Por Asdrúbal
Aguiar
Fecha: 25/07/2015
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He recordado, para atajar manipulaciones de circunstancia y
electoreras, los momentos en que la traición a la patria toma cuerpo como
excepción de nuestra historia.
Las patadas y zancadillas entre los políticos son hábitos
seculares – es la saña cainita de la que habla Rómulo Betancourt – pero
jamás practicados a costa de la soberanía, salvo en aquél momento en que
Bolívar, responsable militar de la caída de la Primera República, opta por
entregar a los españoles a su jefe, Francisco de Miranda, traicionándolo a
cambio de un pasaporte que le salve el pellejo y le permita viajar a Curazao.
Recordé en artículo anterior, así, el momento en que Nicolás
Maduro prosterna el Acuerdo de Ginebra de 1966 – base única, no se olvide, de
nuestra posibilidad de reclamar la pérdida de la Guayana Esequiba – tachándole
como una suerte de mala entente entre los gobiernos adecos y el Imperio
norteamericano; también la renuncia que Hugo Chávez hace en 2007 de nuestros
derechos en favor de la vecina república: “Guyana, con el que nos pusieron a
pelear toda la vida, nos querían poner a pelear, uno veía clases: que hay que
recuperar y tal y la hipótesis y nos querían meter el cuento de que era una
amenaza”. Maduro, a la sazón, es el Canciller.
Pero como la ignorancia de la historia es la madre de todas
las derrotas, nada más peligroso que quien, en sus pasos aparentes para
defender lo que nunca quiso defender, decide crear zonas de defensa integral
del territorio frente a Colombia y Guyana para luego revocarlas al menor
ronquido de esas naciones; por ignorar, justamente, las premisas del Derecho
internacional.
Es ese el Maduro quien, asimismo, por ignorante, al presentar
su discurso ante la Asamblea Nacional, habla de la “solución legal” del
problema del Esequibo, ignorando que el Acuerdo que prosternara, por ser obra
de los gobiernos de Betancourt y Raúl Leoni, dispone expresamente que se trata
de alcanzar “soluciones satisfactorias para el arreglo práctico de la
controversia”. No obstante, se entiende que es mucho pedirle que discierna
entre los cánones del Derecho y los de la equidad y la justicia.
Lo lamentable, a todas estas, es su media y matizada
afirmación – contraria a la historia – ante la Asamblea Nacional: “Un Congreso
de Estados Unidos en 1896 decide una comisión para determinar nuestros límites;
comenzaba el auge del imperio estadounidense”.
No cuenta Maduro o no se lo refieren sus asesores, que el
haber salvado las bocas del Orinoco e impedido que la voracidad británica
llegase hasta Upata, es el último recurso que en nuestra defensa, pedida y
reclamada por nosotros al Departamento de Estado, hace Estados Unidos para
cuidarnos del pacto corrompido entre Rusia y Gran Bretaña; ese que denuncia
luego el abogado norteamericano Severo Mallet- Prevost y se hace público a su
muerte y que dicta el 8 de febrero de 1944.
Enrique Bernardo Núñez, en su crónica Tres momentos en
la controversia de límites de Guayana – la más acabada, como también el
discurso de Marcos Falcón Briceño ante la Academia de Ciencias Políticas –
refiere bien que, aún conscientes nosotros, desde antes, que la vía arbitral
puede no ser la más conveniente y mejor es la negociación que primero procura
Alejo Fortique, entre 1841 y 1845, olvidamos – lo dice éste – que “hay un
momento en las negociaciones, que si se escapa no vuelve a presentarse”.
Más tarde somos nosotros los que jugamos a la opción arbitral
para desautorizar la gestión transaccional del Marqués de Rojas (1876-1884), y
es Gran Bretaña la que no acepta el debate jurídico.
A final, sin destino el esfuerzo negociador sucesivo de
Antonio Guzmán Blanco (1884-1890), el Congreso nuestro esgrime, en 1887, la
violación por Gran Bretaña de la Doctrina Monroe – “América para los
americanos” –. Y nuestro gobierno busca por convencer al Departamento de Estado
para que sume su fuerza y la oponga con dicha tesis ante el invasor de nuestro
territorio.
Ello se logra una vez como el presidente Cleveland lleva la
cuestión al punto de conflicto con los británicos, en defensa de la Doctrina
Monroe. Desde Caracas, hasta ofrecen sus espadas el Mocho Hernández como
Cipriano Castro, El Cabito.
Al final, llega el arbitraje y la colusión y venalidad de su
estrado, quedando los jueces americanos en franca minoría; amenazados por sus
pares, ruso e ingleses, de quitarle a Venezuela hasta su río fundamental. Allí
se impuso la transacción. Esa a la que nos negamos y sabiamente procura,
después de superar la rabieta por el desafuero anunciado, el ex presidente Benjamín
Harrison, asesor de nuestra causa. Nos salva en la raya el delta del Orinoco.
Castro, quien como diputado hasta acusa de traición a Guzmán
Blanco, ya presidente se traga sus palabras. Acepta sin chistar lo decidido.
Esa es la historia.
2005 La
Guayana Esequiba – Zona en Reclamación. Instituto Geográfico Simón Bolívar Primera Edición
Nota del
editor del blog:
Al referenciarse a la República Cooperativa de
Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de territorios ubicados al
oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en
Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los cuales el Gobierno
Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservo sus derechos
sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo de 1966
al reconocerse al nuevo Estado de Guyana:
“...por lo tanto, Venezuela reconoce como
territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha del río
Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva expresamente
sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se encuentra en la
margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el territorio de la
Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva expresamente sus derechos
soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana, a través de la línea
del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta su desembocadura en el
Océano Atlántico...”
LA GUAYANA ESEQUIBA
http://laguayanaesequiba.blogspot.com/2008/01/la-guayana-esequiba.html
Terminología sobre cómo referenciar la
Zona en Reclamación-Guayana Esequiba.
Mapa que señala el
Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto Presidencial No 1152 del 09
de Julio de 1968
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