BY: PEDRO GARCÍA OTERO - FEB
28, 2017, 11:54 AM
El hallazgo de ingentes cantidades de petróleo en el Esequibo
y en la costa de Guyana reclamada por Venezuela han exacerbado la controversia
entre ambos países. (Youtube)
En medio del Carnaval, que es feriado en Venezuela, ha pasado
prácticamente desapercibido el nombramiento, por parte del secretario general
de la Organización de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, de Dag Nylander
como nuevo mediador en el litigio entre la República
Cooperativa de Guyana y la República Bolivariana de Venezuela en el diferendo
que tienen en relación con el territorio Esequibo, una franja de 159.000
kilómetros en la que Guyana tiene soberanía y que fue arrebatada a Venezuela
por Gran Bretaña a mediados del siglo XIX, y que es
el litigio territorial más importante, por su extensión, en el continente
americano.
Nylander sustituirá a Norman Girvan, antiguo mediador entre
las dos naciones, quien murió en 2014 sin lograr resolver el diferendo en el
que trabajó durante cuatro años (al igual que sus dos predecesores entre
1989 y 2010); y tiene el mandato expedito de Guterres de realizar una
“mediación reforzada”, hasta finales de este año, según informó Stephane
Dujarric, portavoz de Guterres.
Además tiene un mandato claro, derivado de una resolución de la ONU del pasado 16 de diciembre,
en la que se afirma que si el caso no se resuelve el 31 de diciembre de 2017,
pasará a la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Nylander no
es cualquier diplomático. Viene de ser el representante de Noruega en los diálogos de paz entre Colombia y las FARC, en los que participó como garante del
proceso junto con Cuba; conoce bien Latinoamérica, y de primera mano, seguramente, a los
representantes diplomáticos venezolanos, que junto con los chilenos, fueron los
países involucrados en el proceso de paz. No fue un proceso sencillo: le
consumió una década de su vida, en la que aprendió perfecto español.
Nylander tuvo un rol significativo en el proceso de paz
colombiano. (El Español)
De lo que se resuelva en las negociaciones entre Venezuela y
Guyana dependerá una nueva geopolítica de la región; y muy a pesar de las
relaciones que pueda haber forjado Nylander con la cancillería venezolana
durante la década que pasó gestionando la paz en Colombia, las perspectivas no
son buenas para este país, y sí para los intereses de Guyana.
Lea más: ONU designó nuevo mediador en disputa
territorial entre Venezuela y Guyana
Y este, debe aclararse, no es solo un litigio por tierra,
sino por dinero: hay involucrada una fortuna bajo el subsuelo, en forma de
petróleo, y también una vieja conocida de Guyana y Venezuela, la Exxon Mobil, cuyo expresidente hasta el año pasado
(sorpresa) es nada menos que Rex Tillerson, hoy secretario de Estado de Donald Trump en
Estados Unidos.
Una deuda histórica
El Laudo Arbitral de París (1899) en el que Venezuela ni
siquiera participó, define las actuales fronteras entre Venezuela y lo que en
aquel momento era la Guayana Británica. En 1966, pocos meses de que Gran Bretaña (que había tomado los territorios por la
fuerza a mediados del siglo XIX) concediera la independencia a lo que hoy es la
República Cooperativa de Guyana (para la cual el Esequibo representa dos
tercios de su territorio), se firmó el Acuerdo
de Ginebra, en el que la ONU reconoce que Venezuela tiene un reclamo válido
y se constituye la figura del buen oficiante.
Y si la posición de la democracia venezolana fue constante en
su reclamo de esa franja de tierra, sufrió un grave daño cuando esta terminó:
en 2004, en una visita a Georgetown, capital de Guyana, Hugo Chávez afirmó que “el Gobierno venezolano no será un obstáculo para cualquier proyecto a ser
conducido en el Esequibo, y cuyo propósito sea beneficiar a los habitantes del
área”.
Esta declaración, desde entonces, ha sido esgrimida por los
gobiernos guyaneses para iniciar la exploración, y posteriormente la
explotación, de petróleo, no solo en el territorio en reclamación, sino también
en sus aguas conexas. Y a pesar de las protestas de Venezuela, en 2015, comenzó
la explotación de petróleo por parte de Exxon Mobil en las costas guyanesas y
el descubrimiento, en 2016, de un yacimiento de grandes dimensiones en la zona.
