Tomado de http://www.lanacion.com.py/noticias_um-234405.htm
La declaración de los ministros suramericanos de Defensa reunidos hoy en Santiago expresa "el respeto irrestricto" a la soberanía, integridad e inviolabilidad territorial de los Estados, y el apoyo a la no intervención en sus asuntos internos y a la autodeterminación de los pueblos.
Santiago de Chile. EFE.-
El documento, aprobado durante la reunión constitutiva del Consejo de Defensa Sudamericano (CDS), reafirma el propósito común de los doce países miembros de la Unasur de "construir una zona de paz y cooperación" en la región.
Este organismo surgió a iniciativa del presidente brasileño, Luiz Inazio Lula da Silva, en respuesta al conflicto que hace un año enfrentó a Colombia con Ecuador y Venezuela, por la decisión de Bogotá de atacar un campamento de las FARC situado en territorio ecuatoriano.
Los socios de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) reafirman su apoyo a "la convivencia pacífica de los pueblos, la vigencia de los sistemas democráticos de gobierno y su protección, en materia de defensa, frente a amenazas o acciones externas o internas, en el marco de las normativas nacionales".
Asimismo, "rechazan la presencia o acción de grupos armados al margen de la ley, que ejerzan o propicien la violencia cualquiera sea su origen".
Los responsables de Defensa de Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Surinam, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela aseguran que el Consejo "contribuirá poderosamente a la construcción de un futuro común" de la región.
Para ello, acordaron un plan de acción 2009-2010 que tiene como objetivo principal "consolidar Sudamérica como una zona de paz, base para la estabilidad democrática y el desarrollo integral de sus pueblos, y como contribución a la paz mundial".Además, se proponen "construir una identidad suramericana en materia de defensa, que tome en cuenta las características subrregionales y nacionales, y que contribuya al fortalecimiento de la unidad de América Latina y el Caribe".Y también apuestan por "generar consensos para fortalecer la cooperación regional en materia de defensa".Los países suramericanos desarrollarán cuatro líneas de trabajo: políticas de defensa; cooperación militar, acciones humanitarias y operaciones de paz; industria y tecnología de la defensa, y formación y capacitación.
Algunas de las iniciativas concretas que pondrán en marcha en los próximos meses son la creación de una red para intercambiar información sobre políticas de defensa y la realización de un seminario sobre modernización de los Ministerios de Defensa.
También estudiarán la forma de compartir y dar transparencia a la información sobre gastos e indicadores económicos de la defensa, uno de los asuntos que más desconfianza genera entre los países vecinos de la región, junto con la identificación de los factores de riesgo y amenazas que puedan afectar la paz regional y mundial.
América del Sur también quiere plantarse en los foros multilaterales sobre defensa con una posición conjunta y trabajará para articular un mecanismo que lo haga posible.
Y, además, intentará dotarse de un mecanismo de consulta, información y evaluación inmediata ante situaciones de riesgo para la paz de las doce naciones.
En el ámbito de la cooperación, los socios de Unasur planificarán un ejercicio combinado de asistencia en caso de catástrofes o desastres naturales, además de organizar una conferencia sobre lecciones aprendidas en operaciones de paz.
Otro de los aspectos relevantes del acuerdo final es la elaboración de un diagnóstico de la industria de defensa de los países miembros.
Con ello se pretende identificar las capacidades de cada uno y las áreas de asociación estratégicas, para promover la complementariedad, la investigación y la transferencia de tecnología.
Los ministros de Defensa se comprometieron, asimismo, a promover iniciativas bilaterales y multilaterales de cooperación y producción de la industria para la defensa.
La Declaración de Santiago incluye un anexo en el que los titulares de Defensa de América del Sur "manifiestan su común preocupación por la acción del narcotráfico" y solicitan a sus Gobiernos impulsar, en el marco de la Unasur, "la articulación de iniciativas concertadas para combatir este flagelo".
Nota del Editor del blog: Al referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta los 159।500 Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.
La declaración de los ministros suramericanos de Defensa reunidos hoy en Santiago expresa "el respeto irrestricto" a la soberanía, integridad e inviolabilidad territorial de los Estados, y el apoyo a la no intervención en sus asuntos internos y a la autodeterminación de los pueblos.
Santiago de Chile. EFE.-
El documento, aprobado durante la reunión constitutiva del Consejo de Defensa Sudamericano (CDS), reafirma el propósito común de los doce países miembros de la Unasur de "construir una zona de paz y cooperación" en la región.
Este organismo surgió a iniciativa del presidente brasileño, Luiz Inazio Lula da Silva, en respuesta al conflicto que hace un año enfrentó a Colombia con Ecuador y Venezuela, por la decisión de Bogotá de atacar un campamento de las FARC situado en territorio ecuatoriano.
