Mapa Oficial de
la República Bolivariana de Venezuela con la Zona en Reclamación - La Guayana Esequiba
Tomado de:
MANUEL ALBERTO DONÍS RÍOS27 DE MAYO 2015 - 12:01 AM
La canciller Delcy Rodríguez declaró en fecha reciente (24 de
mayo) lo siguiente: “Las aguas siguen en la suerte en el territorio. Venezuela
ratifica los derechos soberanos sobre el Esequibo. Mientras no exista una
decisión sobre nuestro territorio, no pueden usar sus aguas que no están
dispuestas para otros fines. En este sentido enviamos comunicación a la Exxon
Mobil solicitándole que paralizara sus actividades en esa zona”.
Estamos de acuerdo con la canciller en casi todo. “Las aguas
siguen en la suerte en el territorio” solo puede significar que la delimitación
de los espacios marinos y submarinos en la Zona en Reclamación debe ser
resuelta por acuerdo entre las partes, previo arreglo de la frontera terrestre,
que por naturaleza es la que define dichos espacios marítimos. Esta es la
condición irrenunciable: “Mientras no exista una decisión sobre nuestro
territorio, no pueden usar sus aguas [Guyana, entendemos; y muchísimo menos las
compañías petroleras] que no están dispuestas para otros fines”.
“Venezuela ratifica los derechos soberanos sobre el
Esequibo”. Esto es: Venezuela exige sus derechos en la Zona en Reclamación en
virtud de sus legítimos títulos. Venezuela busca una solución práctica a la
Controversia como lo establece el Acuerdo de Ginebra, documento en el que está
implícito el reconocimiento por parte de Gran Bretaña y Guyana de las
irregularidades del Laudo Arbitral de París de 1899.
En cuanto a la frase: “En este sentido enviamos comunicación
a la Exxon Mobil solicitándole que paralizara sus actividades en esa zona”,
Venezuela reitera su posición, ya expresada el 7 de abril del año en curso en
carta dirigida al gerente de la empresa Exxon Mobil, Jeff Simon, firmada por la
Canciller: “Venezuela insta de nuevo a esa empresa privada trasnacional, de
manera formal y categórica, evitar cualquier incursión en dicho espacio
marítimo”.[1]
En este punto disentimos con la posición asumida por el
gobierno. Se trata de un asunto de Estado. Debió enviarse al gobierno guyanés
una enérgica nota de protesta en primer lugar, por ser este el que otorgó los
permisos a las compañías petroleras para que operaran en la zona, exigiéndole el
retiro de dichos permisos y las explicaciones correspondientes.
En este punto no puede haber vacilaciones. Venezuela tiene
legítimos derechos en la Zona en Reclamación. Y no se piense por un instante
–algunos han querido crear una matriz de opinión– que la reclamación se
reactivó en 1962 bajo el gobierno de Rómulo Betancourt, porque en el gobierno
de la entonces Guayana Británica estaba Cheddi Jagan y el partido PPP que era
miembro de la Internacional Comunista. Tampoco como producto de la presión de
Estados Unidos ante Betancourt para iniciar la reclamación y desestabilizar el
gobierno de Jagan.
Esta visión, marcada por una clara intención política, es,
por decir lo menos, injusta. No tiene asidero histórico y menosprecia los
esfuerzos de la diplomacia venezolana por llegar a una solución práctica y
satisfactoria en el Esequibo a lo largo del siglo XX.
Conviene recordar que la decisión arbitral de 1899 –no
ajustada a derecho– fue rechazada de inmediato por el gobierno de Venezuela al
apenas conocerse, declarándola nula e írrita. Nuestro agente José María de
Rojas protestó contra el Laudo, pronunciándose en el mismo año y en igual
sentido el presidente Ignacio Andrade. En julio de 1900 la Legación Británica
en Caracas notificó al gobierno venezolano que si antes del 3 de octubre no
enviaba su comisión demarcadora, su país procedería a la demarcación por sí
sola. Los venezolanos, obligados, nos incorporamos a la demarcación en
noviembre del mismo año para evitar daños mayores.
La revisión del Laudo comenzó a exigirse de forma sucesiva
bajo el gobierno del presidente Medina Angarita en 1944, con participación del
Congreso Nacional. En 1948 Rómulo Betancourt se pronunció en igual sentido en
la IX Conferencia Interamericana realizada en Bogotá. En 1949 se publicó el
Memorándum del norteamericano Severo Mallet Prevost, quien fuera secretario de
la Comisión creada en 1895 para investigar e informar todo lo concerniente a la
controversia entre Venezuela y Gran Bretaña; y además fue el más joven de los
abogados que “defendieron a Venezuela” en el Tribunal de Arbitraje. En su
famoso Memorándum, se revelaron las intimidades de la farsa de París.
