sábado, 29 de marzo de 2008

Comunicado en rechazo al discurso del Presidente Hugo R. Chávez de deslegitimar el reclamo sobre los territorio de la Guayana Esequiba

EL INSTITUTO DE ESTUDIOS FRONTERIZOS DE VENEZUELA (IDEFV

Versión Prensa

Rechaza enfática y categóricamente las referencias del Presidente de la República Sr. Hugo Rafael Chávez Frías en la sesión plenaria de la XX Cumbre de Grupo de Río en Santo Domingo al justo reclamo de la Guayana Esequiba por parte de Venezuela.
Tales opiniones del ciudadano Presidente, así como las de algunas de sus alocuciones contrastan con los objetivos, derechos y aspiraciones nacionales y con lo establecido en la Constitución de 1999 en su artículo 10º.
De igual manera, el IDEF rechaza todas las inconsistencias declaradas el 13 de marzo de 2005, en referencia a ciertos sucesos ocurridos en los años 1957-1964
El Instituto rechaza el supuesto documento de 10 de julio de 1964 denominado “Memorando de Acción” por ser apócrifo y no ajustarse a la realidad de los hechos.
Por último, el IDEF rechaza todas las declaraciones del Jefe de Estado en referencia a Guyana y la Guayana Esequiba, emitidas en Georgetown en febrero del 2004; en su disertación en la concentración popular frente al Jardín Botánico el 29 de febrero de 2004; en su programa Aló Presidente No 289, del 05 de Agosto 2007 y especialmente las del día jueves 01, de febrero del año 2007, con motivo de la rueda de prensa e inauguración de la Sala de Prensa Simón Bolívar en Miraflores
Ante la distorsión y manipulación de la realidad histórica así como la de los diferentes hechos que rodearon la reclamación de la Guayana Esequiba, por no ajustarse a la verdad histórica, política y social de nuestra nación por parte del Señor Presidente Hugo Rafael Chávez queremos aclarar ante la opinión pública nacional e internacional lo siguiente:
1. Los Estados Unidos de América influyó en el contexto internacional para la descolonización, hecho que de alguna manera perjudicó la reivindicación venezolana por los territorios de la Guayana Esequiba.
2. Fue en el contexto de la Guerra Fría y la lucha contra el colonialismo, cuando Venezuela decidió cursar su denuncia y reclamo por los territorios de la Guayana Esequiba. Y a pesar del enfrentamiento entre el capitalismo y totalitarismo, uno de los aspectos políticos en que tanto la antigua URSS y USA estaban de acuerdo, era la cuestión de la descolonización y en la ONU, en 1944, se establecieron dos regímenes diferentes para las naciones que aún no habían logrado su independencia.
El primero recibió, de acuerdo a la Carta de la NN.UU., el nombre de Administración Fiduciaria, y a este régimen debían de ser sometidos los territorios entonces bajo mandato de la sociedad de las Naciones.
En el segundo régimen, se denominó el de los Territorios No Autónomos, y aquí fueron incluidos aquellos territorios que hasta la fecha estaban clasificados como colonias, protectorados, y otros semejantes, incluyéndose en esta figura la de la antigua Colonia de la Guayana Británica o Guyana inglesa.
Gracias especialmente a los delegados de las potencias de USA y de la URSS se beneficiaron las colonias, en nuestro caso la Guyana Británica o inglesa, para lograr su independencia, en perjuicio de la nación venezolana.
3. Los Estados Unidos de América NO, influyó en el Gobierno de Venezuela en el año de 1962 en su justo Reclamo por los territorios de la Guayana Esequiba.
Venezuela, ante la inmensa cantidad de documentación que muestran las evidencias del fraude de que fuimos objeto con la sentencia del 03 de octubre de 1899 en el Laudo Arbitral de Paris, inició unilateralmente su gestiones oficiosamente en el año de 1962, a través del General de División (FAV) Antonio Briceño. Por instrucciones del Presidente Rómulo Betancourt, se planteó de “bona fide” el caso de la reivindicación de la Guayana Esequiba en la Casa Blanca, para evitar en parte el enfrentamiento con las grandes potencias y evitar las agresiones en lo interno con la amplia colonia de ciudadanos Británicos residentes en Venezuela. El General Briceño se entrevistó con el Presidente John F. Kennedy, con el Secretario de Estado, el señor Deán Rusk, en el Departamento de Estado y en el Pentágono con el General Lemminzer, Jefe del Estado Mayor, con la presencia de los comandantes del Ejército, Armada y Aviación estadounidense.
Posteriormente Briceño Linares se trasladó a Inglaterra donde se entrevistó con Sir Lord W. Sempill, perteneciente a la Cámara de los Comunes, con el Ministro de Aviación Civil, Sir Hugh, y posteriormente con representantes del Foreing Office en compañía del Dr. Iribarren Borges, con la finalidad de llegar a un arreglo con la Gran Bretaña por los territorios de la Guayana Esequiba y evitar un sentimiento anti británico de consecuencias impredecibles, una vez publicados los documentos y evidencias en poder del Gobierno venezolano que demuestran las irregularidades en el Tribunal Arbitral de París al dictar tal sentencia que nos despojaba de los territorios ubicados al oeste del río Esequibo
4. .El Gobierno de Venezuela en Noviembre de 1962 denunció la invalidez de la sentencia del Laudo Arbitral de Paris del 03 de octubre de 1899 y se convirtió en un estado incómodo al cuestionar a la Gran Bretaña (la Inglaterra Victoriana) y a los Estados Unidos de América (de 1899) en plena crisis de los misiles soviéticos en Cuba. La cual materializo el 12 de noviembre de 1962 el Dr. Marcos Falcón Briceño ante la ONU denunciando la sentencia del Laudo Arbitral de París exigiendo justicia con lo cual queda demostrado que el ímpetu por la Reclamación de la Guayana Esequiba obedeció sólo a los intereses y objetivos nacionales venezolanos.
Esta denuncia ocurrió en plena Guerra Fría, en momentos que se producía la Crisis de Cuba, o la Crisis de los Misiles (Octubre de 1962).
En esta crisis el mundo estuvo a borde de una conflagración nuclear. Y el gobierno venezolano de ese momento se armó de coraje y resolución y denunció ante la comunidad internacional enfrentándose a las tres grandes potencias, los EE.UU (que nos representó ante el laudo Arbitral de 1899 debiendo salvaguardar nuestros intereses territoriales en base a la Doctrina Monroe que tanto pregonaba), La Gran Bretaña (Potencia usurpadora de de los territorios al oeste del Rio Esequibo) socios y aliados frente a UR.SS y frente a la Cuba Castrista en 1962, y la URSS que deseaba ardientemente la descolonización.
5. El Gobierno de Raúl Leoni, NO buscó, el respaldo de Estados Unidos para derrocar a Cheddi Jagan,
De acuerdo a los innumerables documentos desclasificados era al Dr. Cheddi Jagan a quien querían desalojar del gobierno y no a Forbes Burnham, por sus arraigadas convicciones de izquierda, marxistas, leninistas, pero no el estado venezolano, ni su gobierno y mucho menos la nación venezolana. Eran sus propios socios, ex compañeros de partido y el gobierno inglés.
Podemos recordar los lamentables sucesos de octubre de 1953, cuando las tropas británicas, al considerar que Jagan ponía en peligro la seguridad y estabilidad de la Colonia de la Guayana Inglesa, lo desalojaron del poder, y para ese entonces gran parte del pueblo venezolano rechazó esa intervención y fue solidario con su persona y gobierno acogiendo como refugiados políticos a innumerables personas provenientes de la Guayana Inglesa.
Por otra parte, el Dr. Raúl Leoni asumió la presidencia el 11 de Marzo de 1964 y le entregó a su sucesor, el Presidente Caldera, el 11 de Marzo de 1969. En la Colonia de la Guayana Británica, para ese año de 1964 sólo le quedaban escasos meses al gobierno de Cheddi Jagan, quien había ganado las elecciones de la Colonia de la Guayana Británica para los periodos 1957-1961 y reelegido para el periodo 1961-1964.
Por lo tanto, para los años de 1957 a 1964 el gobierno de la Colonia de la Guayana Inglesa se encontraba en manos de un connotado hombre de izquierda, marxista, leninista y no se necesitaba de "…frenar la instalación de un líder socialista en la región…" ni menos “…derrocar a un hombre de Izquierda…”
Los problemas de la Colonia de la Guayana Inglesa se habían incrementado en el orden económico, produciéndose un caos financiero, la pobreza iba en aumento, aunado todo esto a los conflictos raciales y a la confrontación política, influenciados por los enfrentamientos de Este Oeste, de la lucha de clases y los perjuicios religiosos.
Con esta grave crisis política en la colonia de la Guayana Inglesa se produjo la Conferencia Constitucional de Londres de 1962, en la que participaron Cheddi Jagan por el Partido Progresista del Pueblo (PPP), Forbes Burnham por el Congreso Nacional del Pueblo (PNC) y D'Aguiar por el de la Fuerza Unida (UF), y ante la amenaza de los ingleses de posponer indefinidamente la fecha de la independencia de la Colonia de la Guayana Británica, los diferentes partidos acordaron con el gobierno ingles el siguiente esquema:
Primero, realizar unas nuevas elecciones para finales de 1964, bajo la supervisión del Gobierno británico.
Segundo, se procedería a cambiar el sistema electoral por uno de representación proporcional para elegir un Parlamento unicameral de cincuenta y tres miembros; y
Tercero, el gobierno británico prepararía igualmente una lista de electores bajo su supervisión.
Todo esto se hizo con la finalidad de derrotar al Dr. Cheddi Jagan para desalojarlo del poder, aunque el plan y el acuerdo eran del conocimiento de todos los partidos. La estrategia en si era debilitar y dividir a la Fuerza Unida (PPP), para beneficiar a Forbes Burnham y a su partido del Congreso Nacional del Pueblo (PNC).
En las elecciones de1964 el PPP (Partido Popular del Pueblo) de Jagan obtuvo y mantuvo el 45% de los votos de la comunidad hinduguyanesa registrados, el PNC de Burnham obtuvo el 40.8% de la votación, un 5% más de los votos de los afro descendientes registrados, y la UF de D´Aguiar obtuvo el 12.5% con un 4% menos de los votos de los amerindios, hinduguyanesa, chinos, portugueses, e ingleses. Combinados, el PNC y el UF acumularon 29 escaños en el Parlamento, y los 24 restantes fueron del PPP, por lo que Burnham y D´Aguiar decidieron unir sus fuerzas en el parlamento bajo el liderazgo del primero y, a su vez, el Gobernador inglés le pidió a Burnham que formase un gobierno. D´Aguiar aceptó ser su Ministro de Finanzas.