Los socios de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) reafirman su apoyo a "la convivencia pacífica de los pueblos, la vigencia de los sistemas democráticos de gobierno y su protección, en materia de defensa, frente a amenazas o acciones externas o internas, en el marco de las normativas nacionales".
Asimismo, "rechazan la presencia o acción de grupos armados al margen de la ley, que ejerzan o propicien la violencia cualquiera sea su origen".
Los responsables de Defensa de Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Surinam, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela aseguran que el Consejo "contribuirá poderosamente a la construcción de un futuro común" de la región.
Para ello, acordaron un plan de acción 2009-2010 que tiene como objetivo principal "consolidar Sudamérica como una zona de paz, base para la estabilidad democrática y el desarrollo integral de sus pueblos, y como contribución a la paz mundial".Además, se proponen "construir una identidad suramericana en materia de defensa, que tome en cuenta las características subrregionales y nacionales, y que contribuya al fortalecimiento de la unidad de América Latina y el Caribe".Y también apuestan por "generar consensos para fortalecer la cooperación regional en materia de defensa".Los países suramericanos desarrollarán cuatro líneas de trabajo: políticas de defensa; cooperación militar, acciones humanitarias y operaciones de paz; industria y tecnología de la defensa, y formación y capacitación.
Algunas de las iniciativas concretas que pondrán en marcha en los próximos meses son la creación de una red para intercambiar información sobre políticas de defensa y la realización de un seminario sobre modernización de los Ministerios de Defensa.
También estudiarán la forma de compartir y dar transparencia a la información sobre gastos e indicadores económicos de la defensa, uno de los asuntos que más desconfianza genera entre los países vecinos de la región, junto con la identificación de los factores de riesgo y amenazas que puedan afectar la paz regional y mundial.
América del Sur también quiere plantarse en los foros multilaterales sobre defensa con una posición conjunta y trabajará para articular un mecanismo que lo haga posible.
Y, además, intentará dotarse de un mecanismo de consulta, información y evaluación inmediata ante situaciones de riesgo para la paz de las doce naciones.
En el ámbito de la cooperación, los socios de Unasur planificarán un ejercicio combinado de asistencia en caso de catástrofes o desastres naturales, además de organizar una conferencia sobre lecciones aprendidas en operaciones de paz.
Otro de los aspectos relevantes del acuerdo final es la elaboración de un diagnóstico de la industria de defensa de los países miembros.
Con ello se pretende identificar las capacidades de cada uno y las áreas de asociación estratégicas, para promover la complementariedad, la investigación y la transferencia de tecnología.
Los ministros de Defensa se comprometieron, asimismo, a promover iniciativas bilaterales y multilaterales de cooperación y producción de la industria para la defensa.
La Declaración de Santiago incluye un anexo en el que los titulares de Defensa de América del Sur "manifiestan su común preocupación por la acción del narcotráfico" y solicitan a sus Gobiernos impulsar, en el marco de la Unasur, "la articulación de iniciativas concertadas para combatir este flagelo".
Nota del Editor del blog: Al referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta los 159।500 Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Mientras continuaba debate por el TLC, Chile y Perú discutieron en Santiago adquisiciones militares.
http://www.caretas.com.pe/Main.asp?T=3082&S=&id=12&idE=818&idSTo=0&idA=38101
De Armas Comprar
“Fue un encuentro muy cordial, pero hubo algunos bazucazos”, reconoció un miembro de la Cancillería peruana que participó en el Consejo de Defensa de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el martes último en Chile.En el céntrico Hotel Crown Plaza de Santiago, los ministros de Defensa de Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil, Ecuador, Bolivia, Colombia, Venezuela, Surinam, Guyana, Chile y Perú se reunieron para promover la cooperación militar en la región. La homologación de gastos y transparencia de las adquisiciones bélicas fueron ineludibles en la discusión. El ministro de Defensa de Chile, José Goñi, declaró a la prensa que su país “tiene la buena costumbre de informar a nuestros vecinos de las decisiones sobre adquisiciones de material bélico, cosa que no todos hacen”. Añadió que él se entera “a través de la prensa”, y no por los canales oficiales, de las compras militares del Perú. Goñi se refería a un informe aparecido recientemente en el diario El Mercurio, según el cual el Ejército peruano adquirió el año pasado medio millar de misiles antitanque a Rusia e Israel. Efectivamente, durante la gestión del comandante general EP Edwin Donayre, se compraron 244 misiles rusos Kornet por US$ 25 millones y otros 244 misiles Spike, de origen israelí, por US$ 48 millones. Son considerados como los misiles antitanques más poderosos.
