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Tomado de:
Caracas, 03 Oct. AVN (por Aurelio Gil Beroes).- En el marco
de un fortalecido espíritu de cooperación e integración, Venezuela y Guyana
acordaron el viernes 30 de septiembre, en Puerto España, Trinidad, continuar
por la vía de las conversaciones bilaterales el tratamiento de las diferentes
materias objeto de interés común y, en particular, la solicitud de la ex
colonia inglesa a la Comisión respectiva de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) de ampliar los límites de la Plataforma Continental.
Las negociaciones han quedado en manos de los facilitadores
de ambas partes, quienes informarán a sus respectivos gobiernos.
Como se sabe, el 6 de septiembre pasado, Guyana solicitó a la
Comisión de la Organización de las Naciones Unidas para los límites de la
Plataforma Continental, la extensión en 150 millas de su plataforma, incluyendo
la que corresponde al territorio en reclamación por parte de Venezuela, de
acuerdo con la Convención de Derechos del Mar, celebrada en Caracas en 1982.
El ministro para las Relaciones Exteriores de Venezuela,
Nicolás Maduro, y la ministra de Relaciones Exteriores de Guyana, Carolyn
Rodríguez-Birkett, al pasar revista a los diferentes asuntos de interés mutuo,
en presencia de Norman Girvan, buen oficiante de la ONU, reconocieron también
que “la delimitación de fronteras marítimas entre los dos Estados sigue siendo
un tema pendiente y coincidieron en que dicha delimitación requerirá
negociaciones”.
Antecedentes históricos
Caracas y Georgetown se disputan un área de 159.500
kilómetros cuadrados, comprendida entre los ríos Cuyuní (límite oeste) y
Esequibo (límite este), rica en minerales, madera, recursos hídricos y
probablemente en hidrocarburos, de la cual Venezuela fue despojada por la
corona inglesa tras una sucesión de acciones fraudulentas y velados apremios
militares a partir de 1840.
Desde entonces, a fuerza de presiones imperiales y
determinaciones territoriales imposibles de verificar, por lo menos en el siglo
XIX, Inglaterra extendió sus dominios sobre esa zona, siempre bajo la protesta
de Venezuela.
El territorio venezolano
El territorio venezolano es el que correspondió a la
Capitanía General de Venezuela, cuando esta fue establecida en 1777.
Así lo define el artículo 10 de Constitución, cuando afirma:
“El territorio y demás espacios geográficos de la República son los que
correspondían a la Capitanía General de Venezuela antes de la transformación
política iniciada el 19 de abril de 1810, con las modificaciones resultantes de
los tratados y laudos arbitrales no viciados de nulidad”.
Este territorio, incluyendo por supuesto la zona en
reclamación del Esequibo, pasó, mediante la figura jurídica del Derecho
Internacional Iutis Posidetis Juris, a formar parte de la nación venezolana,
una vez lograda la independencia.
La propia España así lo ratifica, el 30 de marzo de 1845, al
firmar el Tratado de Reconocimiento de la Soberanía sobre el territorio
venezolano, conocido antes de la independencia de Venezuela como Capitanía
General de Venezuela, que incluía la provincia de Guayana, cuyo límite por el
este era el río Esequibo.
La frontera real de Venezuela con Guyana mide 743 kilómetros
y se extiende desde Punta Playa, en el Delta Amacuro, hasta el pico Roraima,
punto de convergencia de los límites de Venezuela, Guyana y Brasil.
Maquinación del despojo
Todo comenzó en 1814, cuando Venezuela todavía luchaba contra
el imperio español por su independencia.
Ese año, Gran Bretaña adquirió de Holanda el territorio que
luego fue conocido como Guayana Inglesa o Británica, cuya extensión alcanzaba
poco más de 3.000 leguas imperiales (antigua medida inglesa), equivalente hoy a
9.360 millas cuadradas y que limitaba con Venezuela, precisamente por el río
Esequibo, tomado como línea fronteriza.