Cheddi Jagan fue despojado del poder, no mediante una derrota electoral, ni una conspiración internacional, sino mediante la alianza de Burnham (su antiguo aliado y compañero de partido) y D'Aguiar, o lo que es lo mismo, sus propios compatriotas lo sacaron del poder y frustraron sus aspiraciones y proyectos, independientemente de las cruzadas y propaganda anticomunistas guayanesas y estadounidenses.
Y mucho menos por alguna acción directa o indirecta del Gobierno o pueblo de Venezuela y menos aún por la vinculación del Dr. Raúl Leoni con el Gobierno Estadounidense en un supuesto golpe de estado o del supuesto plan de Leoni de proporcionar ayuda militar a Burnham en contra de Cheddi Jagan.
No existe por lo tanto en las diferentes agencias gubernamentales documento alguno que comprometa a gobiernos venezolanos en supuestos complot para derrocar a Cheddi Jagan o Forbes Burnham.
6. En referencia al denominado “Memorando de Acción” del 10 de julio de 1964, señalamos que es apócrifo y de existir éste, no se ajusta a la realidad por lo siguiente:
El presidente de la Raúl Leoni asumió la presidencia el 11 de marzo de 1964 por lo que entre las dos fechas existen escasamente ciento veinte días para armar el citado complot e involucrar en esto a Inglaterra., Venezuela y a la Guayana Británica
Forbes Burnham era el candidato oficial Ingles para derrocar a Cheddi Jagan para las elecciones de 1964 según los puntos del acuerdo señalados en la Conferencia Constitucional de 1962 como lo señalamos anteriormente.
Más aún el gobierno británico se opondría al “Memorando de Acción” o a una aventura de tal naturaleza en función de la Constitución permitida por los británicos en la Colonia de la Guayana inglesa que los beneficiaba. Los ingleses realizaron ajustes a la nueva constitución a partir de 1956, bajo la cual ellos se asegurarían el poder, y la forma de gobierno de la colonia quedaría liberada a discreción del gobernador inglés. Se procedió a constituir una legislatura unicameral, cuyos miembros serían la mitad electos y la otra mitad funcionarios designados por el gobernador inglés. Los diferentes partidos se opusieron a esto pero los ingleses lo pusieron en práctica y prepararon bajo este esquema una elección para 1957.
En los comicios de 1957 la facción de Forbes Burnham fue a elecciones con el People´s Progressive Party (PPP) del que se había separado en 1955 formando su propio partido People´s National Congress (PNC), añadiéndole el ingrediente anticomunista y adoptó en esencia el mismo programa. El propio PPP presentó el mismo programa de 1953 pero haciendo hincapié sobre la independencia de Inglaterra.
Al escrutarse los votos el partido PPP regular obtuvo nueve de los trece escaños elegibles, la facción de Forbes Burnham tres y el ala derecha una. Los británicos se veían otra vez en la misma encrucijada y problemas de 1953.
Los británicos y el PPP negociaron y Cheddi Jagan, vio frustrada una vez más su proyecto que los británicos le otorgaran a la Colonia de la Guayana Inglesa su propio Gobierno independiente. Ante el ofrecimiento parte de los británicos de apoya para el desarrollo económico y bienestar social que podía a pesar de las limitaciones que le imponían los británicos. Dejo de lado sus dudas y preocupaciones volvió a formar gobierno en la referida colonia.
Como podemos observar los británicos de acuerdo a la última Constitución de la Colonia tenían un control sobre ella, independientemente de que el PPP había obtenido mayoría en el Parlamento. Las elecciones realizadas bajo la nueva Constitución de 1961 se realizaron bajo una enconada batalla anticomunista por parte de Forbes Burnham (PNC) recibiendo el apoyo de los EEUU y la Gran Bretaña, se imprimieron millares de panfletos anti PPP se trajeron diferentes profesionales anticomunistas de las Indias Occidentales ( Jamaica, Trinidad, Barbados) para hacer propaganda.
Al escrutarse los sufragios se comprobó que el PPP había ganado 20 de los 35 escaños legislativos, el PNC de Forbes Burnham 11 y la Fuerza Unida 4.
Es prácticamente imposible que Venezuela hiciese parte de toda estas componendas porque los ingleses y estadounidenses estaban consiente de lo que sucedía en la referida Colonia y del reclamo de Venezuela por el Esequibo.
Para concluir esta punto señalaremos que la citada información aportada en parte por la Lic. Valentina Oropeza sobre el Memorando de Acción del 10 de julio de 1964 cuyo contenido ha sido especulado por el Sr. Presidente Hugo Rafael Chavez distorsionando su contenido aun mas , apareció en los diarios de Georgetown el 09 de marzo de 2005, reseñado por el diario el Nacional el 10 de marzo de ese mismo año bajo el titulo “Revelan injerencia venezolana en política de Guyana” (Colonia de la Guayana Inglesa). Posteriormente el día domingo 13 de marzo de 2005 en la columna “Los Domingos” de Eleazar Díaz Rangel apareció bajo el titulo” Venezuela y el Golpe en Guyana” (Colonia de la Guayana Británica) En ambos diarios se equivocan al nombrar a Guyana porque para ese momento no era un Estado independiente aun era una Colonia británica.
Esta columna a su vez fue leída y ha sido repetido por el Presidente Hugo Chávez en infinidad de oportunidades afectando los soberanos intereses venezolanos en primer lugar y para beneficiar su gobierno propia imagen ante el CARICOM. Y obtener sus votos y apoyo.
Venezuela nunca ha sido utilizada, forzada, manipulada o azuzada por los Estados Unidos de América, por otra potencia u otra nación ni por ella misma para invadir a Guyana y la Guayana Esequiba en nombre de su justo Reclamo.
En referencia a las palabras del Sr. Presidente Hugo Chávez en diferentes escenarios:
“…Nos querían utilizar para invadir Guyana en nombre de aquel reclamo territorial para derrocar al Gobierno Forbes Burnham, un hombre de izquierda…”
"…En una ocasión nos querían poner a pelear con Guyana, ¿quiénes?, los gringos...",
“…cuando Burnham gobernaba Guyana, casi hay guerra entre Venezuela y Guyana por una vieja reclamación territorial que casi nadie recordaba…”
Podemos descartar estas palabras en base a la amplia correspondencia de los años 1962 a 1966, desclasificadas por el Departamento de Estado de Estados Unidos en 1997, que señalan que a partir de 1962 Venezuela trató inútilmente de convencer a los Estados Unidos de que la apoyara en su reclamación frente a la Gran Bretaña, a fin de lograr una revisión del Laudo Arbitral de 1899 por considerarlo nulo e írrito, y apremiada a su vez por el hecho que la Gran Bretaña pensaba otorgarle la independencia a la Guayana Británica.

De acuerdo a esta amplia documentación, la petición venezolana llevó al Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, a recomendar efectuar un estudio jurídico a través de su Consultoría Jurídica sobre la contención limítrofe por la Guayana Esequiba dictaminando el consultor Jurídico el Dr. Jeromy Henry Silber: "…la no injerencia en el diferendo…",
El Secretario de Estado suplente, Mr. Adams, en forma irrespetuosa y de falta de tacto diplomático, en nota del 28 de enero de 1965 señaló: "…Me parece ridículo que el Canciller venezolano esté solicitando nuestros buenos oficios ante el Reino Unido y al mismo tiempo nos amenace con chantajearnos con supuestos descubrimientos de un fraude cometido por un norteamericano hace 66 años... No debemos aceptar que esas supuestas pruebas requieran una repuesta sustantiva por parte nuestra…".
Estos argumentos permitieron a los EE.UU. desligarse formalmente de la controversia limítrofe, asumiendo una actitud de no intervención en el caso venezolano, la cual ha mantenido a lo largo de los años, e incluso se opuso al movimiento separatista del Rupununi, impidiendo su apoyo por parte de Venezuela, cuando el embajador Bernbaum de los Estados Unidos en Venezuela, el 26 de diciembre de 1968, por instrucciones de Washington entregó a la Cancillería Venezolana un nota que señalaba que:
"…el Gobierno norteamericano estaba sumamente interesado en el mantenimiento del orden en Guyana, que conocía los sentimientos pacifistas muy arraigados del Gobierno venezolano y que por esa razón no creía en ninguna acción violenta de parte de Venezuela. Que el Gobierno de los Estados Unidos también estaba sumamente preocupado porque en caso de que tuvieran lugar los acontecimientos violentos en la Guayana Esequiba y el Gobierno de Guyana llevara el asunto a las Naciones Unidas, los Estados Unidos se verían en el caso de votar junto con la Unión Soviética en contra de un país amigo. Se repetiría así el caso de Suez de tan ingrata recordación para el Gobierno norteamericano…".
Con lo cual queda plenamente demostrado que el Estado venezolano nunca fue manipulado, impulsado, o azuzado por ningún Gobierno Estadounidense u otra potencia para a invadir a Guyana y la Guayana Esequiba en nombre de su reclamación o reivindicación.
Por otro lado en ningún momento el Gobierno estadounidense apoyó ni auspicio, ni en la década de los sesenta, ni en las siguientes cuatro décadas, al Gobierno Venezolano. Todo lo contrario, a partir de los setenta hasta la presente ha permanecido indiferente, o al menos se ha mantenido neutral, frente a la Nación Venezolana en su justa reclamación por la Guayana Esequiba.
Repetimos que En vista de los anteriores puntos rechazamos las constantes declaraciones del Presidente Hugo Chávez sobre aspectos ajenos a nuestra reclamación por los territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos como la Guayana Esequiba que sean ajenos a lo estrictamente histórico y jurídico.
Rechazamos las diferentes declaraciones de los funcionarios y empleados públicos así como la de de asesores y consultores que avalen en forma ambigua y justifican tales declaraciones.
Exigimos al señor Presidente de la República que haga el mismo énfasis respecto de los derechos territoriales venezolanos ubicados al oeste del rio Esequibo. Como los exige para Bolivia por una salida al mar frente Chile. O como lo hace frente a la Gran Bretaña por la devolución de las Malvinas a la Argentina
Exigimos el fiel cumplimiento sobre la cual han jurado en solemnidad: De la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela especialmente su articulo 10º. El territorio y demás espacios geográficos de la República son los qué correspondían a la Capitanía General de Venezuela antes de la transformación política iniciada el 19 de abril de 1810, con las modificaciones resultantes de los tratados y laudos arbitrales no viciados de nulidad.
Exhortamos al Gobierno Nacional a enmarcarse en el Acuerdo de Ginebra de buscar soluciones satisfactorias para el arreglo práctico de la controversia entre Venezuela y el Reino Unido surgida como consecuencia de la contención venezolana de que el Laudo Arbitral de 1899 sobre la frontera entre Venezuela y la Guayana Británica es nulo e írrito.
Solicitamos al Gobierno Nacional que agilice el nombramiento del Buen Oficiante por parte de la Organización de las Naciones Unidas de acuerdo a lo establecido en el Artículo 4º y 7º del Acuerdo de Ginebra ante el fallecimiento de Oliver Jackman el 24 de enero de 2007.
Le recordamos al Primer Magistrado de la República el Articulo 5º , párrafo 2º , del Acuerdo de Ginebra “…que ningún acto o actividad que se lleve a cabo mientras se halle en vigencia este Acuerdo, constituirá fundamento para hacer valer, negar o apoyar una reclamación de soberanía territorial en los territorios de Venezuela o la Guayana Británica, ni para crear derechos de soberanía en dichos territorios…” Invitamos a los diferentes gremios, colegios, asociaciones, fundaciones, sindicatos y a los diferentes partidos políticos a cerrar filas a favor de la Reclamación de la Guayana Esequiba.


Caracas 28 de Marzo de 2008




Por el Instituto de Estudios Fronterizos http://institutodeestudiosfronterizos1.blogspot.com/
G.D (ej). Oswaldo Sujú Raffo.

