http://www.codigovenezuela.com/2011/09/opinion/rafael-simon-jimenez/a-proposito-de-guyana-%C2%BFsoberania-o-entreguismo
Mapa Oficial de la República de Venezuela
Tomado de:
Claudicación e indiferencia, rasgos indelebles de una
estrategia que amenaza con encoger aún más nuestro achicado territorio
Rafael Simón Jiménez
El gobierno chavista, comenzando por el mismísimo comandante
en jefe, no se cansa de gargarear consignas de patriotismo, soberanía y
nacionalismo, etiquetando como imperialistas,
apátridas o pitiyanquis a todos quienes democráticamente se oponen a sus
pretensiones de poder hegemónico perpetuo.
Sin
embargo, a lo largo de estos trece años de ejercicio del gobierno, sus
posiciones en relación a los temas limítrofes pendientes, claves en la defensa
de los intereses y la integridad territorial de Venezuela, dejan mucho que
desear, y se ubican en claras posturas de claudicación y entreguismo.
La
delimitacion de las áreas marinas y submarinas en el golfo de Venezuela, y la
implementación del denominado “Acuerdo de Ginebra “en la zona en reclamación
con Guyana, heredado desde los tiempos del despojo que nos hiciera el imperio
británico, son dos temas pendientes, que nuestra diplomacia debe atender
diligentemente, agotando dentro del campo del derecho internacional todos los
mecanismos para hacer valer nuestros legítimos derechos en una y otra
situación.
Sin
embargo, y muy a pesar de su constante monserga patriótica y nacionalista, las
medidas adoptadas por el actual gobierno para la preservación de los intereses
venezolanos han estado signadas por la improvisación, la complacencia y la
búsqueda de ventajas ideológicas o geopolíticas, a costa de hacer concesiones y
declinar la defensa de nuestros legítimos derechos.
Así
sucedió en tiempos del circunstancial y efímero idilio del presidente Hugo
Chávez con su colega granadino Álvaro Uribe, donde el Ejecutivo Nacional, a
espaldas de la nación, estuvo a punto de suscribir un acuerdo que desmejoraba
la posición Venezolana a niveles nunca antes contemplados en las largas
negociaciones que se iniciaron a mediados de la década de los 60 del pasado
siglo.
A
pesar de que entre los supuestos justificatorios de la felonía militar de
febrero de 1992 figuraban la impugnación de la hipótesis de negociación con
Colombia, que entonces manejaba la administración de Carlos Andrés Pérez, el
actual gobierno bajo la conducción del jefe de la asonada castrense de entonces
estuvo dispuesto a realizar concesiones de tal naturaleza, que motivaron la
denuncia publica del comisionado Nieves Croes, quien impugnó por contrario a
los intereses nacionales y a la soberanía de Venezuela el proyecto de acuerdo,
cuya oportuna trascendencia a la opinión publica, junto con la ruptura de los
frágiles amores entre Uribe y Chávez frustró un acuerdo que hubiera sido el
epilogo de la mutilación de nuestro territorio y de su proyección marítima
cumplido desde nuestra configuración como país independiente
En
el caso de Guyana, el interés del gobierno en mantener influencia en el caribe
angloparlante ha motivado una posición de desinterés e indolencia frente al
legítimo reclamo por el despojo de más de 150.000 kilómetros cuadrados de
nuestro territorio por el voraz poder imperial inglés. Fue tan descarado y
evidente el atropello a Venezuela, consagrado en el fallo arbitral de París,
que la cancillería británica aceptó poco tiempo antes de conceder la
independencia a su colonia suscribir el llamado Acuerdo de Ginebra, que abre
las puertas a un acuerdo que mediante soluciones prácticas reivindique los
derechos que corresponden a Venezuela en la zona en reclamación.
Luego
del infortunado Protocolo de Puerto España, que congeló las negociaciones
con Guyana por diez años, los gobiernos posteriores al vencimiento de ese
término se encargaron de reactivar la reclamación y solicitaron a la
Organización de las Naciones Unidas, la designación de un buen oficiante que
condujera las negociaciones, manteniendo de esa forma las presiones para
materializar las soluciones “prácticas” contempladas en el Acuerdo de Ginebra,
y oponiéndose sistemáticamente a las actividades económicas unilaterales de
Guyana en ese territorio.
A
pesar de las continuas acusaciones de entreguistas y anti-nacionales que Hugo
Chávez lanza a los gobiernos de la IV república, la actitud de su gobierno en
la defensa de los derechos históricos que a Venezuela corresponden en el
Esequibo y que expresamente reconoció el Acuerdo de Ginebra, lindan en la
inconsecuencia y la claudicación, y lejos de defender los intereses nacionales,
parecen a ratos dar razón a la posición Guyanesa, que ha pretendido colocarse
como el país pequeño, débil e indefenso, acosado y sometido a las presiones de
su poderoso vecino, como si la legitimidad de los derechos y la herencia
territorial de un despojo imperial pudieran saldarse con ese tipo de razones y
argumentos.
La
indolencia y la permisividad del gobierno de Hugo Chávez ha dado pie a los
guyaneses para realizar todo tipo de actos de administración y disposición de
los recursos existentes en la zona en reclamación, al margen de toda
consideración o consulta con Venezuela.
Envalentonados
por la ausencia de toda presión legítima que los obligue a respetar los
términos del Acuerdo de Ginebra, nuestros vecinos se aprestan a extender en
forma arbitraria y unilateral su plataforma submarina, comprometiendo la
fachada atlántica venezolana y proyectando sus actos de dominio hacia la
frustrada aspiración de los ingleses de despojarnos de las bocas del Orinoco.
Un
silencio cómplice y una elocuente indiferencia frente a un tema vital a los
legítimos intereses venezolanos revela que el nacionalismo y el patrioterismo
gargareado a diario por el gobierno chavista son retórica vacía, con pretensión
de réditos electorales. Ni el más apátrida de sus antecesores hubiera sido
capaz de comprometer las posiciones y los derechos venezolanos como lo están
ahora. Entreguismo, claudicación e indiferencia son los rasgos indelebles de
una agenda y una estrategia que amenazan con encoger aún más nuestro achicado
territorio.
Publicado:
10:27 AM, 20 de Septiembre 2011
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Nota del editor del blog: Al referenciarse a la
República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de
territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de
Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de
febrero de 1966.
Territorios estos sobre los cuales el gobierno
Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservo sus derechos
sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo de 1966
al reconocerse al nuevo Estado de Guyana .
“...por lo tanto, Venezuela reconoce como
territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha del
río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva
expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se
encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de
Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento
hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa
que señala el Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar
Territorial
mediante el Decreto Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968.
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