El ministro de Defensa Ántero Flores Aráoz, quien se reunió en privado con Goñi, replicó que estas compras son “absolutamente transparentes” y no afectan el equilibrio regional. Por el contrario, forman parte de un programa que recién empieza y que puede ser calificado de modesto si se le compara con el millonario plan armamentista chileno.
El presupuesto de Defensa peruano es de US$ 650 millones de aquí al 2011. El gobierno chileno incrementó su inversión militar a US$ 2,300 millones solo el año pasado, lo que significa un crecimiento del 8.3% respecto del 2007, de acuerdo al Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), con sede en Londres.
En la última década, Las Fuerzas Armadas de Chile (FACH) han adquirido 10 cazas F-16 norteamericanos, otros 18 cazas F-16 holandeses, dos submarinos Scorpene, cuatro fragatas Meko-200 y 342 tanques Leopard. El llamado ‘Plan Bicentenario’ contempla la renovación total del parque de guerra para el 2010, según la prensa de ese país.
En ese mismo camino, por cierto, están Venezuela y Brasil, con presupuestos de defensa de US$ 3,300 y US$ 20,100 millones, respectivamente, sostiene el IISS.
Goñi alega que “Chile no está aumentando su gasto en defensa”, sino que “está haciendo inversiones de modernización de los sistemas de armas”. Pero el asunto genera comprensible preocupación en el contexto de las relaciones bilaterales con el Perú.
POR SUPUESTO, no es el único frente. En el gobierno consideran que el canciller Alejandro Foxley impuso en su gobierno la necesidad de expresar permanentemente que Chile considera la presentación de la demanda de límites marítimos ante La Haya como un acto inamistoso. En ese orden de ideas, los efectos de ese resentimiento en las relaciones se expresan en la suspensión de las reuniones del 2+2 y en las expresiones recurrentes y subidas de tono de Foxley y otros integrantes de la administración de Michelle Bachelet. Pero en términos más concretos –como el normal intercambio comercial– todo discurre en relativa normalidad.
El juego de Foxley también le ofrece una bocanada de oxígeno político. En Chile se especuló sobre su salida del gabinete el pasado diciembre. El análisis de Torre Tagle arroja que las relaciones entre él y la presidenta Bachelet no son las mejores. Foxley se habría opuesto a la reciente visita de Estado a Cuba, pero Bachelet insistió en hacerla efectiva. Tras el desplante de Fidel Castro, que publicó un artículo donde apoyaba la demanda marítima de Bolivia luego de reunirse con la chilena, Bachelet almorzó de todos modos con el actual presidente Raúl Castro. Mejores reflejos, comentan los diplomáticos, tendrían que haber desembocado en el inmediato retorno a Santiago. Del mismo modo, la mandataria no puede encontrarse satisfecha con el manejo que la diplomacia chilena ha demostrado en sus relaciones con el Perú, consideradas prioritarias en un principio.
El canciller José Antonio García Belaunde declaró que el Ejecutivo esperaría la respuesta del Tribunal Constitucional a la demanda contra el TLC con Chile presentada por un grupo de parlamentarios la semana pasada (CARETAS 2069). Sabe que allí lleva las de ganar, pues los cuestionamientos tienen más base política que jurídica, sobre todo cuando el tratado entra en vigencia mientras las relaciones bilaterales vienen en una espiral de deterioro.
Por lo pronto, Ollanta Humala considera que más presión hará reaccionar al TC, y su partido organizó protestas contra el tratado en el sur del país entre el jueves 12 y el sábado 14.
Con respecto a las críticas relacionadas a las inversiones chilenas en sectores estratégicos, insisten desde el Ejecutivo, siempre quedará la cláusula de seguridad nacional que no se limita a las expropiaciones, sino a la suspensión del Tratado por razones de seguridad nacional. No se espera llegar a tales extremos, pero la presentación de la memoria del Perú ante La Haya el próximo 20 de marzo, consistente en cuatro volúmenes de anexos y mapas, dará mucha tela para cortar.
http://www.caretas.com.pe/Main.asp?T=3082&S=&id=12&idE=818&idSTo=0&idA=38101
De Armas Comprar
“Fue un encuentro muy cordial, pero hubo algunos bazucazos”, reconoció un miembro de la Cancillería peruana que participó en el Consejo de Defensa de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el martes último en Chile.En el céntrico Hotel Crown Plaza de Santiago, los ministros de Defensa de Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil, Ecuador, Bolivia, Colombia, Venezuela, Surinam, Guyana, Chile y Perú se reunieron para promover la cooperación militar en la región. La homologación de gastos y transparencia de las adquisiciones bélicas fueron ineludibles en la discusión. El ministro de Defensa de Chile, José Goñi, declaró a la prensa que su país “tiene la buena costumbre de informar a nuestros vecinos de las decisiones sobre adquisiciones de material bélico, cosa que no todos hacen”. Añadió que él se entera “a través de la prensa”, y no por los canales oficiales, de las compras militares del Perú. Goñi se refería a un informe aparecido recientemente en el diario El Mercurio, según el cual el Ejército peruano adquirió el año pasado medio millar de misiles antitanque a Rusia e Israel. Efectivamente, durante la gestión del comandante general EP Edwin Donayre, se compraron 244 misiles rusos Kornet por US$ 25 millones y otros 244 misiles Spike, de origen israelí, por US$ 48 millones. Son considerados como los misiles antitanques más poderosos.