El Frente Nacional Pro Defensa del Petróleo Venezolano expresa categóricamente su respaldo e identificación con este documento del IDEF". http://www.petroleumworldve.com/napa07121101.htm L

Igualmente Fundación de la Guayana Esequiba expresa categóricamente su respaldo e identificación con este documento del IDEFV http://laguayanaesequiba.blogspot.com/
Dr. Oscar José Márquez

jueves, 27 de marzo de 2008

Comunicado en rechazo al discurso del Presidente Hugo R. Chávez de deslegitimar el reclamo sobre los territorio de la Guayana Esequiba

EL INSTITUTO DE ESTUDIOS FRONTERIZOS DE VENEZUELA (IDEFV), Y LA FUNDACIÓN DE LA GUAYANA ESEQUIBA

Rechazan enfática y categóricamente las informaciones aportadas por el Presidente de la República, el Sr. Hugo Rafael Chávez Frías, en la sesión plenaria de la XX Cumbre de Grupo de Río con los Jefes de Estado, en Santo Domingo, y reseñadas posteriormente en el diario El Nacional (el día 23 de Marzo de 2008, Sección “Mundo,” pág. 14), referidas por la prestigiosa periodista Valentina Oropeza es su artículo “El Discurso de Chávez deslegitima el reclamo sobre el Esequibo”
En la referida cumbre, el mandatario venezolano hace referencias al reclamo de la Guayana Esequiba por parte de Venezuela, desconociendo totalmente dicha reclamación de un área de 159.500 k2 y los basamentos jurídicos, sociales e históricos en las que se sustenta.
Estas opiniones del ciudadano Presidente, tanto en la Cumbre de Río 2008 como en algunas de sus alocuciones contrastan con los objetivos, derechos y aspiraciones nacionales y con lo establecido en la Constitución de 1999 en su artículo 10º .
Por estas razones rechazamos y posteriormente aclaramos las siguientes declaraciones:
1. “…ahora después de 20 y 30 años, sale la verdad. Nos querían utilizar para invadir Guyana en nombre de aquel reclamo territorial para derrocar al Gobierno de Forbes Burnham, un hombre de izquierda…”
2. “…está en documentos, yo lo viví, cuando Burnham gobernaba Guyana, casi hay guerra entre Venezuela y Guyana por una vieja reclamación territorial que casi nadie recordaba, porque viene de tiempos inmemoriables. Está en documentos, (Bharrat) Jagdeo incluso consiguió unos papeles allá en Guyana, que evidencian la complicidad de guyaneses de la derecha...”
3. Rechazamos y aclaramos posteriormente todas las inconsistencias que a continuación transcribimos, y declaradas en el “Aló Presidente” No 215 del 13 de marzo de 2005, en referencia al Primer Ministro de la Guayana Británica entre 1957-1964, Cheddi Jagan, y la intención de ser derrotado con la intervención de USA a requerimiento del Presidente Raúl Leoni 1964-1968:
“…Los “Domingos” de Díaz Rangel hoy trajo algo que salió en prensa por allí, casi nadie le hizo caso, pero los buenos periodistas como Díaz Rangel, por supuesto que le hacen caso, "Venezuela y el golpe en Guyana", vean ustedes, cuarenta años después la CIA ha hecho público un documento, vean ustedes, la CIA y cómo los gobiernos venezolanos desde el comienzo de los 60 y ya antes también, casi todos los gobiernos del siglo XX en Venezuela estuvieron arrodillados al imperialismo norteamericano. Arrodillados…”.
Luego de divagar en su “Aló Presidente” sobre aspectos sin importancia e incoherentes, como es su estilo, continúa el Sr. Presidente su declaración "…La CIA hizo público un documento hace poco desclasificado, el informe (Memorándum) de Acción de William Tayler, Subsecretario de Asuntos Europeos, a Dean Rusk Secretario de Estado. Según él mismo, el Gobierno de Raúl Leoni buscó el respaldo de Estados Unidos para derrocar a Cheddi Jagan, Primer Ministro de la recién nacida República de Guyana, y con ese objetivo contactó al opositor Forbes Burnham, quien después fue Premier, y a militares para dar un golpe de estado por temor a que Guyana se convirtiera en un gobierno comunista como Cuba…. según el actual gobernante Barrat Jacqueo, la documentación desclasificada también revela cómo los problemas raciales se crearon con un propósito que no tenía nada que ver con los intereses de los guyaneses y por qué los reclamos de Venezuela pueden haberse originado por el mismo motivo. En fin, luego siguen, sería interesante conseguir, allí, todo este documento, hecho público por la CIA, cuarenta años después. Cómo Venezuela se prestó para tratar de derrocar a Cheddi Jagan, y cómo a los militares venezolanos, yo lo recuerdo pero ya en la década de los 70, siendo nosotros cadetes, nos metían en la mente que Guyana era un país enemigo y que era una amenaza. Y que algún día tendríamos que ir a la guerra con Guyana para recuperar el territorio. Ciertamente, nosotros seguimos reivindicando nuestro territorio Esequibo, pero jamás iremos a una guerra con Guyana. Jamás iremos a una guerra con Guyana, ese es un problema que, bueno, se viene tratando por canales diplomáticos, está en las Naciones Unidas, y lo hemos seguido conversando; no renunciaremos jamás a ese reclamo. Pero es que nos querían utilizar como instrumento para derrocar a aquellos gobiernos, especialmente el Gobierno de Cheddi Jagan….”

4. Rechazamos el supuesto documento fechado el 10 de julio de 1964 denominado “Memorando de Acción” por ser apócrifo y no ajustarse a la realidad de los hechos.
5. Rechazamos todas las declaraciones del Jefe de Estado en referencia a Guyana y la Guayana Esequiba, emitidas en su viaje a Guyana, en Georgetown, en febrero del 2004; en su disertación en la concentración popular frente al Jardín Botánico 29 de febrero de 2004; en su programa “Aló Presidente” No 289, del 5 de Agosto 2007 y especialmente las del día jueves 1 de febrero del año 2007, con motivo de la rueda de prensa e inauguración de la Sala de Prensa “Simón Bolívar” en Miraflores, así como en otras intervenciones que serÍa largo y tedioso de detallar.

Ante la distorsión y manipulación de la realidad histórica, así como la de los diferentes hechos que rodearon la reclamación de la Guayana Esequiba, por no ajustarse a la verdad histórica, política y social de nuestra nación por parte del Señor Presidente Hugo Rafael Chávez, queremos aclarar ante la opinión pública nacional e internacional lo siguiente:
1. Los Estados Unidos de América influyeron en el contexto internacional para la descolonización, hecho que de alguna manera perjudicó la reivindicación venezolana por los territorios de la Guayana Esequiba.
2. Fue en el contexto de la Guerra Fría y la lucha contra el colonialismo, cuando Venezuela decidió cursar su denuncia y reclamo por los territorios de la Guayana Esequiba. Y a pesar del enfrentamiento entre el capitalismo y el totalitarismo, uno de los aspectos políticos en que tanto la antigua URSS y USA estaban de acuerdo, era la cuestión de la descolonización y en la ONU, en 1944, se establecieron dos regímenes diferentes para las naciones que aún no habían logrado su independencia.
El primero recibió, de acuerdo con la Carta de las NN.UU., el nombre de Administración Fiduciaria, y a este régimen debían de ser sometidos los territorios entonces bajo mandato de la Sociedad de las Naciones.
El segundo régimen se denominó el de los Territorios No Autónomos, y aquí fueron incluidos aquellos territorios que hasta la fecha estaban clasificados como colonias, protectorados y otros semejantes, incluyéndose en esta figura la antigua Colonia de la Guayana Británica, o Guyana Inglesa.
Gracias especialmente a los delegados de las potencias de USA y de la URSS se beneficiaron las colonias, en nuestro caso la Guyana Británica o inglesa, para lograr su independencia, en perjuicio de la nación venezolana.
3. Los Estados Unidos de América NO influyeron en el Gobierno de Venezuela en el año de 1962 en su justo Reclamo por los territorios de la Guayana Esequiba.
Venezuela, ante la inmensa cantidad de documentación que muestran las evidencias del fraude de que fuimos objeto con la sentencia del 03 de octubre de 1899 en el Laudo Arbitral de Paris, inició unilateralmente su gestiones oficiosamente en el año de 1962, a través del General de División (FAV) Antonio Briceño Linares. Por instrucciones del Presidente Rómulo Betancourt se planteó de bona fide el caso de la reivindicación de la Guayana Esequiba en la Casa Blanca, para evitar en parte el enfrentamiento con las grandes potencias y evitar las agresiones en lo interno con la amplia colonia de ciudadanos británicos residentes en Venezuela. El general Briceño se entrevistó con el Presidente, John F. Kennedy, con el Secretario de Estado, el señor Dean Rusk, en el Departamento de Estado y en el Pentágono con el general Lemmitzer, Jefe del Estado Mayor, con la presencia de los comandantes del Ejército, Armada y Aviación estadounidenses.
Posteriormente, Briceño Linares se trasladó a Inglaterra, donde se entrevistó con Sir Lord W. Sempill, perteneciente a la Cámara de los Comunes, con el Ministro de Aviación Civil, Sir Hugh, y posteriormente con representantes del Foreing Office 8 Ministerio del Exterior en compañía del Dr. Iribarren Borges, con la finalidad de llegar a un arreglo con la Gran Bretaña por los territorios de la Guayana Esequiba y evitar un sentimiento antibritánico de consecuencias impredecibles, una vez publicados los documentos y evidencias en poder del Gobierno venezolano que demuestran las irregularidades en el Tribunal Arbitral de París al dictar tal sentencia que nos despojaba de los territorios ubicados al oeste del río Esequibo
4. .El Gobierno de Venezuela, en Noviembre de 1962, denunció la invalidez de la sentencia del Laudo Arbitral de Paris del 3 de octubre de 1899, y se convirtió en un estado incómodo al cuestionar a la Gran Bretaña (la Inglaterra Victoriana) y a los Estados Unidos de América (de 1899) en plena crisis de los misiles soviéticos en Cuba. La cual materializo el 12 de noviembre de 1962 el Dr. Marcos Falcón Briceño ante las NN.UU, denunciando la sentencia del Laudo Arbitral de París y exigiendo justicia con lo cual queda demostrado que el ímpetu por la reclamación de la Guayana Esequiba obedeció sólo a los intereses y objetivos nacionales venezolanos.
Esta denuncia ocurrió en plena Guerra Fría, en momentos en que se producía la Crisis de Cuba, o la Crisis de los Misiles (Octubre de 1962).
En esta crisis el mundo estuvo a borde de una conflagración nuclear. Y el Gobierno venezolano de ese momento se armó de coraje y resolución, y denunció ante la comunidad internacional, enfrentándose a las tres grandes potencias: los EE.UU (que nos representó ante el Laudo Arbitral de 1899, debiendo salvaguardar nuestros intereses territoriales en base a la Doctrina Monroe, que tanto pregonaba), la Gran Bretaña (Potencia usurpadora de de los territorios al oeste del río Esequibo), socios y aliados frente a la UR.SS, y frente a la Cuba Castrista en 1962, y la URSS que deseaba ardientemente la descolonización.
5. El Gobierno de Raúl Leoni NO buscó el respaldo de los Estados Unidos para derrocar a Cheddi Jagan,
De acuerdo con los innumerables documentos desclasificados, era al Dr. Cheddi Jagan a quien querían desalojar del gobierno y no a Forbes Burnham, por sus arraigadas convicciones de izquierda, marxistas, leninistas, pero no el Estado venezolano, ni su Gobierno, y mucho menos la Nación venezolana. Eran sus propios socios, ex compañeros de partido y el Gobierno inglés.
Podemos recordar los lamentables sucesos de octubre de 1953, cuando las tropas británicas, al considerar que Jagan ponía en peligro la seguridad y estabilidad de la Colonia de la Guayana Inglesa, lo desalojaron del Poder, y para ese entonces gran parte del pueblo venezolano rechazó esa intervención y fue solidario con su persona y gobierno, acogiendo como refugiados políticos a innumerables personas provenientes de la Guayana Inglesa.
Por otra parte, el Dr. Raúl Leoni asumió la Presidencia el 11 de Marzo de 1964 y lo entregó a su sucesor, el Dr. Caldera, el 11 de Marzo de 1969. En la Guayana Británica, para ese año de 1964 sólo le quedaban escasos meses al Gobierno de Cheddi Jagan, quien había ganado las elecciones de la Colonia para los periodos 1957-1961, y reelegido para el periodo 1961-1964.
Por lo tanto, para los años de 1957 a 1964, el Gobierno de la Colonia de la Guayana Inglesa se encontraba en manos de un connotado hombre de izquierda, marxista, leninista, y no se necesitaba de "…frenar la instalación de un líder socialista en la región…" ni menos “…derrocar a un hombre de Izquierda…”
Los problemas de la Guayana Inglesa se habían incrementado en el orden económico, produciéndose un caos financiero; la pobreza iba en aumento, aunado todo esto a los conflictos raciales y a la confrontación política, influenciados por los enfrentamientos de Este y Oeste, de la lucha de clases y los perjuicios religiosos.
Con esta grave crisis política en la Guayana Inglesa se produjo la Conferencia Constitucional de Londres de 1962, en la que participaron Cheddi Jagan por el Partido Progresista del Pueblo (PPP), Forbes Burnham por el Congreso Nacional del Pueblo (PNC) y D'Aguiar por el de la Fuerza Unida (UF), y ante la amenaza de los ingleses de posponer indefinidamente la fecha de la independencia de la Colonia, los diferentes partidos acordaron con el Gobierno ingles el siguiente esquema:
Primero, realizar unas nuevas elecciones para finales de 1964, bajo la supervisión del Gobierno británico.
Segundo, se procedería a cambiar el sistema electoral por uno de representación proporcional para elegir un Parlamento unicameral de cincuenta y tres miembros; y
Tercero, el Gobierno británico prepararía igualmente una lista de electores bajo su supervisión.
Todo esto se hizo con la finalidad de derrotar al Dr. Cheddi Jagan para desalojarlo del Poder, aunque el plan y el acuerdo eran del conocimiento de todos los partidos. La estrategia en si era debilitar y dividir a la Fuerza Unida (PPP), para beneficiar a Forbes Burnham y a su partido, el Congreso Nacional del Pueblo (PNC).
En las elecciones de1964 el PPP (Partido Popular del Pueblo) de Jagan obtuvo y mantuvo el 45% de los votos de la comunidad hinduguyanesa registrados, el PNC de Burnham obtuvo el 40,8% de la votación, un 5% más de los votos de los afro descendientes registrados, y la UF de D´Aguiar obtuvo el 12,5% con un 4% menos de los votos de los amerindios, hinduguyanes, chinos, portugueses, e ingleses. Combinados, el PNC y el UF acumularon 29 escaños en el Parlamento, y los 24 restantes fueron del PPP, por lo que Burnham y D´Aguiar decidieron unir sus fuerzas en el Parlamento bajo el liderazgo del primero y, a su vez, el Gobernador inglés le pidió a Burnham que formase un Gobierno. D´Aguiar aceptó ser su Ministro de Finanzas.