Esta es la línea fronteriza aceptada y reconocida en
múltiples mapas impresos en Londres y, en particular, el de la Cruz de Cano,
que en 1799 publicó el Generalísimo Francisco de Miranda con el financiamiento
del propio Gobierno británico, de acuerdo con los autores del trabajo El
Esequibo venezolano, publicado en el sitio: www.proyectos-saluda.org.
Expansionismo imperial
Las apetencias expansionistas de Inglaterra sobre la Guayana
venezolana se concretan por primera vez en 1840, a raíz de la publicación de
Una descripción cartográfica de la Guayana Británica, realizada por el cartógrafo
alemán Robert H Schomburgk, quien actuó por encargo de la Corona Británica.
En este trabajo, producto de las exploraciones que habría
realizado en la zona entre 1835 y 1839, financiadas por la corona británica,
Schomburgk publicó un mapa que establecía las zonas que la Corona británica
debía reclamar como de su propiedad.
Entre estas incluía todos los ríos tributarios del Esequibo y
el Monte Roraima, tepui emblemático de la Guayana venezolana.
Siguiendo su política expansionista y atendiendo las
recomendaciones de Schomburgk, el Imperio Británico, que en 1828 disponía de
tan sólo 3.120 leguas en la llamada Guayana Británica, como quedó registrado en
el Diccionario Geográfico Universal de París de ese año, en un período de
aproximadamente 45 años pasó a tener más de 76.000 millas cuadradas (unas
26.000 leguas imperiales), producto de la usurpación del territorio venezolano.
Para asegurar el poblamiento de la zona, Schomburgk
recomendaba a la Corona inglesa estimular la libre e ilimitada emigración de
africanos, indios, asiáticos, coolies y de cualquier otro grupo humano que
pudiese asentarse en la región.
También empleó a pastores adventistas y protestantes como
punta de lanza para colonizar la región y sojuzgar a las poblaciones indígenas
que la habitaban.
En estas andanzas, los religiosos al servicio de la corona
inglesa llegaron, ya entrado el siglo XX, hasta las inmediaciones de lo que hoy
es Santa Elena de Uairén, la población venezolana ubicada al extremo sur del
Estado Bolívar, según lo refiere en sus memorias Lucas Fernández Peña, su
fundador, quien apoyó al general Sixto Gil, en varias ocasiones, para echar a
las avanzadas inglesas de esa región del estado Bolívar.
Protestas venezolanas
La publicación de Schomburgk fue protestada y denunciada por
Venezuela en repetidas ocasiones y, en respuesta, la Cancillería inglesa, a
través de un personaje llamado Lord Aberdeen, propuso una nueva línea
divisoria, distinta a la planteada por el cartógrafo alemán.
En vez detenerse a considerar la reclamación venezolana,
Inglaterra inicia su expansión territorial.
En 1840 penetra 4.920 kilómetros cuadrados al este de su
frontera occidental, en territorio venezolano; en 1844, la línea Aberdeen
progresa otros 141.930 kilómetros cuadrados; en 1881 la denominada línea
Granville se corrió nuevamente hacia territorio venezolano, usurpándole a
nuestro país 159.500 kilómetros cuadrados.
En 1886 la línea divisoria establecida por la Guayana Inglesa
llegaba hasta la desembocadura del Orinoco y en 1887, en un alarde de poderío,
Inglaterra publica que sus posesiones al este del Esequibo alcanzan la
extensión de 109.000 millas cuadradas, incluyendo la desembocadura del Orinoco.
Ruptura de relaciones
Ante la usurpación manifiesta, en 1886 Venezuela rompe
relaciones diplomáticas con Inglaterra, que con todo su poderío imperial y su
política expansionista trata de provocar un enfrentamiento bélico que le
permitiera tomar por las armas el promisorio territorio del Orinoco y controlar
la desembocadura del río.
