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Tomado de:
POR ROSENDO FRAGA
Publicado el 22/02/2012 - Si bien el eje de la política
argentina en el conflicto Malvinas es globalizarlo, América Latina y el Caribe
siguen jugando un rol fundamental en su desarrollo. La denuncia argentina ante
el Consejo de Seguridad de la UN de que el Reino Unido militariza y nucleariza
el Atlántico Sur es la pieza central de esta estrategia. Pero contar con el
apoyo activo de la región es una condición necesaria para el éxito de esta
política de mundialización del conflicto. La VI Cumbre de Presidentes de las
Américas que se realiza en abril en Cartagena (Colombia) tendrá lugar pocos
días después de que la Presidenta argentina hable el 2 de ese mes al cumplirse
el 30 aniversario del desembarco de las tropas argentinas en las islas. Ese día
Cristina Kirchner hablará sobre el tema desde el sur del país (Tierra del Fuego
o Antártida) y al mismo tiempo se impulsarán actos en las principales capitales
del mundo, en los cuales será leído su mensaje.
El tema será llevado en este contexto a la Cumbre de
Cartagena. Como es lógico, son los países de la Alianza Bolivariana de las
Américas (Alba) los que más fuertemente apoyan la posición argentina sobre
Malvinas, como se puso en evidencia en la XI Cumbre de Presidentes de este
grupo, realizada en Caracas en los primeros días de febrero. Desde entonces,
tanto Hugo Chávez como Fidel Castro hablaron en dos oportunidades cada uno,
enfatizando su rechazo a la presencia británicas en las Malvinas. Este grupo
regional adhirió a la decisión del Mercosur, apoyada también por Unasur, de no
permitir que atraquen en sus puertos buques con la bandera de las islas
Malvinas.
A su vez, en el Mercosur se evidencia preocupación por la
escalada que se va dando en este conflicto. El canciller uruguayo (Almagro)
expresó su prevención por el cariz que está tomando la divergencia entre la
Argentina y el Reino Unido en el Atlántico Sur y preocupación por la eventual
llegada al Atlántico Sur de un submarino nuclear británico.
El gobierno argentino habría reclamado porque dos misiones
empresarias uruguayas viajaron a las islas después de la decisión del Mercosur
de impedir que atraquen los buques con banderas de las islas. Una de ellas tuvo
por misión asesorar a los isleños en la producción de lana, una de las
actividades económicas más antiguas en las islas; la otra, analizar la
posibilidad de exportar frutas y verduras, algo necesario para la alimentación
de la población de Malvinas. Por su parte Brasil apoya la posición argentina
pero sin enfatizarla. Por eso frente a la afirmación del canciller argentino
(Timerman) de que los misiles británicos estacionados en Malvinas podrían
atacar el sur de Brasil, el gobierno brasileño prefirió no opinar sobre la
cuestión.
Mientras el mayor de los hijos del Príncipe Carlos
(Guillermo) realiza su entrenamiento como piloto militar en Malvinas, el
segundo (Enrique) visitará Brasil el mes próximo, culminando una gira regional
que lo llevará por tres países de la región que integran la Comunidad Británica
de Naciones, al conmemorarse el 60 aniversario del Reinado de su abuela Isabel
II: Belice en América Central, Jamaica en el Caribe y Guyana en América del
Sur. Cabe recordar que el Reino Unido ha pasado a apoyar la pretensión de
Brasil de ser el miembro permanente del Consejo de Seguridad de la UN si éste
se amplía.
El rol de Chile en este conflicto resulta clave, dado que
desde este país se realiza el vuelo semanal hacia Malvinas que las abastece de
alimentos frescos y transporta trabajadores. Prudentemente la Presidenta
argentina en su discurso sobre el conflicto del 7 de febrero no anunció que la
Argentina impediría el paso de dicho vuelo por su espacio aéreo, algo que
hubiera genera una situación de tensión con Chile, ya que sólo podría mantener
el vuelo volando al sur del territorio argentino, lo que implica un trayecto
más largo, más costoso y eventualmente la utilización de otro tipo de aviones.