Cheddi Jagan fue despojado del poder, no mediante una derrota electoral ni una conspiración internacional, sino mediante la alianza de Burnham (su antiguo aliado y compañero de partido) y D'Aguiar, o lo que es lo mismo, sus propios compatriotas lo sacaron del poder y frustraron sus aspiraciones y proyectos, independientemente de las cruzadas y propaganda anticomunistas guayanesas y estadounidenses. Y mucho menos por alguna acción directa o indirecta del Gobierno o pueblo de Venezuela y menos aún por la vinculación del Dr. Raúl Leoni con el Gobierno estadounidense en un supuesto golpe de estado, o del igualmente supuesto plan de Leoni de proporcionar ayuda militar a Burnham en contra de Cheddi Jagan.
No existe, por lo tanto, en las diferentes agencias gubernamentales, documento alguno que comprometa a Gobiernos venezolanos en supuestos complots para derrocar a Cheddi Jagan o a Forbes Burnham.
6. En referencia al denominado “Memorando de Acción” del 10 de julio de 1964, nos atrevemos a señalar que es apócrifo y de existir éste, no se ajusta a la realidad por lo siguiente:
El presidente de la Raúl Leoni asumió la presidencia el 11 de marzo de 1964, por lo que entre las dos fechas existen escasamente ciento veinte días para armar el citado complot e involucrar en esto a Inglaterra., Venezuela y a la Guayana Británica
Forbes Burnham era el candidato oficial inglés para derrocar a Cheddi Jagan para las elecciones de 1964, según los puntos del acuerdo señalados en la Conferencia Constitucional de 1962, como lo señalamos anteriormente.
Más aún el Gobierno británico se opondría al “Memorando de Acción”, o a una aventura de tal naturaleza, en función de la Constitución permitida por los británicos en la Colonia de la Guayana inglesa que los beneficiaba. Los ingleses realizaron ajustes a la nueva Constitución a partir de 1956, bajo la cual ellos se asegurarían el Poder, y la forma de Gobierno de la colonia quedaría liberada a discreción del Gobernador inglés. Se procedió a constituir una Legislatura unicameral, cuyos miembros serían la mitad electos y la otra mitad funcionarios designados por el Gobernador inglés. Los diferentes partidos se opusieron a esto, pero los ingleses lo pusieron en práctica y prepararon bajo este esquema una elección para 1957.
En los comicios de 1957 la facción de Forbes Burnham fue a elecciones con el People´s Progressive Party (PPP) del que se había separado en 1955 formando su propio partido People´s National Congress (PNC), añadiéndole el ingrediente anticomunista y adoptó en esencia el mismo programa. El propio PPP presentó el mismo programa de 1953 pero haciendo hincapié sobre la independencia de Inglaterra.
Al escrutarse los votos el partido PPP regular obtuvo nueve de los trece escaños elegibles, la facción de Forbes Burnham tres y el ala derecha una. Los británicos se veían otra vez en la misma encrucijada y problemas de 1953.
Los ingleses y el PPP negociaron y Cheddi Jagan, vio frustrada una vez más su proyecto de un Gobierno Autónomo para la Colonia por los británicos. Ante el ofrecimiento parte de los británicos de apoyarlo en un plan de desarrollo económico y bienestar social. A pesar de las limitaciones que le imponían los británicos. Dejo de lado sus dudas y preocupaciones y volvió a formar Gobierno en la referida colonia.
Como podemos, observar los británicos, de acuerdo con la última Constitución de la Colonia tenían un control sobre ella, independientemente de que el PPP había obtenido mayoría en el Parlamento. Las elecciones realizadas bajo la nueva Constitución de 1961 se realizaron bajo una enconada batalla anticomunista por parte de Forbes Burnham (PNC) ,recibiendo el apoyo de los EEUU y la Gran Bretaña; se imprimieron millares de panfletos anti PPP, se trajeron diferentes profesionales anticomunistas de las Indias Occidentales (Jamaica, Trinidad, Barbados) para hacer propaganda.
Al escrutarse los sufragios , se comprobó que el PPP había ganado 20 de los 35 escaños legislativos, el PNC de Forbes Burnham, 11, y, la Fuerza Unida, 4.
Es prácticamente imposible que Venezuela hiciese parte de todas estas componendas, porque los ingleses y los estadounidenses estaban concientes de lo que sucedía en la referida Colonia y del reclamo de Venezuela por el Esequibo.
Para concluir este punto señalaremos que la citada información aportada en parte por la Lic. Valentina Oropeza sobre el Memorando de Acción del 10 de julio de 1964 cuyo contenido ha sido especulado por el Sr. Presidente Hugo Rafael Chavez distorsionando su contenido aun mas , apareció en los diarios de Georgetown el 09 de marzo de 2005, reseñado por el diario El Nacional el 10 de marzo de ese mismo año bajo el tÍtulo “Revelan injerencia venezolana en política de Guyana” (Colonia de la Guayana Inglesa). Posteriormente, el día domingo 13 de marzo de 2005, en la columna “Los Domingos”, de Eleazar Díaz Rangel, apareció bajo el titulo Venezuela y el Golpe en Guyana” (Colonia de la Guayana Británica) En ambos diarios se equivocan al nombrar a Guyana, porque para ese momento no era un Estado independiente; aún era una Colonia británica.
Esta columna a su vez, fue leída y ha sido repetida por el Presidente Hugo Chávez en infinidad de oportunidades afectando los soberanos intereses venezolanos en primer lugar, y para beneficiar la propia imagen de su Gobierno ante el CARICOM. Y obtener sus votos y apoyo.
7. Venezuela nunca ha sido utilizada, forzada, manipulada o azuzada por los Estados Unidos de América, por otra potencia u otra nación, ni por ella misma, para invadir a Guyana y la Guayana Esequiba en nombre de su justo Reclamo.
En referencia a las palabras del Sr. Presidente Hugo Chávez en diferentes escenarios:
“…Nos querían utilizar para invadir Guyana en nombre de aquel reclamo territorial para derrocar al Gobierno Forbes Burnham, un hombre de izquierda…”
"…En una ocasión nos querían poner a pelear con Guyana, ¿quiénes?, los gringos...",
“…cuando Burnham gobernaba Guyana, casi hay guerra entre Venezuela y Guyana por una vieja reclamación territorial que casi nadie recordaba…”
Podemos descartar estas palabras en base a la amplia correspondencia de los años 1962 a 1966, desclasificadas por el Departamento de Estado de Estados Unidos en 1997, que señalan que a partir de 1962 Venezuela trató inútilmente de convencer a los Estados Unidos de que la apoyara en su reclamación frente a la Gran Bretaña, a fin de lograr una revisión del Laudo Arbitral de 1899 por considerarlo nulo e írrito, y apremiada a su vez por el hecho de que la Gran Bretaña pensaba otorgarle la independencia a su colonia