Situación internacional
A fines del mismo siglo XIX, esta Inglaterra que le ha
arrebatado miles de kilómetros al territorio venezolano está en guerra con los
alemanes y los Boers (labriegos holandeses), asentados en Suráfrica, por las
riquezas de oro en esa región.
La codicia imperial de la corona británica y su aspiración
expansionista la han hecho posesionarse, también, del territorio de Suráfrica.
Esta situación despierta temores en su reciente antigua
colonia, Estados Unidos, que alarmada por el creciente poderío de la metrópoli,
denuncia sus acciones expansionistas en perjuicio de Venezuela.
Así, el 17 de diciembre de 1895, el presidente estadounidense
Stephen Grover Cleveland da un ultimátum a los ingleses y los conmina a someter
la controversia entre los dos países a un arbitraje.
Gran Bretaña asiente y se dispone a ir al arbitraje, pues,
como admitiría años después Winston Churchill, a la corona no le convenía un
frente de conflictos con su antigua colonia, estando en guerra en Suráfrica.
Arbitraje de 1897
Las circunstancias en el escenario internacional obligan al
arbitraje, y el 2 de febrero de 1897, en Washington, Venezuela e Inglaterra
firman el tratado a través del cual se establecerá un tribunal de arbitraje.
Esta instancia deberá determinar, en primer término, la
extensión original de los territorios que fueron de Holanda y de España, y que
ahora reclaman Inglaterra y Venezuela, respectivamente.
El fraude
En el litigio, Venezuela demostró en forma contundente la
titularidad de todos los territorios situados en la margen occidental del río
Esequibo, mientras que Inglaterra, por el contrario, no pudo demostrar la
legalidad de tan siquiera un metro de las tierras allí ubicadas y que se había
apropiado.
Presentó pruebas inconsistentes y mapas forjados que no
resistieron el cotejo con los instrumentos jurídicos y gráficos presentados por
Venezuela.
No obstante, dos años después, el 3 de octubre de 1899, se
reúne en París el Tribunal Arbitral, y burlando lo asentado en el Tratado de
Nueva York tomó una decisión que no le correspondía.
Mediante un fallo írrito y fraudulento, el Tribunal Arbitral
“determinó que la línea de demarcación entre Venezuela y la Gran Bretaña seguía
una línea equivalente a los actuales límites del territorio en reclamación”.
Con esta decisión inapelable Venezuela fue despojada de
159.500 kilómetros cuadrados, ubicados en la margen occidental del río
Esequibo.
Es necesario decir que por las condiciones que imponía el
reino de Inglaterra, ningún venezolano fue admitido en el Tribunal Arbitral de
París.
Los intereses de Venezuela fueron representados por dos
juristas norteamericanos: Melville Weston Fuller y Davis Josianh Brewer. El
árbitro era un ruso, Fiódor Martens, y los representantes ingleses: Charles
Baron Rusell y Sir Richard Hens-Collins.
Acuerdo de Ginebra de 1966
67 años después de este despojo, en 1966, durante el Gobierno
del presidente Raúl Leoni, se produce una circunstancia que va a ser
aprovechada por la diplomacia venezolana.
Las fuerzas políticas actuantes en la Guayana Inglesa
reclaman su independencia de la metrópoli.
Consecuente con su reclamación sostenida en el tiempo,
Venezuela fuerza conversaciones con el Gobierno inglés, reiterando la nulidad
de la decisión del Laudo Arbitral de París.
Inglaterra condiciona las conversaciones al reconocimiento,
por parte de Venezuela, de la naciente República de Guyana, como habrá de
llamarse, la ex colonia.
Venezuela, a su vez, supedita tal reconocimiento a la
fijación de conversaciones, cosa que Inglaterra acepta, cargándolas a la cuenta
de la naciente Guyana.
Inglaterra, la nación favorecida por el Laudo Arbitral de
París, admite la reconsideración del reclamo venezolano y el 17 de febrero de
1966 firma el Acuerdo de Ginebra con Venezuela, convenio que garantiza la reanudación
de las negociaciones limítrofes, aunque en su lugar estará Guyana.