El ministro de Defensa Ántero Flores Aráoz, quien se reunió en privado con Goñi, replicó que estas compras son “absolutamente transparentes” y no afectan el equilibrio regional. Por el contrario, forman parte de un programa que recién empieza y que puede ser calificado de modesto si se le compara con el millonario plan armamentista chileno.
El presupuesto de Defensa peruano es de US$ 650 millones de aquí al 2011. El gobierno chileno incrementó su inversión militar a US$ 2,300 millones solo el año pasado, lo que significa un crecimiento del 8.3% respecto del 2007, de acuerdo al Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), con sede en Londres.
En la última década, Las Fuerzas Armadas de Chile (FACH) han adquirido 10 cazas F-16 norteamericanos, otros 18 cazas F-16 holandeses, dos submarinos Scorpene, cuatro fragatas Meko-200 y 342 tanques Leopard. El llamado ‘Plan Bicentenario’ contempla la renovación total del parque de guerra para el 2010, según la prensa de ese país.
En ese mismo camino, por cierto, están Venezuela y Brasil, con presupuestos de defensa de US$ 3,300 y US$ 20,100 millones, respectivamente, sostiene el IISS.
Goñi alega que “Chile no está aumentando su gasto en defensa”, sino que “está haciendo inversiones de modernización de los sistemas de armas”. Pero el asunto genera comprensible preocupación en el contexto de las relaciones bilaterales con el Perú.
POR SUPUESTO, no es el único frente. En el gobierno consideran que el canciller Alejandro Foxley impuso en su gobierno la necesidad de expresar permanentemente que Chile considera la presentación de la demanda de límites marítimos ante La Haya como un acto inamistoso. En ese orden de ideas, los efectos de ese resentimiento en las relaciones se expresan en la suspensión de las reuniones del 2+2 y en las expresiones recurrentes y subidas de tono de Foxley y otros integrantes de la administración de Michelle Bachelet. Pero en términos más concretos –como el normal intercambio comercial– todo discurre en relativa normalidad.
El juego de Foxley también le ofrece una bocanada de oxígeno político. En Chile se especuló sobre su salida del gabinete el pasado diciembre. El análisis de Torre Tagle arroja que las relaciones entre él y la presidenta Bachelet no son las mejores. Foxley se habría opuesto a la reciente visita de Estado a Cuba, pero Bachelet insistió en hacerla efectiva. Tras el desplante de Fidel Castro, que publicó un artículo donde apoyaba la demanda marítima de Bolivia luego de reunirse con la chilena, Bachelet almorzó de todos modos con el actual presidente Raúl Castro. Mejores reflejos, comentan los diplomáticos, tendrían que haber desembocado en el inmediato retorno a Santiago. Del mismo modo, la mandataria no puede encontrarse satisfecha con el manejo que la diplomacia chilena ha demostrado en sus relaciones con el Perú, consideradas prioritarias en un principio.
El canciller José Antonio García Belaunde declaró que el Ejecutivo esperaría la respuesta del Tribunal Constitucional a la demanda contra el TLC con Chile presentada por un grupo de parlamentarios la semana pasada (CARETAS 2069). Sabe que allí lleva las de ganar, pues los cuestionamientos tienen más base política que jurídica, sobre todo cuando el tratado entra en vigencia mientras las relaciones bilaterales vienen en una espiral de deterioro.
Por lo pronto, Ollanta Humala considera que más presión hará reaccionar al TC, y su partido organizó protestas contra el tratado en el sur del país entre el jueves 12 y el sábado 14.
Con respecto a las críticas relacionadas a las inversiones chilenas en sectores estratégicos, insisten desde el Ejecutivo, siempre quedará la cláusula de seguridad nacional que no se limita a las expropiaciones, sino a la suspensión del Tratado por razones de seguridad nacional. No se espera llegar a tales extremos, pero la presentación de la memoria del Perú ante La Haya el próximo 20 de marzo, consistente en cuatro volúmenes de anexos y mapas, dará mucha tela para cortar.
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