De acuerdo con esta amplia documentación, la petición venezolana llevó al Departamento de Estado de los Estados Unidos de América a recomendar efectuar un estudio jurídico a través de su Consultoría Jurídica, sobre la contención limítrofe por la Guayana Esequiba, dictaminando el consultor Jurídico, el Dr. Jeromy Henry Silber: "…la no injerencia en el diferendo…",
El Secretario de Estado suplente, Mr. Adams, en forma irrespetuosa y con falta de tacto diplomático, en nota del 28 de enero de 1965 señaló: "…Me parece ridículo que el Canciller venezolano esté solicitando nuestros buenos oficios ante el Reino Unido y al mismo tiempo nos amenace con chantajearnos con supuestos descubrimientos de un fraude cometido por un norteamericano hace 66 años... No debemos aceptar que esas supuestas pruebas requieran una repuesta sustantiva por parte nuestra…".
Estos argumentos permitieron a los EE.UU. desligarse formalmente de la controversia limítrofe, asumiendo una actitud de no intervención en el caso venezolano, la cual ha mantenido a lo largo de los años, e incluso se opuso al movimiento separatista del Rupununi, impidiendo su apoyo por parte de Venezuela, cuando el embajador Bernbaum de los Estados Unidos en Venezuela, el 26 de diciembre de 1968, por instrucciones de Washington entregó a la Cancillería Venezolana un nota en la que señalaba que:
"…el Gobierno norteamericano estaba sumamente interesado en el mantenimiento del orden en Guyana, que conocía los sentimientos pacifistas muy arraigados del Gobierno venezolano y que por esa razón no creía en ninguna acción violenta de parte de Venezuela. Que el Gobierno de los Estados Unidos también estaba sumamente preocupado, porque en caso de que tuvieran lugar los acontecimientos violentos en la Guayana Esequiba y el Gobierno de Guyana llevara el asunto a las Naciones Unidas, los Estados Unidos se verían en el caso de votar junto con la Unión Soviética en contra de un país amigo. Se repetiría así el caso de Suez, de tan ingrata recordación para el Gobierno norteamericano…".
Con lo cual queda plenamente demostrado que el Estado venezolano nunca fue manipulado, impulsado o azuzado por ningún Gobierno Estadounidense u otra potencia para invadir a Guyana y la Guayana Esequiba, en nombre de su reclamación o reivindicación.
Por otro lado, en ningún momento el Gobierno estadounidense apoyó ni auspició, ni en la década de los sesenta ni en las siguientes cuatro décadas, al Gobierno venezolano. Todo lo contrario, a partir de los setenta hasta el presente ha permanecido indiferente, o al menos se ha mantenido neutral, frente a la Nación venezolana en su justa reclamación por la Guayana Esequiba.
En vista de los anteriores puntos rechazamos las constantes declaraciones del Presidente Hugo Chávez sobre aspectos ajenos a nuestra reclamación por los territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos como la Guayana Esequiba que sean ajenos a lo estrictamente histórico y jurídico.
Rechazamos las diferentes declaraciones de los funcionarios y empleados públicos así como la de asesores y consultores que avalan en forma ambigua y justifican tales declaraciones.
Exigimos respetuosamente al señor Presidente de la República que haga el mismo énfasis respecto de los derechos territoriales venezolanos ubicados al oeste del río Esequibo. Como los exige para Bolivia por una salida al mar frente a Chile, o como lo hace frente a la Gran Bretaña por la devolución de las Malvinas a la Argentina
Exigimos el fiel cumplimiento sobre la cual han jurado en solemnidad: De la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela especialmente su articulo 10º. El territorio y demás espacios geográficos de la República son los qué correspondían a la Capitanía General de Venezuela antes de la transformación política iniciada el 19 de abril de 1810, con las modificaciones resultantes de los tratados y laudos arbitrales no viciados de nulidad.
Exhortamos al Gobierno Nacional a enmarcarse en el Acuerdo de Ginebra para buscar soluciones satisfactorias para el arreglo práctico de la controversia entre Venezuela y el Reino Unido surgida como consecuencia de la contención venezolana de que el Laudo Arbitral de 1899 sobre la frontera entre Venezuela y la Guayana Británica es nulo e írrito.
Solicitamos al Gobierno Nacional que agilice el nombramiento del Buen Oficiante por parte de la Organización de las Naciones Unidas de acuerdo con lo establecido en los Artículos 4º y 7º del Acuerdo de Ginebra ante el fallecimiento de Oliver Jackman el 24 de enero de 2007.
Le recordamos respetuosamente al Primer Magistrado de la República el Articulo 5º , párrafo 2º , del Acuerdo de Ginebra: “…que ningún acto o actividad que se lleve a cabo mientras se halle en vigencia este Acuerdo, constituirá fundamento para hacer valer, negar o apoyar una reclamación de soberanía territorial en los territorios de Venezuela o la Guayana Británica, ni para crear derechos de soberanía en dichos territorios…” debido a los proyectos de construcción de tres hidroeléctricas en la Guayana Esequiba.
Invitamos a los diferentes gremios, colegios, asociaciones, fundaciones, sindicatos y a los diferentes partidos políticos, a cerrar filas a favor de la Reclamación de la Guayana Esequiba.

Caracas 27 de Marzo de 2008




Por el Instituto de Estudios Fronterizos http://institutodeestudiosfronterizos1.blogspot.com/
G.D (ej). Oswaldo Sujú Raffo.


Por la Fundación de la Guayana Esequiba
http://laguayanaesequiba.blogspot.com/
Dr. Oscar J. Márquez

El Frente Nacional Pro Defensa del Petróleo Venezolano expresa categóricamente su respaldo e identificación con este documento del IDEF". http://www.petroleumworldve.com/napa07121101.htm L

domingo, 23 de marzo de 2008

El discurso de Chávez deslegitima el reclamo sobre el territorio Esequibo



EL NACIONAL
- Domingo 23 de Marzo de 2008 Mundo/14
Mundo

ANÁLISIS Expertos advierten que Venezuela podría perder el derecho a mantener el diferendo

El discurso de Chávez deslegitima el reclamo sobre el territorio Esequibo

El Presidente reiteró que Washington propició el litigio para derrocar a la izquierda guyanesa

VALENTINA OROPEZA

voropeza@el-nacional

En la maratónica Cumbre del Grupo de Río, celebrada hace dos semanas, los mandatarios del hemisferio hablaron de todo: hicieron propuestas para promover el canje humanitario, criticaron la violación de la soberanía de Ecuador, analizaron el litigio entre Colombia y Nicaragua por la delimitación de sus fronteras marítimas, e incluso se mencionó el diferendo entre Venezuela y Guyana por el territorio Esequibo.

En su intervención de aproximadamente 30 minutos, el presidente Hugo Chávez dedicó 30 segundos a dar una breve pero contundente explicación histórica de su versión sobre los orígenes del reclamo venezolano en el Esequibo: "…Ahora, después de 20 o 30 años, sale la verdad. Nos querían utilizar para invadir Guyana en nombre de aquel reclamo territorial para derrocar al gobierno de Forbes Burnham, un hombre de izquierda…".

La interpretación de la diplomacia bolivariana sobre el reclamo no elude las ambigüedades ni se preserva de las elucubraciones. "Está en documentos, pero yo lo viví cuando Burnham gobernaba Guyana, casi hay guerra entre Venezuela y Guyana por una vieja reclamación territorial que casi nadie recordaba, porque viene de tiempos inmemoriales.Está en documentos, (Bharrat) Jagdeo incluso consiguió unos papeles allá en Guyana, que evidencian la complicidad de guyaneses de la derecha", comentó Chávez.

Las palabras del mandatario venezolano revelan una inconsistencia. La referencia de este año no coincide con la que hizo en la edición 215 de su programa Aló Presidente, el 13 de marzo de 2005, cuando se refirió a unos documentos desclasificados por la Agencia Central de Inteligencia que indican que el ex presidente Raúl Leoni (1964-1969) habría recurrido a Estados Unidos para promover el derrocamiento del mandatario socialista guyanés Cheddi Jagan (1957-1964).

Aunque no quedó claro si el dirigente a deponer era Jagan, Burnham, o ambos; lo cierto es que la arenga oficial pone en entredicho la validez del contencioso al mezclarlo con afinidades ideológicas, justo cuando Georgetown propone a Caracas un candidato a buen oficiante para retomar el mecanismo de facilitación auspiciado por las Naciones Unidas
“…Más allá de todo lo que se pueda decir, de lo que no hemos dicho, busquemos una salida ¿O es que queremos la guerra? No, no la queremos…", dijo Chávez el 7 de marzo, consecuente con el discurso que ha mantenido desde 1999: la salida militar al litigio está descartada. Diplomáticos y estudiosos del diferendo se preguntan, sin embargo, cuál es la ruta que el socialismo del siglo XXI ha trazado para definir los límites al sureste de Venezuela.

El peligro del estoppel.
El ex ministro de Relaciones Exteriores, Simón Alberto Consalvi recuerda que ya en la década de los cuarenta existía una clara conciencia en Venezuela sobre las dimensiones del despojo. "Caracciolo Parra Pérez, canciller del gobierno de Isaías Medina Angarita (1941-1945), escribió un discurso enérgico contra los protagonistas de la firma del Laudo de París, que debía ser leído por el Presidente en un acto organizado en Nueva York para honrar al abogado Severo Mallet-Prevost, quien formó parte del equipo legal que representó a Venezuela en aquella época", refirió.

Entre 1981 y 1995, el abogado Emilio Figueredo Planchart defendió los intereses del Estado venezolano, primero como embajador alterno ante la ONU para la aplicación del Acuerdo de Ginebra y después como facilitador de Venezuela. El diplomático asegura que el discurso oficial deslegitima el reclamo, al vincularlo con un momento histórico que no repercute en la validez de la controversia. "…El comportamiento de Chávez con el Esequibo es irresponsable porque crea un mito alrededor de la reclamación que desvirtúa el diferendo: Venezuela sufrió un despojo territorial y e s tamos en todo el derecho de reclamarlo…".

El ex embajador de Venezuela en Guyana Hugo Álvarez Pifano señaló que en política internacional no hay que dar puntada sin dedal, pues de lo contrario se corre el riesgo de caer en el estoppel. "…Esta figura consiste en la pérdida del derecho a alegar la nulidad de un tratado, cuando una de las partes ha expresado su beneplácito con el acto jurídico con el que supuestamente está en desacuerdo. Cuando Chávez respalda públicamente el argumento guyanés por afinidades ideológicas, atenta contra los intereses del Estado…".

Figueredo Planchart recordó que en derecho internacional todo sienta un precedente, que puede ser usado para descalificar a la contraparte. "…En la medida en que Chávez le reste importancia a la naturaleza de la reclamación, Guyana tendrá recursos para achacárselos a Venezuela en cualquier instancia internacional. Esto va más allá del gobierno de turno. Puede ocurrir ahora, o dentro de 20 años…".

Román Rojas Cabot, quien fue embajador de Venezuela en Guyana tras la insurrección de Rupununi en 1969, interpreta las palabras de Chávez como una muestra de que no le interesan los diferendos, porque su concepción de integración no admite fronteras. "…Cuando el Presidente ignora la reclamación suaviza las relaciones con los 14 países que integran la Comunidad del Caribe y asume que se gana cada uno de esos votos en la Organización de Estados Americanos y en la ONU…".

El diplomático subrayó que la aparente inacción del Gobierno persigue un objetivo claro: renunciar progresivamente al Esequibo. Fuentes de la Cancillería explicaron que Miraflores ordenó acallar cualquier diferencia con países más pequeños que Venezuela, para evitar analogías con naciones que son vistas como "imperialistas…".

Documentos liberados.
El 17 de febrero de 1966, Venezuela –bajo el mandato de Leoni– y Gran Bretaña firmaron el Acuerdo de Ginebra: el primer documento en el cual Londres reconoce el reclamo de Caracas sobre 159.500 kilómetros cuadrados al oeste del Río Esequibo y admite la denuncia del Laudo Arbitral de París como nulo e írrito.

Álvarez Pifano explica que, en un primer momento, Venezuela quedó como el David que obligó a Goliat al reconocer el despojo; pero cuando Guyana se independizó, el 26 de mayo de aquel año, el litigio se transformó en una carga muy pesada para un país que nacía convulsionado por las guerras raciales intestinas y la escasez de recursos.

En 2005, Jagdeo anunció que la CIA liberó archivos que vinculan al gobierno de Leoni con una componenda para deponer a Jagan. Se trata de una comunicación titulada "Memorando de acción", que fue enviada por el subsecretario de Estado para Asuntos Europeos, William Tyler, al jefe de la diplomacia estadounidense de entonces, Dean Rusk.

El documento, del 10 de julio de 1964, indica que el plan de Leoni era proporcionar ayuda militar a Burnham para derrotar a las fuerzas de izquierda encabezadas por Jagan y percibidas por la Casa Blanca como potenciales aliados de la Unión Soviética. En la alocución del Grupo de Río, Chávez dijo que Venezuela pretendía derrocar a Burnham al revivir el contencioso limítrofe.

El reporte aclara que la apuesta de la Casa Blanca para aquella época era contener las escaramuzas violentas, por lo cual no estaban dispuestos a respaldar la iniciativa de Leoni. El documento no hace ninguna referencia al diferendo en el Esequibo.

PROPUESTA Asegura que la salida es social


EL NACIONAL - Domingo 23 de Marzo de 2008 Mundo/14
PROPUESTA Asegura que la salida es social
VALENTINA OROPEZA
voropeza@el-nacional

"A través del buen oficiante no recuperaremos nada"

El coronel Pompeyo Torrealba, asesor del canciller Nicolás Maduro, insta al Gobierno a llevar las misiones hasta el Esequibo

El coronel (Ej) Pompeyo Torrealba abre las puertas de la Unidad Especial para el Esequibo, en el Ministerio de Relaciones Exteriores, con una advertencia: "No hablo en nombre del Gobierno", aunque es el principal asesor del canciller Nicolás Maduro en la toma de decisiones sobre el contencioso entre Venezuela y Guyana.