En 1951, en la IV Reunión de Consulta de los ministros de
Relaciones Exteriores de los países americanos, el canciller venezolano Luis
Gómez Ruiz se pronunció a favor de una justa reparación en nuestra frontera
oriental. El consultor jurídico de la Cancillería, Ramón Carmona, hizo reserva
ante la X Conferencia Interamericana realizada en Caracas en 1954, en el
sentido de que nuestro país no aceptaría nada que pudiera “menoscabar los
derechos que a Venezuela corresponden… ni como una renuncia de los mismos”.
En 1956 el canciller venezolano ratificó este criterio; y de
nuevo en 1960, en la Cámara de Diputados; y ante una delegación parlamentaria
del Reino Unido. En 1962 Venezuela planteó la cuestión de límites con la
Guayana Británica en la Comisión Política de la Asamblea General de las
Naciones Unidas (12 de noviembre), con el propósito, de “poder ahora solucionar
amistosamente este problema con el Reino Unido”.
Venezuela logró mediante un acuerdo que Gran Bretaña
accediera a una revisión de los documentos, por lo que se realizaron tres
conferencias ministeriales de Londres en 1963 y 1965; y en Ginebra en 1966.
Resultado de esta última fue el Acuerdo homónimo.
Venezuela fue más allá y decidió admitir a Guyana, la ex
Guayana Británica, en dicho documento. No hacerlo equivalía aceptar que Gran
Bretaña, como potencia colonial, podía resolver sobre asuntos de una próxima
nación independiente, admitir las tesis colonialistas de la que fuimos víctimas
y enfrentar el inmediato repudio guyanés por un asunto de esta magnitud del
cual fue excluida.
Así que la tesis de que la reclamación no es venezolana sino
producto de una imposición estadounidense no tiene asidero alguno. Pero tampoco
se debe contaminar la reclamación con comentarios como este: de acuerdo con la
canciller, el hecho de que la Exxon Mobil esté realizando actividades
exploratorias en la Zona en Reclamación no está desligado de “la insólita
acción coetánea del gobierno de Estados Unidos de declarar a Venezuela como una
amenaza inusual y extraordinaria”.
La politización del diferendo nos hace un daño irreparable.
El asunto requiere una política de Estado producto del consenso de todos los
venezolanos. La definición ideológica de los gobiernos debe ser un factor ajeno
a la integridad territorial del país. ¿No lo está demostrando Guyana en los
actuales momentos, cuando cuenta entre sus aliados a Estados Unidos, Cuba,
Brasil y los países del Caricom?
El gobierno nacional debe exigir de manera contundente el
cumplimiento del Acuerdo de Ginebra y buscar una solución práctica y
satisfactoria a la controversia. Se debe aprovechar el interés de Guyana por el
petróleo de la Zona en Reclamación.
Se debe mantener el criterio de que la delimitación de los
espacios marinos y submarinos debe resolverse por acuerdo entre las partes,
previo arreglo de la frontera terrestre entre las dos naciones. Esta debe ser
la condición irrenunciable.
Se debe mantener el patrullaje de la Armada en la fachada
atlántica.
Hay que dejar de lado, como lo sostiene ahora Guyana, la
figura del Buen Oficiante y designar de inmediato un negociador-facilitador a
tiempo completo. Acudir a la Corte Internacional sería quebrar el Acuerdo de
Ginebra, ya que el proceso de un juicio internacional no es un asunto práctico.
Pero para lograr estos objetivos debe existir voluntad y
sinceridad política para resolver la controversia; y dejar de lado la política
errática, reactiva frente a Guyana.
[1] .- www. ultimasnoticias.com.ve, 8 de abril de 2015, 15. Y en El Mundo, Economía y Negocios,
8 de abril de 2015, 18.
2005 La
Guayana Esequiba – Zona en Reclamación. Instituto Geográfico Simón Bolívar Primera Edición
Nota del
editor del blog:
Al referenciarse a la República Cooperativa de
Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de territorios ubicados al
oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en
Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los cuales el Gobierno
Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservo sus derechos
sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo de 1966
al reconocerse al nuevo Estado de Guyana:
“...por lo tanto, Venezuela reconoce como
territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha del río
Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva expresamente
sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se encuentra en la
margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el territorio de la
Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva expresamente sus derechos
soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana, a través de la línea
del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta su desembocadura en el
Océano Atlántico...”
LA
GUAYANA ESEQUIBA
http://laguayanaesequiba.blogspot.com/2008/01/la-guayana-esequiba.html
Terminología sobre cómo referenciar la
Zona en Reclamación-Guayana Esequiba.
Mapa que señala el
Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto Presidencial No 1152 del 09
de Julio de 1968
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