La comunidad no británica más grande de las islas es la chilena, con
aproximadamente 300 personas que trabajan en el sector servicios. Estos se
manifestaron en la segunda semana de febrero contra la eventual suspensión de
dicho vuelo. Legisladores del oficialismo chileno han dicho públicamente que el
apoyo a Argentina no debe complicar la relación del país con el Reino Unido,
que tradicionalmente ha sido muy buena.
En las islas se teme que finalmente este vuelo se suspenda,
dado que la línea área chilena que lo realiza entre el puerto de Punta Arenas y
la capital de las islas tiene un tráfico muy grande en la Argentina. Analizan
alternativas como realizar un vuelo desde Miami con alguna escala en América
Latina.
Dos veces por semana llega un vuelo militar que hace escala
en la isla de Ascensión y su frecuencia podría ampliarse.
Ya a fines del año pasado el gobierno británico decidió la construcción de un aeropuerto en la isla de Santa Elena, que permitiría los vuelos civiles entre Londres y Malvinas con escala en dicha isla. El primer ministro británico (Cameron), se comunicó con el presidente chileno (Piñera), para explicar su posición en el conflicto y en las próximas semanas, podrían visitar la capital chilena la Presidenta argentina y el canciller británico, evidenciando la importancia que Chile tiene en el conflicto.
Ya a fines del año pasado el gobierno británico decidió la construcción de un aeropuerto en la isla de Santa Elena, que permitiría los vuelos civiles entre Londres y Malvinas con escala en dicha isla. El primer ministro británico (Cameron), se comunicó con el presidente chileno (Piñera), para explicar su posición en el conflicto y en las próximas semanas, podrían visitar la capital chilena la Presidenta argentina y el canciller británico, evidenciando la importancia que Chile tiene en el conflicto.
Los países del Caribe juegan un rol relevante en este
conflicto, dado que tienen una cantidad de votos importante en la Celac y la
OEA. El secretario general de este organismo internacional (el chileno Insulza)
apoyó la denuncia argentina contra la militarización del Atlántico Sur por
parte del Reino Unido. En la Cumbre de la Celac -que integran 33 países del
continente con la sola excepción de EE.UU. y Canadá-, realizada en diciembre en
Caracas, los países del Caribe -la mayoría de habla inglesa e integrantes de la
Comunidad Británica de Naciones- reiteraron su apoyo al reclamo de soberanía
argentina sobre las islas, coincidiendo con la posición de Unasur.
Pero en enero, en la reunión del Caricom, la modificaron,
pasando a apoyar el principio de autodeterminación de los isleños sostenido por
Gran Bretaña. Tres de estos países que integran el Alba - San Vicente y
Granadinas, Antigua y Barbuda, y Dominica- dos semanas atrás volvieron a apoyar
la posición argentina, pero los dos últimos, reiteraron después su apoyo a la
posición británica, profundizando su contradicción. Asimismo, 2 de los 12
integrantes de Unasur -Guyana y Surinam- en la reunión del Caricom pasaron a
apoyar la posición británica. Sobre este escenario, es clave la postura que
asuman en el Consejo de Seguridad, que tratará la denuncia argentina, los dos
países latinoamericanos que lo integran como miembros no permanentes: Colombia
y Guatemala, cuyos gobiernos tienden a alinearse con Washington -que ha
rechazado la denuncia argentina de militarización- y cuya posición, si el
conflicto sigue escalando, será cercana al Reino Unido como es tradicional.
En conclusión: si bien el eje de la estrategia argentina en
el conflicto Malvinas es “mundializarlo” con la denuncia ante el Consejo de
Seguridad, la posición de la región es decisiva; el Mercosur apoya la posición
argentina, pero el canciller uruguayo expresó preocupación por la escalada del
conflicto y Brasil eludió opinar acerca de que los misiles de las islas podrían
atacar su región sur; la situación de Chile es muy delicada, porque desde su
territorio se realiza el vuelo semanal de carácter civil que abastece a las
islas y mientras los países del Alba aparecen como el bloque regional más
sólido detrás de Argentina, los países del Caribe muestran posiciones
cambiantes y contradictorias.
Nota del editor del blog: Al
referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta
los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con
el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de
Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los
cuales el gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se
reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota
del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana .
“...por lo tanto, Venezuela
reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen
derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se
reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se
encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana,
a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta
su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa que señala el Espacio de Soberanía Marítima
Venezolana que se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto
Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968.
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