Los pocos metros que separan su oficina del despacho del ministro invitan a suponer que sus estrategias para recuperar el Esequibo tienen línea directa con el alto Gobierno. Sin embargo, el autor del libro A un siglo del despojo advierte que batalla en la cruzada por hacer entender, tanto a las autoridades como a los ciudadanos, que Venezuela debe dejar de reclamar el territorio Esequibo y disponerse a recuperarlo.

–Guyana informó que le propuso a Venezuela un candidato a buen oficiante. ¿En qué estatus se encuentran las gestiones Sobre el Esequibo?
–En el mismo estatus en el que han estado en los últimos 100 años y van a seguir así. ¿Para qué el buen oficiante?, ¿hasta cuándo vamos a seguir reclamando?
– ¿Venezuela sigue considerando como válido el mecanismo del buen oficiante para dilucidar el reclamo?
–Claro, ese mecanismo puede durar 100 años más. El Acuerdo de Ginebra nos ha servido para reclamar, pero no para recuperar el territorio. A través del buen oficiante, Venezuela nunca recuperará nada. No sirve la vía diplomática, ni la jurídica ni la política, porque el presidente Hugo Chávez no le va a ceder el Esequibo al mandatario guyanés, Bharrat Jagdeo, ni él a Venezuela. La única salida es la social y parte de la solución ya existe porque muchos de los Esequibanos están en el estado Bolívar, y ellos son los habitantes que nos ayudarán a penetrar en ese territorio. Tenemos la bola en nuestro campo.
– ¿La apuesta del Gobierno es recuperar el Esequibo a través de la penetración social?
–Eso es lo que yo le estoy proponiendo, no lo que están haciendo.
– ¿Cuál es la orden de Miraflores entonces?
–Tienes que preguntárselos a ellos, yo no soy Gobierno. Asesoro a Maduro, pero ellos son los que toman sus decisiones. Lo que deben estar haciendo es indicarle a Guyana que hay que reactivar el recurso del buen oficiante. Ése es un juego de dominó, yo lo que quiero es montar un juego de ajedrez. La parte política y diplomática no tiene salida. Ya no hay que reclamar nada, hay que recuperar.
– ¿A qué se refiere cuando habla de recuperación social?
–Es una contradicción decir que tenemos una frontera con Guyana en el Esequibo y tratar a ciudadanos venezolanos como extranjeros en su propio país. Lo ideal es abrir la línea que nos une con el Esequibo, para que haya permeabilidad en esa zona; que los Esequibanos entren al estado Bolívar cuando quieran. Todos los ciudadanos nacidos en el territorio Esequibo son venezolanos. El problema es que seguimos incurriendo en el error de no darle cédulas a esos 200 mil Esequibanos. La estrategia debe ser acercarnos a ellos y así como hemos llevado las misiones a toda Venezuela, llevémoslas al Esequibo; ellos necesitan educación, trabajo y salud.
– ¿Esa estrategia ya se ha puesto en práctica?
–No seamos ilusos, si no hemos terminado con Venezuela menos podemos llegar allá. Hay que cubrir primero lo que ya se empezó, para no crear vacíos. Eso es lo que se está estudiando. Los Esequibanos están buscando una calidad de vida mejor. Si un ciudadano del Esequibo quiere venir a Venezuela puede hacerlo, y allí estamos fallando porque el Estado debe darle una cédula de identidad para que circule por su país.
– ¿Y Guyana va a permitir eso?
–Pero si eso no es problema de Guyana. ¿Van a poner un muro de Berlín en la línea entre el estado Bolívar y el Esequibo?, ¿los van a meter presos? Si lo hacen, peor para ellos porque la gente se va a rebelar. Si nosotros mismos ponemos guardias nacionales en la más a frontera, le estamos haciendo el juego a Guyana. No necesitamos disparar un tiro, hay que ayudar Guyana

jueves, 13 de marzo de 2008

VENEZUELA LIMITA AL ESTE CON EL ESEQUIBO. Por Rafael Armando Rojas


FICHA TECNICA Y DESCRIPTIVA
Título: Venezuela Limita al Este con el Esequibo

Autor: Rafael Armando Rojas

Descripción: Esta obra nos señala.

1º Como fue despojada la República de Venezuela de 159.500 Km2 al Oeste del Rio Esequibo por la Gran Bretaña.
2º Señala los intríngulis de lo sucedido en el laudo Arbitral de Paris en 1899.
3º Publica Los Mapas de Cruz Cano y Olmedilla del año 1775, La Carta de José María Restrepo del Departamento Orinoco-Maturín de 1827, y el Mapa Político de Venezuela de Agustín Codazzi de 1840 que señalan el límite Histórico de la Capitanía general de Venezuela y la República de Venezuela como su genuina heredera en el rio Esequibo.
4º Publica los Mapas del Colonial Office de diciembre de 1886 incorporando territorios del rio Cuyuni a raíz de haberse descubierto oro en el rio Yuruari.
5º Incluye esta publicación seis Caricaturas de la Época satirizando el comportamiento de la Gran Bretaña frente a Venezuela en el Tribunal Arbitral de Paris en 1899, incluyendo diarios ingleses.
6º Se Publica el Mapa Político de Venezuela incluyendo la
Guayana Esequiba o Zona en Reclamación

AÑO:
1965

No PAGINAS: 15, págs.

ISBN:-

PESO: 0,10 Gramos

ANCHO: 16 Centímetros.

LARGO: 23 Centímetros.

Tipo de Edición: Folleto

TEMAS RELACIONADOS: La Guayana Esequiba, La Guayana
Venezolana, Reclamación Territorial.
uti possidetis juris

AGENTE GIUBERNAMENTAL: Oficina Central de Información
(OCI)
COLECCIÓN: Carta de Venezuela No1 Septiembre de 1965

EDITORIAL:

EJEMPLARES: Un Tiraje de 20.000 Unidades

REEDICIONES: En el año de 1968 se efectuó una nueva
Edición corregida y aumentada por la editorial
Cromotip y publicado a su vez en la Revista mensual
“Plural” en junio de 1981

CONTENIDO:
1º Cómo nació la Guayana Británica.
2º Cómo surgió el conflicto.
3º Se firma el Tratado de Arbitraje de 1897
4º El laudo arbitral de 1899
5º La reclamación sobre el tapete


Para facilitar la reproducción de tan importante y didáctico folleto, trascribimos el mismo a continuación




VENEZUELA

LIMITA AL ESTE CON EL ESEQUIBO

Por Armando Rojas, Embajador de Venezuela


La primera Constitución de Venezuela establecía en su Artículo 5º que “los límites de los Estados Unidos de Venezuela son los mismos que el año de 1810 correspondían a la Antigua Capitanía General de Venezuela.
Esta norma de derecho público, conocida como el uti possidetis juris constituye la base jurídica de los nuevos estados surgidos de la gesta emancipadora americana.
¿Cuáles eran los límites por el costado oriental de la antigua Capitanía General de Venezuela para el año de 1810?
La Corona española consideró siempre como límite oriental de la provincia de Venezuela la margen izquierda del Esequibo, río que tomó su nombre de don Juan de Esquivel, uno de los lugartenientes de don Diego Colón.
¿En qué fundaba España su derecho a las tierras que se extienden hasta el Esequibo?
Sabemos que fueron los españoles los que descubrieron y exploraron dicha región. Recordemos que en el año de 1502, Alonso de Ojeda, durante su segunda expedición, navegó a lo largo de la costa entre el Esequibo y el Orinoco. De 1562 al 69, los españoles llevaron a cabo más de veinte expediciones por el Orinoco y el interior de Guayana. Ya en el año de 1553 hacían incursiones por el Esequibo llegando hasta los primeros altos a unas 60 millas de la costa. En 1591 fundan un fuerte en la confluencia del Cuyuní y el Mazaruni y cinco años más tarde consolidan sus posiciones en el estuario del Esequibo.
A partir de 1595, los holandeses intentan incursionar en el territorio situado a oeste del Esequibo, pero a cada intento por parte de los holandeses respondían los españoles con un enérgico rechazo.
En 1623 los holandeses establecieron un fuerte en la isla de Kikoweral, en la confluencia del Cuyuní y el Esequibo. Años más tarde ocuparon una pequeña zona entre el Pomarón y la costa. Pero estos puestos fueron de escasa duración, pues para el año de 1648, año en que se celebró el Tratado de Münster, los holandeses no poseían ningún territorio al oeste del Esequibo. El mencionado Tratado, mediante el cual España reconoció la independencia de los Países Bajos, establecía taxativamente que ninguna de las partes podía ocupar territorio alguno ya ocupado por la otra parte.
Al analizar la copiosísima documentación que reposa en los archivos de Indias y Simancas sobre la materia, llegamos a las siguientes conclusiones: a) los colonizadores españoles no se contentaron con descubrir las tierras al oeste del río Esequibo, sino que hicieron numerosísimas incursiones por el interior de la región y establecieron algunos asientos permanentes en varios puntos de la misma. Le corresponde, pues, a España, en calidad de primer ocupante el derecho sobre esos territorios; b) es claro y manifiesto que España opuso siempre un sistemático rechazo a los holandeses que, en contra de las estipulaciones del Tratado de Münster, se empeñaban en apoderarse de la región. Son conocidas las representaciones de las autoridades españolas de la región ante la Corte sobre la necesidad de reforzar las fortificaciones existentes para repeler a los holandeses.

Cómo nació la Guayana Británica

Mediante la Convención celebrada en París el 13 de agosto de 1814, como resultado de la cancelación de las guerras napoleónicas, Holanda cedió a la Gran Bretaña los establecimientos de Esequibo, Demerara y Berbice. Según cálculos del geógrafo inglés J. W. Norie en su obra “Derrotero de la costa de Guayana”, la superficie de la colonia era de unas 20.000 millas cuadradas.
En vista de que los nuevos dueños de la Colonia continuaron sus intentos de penetrar y apoderarse de las tierras situadas al oeste del río Esequibo, el año de 1822 el Libertador, por intermedio de su ministro Gual, dio instrucciones a su Agente en Londres, José Rafael Revenga, para que presentara formal protesta ante el Gobierno de Su Majestad Británica por las repetidas incursiones y usurpaciones de los colonos británicos de tierras situadas en la margen izquierda del río Esequibo. “Los colonos de Demerara y Berbice –decía el Agente– tienen usurpada una gran porción de tierra que, según los últimos Tratados entre España y Holanda, nos pertenecen, del lado del río Esequibo”.
En 1824, es nombrado en reemplazo de Revenga, el señor José Manuel Hurtado, en calidad de Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de la Gran Colombia ante el gobierno inglés. El nuevo representante diplomático llevaba como objetivo fundamental de su Misión el obtener el reconocimiento por parte de las autoridades británicas. Después de presentar sus Cartas Credenciales, hizo entrega al gobierno de aquella nación de una “Memoria acerca de los límites, territorio y comercio, venta, población, etc., de la República de Colombia”. En dicha Memoria, el representante diplomático se expresaba de la manera siguiente: “La República de Colombia, compuesta hoy en día de los pueblos conocidos antes bajo los nombres de Venezuela y Nueva Granada, está situada en el corazón de la zona tórrida en la América meridional. Este bello y rico país se extiende por la mar del norte, desde el río Esequibo o confines de la provincia de Guayana, hasta el río de las Culebras que la separa de Guatemala”. No opuso en esta oportunidad el Gabinete británico ningún reparo a la línea señalada en la Memoria colombiana como límite oriental de la nueva república. Tampoco hizo la menor salvedad en 1827, año en que el señor J. M. Restrepo insertaba en su obra “Historia de la Revolución de la República de Colombia”, una carta del Departamento del Orinoco o de Maturín en la que aparece perfectamente trazada la línea del Esequibo como frontera oriental del Departamento. Asimismo no lo hizo en 1840, cuando Agustín Codazzi publicó en París su famoso “Atlas físico y político de la República de Venezuela” en él aparece una vez más, el Esequibo como frontera oriental de nuestro país.

