financiado sus ambiciosos programas sociales con
ingresos generados por la explotación de recursos naturales.
Los choques entre el ex presidente de Ecuador
y las tribus de las tierras bajas del país son aún más fuertes. El gobierno de
Correa acordó con China que saldaría su deuda con petróleo, y dejó el camino
libre para la perforación de algunas de las áreas ecológicamente más sensibles
de la cuenca amazónica. Esto incluye parques nacionales y reservas indígenas
que antes eran intocables.
Sebastián Hurtado, analista político de la
consultora ecuatoriana Profitas, dijo hace mucho tiempo que el mensaje
anti-minero de los grupos indígenas "los puso en conflicto con un gobierno
cuyo claro interés era la explotación de los recursos naturales para financiar
un ambicioso plan de inversión".
En algunas áreas de la cuenca del Amazonas,
donde la perforación petrolera se ha expandido, el gobierno ha conservado el
apoyo construyendo casas, carreteras y otras obras de infraestructura para
compensar el impacto de la industria. El presidente Lenin Moreno ha dicho que
continuará con la "Revolución Ciudadana" de Correa, la cual ha
generado también tensiones que trascienden el tema de recursos naturales.
2005 La Guayana Esequiba – Zona en Reclamación. Instituto Geográfico
Simón Bolívar
Primera
Edición
La Guayana Esequiba Zona en
Reclamación
Terminología sobre cómo referenciar
la Zona en Reclamación-Guayana Esequiba.
Nota del editor del blog:
Al referenciarse a la República
Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de
territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de
Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de
febrero de 1966.
Territorios estos sobre los cuales el
Gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservó sus
derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo
de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana:
“...por lo tanto, Venezuela reconoce
como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha
del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva
expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se
encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de
Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento
hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa que señala el Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se
reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto
Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968
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