jueves, 11 de marzo de 2010

Lo prometido es deuda...



Tomado de:
http://yonoquieroserprincesa.blogspot.com/2010/03/lo-prometido-es-deuda.html

jueves 11 de marzo de 2010

Lástima que quedaré super endeudada con quienes me leen. Me refiero a que prometí escribir algo más interesante por la noche (es decir, ahora) pero la verdad no puedo; el stress no me deja.

No me deja ni pensar y, a decir verdad, agradezco que tampoco me deje comer...Porque sé de gente a la que le da por comer en los momentos de mayor tensión y, si ese fuera mi caso, estaría rodando por la ciudad en lugar de ir caminando.


Me molesta que no haya lo que busco en la panadería. Éste país se fue a la mierda, todos lo ven y nadie dice nada (y los que dicen algo, lo dicen para sí mismos...Como la gente que pelea con el auto que va delante, pero adentro, solo y con las ventanillas cerradas) Buscaba tridents, leche descremada de una que compro que en serio no tiene casi nada nada de contenido graso y sabe muy bien y cigarrillos (los marlboro rojo de toda la vida)...Pues no había nada de lo que buscaba yo...Ah, pero chocolates, gominolas, alfajores, profiteroles y demás ¡De eso sí que había! ...Por supuesto, no he comprado nada pues no soy de atracones, pero me ha molestado muchísimo y ha de ser la falta de nicotina.¡Porque a algo tendré que echarle la culpa de éste humor de mierda!


Por otro lado he ido con el psicólogo (con el primero que me vio, no con el que cobra muy caro ni con el psiquiatra, sino con el regordete que me entiende y con el que me la llevo lo bien que una se la pueda llevar con un loquero). Me ha mandado a un psicoterapeuta ¡y es que yo no estoy en nada! ...Creo que después de un psicoterapeuta lo único que me falta conocer es un manicomio y ya puedo empezar a cobrar por consulta ¡porque es que ya lo he visto / oído / probado todo! En fin...


También me enteré de la muerte de una amiga muy querida. Fue el domingo y por eso me he perdido todo lo que a servicios funerarios y ceremonias se refiere. Me da mucha pena con su hija porque debe pensar muy mal que yo no haya ido, pero ya le he dejado un mail. Espero que entienda.


Cuando yo muera no quiero que me entierren. Quiero que me pongan muy mona y me pongan un micrófono en las manos, que todos sepan que aún después de morir seguiré hablando pendejadas y tarareando canciones. Luego de eso, que me incineren y que se den a la labor de esparcir mis cenizas en los cuatro rincones más uno de Venezuela: en la punta más al norte del Cabo San Román, en el sur en esa puntita que se ve en el mapa del Amazonas, esa puntita que imagino llena de garimpeiros y gente que habla portugués y español, esa frontera con Brasil que se vuelve invisible en la selva más profunda, al éste en la punta en la que Venezuela se vuelve zona en reclamación, la Guyana Esequiba, más al norte aún en Margarita, desde donde esté muy cerca de aruba y en el oeste sí tendrán que dividirme en dos: la mitad para mi lago y la otra mitad para la guajira donde casi es Colombia, donde sea tierra de nadie y la hierba del rey crezca a sus anchas feliz y contenta, donde no sea ilegal ser un árbol, un hongo, una planta o yo.


Pero para morirme falta tiempo, creo yo. Aunque para morirse solo se necesita estar vivo...Y con el estrés que llevo, tampoco es la probabilidad más remota.De cualquier manera, ando sentimental. Me iré a la cama con la cabeza llena y el estómago vacío. En fin: Un mundo perfecto

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