El artículo 1 del acuerdo de Ginebra dice: “Se establece una
comisión mixta con el encargo de buscar satisfacciones para el arreglo práctico
de la controversia entre Venezuela y el Reino Unido, surgida como consecuencia
de la contención venezolana de que el Laudo Arbitral de 1899 sobre la frontera
entre Venezuela y la Guayana Británica es nulo e írrito”.
La Comisión Mixta
El Acuerdo de Ginebra estableció la constitución de una comisión
mixta paritaria, con representantes de Venezuela y Guyana, que debía explorar
alternativas de negociación y acuerdos.
La comisión estuvo integrada, inicialmente, por dos
representantes de cada país, pero cumplido el plazo para su gestión, cuatro
años, y de haber celebrado 17 reuniones, no arribó a acuerdo alguno, por lo
cual cesó sus funciones el 17 de febrero de 1970. Para ese entonces Rafael
Caldera era el Presidente de Venezuela.
El Protocolo de Puerto España
Ante el fracaso de la Comisión Mixta, el Gobierno venezolano
propone la firma de un protocolo que será conocido como de Puerto España,
mediante el cual las conversaciones sobre el diferendo quedan congeladas.
Este protocolo se firmó el 18 de junio de 1970 en la capital
de Trinidad y Tobago, entre representantes de Venezuela, Guyana e Inglaterra.
Mediante este instrumento, el Gobierno venezolano propuso la
suspensión por 12 años de las conversaciones en una especie de plazo de espera
que propicie nuevas y mejores condiciones para las negociaciones.
Esto implicaba la suspensión, por ese tiempo, de la
aplicación de los artículos 1 y 4 del Acuerdo de Ginebra y del artículo 33 de
la Carta de las Naciones Unidas, que exhorta a las partes en conflicto a buscar
una solución por vía de negociaciones.
Este plazo de 12 años venció en junio de 1982 y Luis Herrera
Campins, entonces presidente de la República, descarta la prórroga del
protocolo y acoge la aplicación del artículo 33 de la Carta de las Naciones
Unidas.
Es precisamente esta disposición la que posibilitó la
escogencia del nuevo mediador, o buen oficiante, Norman Girvan, el 9 de octubre
de 2009 en Nueva York.
El buen oficiante actúa como comisionado personal del
secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, para procurar una solución del
diferendo territorial, que ya alcanza 110 años.
Perspectivas
En la actualidad, ambos gobiernos están comprometidos con una
solución consensuada y pacífica del diferendo territorial.
El presidente Hugo Chávez ha descartado consecuentemente,
desde 1999, la salida militar para el litigio.
En su visita a Guyana, en febrero de 2004, dijo que esta
tenía como fin “hacer más fuertes nuestros lazos con Guyana (...) Con la
voluntad de auspiciar la integración”.
Expresó, según The Guyana Chronicle, del 20 de febrero de ese
año: "El Gobierno venezolano no será un obstáculo para cualquier proyecto
a ser conducido en el Esequibo, y cuyo propósito sea beneficiar a los
habitantes del área. Me refiero a proyectos como acceso al agua potable,
construcción de carreteras, programas energéticos y de agricultura".
Para proyectos de mayor envergadura, apuntó: "Para
cualquier otro proyecto sensitivo que pueda ser organizado en el área planeamos
contactar inmediatamente a Guyana y revisar los proyectos conjuntamente, dentro
del marco de la Alta Comisión Bilateral".
Además, ambos países convinieron la construcción de una
carretera binacional, que facilitará el intercambio comercial y la provisión de
servicios a los moradores de la zona en disputa.
Nota del editor del blog: Al
referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta
los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con
el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de
Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los
cuales el gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se
reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota
del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana .
“...por lo tanto, Venezuela
reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen
derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se
reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se
encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana,
a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta
su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa que señala el Espacio de
Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto
Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968.
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