miércoles, 21 de septiembre de 2011

A propósito de Guyana: ¿soberanía o entreguismo?

http://www.codigovenezuela.com/2011/09/opinion/rafael-simon-jimenez/a-proposito-de-guyana-%C2%BFsoberania-o-entreguismo


Mapa Oficial de la República de Venezuela 
Tomado de:


Claudicación e indiferencia, rasgos indelebles de una estrategia que amenaza con encoger aún más nuestro achicado territorio

Rafael Simón Jiménez

El gobierno chavista, comenzando por el mismísimo comandante en jefe, no se cansa de gargarear consignas de patriotismo, soberanía y nacionalismo, etiquetando como imperialistas, apátridas o pitiyanquis a todos quienes democráticamente se oponen a sus pretensiones de poder hegemónico perpetuo.

Sin embargo, a lo largo de estos trece años de ejercicio del gobierno, sus posiciones en relación a los temas limítrofes pendientes, claves en la defensa de los intereses y la integridad territorial de Venezuela, dejan mucho que desear, y se ubican en claras posturas de claudicación y entreguismo.

La delimitacion de las áreas marinas y submarinas en el golfo de Venezuela, y la implementación del denominado “Acuerdo de Ginebra “en la zona en reclamación con Guyana, heredado desde los tiempos del despojo que nos hiciera el imperio británico, son dos temas pendientes, que nuestra diplomacia debe atender diligentemente, agotando dentro del campo del derecho internacional todos los mecanismos para hacer valer nuestros legítimos derechos en una y otra situación.

Sin embargo, y muy a pesar de su constante monserga patriótica y nacionalista, las medidas adoptadas por el actual gobierno para la preservación de los intereses venezolanos han estado signadas por la improvisación, la complacencia y la búsqueda de ventajas ideológicas o geopolíticas, a costa de hacer concesiones y declinar la defensa de nuestros legítimos derechos.

Así sucedió en tiempos del circunstancial y efímero idilio del presidente Hugo Chávez con su colega granadino Álvaro Uribe, donde el Ejecutivo Nacional, a espaldas de la nación, estuvo a punto de suscribir un acuerdo que desmejoraba la posición Venezolana a niveles nunca antes contemplados en las largas negociaciones que se iniciaron a mediados de la década de los 60 del pasado siglo.

A pesar de que entre los supuestos justificatorios de la felonía militar de febrero de 1992 figuraban la impugnación de la hipótesis de negociación con Colombia, que entonces manejaba la administración de Carlos Andrés Pérez, el actual gobierno bajo la conducción del jefe de la asonada castrense de entonces estuvo dispuesto a realizar concesiones de tal naturaleza, que motivaron la denuncia publica del comisionado Nieves Croes, quien impugnó por contrario a los intereses nacionales y a la soberanía de Venezuela el proyecto de acuerdo, cuya oportuna trascendencia a la opinión publica, junto con la ruptura de los frágiles amores entre Uribe y Chávez frustró un acuerdo que hubiera sido el epilogo de la mutilación de nuestro territorio y de su proyección marítima cumplido desde nuestra configuración como país independiente

En el caso de Guyana, el interés del gobierno en mantener influencia en el caribe angloparlante ha motivado una posición de desinterés e indolencia frente al legítimo reclamo por el despojo de más de 150.000 kilómetros cuadrados de nuestro territorio por el voraz poder imperial inglés. Fue tan descarado y evidente el atropello a Venezuela, consagrado en el fallo arbitral de París, que la cancillería británica aceptó poco tiempo antes de conceder la independencia a su colonia suscribir el llamado Acuerdo de Ginebra, que abre las puertas a un acuerdo que mediante soluciones prácticas reivindique los derechos que corresponden a Venezuela en la zona en reclamación.

Luego del infortunado Protocolo de Puerto España, que congeló las negociaciones con Guyana por diez años, los gobiernos posteriores al vencimiento de ese término se encargaron de reactivar la reclamación y solicitaron a la Organización de las Naciones Unidas, la designación de un buen oficiante que condujera las negociaciones, manteniendo de esa forma las presiones para materializar las soluciones “prácticas” contempladas en el Acuerdo de Ginebra, y oponiéndose sistemáticamente a las actividades económicas unilaterales de Guyana en ese territorio.

A pesar de las continuas acusaciones de entreguistas y anti-nacionales que Hugo Chávez lanza a los gobiernos de la IV república, la actitud de su gobierno en la defensa de los derechos históricos que a Venezuela corresponden en el Esequibo y que expresamente reconoció el Acuerdo de Ginebra, lindan en la inconsecuencia y la claudicación, y lejos de defender los intereses nacionales, parecen a ratos dar razón a la posición Guyanesa, que ha pretendido colocarse como el país pequeño, débil e indefenso, acosado y sometido a las presiones de su poderoso vecino, como si la legitimidad de los derechos y la herencia territorial de un despojo imperial pudieran saldarse con ese tipo de razones y argumentos.

La indolencia y la permisividad del gobierno de Hugo Chávez ha dado pie a los guyaneses para realizar todo tipo de actos de administración y disposición de los recursos existentes en la zona en reclamación, al margen de toda consideración o consulta con Venezuela.

Envalentonados por la ausencia de toda presión legítima que los obligue a respetar los términos del Acuerdo de Ginebra, nuestros vecinos se aprestan a extender en forma arbitraria y unilateral su plataforma submarina, comprometiendo la fachada atlántica venezolana y proyectando sus actos de dominio hacia la frustrada aspiración de los ingleses de despojarnos de las bocas del Orinoco.

Un silencio cómplice y una elocuente indiferencia frente a un tema vital a los legítimos intereses venezolanos revela que el nacionalismo y el patrioterismo gargareado a diario por el gobierno chavista son retórica vacía, con pretensión de réditos electorales. Ni el más apátrida de sus antecesores hubiera sido capaz de comprometer las posiciones y los derechos venezolanos como lo están ahora. Entreguismo, claudicación e indiferencia son los rasgos indelebles de una agenda y una estrategia que amenazan con encoger aún más nuestro achicado territorio.

Publicado: 10:27 AM, 20 de Septiembre 2011

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Nota del editor del blog: Al referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.

Territorios estos sobre los cuales el gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana .
“...por lo tanto, Venezuela reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”


 Mapa que señala el Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968.

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