http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=100857
Tomado de:
Por Bert Wilkinson
GEORGETOWN, may (IPS) - El guyanés Fabian George bebió y usó
por décadas el agua de los ríos de la selva amazónica, cerca de su casa en la
ladera de la montaña, hasta que los precios internacionales del oro comenzaron
a despuntar en los últimos años.
Ahora él y otros aldeanos del distrito de Chi Chi, en el
occidente de Guayana, cerca de Venezuela, no pueden beber ni bañarse más en el
río más cercano a su comunidad indígena debido a la contaminación química, la
sedimentación y las dragas operadas en la zona por mineros locales y
brasileños.
Ellos, al igual que otras comunidades indígenas en las áreas
ricas en oro de esta nación sudamericana, se ven hoy obligados a caminar largas
distancias hasta llegar a riachuelos cuya agua consideran menos contaminada.
Las aguas están mezcladas con sedimentos y residuos de
mercurio liberados por las dragas, las bombas de gran potencia y las mangueras
que extraen barro y minerales para recuperar el oro.
"Se está poniendo muy feo en Chi Chi", lamentó este
padre de dos hijos, de 39 años, mientras se relajaba en un albergue indígena
del gobierno en Georgetown, a donde se dirigió para hacer negocios.
"A veces nos aseguramos de recolectar la suficiente agua
de lluvia o vamos a los riachuelos", dijo, recordando los días cuando se
podía beber libremente de los ríos.
También señaló que mucha fauna y flora del lugar está
desapareciendo debido al ruido causado por los equipos, la contaminación de las
aguas navegables y el aumento de la actividad humana, todo lo cual se agravó
desde que los precios del oro a comienzos de este año amenazaron con alcanzar
los 2.000 dólares la onza troy.
El incremento en los precios internacionales permitió que el
sector aurífero guyanés superara rápidamente a los del azúcar, el arroz y la
bauxita. Inversores de Australia, Sudáfrica, Estados Unidos, Brasil y Canadá en
particular llegaron para participar de la fiebre del oro en esta excolonia británica
de 730.000 habitantes.
Funcionarios estiman que este país ha atraído inversiones por
más de 1.000 millones de dólares en los últimos años, y que estas se
incrementarán significativamente en los próximos dos, cuando la firma Guyana
Goldfields, con sede central en Toronto, inaugure una gigantesca mina en el
distrito de Cuyuni, también cerca de Venezuela.
Al menos otras cuatro compañías, la mayoría canadienses,
tienen similares proyectos para los próximos meses, todos basados en la premisa
de que los precios internacionales del oro seguirán en alza en el corto plazo.
Se estima que la mina en Cuyuni puede producir más de siete
millones de onzas troy, más del doble de lo que logró la firma canadiense
Cambior cuando administró las minas de Omai en el occidente de Guyana durante
12 años, hasta 2005. Entonces era una de las más grandes en América del Sur.
El presidente de la Comisión de Geología y Minas, Joseph
Singh, admitió que el auge del oro presenta grandes desafíos para las agencias
del gobierno, que luchan por hacer cumplir sus regulaciones y contratar a
inspectores, geólogos y otro tipo de personal calificado para mantener el orden
en el sector.
La Comisión está abriendo nuevas oficinas en la selva en su esfuerzo
por acercarse a los yacimientos y supervisar que el ambiente no sea dañado en
forma permanente.
Singh aseguró que la Comisión estaba preparada para tomar
acciones rápidas y detener todas las operaciones una vez que recibiera
denuncias de transgresiones.
"Actuamos rápidamente cuando hay informes de cualquier
trasgresión, aportados por nuestros propios oficiales de minas o por los
pilotos que sobrevuelan para constatar contaminación de los ríos. Sí,
afrontamos serios desafíos", dijo.
El líder de la Asociación de Pueblos Amerindios, Jean La
Rose, dijo que su grupo viene solicitando desde hace semanas una audiencia con
el presidente Donald Ramotar para presentarle una larga lista de quejas sobre
los efectos negativos de la minería.
Entre estos incluyeron el aumento de los casos de
prostitución y el tráfico humano con fines sexuales, el agravamiento de la
contaminación, las dificultades de los indígenas para seguir consumiendo peces
y el bloqueo de las desembocaduras de los ríos por la sedimentación.
Además, la actividad minera genera tensiones en la población.
La policía investigó el año pasado casi 50 asesinatos, 40 más del promedio
anual, muchos de ellos ocurridos en peleas por oro o por motivos pasionales,
algunos cometidos por mineros alcoholizados.
Se pronostica que el número de homicidios será mayor este año
si continúa la tendencia. La semana pasada fue asesinada una prostituta de
apenas 16 años en un campamento minero.
El Ministerio de Recursos Naturales se arriesgó a generar una
tensión con su amigable pero poderoso vecino Brasil al deportar a casi 100
brasileños que trabajaban sin documentación, y penalizó a varios guyaneses por
diversas transgresiones. Funcionarios estiman que Guyana alberga a casi 15.000
brasileños, la mayoría de los cuales carecen de documentos y trabajan como
mineros.
En la sudoccidental región de Potaro, cerca de Brasil,
mineros excavaron dos veces en los últimos años la principal carretera y
desenterraron las cañerías de agua pública mientras buscaban oro.
Los grandes cráteres que dejaron las operaciones separaron en
dos a los residentes de la zona, que además se quedaron sin suministro de agua.
Funcionarios incautaron los equipos de los mineros y amenazaron con una demanda
legal.
Además de estos problemas, la Comisión y la policía combaten también una red de contrabando hacia la vecina Surinam.
Además de estos problemas, la Comisión y la policía combaten también una red de contrabando hacia la vecina Surinam.
El ministro de Recursos Naturales, Robert Persaud, dijo que
este contrabando abarca a la mitad de las más de 600.000 onzas de oro que los
mineros de pequeña y mediana escala producen al año.
(FIN/2012)
1994
Guayana Esequiba - Zona en Reclamación MARNR Servicio Autónomo de
Geografía y Cartografía Nacional 3 Edición
Nota del
editor del blog: Al referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben
de tener en cuenta los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río
Esequibo conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación
sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios
estos sobre los cuales el gobierno Venezolano en representación de la Nación
venezolana se reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba
en su nota del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana .
“...por
lo tanto, Venezuela reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa
al este de la margen derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad
internacional, que se reserva expresamente sus derechos de soberanía
territorial sobre la zona que se encuentra en la margen izquierda del precitado
río; en consecuencia, el territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual
Venezuela se reserva expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el
nuevo Estado de Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste
desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa que señala el Espacio de Soberanía Marítima
Venezolana que se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto
Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968.
No hay comentarios:
Publicar un comentario