Exxon Mobil, para la “revolución bolivariana”, no es
cualquier enemigo: mantuvo el litigio más cuantioso de los que enfrentó el país
en el Centro Internacional de Arbitraje de Diferencias Comerciales (Ciadi) por
sus confiscaciones, y Venezuela se vio obligada a cancelar 1,6 millardos de dólares,
aunque finalmente, un año después, prosperó una demanda de anulación del país. Y aunque
la cifra parezca alta, era mucho menor a los $22 millardos que pretendía
inicialmente la Exxon Mobil.
Pero allí no solo está Exxon Mobil. También está como su
socia Nexen Petroleum Guyana, Ltd., propiedad de la China
National Offshore Corp. Esta es socia de PDVSA en la Faja Petrolífera del
Orinoco y (más preocupante aún) en el proyecto de Gas Mariscal Sucre, en la costa oriental del país, colindante
con las aguas territoriales de Guyana y Trinidad.
Este proyecto, que no ha podido desarrollarse en un cuarto de
siglo por los “ires y venires” de las políticas económicas “chavistas” consiste
en la explotación de un gigantesco bolsón de gas natural en la plataforma marítima venezolana.
Todo este panorama llevó al Gobierno venezolano a
sobrerreaccionar en 2015 con la publicación de un decreto denominado de “Zonas Operativas de Defensa Marítima e Insular” (Zodimain) que
incluía en el mapa del país toda la plataforma continental frente a las costas
de Guyana, lo que este país consideró “una provocación”, y lo denunció
internacionalmente.
El Ministerio de la Defensa venezolano modificó el mapa
posteriormente, pero la alarma causada por la beligerancia venezolana ya había
quedado sembrada en la diplomacia internacional, y fue lo que llevó a Ban Ki Moon, antecesor de Guterres, a reactivar
urgentemente la resolución de la controversia, lo que cristalizó a fines del
año pasado con el anuncio (salomónico) de nombrar a un oficiante breve y si el
caso no se resuelve, llevarlo a la Corte Internacional de La Haya.
Maduro, perdedor histórico
¿Puede quedar el presidente venezolano, Nicolás Maduro, como el hombre “que perdió el Esequibo”?
Lamentablemente para Venezuela, un país que realizó durante casi 80 años
(empezando en la década de los 40 y terminando en los primeros años de Hugo
Chávez, en los que se mantuvo el statu quo en la diplomacia
venezolana sobre el tema) una labor de filigrana para recuperar el territorio,
o por lo menos para que no cesara su pretensión sobre el mismo, la respuesta es
“Sí”.
Venezuela, está claro, no quiere ir a la Corte Internacional
de La Haya. Su posición fue siempre la de mantener sine die la
presencia del mediador, con la esperanza de lograr un arreglo con el país
vecino. La posición de Guyana, en cambio, ha sido la contraria: confía en una
resolución rápida en la Corte que le permita desarrollar sus riquezas sin
intervención o amenazas de Venezuela; mucho más con un vecino tan irritable y
levantisco como el “chavismo”.
Las decisiones de la Corte de La Haya son inapelables para el
país, que efectivamente no tiene actualmente jurisdicción efectiva en el
territorio (la jurisdicción corresponde a Guyana, sin duda, y Venezuela ha
respetado esas fronteras establecidas en el Laudo de París desde la llamada Rebelión
del Rupununi, en 1969).
Solo como antecedente, sirva la resolución de la Corte en el
conflicto fronterizo entre Colombia y Nicaragua en 2012: A pesar de que concede
territorios colombianos a Nicaragua, no ha podido hacerse cumplir porque Colombia desconoció a la Corte. Como la jurisdicción de los
territorios pertenece a este país, la alternativa es un conflicto bélico de
impredecible resultado.
¿Cuál sería la alternativa de Venezuela ante un fallo en contra
de la Corte de La Haya? Probablemente una semejante. Con un agravante: todos
los poderes fácticos del mundo y de la región (desde el Departamento de Estado
de Estados Unidos, donde hay un representante de la Exxon
Mobil, hasta Caricom, Brasil y la Cancillería cubana, que se han mostrado a favor de Guyana
en la controversia) estarían de acuerdo con una decisión favorable a la
república angloparlante.