Cómo surgió el conflicto

En 1834 el explorador prusiano Robert Schomburgk es Comisionado por la Sociedad Geográfica de Londres para explorar el territorio y levantar un mapa de la región. La primera “línea Schomburgk” coincide aproximadamente con la línea del Esequibo. Según cálculos hechos por expertos venezolanos la línea Schomburgk original de 1835 sólo daba a la Guayana Británica 4.920 Km2 de territorio venezolano. La “línea Schomburgk extendida”, de 1840, comenzaba en Punta Barima, en la desembocadura del Orinoco y descendiendo por los ríos Amacuro y Cuyuní llegaba hasta el Roraima. Esta última línea pretendía llevar la usurpación británica a 141.930 Km2.
Las señales de dominio establecidas por el prusiano en territorio de la República, despertaron una ola de indignación en todo el país. El gobierno presentó su más enérgica protesta ante el Cónsul de Su Majestad Británica acreditado en Caracas e instruyó a su Ministro Plenipotenciario en Londres, Dr. Alejo Fortique, para que pidiera la inmediata remoción de estas señales como paso imprescindible para la celebración de un tratado de límites. Debía Fortique “demostrar el derecho incuestionable de la República, no sólo sobre el territorio invadido el cual ha poseído quieta y pacíficamente, sino sobre todo el resto de la Guayana hasta las márgenes del Esequibo, punto éste a donde habían alcanzado las incursiones de los holandeses establecidos en Surinam, cuando en 1648, por el tratado de Münster reconoció España la independencia de las provincias unidas, conviniéndose mutuamente que una y otra nación quedasen dueñas de las posiciones y territorios que en aquella fecha ocupaban”.
Desde este momento, el diligente Plenipotenciario comienza a poner en juego todo su talento, habilidad y patriotismo frente a la astucia del León Británico, entonces en pleno auge colonialista. Los esfuerzos realizados por este abnegado servidor de la República, obtuvieron bien poca cosa de la persistencia británica. Apenas logró Fortique que se removieran las señales puestas por Schomburgk, pero la línea propuesta por Lord Aberdeen que consideraba al río Guaima como término de las posesiones de Su Majestad por el lado de la costa, no satisfizo al gobierno de Venezuela. La muerte de Fortique, ocurrida en 1845, paralizó las negociaciones. Con los esfuerzos desplegados por el hábil Plenipotenciario terminó la primera etapa del litigio. No se logró gran cosa. Pero quedó perfectamente clara la decidida voluntad del gobierno venezolano de continuar luchando por la justicia de su causa.
El compromiso firmado en 1850 en Caracas mediante el cual ambas partes se habían comprometido a no “ocupar ni usurpar el territorio disputado”, fue violado por la Gran Bretaña. En letra muerta se quedaron las advertencias tanto del Gobierno Metropolitano como del Colonial de que el Gobierno de Su Majestad no apoyaría a los incursionistas en el territorio disputado. La línea iba avanzando hacia el oeste, con grave detrimento de la integridad territorial de Venezuela.
El 14 de noviembre de 1876, el Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, doctor Eduardo Calcaño, dirige una larga nota al Conde Derby, Secretario de Relaciones Exteriores de Su Majestad Británica. En forma enérgica el gobierno de Guzmán Blanco hacía frente al problema. Esta nota constituye uno de los papeles más importantes producidos por la Chancillería venezolana sobre la reclamación de Guayana. Con lujo de detalles se enumeran allí los títulos que respaldan a Venezuela para reclamar como límite oriental de sus posesiones la margen izquierda del Esequibo. Esta nota de Calcaño no fue contestada por el Gobierno inglés.
En diciembre de ese mismo año es nombrado el doctor José María de Rojas Ministro Plenipotenciario en Londres. En el pliego de instrucciones impartidas por el Gobierno se le recomienda reanudar con el Gabinete británico conversaciones para llegar a una solución del asunto pendiente desde la muerte del señor Fortique. En estas conversaciones del enviado venezolano con el Gabinete británico aparece el Esequibo nuevamente como límite de la reclamación venezolana. Pero, una vez más, las tácticas dilatorias por parte del Gobierno inglés ponían a prueba la paciencia y la buena voluntad del Agente y del Gobierno de nuestro país. Las autoridades venezolanas desean llegar a un acuerdo satisfactorio y poner término a una disputa que permanecía estancada desde la época de Fortique. En nota de 19 de mayo de 1879, Rojas propone a Salisbury tres alternativas para zanjar definitivamente la cuestión mediante: a) una frontera de derecho, basada en los títulos de ambos países; b) una frontera de conveniencia; c) celebración de un tratado o someter el caso al arbitramiento. El Gobierno de Su Majestad prefirió “la alternativa... de entenderse con el Gobierno de Venezuela en cuanto a la aceptación por ambos Gobiernos de una frontera de avenimiento que satisfaga los respectivos intereses de los dos países”. Pero la línea que proponía Salisbury era sólo de conveniencia británica. En ella no se abandonaba la pretención británica de iniciar la frontera en un punto de la Boca del Orinoco, al oeste de Punta Barima. Dicha línea pasaría por las altas tierras de Santa Marta al sur de Upata. Tal pretensión, alejaba, una vez más, la posibilidad de llegar a un acuerdo en este espinoso y delicado litigio fronterizo. El nuevo Ministro de Relaciones Exteriores de la República, don Julián Viso, insistía ante su Ministro en Londres sobre “la necesidad imprescindible de conservar las bocas del Orinoco con todos sus afluentes”.
A partir de este momento son propuestas por los diversos Gabinetes de Su Majestad una serie de líneas que reciben las correspondientes contrapartidas por parte del Gobierno de Venezuela: en 1881 la línea Granville, que tenía como punto de partida, “una línea que comenzaría a 29 millas al este del río Barima”. La línea Rojas, que tendría como punto de partida una señal convencional situada a una milla de las bocas del Moroco. En 1886, Rosbery propondría a Guzmán Blanco, una línea divisoria entre las propuestas por “Rojas y Granville”. Siete años más tarde, en 1893, el mismo Rosbery propondría una nueva frontera, mucho más desventajosa para nuestro país, pues además de situar el punto de partida en las bocas del Orinoco, pretendía privarnos de un inmenso territorio al norte del Cuyuní.
No era posible, pues, llegar a un avenimiento debido a que las pretensiones británicas sobre nuestro territorio se hacían cada vez más desmesuradas. Al rechazar la proposición de Rosbery. Guzmán insiste en que para el arreglo de la cuestión no cabe otro medio que el arbitramento “el cual resultará que la propiedad corresponda al que tenga mejor derecho”, e insiste “en el siempre alegado derecho de Venezuela hasta el Esequibo”. Guzmán regresa a Venezuela para hacerse cargo de la Presidencia de la República.
Las conversaciones sobre Guayana se continúan en Caracas entre el Ministro de Relaciones Exteriores y el Ministro Residente británico. Entre tanto, las relaciones entre ambos países se hacen cada vez más tensas, debido a nuevas usurpaciones de territorio y a varios atropellos perpetrados por funcionarios británicos contra funcionarios venezolanos. De marzo de 1886 a diciembre del mismo año se opera un considerable avance de la frontera occidental de la cuenca del río Cuyuní, después de confirmarse la existencia de mineral aurífero en esa región. (Véase mapas adjuntos publicados por el Colonial Office). En enérgica nota, fechada en diciembre de ese mismo año, el Gobierno solicita formalmente la evacuación de todo el territorio ocupado desde el Amacuro hasta el Pomarón y fija como fecha para esta evacuación el 20 de febrero de 1887, día de la inauguración del Congreso. Añade la nota de Urbaneja para Saint John que si “esto no se hace para entonces, y si además no se acompaña con la desocupación, la aceptación del arbitramento como medio de decidir el pendiente litigio de límites, quedarán rotas las relaciones diplomáticas de los dos gobiernos, y se levantará una protesta que ponga a salvo los derechos de Venezuela contra procederes que no podía esperar de una potencia con quien siempre se ha esmerado de cultivar la más amistosa inteligencia y franco trato”.
Extraña, en verdad, la persistente negativa del Gobierno británico en aceptar el arbitramento propuesto con insistente tenacidad por el de nuestro país. ¿A qué se debía esta postura del Gabinete británico? Si los títulos que poseía a los territorios que Venezuela alegaba como de su propiedad eran suficientemente claros y justos, no tenía que temer la poderosa potencia que en aquellos días estaba en la cúspide de su poderío, que un Tribunal Internacional le desconociera sus derechos, sino por el contrario, debía esperar que una sentencia arbitral pusiera el sello definitivo de posesión jurídica sobre esos territorios.

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Comienza aquí una nueva etapa del litigio. El señor Martens, Ministro de Colombia en París ofrece sus buenos oficios para el arreglo de la cuestión. Venezuela acepta el ofrecimiento, pero Martens es nombrado Ministro en Italia y las conversaciones entre ministro colombiano y el embajador americano con el inglés se interrumpen sin que se hubiese llegado a ningún acuerdo.
El general Guzmán Blanco deja la presidencia de la República en manos del general Hermógenes López y con el carácter de Agente Confidencial en Londres y de Plenipotenciario ante las Cortes europeas, se establece en París. Previamente a la reanudación de relaciones con la Gran Bretaña, el venezolano debía obtener: 1) la evacuación del territorio entre el Pomarón y el Amacuro, y 2) el arbitramento.
Por otra parte, los Agentes venezolanos Soteldo, Olavaria y Silv, sucesivamente, continúan sus gestiones en Washington con el propósito de obtener los buenos oficios del gobierno americano para que la Gran Bretaña conviniera aceptar, por fin, la medida propuesta tantas veces por Venezuela de que el asunto fuera resuelto mediante el arbitraje.
El año de 1889, los republicanos, con el general Harrison a la cabeza, ganan las elecciones y Blaine es nombrado Secretario de Estado.
Después de la renuncia de Guzmán por desaveniencias con el Presidente Rojas Paúl, se suceden en Londres las misiones de Modesto Urbaneja, Lucio Pulido y Tomás Michelena. Este último presenta, en 1893, un Memorándum a Lord Rosebery, quien se encontraba nuevamente al frente del Foreign Office. En dicho memorándum propone:
1. Tratado de límites, basado en el examen concienzudo y detenido de cada uno de los documentos, títulos y antecedentes que legitiman las antiguas pretensiones, siendo, además, convenido que la decisión de los puntos dudosos en que no pudieren llegar a acordarse los delegados, se someterán a una decisión definitiva e inapelable de un árbitro juris;
2. Se insiste en el statu quo de 1850.
Las gestiones de Michelena no dieron ningún resultado. Las mismas coinciden con el proyecto de ocupación del Alto Barima y de la región del noroeste por parte de los ingleses. Pretendía Rosebery que los actos de que se quejaba el Agente venezolano no invadían los derechos de nuestro país, “sino que eran en efecto nada más que parte de la administración necesaria de un territorio que el gobierno de Su Majestad consideraba como porción indispensable de la Guayana Británica y al cual, como más de una vez ha sido su deber declararlo, no puede admitir reclamación por parte de Venezuela”.
Michelena protestó y ante las escasas probabilidades de un acuerdo salió de Londres para Caracas. A partir de este momento, el gobierno venezolano reanuda sus esfuerzos con miras a lograr, por intermedio de su representación diplomática en Washington, la mediación norteamericana en el asunto, Crespo se encuentra nuevamente al frente de la primera magistratura y José Andrade es su Plenipotenciario en la capital norteamericana.
Durante su segundo período en la Casa Blanca, el Presidente Cleveland renovó sus esfuerzos para mediar en la disputa anglo-venezolana. Lo acompaña en la Secretaría de Estado el abogado bostoniano, Richard Olney. En nota de julio de 1895, este último solicita de su colega británico, Lord Salisbury, una respuesta concreta acerca de si la Gran Bretaña está dispuesta o no a someter el asunto al arbitraje.
El 17 de diciembre de 1895, en mensaje dirigido al Congreso de su país el Presidente Cleveland se quejaba de que “los llamamientos hechos al sentido de magnanimidad y justicia de una de las grandes potencias mundiales, en lo tocante a sus relaciones con otro país pequeño y comparativamente débil, no hayan producido mejores resultados. Después de haber trabajado lentamente por muchos años tratando de convencer a la Gran Bretaña de que accediera a someter tal disputa a arbitraje imparcial, convencidos finalmente de que rehúsa hacerlo así, no nos resta sino aceptar tal situación y encararla tal como se presenta”. Y concluía con estas palabras: “constituirá el deber de los Estados Unidos, resistir por todos los medios a su alcance... la aprobación por parte de Gran Bretaña de cualesquiera territorios o el ejercicio de jurisdicción gubernamental sobre territorio alguno que pertenezca de derecho a Venezuela”.

