http://www.analitica.com/va/internacionales/opinion/8307509.asp
Tomado de:
Carlos Enrique Rondón
Viernes, 29 de julio de 2011
La política exterior de Venezuela deberá ser dirigida por el Presidente de la República, respetando todos los preceptos constitucionales, tales como: la libertad, la integridad, la no discriminación, el respeto a la soberanía e integridad del territorio nacional, la no intervención y la autodeterminación de los pueblos, la garantía a los derechos humanos, la solidaridad y la paz orientada a lograr un equilibrio internacional entre todos los estados y la debida cooperación pacifico
Su diseño se deberá basar en los fines supremos del Estado y los intereses máximos del pueblo y de la República incluyendo su prestigio y el de todas sus autoridades. Esta política exterior se concentrará en las áreas prioritarias de la geopolítica nacional, en particular el rescate del diferendo con Guyana, entregado en casi su totalidad por el actual gobierno, cuestión que debería ser de preocupación para todos los venezolanos, por cuanto de ello dependerá nuestro único acceso al Atlántico, salida indispensable para la exportación del petróleo con destino a Europa y Asia.
Aun cuando pareciese poco relevante esta salida, reviste un punto estratégico de vital importancia en materia de comercialización de este valioso recurso natural que se encuentra en la faja bituminosa del Orinoco y sus adyacencias y que constituye la mayor reserva del país.
La designación de una figura relevante en el ámbito internacional, para conducir las labores de la Cancillería, será vital en la reconstrucción del país, no se podrán permitir improvisaciones, que con toda seguridad conducirían a políticas de ensayo y error, con los consecuentes resultados que irán en desmedro de la nación venezolana.
La designación de una figura relevante en el ámbito internacional, para conducir las labores de la Cancillería, será vital en la reconstrucción del país, no se podrán permitir improvisaciones, que con toda seguridad conducirían a políticas de ensayo y error, con los consecuentes resultados que irán en desmedro de la nación venezolana.
La urgente necesidad de contar de forma inmediata con un equipo multidisciplinarlo que pueda acometer con la transformación política de nuestras relaciones exteriores, y que paralelamente a ese arduo reto deba reconstruir un servicio exterior eficiente altamente profesional con criterios de funcionariales de estado y no de gobierno y mucho menos de ideologías partidistas alguna, mediante la formación adecuada del funcionario, basada en la excelencia, solo así construiremos un servicio diplomático moderno, eficiente y con una estructura organizativa apta que pueda afrontar con profesionalismo todos los retos y desafíos que plantean las relaciones diplomáticas de Venezuela con el entorno internacional.
Alcanzaremos este propósito mediante el fortalecimiento institucional, a través de la realización de una rigurosa selección y formación diplomática de los aspirantes a ingresar al servicio exterior venezolano, así como el perfeccionamiento profesional de los miembros de la institución.
Necesariamente se deberá normar la carrera diplomática de acuerdo con lo que establezca la ley y la Constitución, consagrando la exigencia de profesionalidad, honestidad y dedicación al servicio, como característica primordial, resaltando conductas de transparencia y continuo perfeccionamiento para el funcionario diplomático.
No hay comentarios:
Publicar un comentario