El panorama luce muy complicado para Venezuela, además,
porque las pretensiones son rígidas. Guyana aspira a la integralidad de su
territorio, y Venezuela, a la totalidad de la zona en reclamación. Como siempre
sucede en los conflictos de tierra, estos están ligados a la soberanía,
entendida esta última como la jurisdicción sobre un espacio.
En Venezuela, históricamente, nadie ha querido ser el que
haya perdido el Esequibo. Es por esto que Maduro pide apoyo a la oposición,
expresado en un insólito punto del frustrado diálogo entre el Gobierno
y la Mesa de la Unidad Democrática, en Venezuela, en el que se pone como
protagonista el tema del Esequibo como un tema nacional.
Durante 2017, el territorio se convertirá en un asunto más
que deberá atender la inexperta, ideologizada y sobre todo desprestigiada Cancillería venezolana.
Las perspectivas, como muestra todo lo anterior, no son
buenas. Esto, sin siquiera querer imaginar un escenario como el de Argentina en 1982, donde a los militares se les
ocurrió una guerrita reivindicadorapara mantener en el poder a una
dictadura moribunda.
Pedro García Otero
Pedro García fue editor del PanAm Post en español. Periodista
venezolano con 25 años de experiencia en cobertura de temas económicos,
políticos y locales para prensa, radio, TV y web. Síguelo @PedroGarciaO.
Cristian Avendaño · University of Carabobo
Excelente reportaje, muy objetivo y preciso en contenido.
Ahora bien, históricamente el Esequibo ha sido tierra Venezolana, desde la división
de la gran Colombia por allá en 1830. Aún recuerdo 1985 cuando en la escuela
primaria se dibujaba el mapa completo. Solo que en estas negociaciones ha
privado el patriotismo el sentido de pertenencia y la falta de decisiones
soberanas, determinantes y necesarias, lamentablemente Tarde o temprano
tendremos que salir a defender nuestra patria, y restituir nuestras tierras que
han sido usurpadas, por Una nación que no es nación, sino más bien un
protectorado de potencias extranjeras y grupos de intereses económicos
internacionales. Patria o Muerte, "adelante a luchar venecianos, que la
patria os contempla orgullosa no temáis una muerte gloriosa que morir por la
patria es vivir"
Like · Reply · 3 · 23 hrs
Fernando Julio Biole · Las Perdices, Córdoba, Argentina
jajajjaj, Venezuela no puede resolver el problema de hambre
que tiene, que va a resolver problemas fronterizos ahora. Amen que los que viven
en el Esequibo, sabes cuándo van a querer ser venezolanos, después no van a
tener para comer ellos.
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Fred Prieto · UNEXPO Luis Caballero Mejías
Es un comentario banal y ridículo, comparar una actual crisis
político - económica "puntual"
y trascendental, con una crisis geopolítica histórica, y que no es
trascendental ni a corto ni a mediano plazo, es normal que provenga de un
sujeto con ínfulas de grandeza, típico en ustedes, pero es normal, primero
aprenda a hacer análisis en este ámbito, antes de comentar, no mezcles peras
con manzanas, que no son lo mismo...
Like · Reply · 2 · 10 hrs
Luis Alfonso Suarez Navarro · San Juan De Colón, Táchira,
Venezuela
de no ser por Chávez te habrías muerto de hambre pendejo
Like · Reply · 9 hrs
Luis Eduardo Bracamonte · Barquisimeto
Algo así como los que viven en las Malvinas que dicen que jamás
serán argentinos
Like · Reply · 2 · 9 hrs
2005 La Guayana
Esequiba – Zona en Reclamación. Instituto Geográfico Simón Bolívar
Primera Edición
La Guayana Esequiba Zona en
Reclamación
Terminología sobre cómo referenciar
la Zona en Reclamación-Guayana Esequiba.
Nota del editor del blog:
Al referenciarse a la República
Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de
territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de
Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero
de 1966.
Territorios estos sobre los cuales el
Gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservó sus
derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo
de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana:
“...por lo tanto, Venezuela reconoce
como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha
del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva
expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se
encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de
Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento
hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa que señala el
Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar
Territorial mediante el Decreto Presidencial No 1152 del 09 de
Julio de 1968
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