Se firma el Tratado de Arbitraje de 1897

La Gran Bretaña convino al fin en aceptar dicho principio, y el 2 de febrero de 1897 se firmó en Washington un Tratado de Arbitramento mediante el cual se sometía el viejo conflicto de límites a un Tribunal Arbitral que determinaría “la línea divisoria entre los Estados Unidos de Venezuela y la colonia de la Guayana Británica”. Meses antes, en noviembre de 1896 habían firmado Estados Unidos e Inglaterra las Bases del Tratado que debía decidir la cuestión guayanesa. Dicho Tratado fue negociado entre Londres y Washington, con escasísima participación de Venezuela. Ante las críticas de la opinión pública venezolana de que se hizo eco la prensa, el Presidente Cleveland y el Secretario Olney manifestaron al gobierno de Caracas que había que proceder a detener esas críticas y a “firmar inmediatamente” el Tratado. La presión de Olney fue tan manifiesta que un diplomático americano que tomó parte en la negociación del mencionado instrumento, consignó en su diario esta expresión: “Olney overawes and bulldozes Venezuela (Olney intimida y presiona a Venezuela)”.
En el Tratado de Washington se estipulaban las normas a que debían someterse los jueces. Como regla suprema se establecía que los árbitros debían cerciorarse de todos los hechos que estimaren necesarios para la decisión de las controversias. Ante todo, los mismos debían gobernarse por las reglas concretas y específicas que establecía el Tratado y luego por los principios de derecho internacional no incompatibles con ellas en los casos en que los árbitros los consideraren aplicables.
Venezuela se vio obligada a aceptar condiciones que favorecían la posición del adversario, es cierto. Pero en las reglas adoptadas en el Tratado no existía ningún elemento que pudiera dar cabida a un compromiso político, como de hecho ocurrió.
La composición del Tribunal Arbitral que debía decidir la cuestión constituye una humillación para nuestro país. Washington y Londres acordaron que el Tribunal estaría integrado por dos jueces británicos, dos norteamericanos (en representación de Venezuela) y un quinto árbitro elegido por los cuatro anteriores. Es cierto que el Tratado otorgaba al Presidente de Venezuela la facultad de elegir uno de los árbitros, pero Gran Bretaña no aceptó a ningún venezolano en la mesa del Tribunal. No hace falta insistir en la injusticia y el ventajismo que la composición de ese Tribunal significaba. Venezuela, la parte más débil, fue privada de sus derechos a participar directamente en las deliberaciones sobre un asunto que incumbía a su integridad y soberanía. Por mucho celo e interés que desplegaran los árbitros americanos Fuller y Brewer, éstos nunca podían sentir en carne propia la afrenta del despojo.

El laudo arbitral de 1899

En enero de 1899 se reunió en París el Tribunal integrado por cinco jueces: los británicos Lord Russell, Justicia Mayor de Inglaterra y Lord Collin, Justicia de la Corte Suprema de la Gran Bretaña, dos norteamericanos, M. Fuller, Presidente de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos y D. Brewer, Magistrado de la misma Corte; y como Presidente, el profesor ruso de derecho internacional F. de Martens. Este personaje, ampliamente conocido en la Europa de su tiempo, no ocultaba sus teorías sobre el colonialismo. En 1878 escribió una obra titulada: “Rusia e Inglaterra en el Asia central”. En la misma expone la idea de que ambas potencias estaban destinadas por Dios para conquistar y civilizar a los pueblos semibárbaros. Para de Martens, Venezuela, no cabe duda, entraba en esta categoría. Nada de extraño tiene que al ser erigido como árbitro para dirimir una cuestión territorial entre Inglaterra, país con una “misión divina” y la pobre y débil Venezuela, la balanza de la justicia del ruso se inclinara del lado de los ingleses. La actitud de los británicos en el Tribunal se puso de manifiesto cuando su principal abogado, Sir Richard Webster increpó al Tribunal para que otorgasen el territorio en disputa a Gran Bretaña, la potencia capaz de transformar la selva en centros de población y llevar la cultura a la región. ¿Cómo se iba a entregar a Venezuela, un país semibárbaro y atrasado y de permanente convulsión política? En vano replicó el General Harrison como abogado de Venezuela. No era la debilidad o fortaleza la que debía tomarse en cuenta en las disputas territoriales, sino los derechos de cada una de las partes en litigio.
Después de sesionar varios meses, el Tribunal Arbitral dictó sentencia el 3 de octubre de 1899. la frontera comenzaría en Punta Playa, a varias millas de la desembocadura del Orinoco, y remataría, por el sur, en la fuente del río Corentin.
La sentencia otorgaba a Venezuela una zona en la desembocadura del Orinoco y una pequeña faja, considerada como palúdica, al sur del Venamo: total, unas 5.000 millas cuadradas de las 60.000 en disputa. La nueva frontera coincidía, sustancialmente con la línea Schomburgk expandida y privaba a nuestro país de un inmenso territorio que le pertenecía por títulos claros y genuinos.
Es evidente que los árbitros británicos no actuaron como jueces, sino como abogados y parte interesada en la causa. Es también evidente que el Presidente del Tribunal hizo presión sobre los árbitros norteamericanos para que aceptaran la línea propuesta por de Martens, línea que había sido trazada tres meses antes por el Colonial Office.
La sentencia del Tribunal de París fue resultado de una componenda entre el Presidente del Tribunal y los árbitros ingleses. El famoso memorándum de Mallet-Prevost, uno de los abogados de Venezuela ante el Tribunal Arbitral, documento que fue publicado por “The American Journal of International Law” en julio de 1949, revela toda la verdad de lo ocurrido en París. Este memorándum es singularmente revelador, pues fue dictado por su autor pocos años de su muerte. Quería, de esta manera, uno de los más importantes personajes de este drama, liberar su conciencia de escrúpulos ante la Historia y revelar en forma clara y categórica la verdad de los hechos. El mismo Mallet-Prevost confiesa que estuvo de acuerdo con el General Harrison, el principal abogado de Venezuela, en aceptar la línea propuesta por de Martens a fin de salvarle a Venezuela las bocas del Orinoco. Pero él mismo confiesa que la sentencia “fue injusta para Venezuela, y la despojó de un territorio muy extenso e importante, sobre el cual la Gran Bretaña no tenía, en mi opinión, la menor sombra de derecho”.
Por otra parte, es de advertir que los jueces se excedieron en su mandato al decretar la libre navegación de los ríos Barima y Amacuro. Nada había en el Tratado de 1897 que los facultara para tomar esta medida.
La injusticia de la sentencia se puso de manifiesto de inmediato, no sólo para los venezolanos, sino, inclusive, para los propios ingleses.
En nota dirigida a su gobierno el 4 de octubre de 1899 por el Dr. José María Rojas, Agente del Gobierno de Venezuela ante el Tribunal de Arbitraje, manifestaba su “sorpresa inexplicable” por “el proceder del Presidente del Tribunal, señor De Martens”, y añadía: “lo que no podremos saber jamás es el motivo que haya tenido el Sr. De Martens para proceder así”. Los venezolanos de hoy sí conocemos los móviles de la conducta del árbitro ruso en aquella coyuntura.
Ese mismo día, el periódico “The Times”, de Londres, publicaba una declaración formulada a la Agencia Reuter por los señores Mallet-Prevost y el expresidente Harrison, en la cual manifestaban que nada había en la historia de la controversia que explicase adecuadamente la línea fronteriza establecida en el Laudo.
Por su parte, la conocida revista humorística PUNCH, publicaba, a pocos días del Laudo de París, en la portada, una magnífica caricatura en la que aparecía Lord Salisbury saliendo precipitadamente de la sala de sesiones, llevándose consigo los documentos del litigio, la línea Schomburgk y las minas y los bosques de las 60.000 millas cuadradas arrebatadas a Venezuela, mientras en tono burlón exclamaba: “I like arbitration – in the PROPER PLACE! La revista inglesa Review of Reviews, añadía que el territorio otorgado por la sentencia a Venezuela no valía ni “un billete de 5 libras”.
La prensa venezolana de la época protestó vigorosamente contra la injusticia del Laudo. Pero lamentablemente las circunstancias políticas por las que atravesaba el país no eran las más halagueñas: el gobierno se encontraba en estado de total descomposición frente al avance de Castro y sus andinos. El Presidente Andrade se daba a la fuga y el caudillo de Capacho tomaba posesión del Capitolio. El estado de guerra civil en que se encontraba el país, relegaba lamentablemente a un plano secundario asunto de tanta importancia como el ventilado por aquellos días en París. Por encima de estas circunstancias desfavorables, el sentimiento público venezolano se expresó, siempre, en forma adversa contra una sentencia que lesionaba intereses vitales de la Nación.
El gobierno de Venezuela, a su vez, en varias oportunidades ha dejado constancia de su protesta por la injusticia que entrañaba el mal llamado Laudo Arbitral de 1899.

La reclamación sobre el tapete

Le corresponde al gobierno del Presidente Betancourt el mérito de haber replanteado, en forma enérgica y decidida, la reclamación venezolana sobre Guayana en el foro internacional. El 12 de noviembre de 1962, el entonces Canciller de la República, Dr. Marcos Falcón Briceño, se expresaba de la siguiente manera en el seno de la Comisión Política de las Naciones Unidas: “Hoy, Venezuela tiene las pruebas de la forma arbitraria y contraria a derecho en que fue decidida la cuestión por el Laudo de 1899, y la existencia de la Carta de las Naciones Unidas le permite actuar en condiciones muy diferentes a las infortunadas del siglo pasado”.
Meses antes, el Presidente Betancourt, en su Mensaje al Congreso Nacional del 12 de marzo de 1962, hacia esta firme declaración: “El diferendo entre la débil Venezuela y la arrogante Albión de los días de la reina Victoria, fue resuelto en un inicuo e inaceptable y siempre inaceptado por Venezuela, Laudo pronunciado por un Tribunal político y no de derecho en sentencia de 3 de octubre de 1899. jamás Venezuela ha admitido ni admitirá que tan extensa porción de territorio legítimamente suyo deje de estar encuadrado dentro de su geografía”.
El gobierno del Presidente Leoni ha continuado con la misma firmeza y decidida voluntad de su predecesor, las gestiones encaminadas a recuperar la importante parte del territorio de que fuimos despojados. En declaración del 13 de julio del año en curso, el Primer Magistrado manifestaba lo que sigue: “Venezuela viene trabajando intensamente y no cede en sus aspiraciones porque están fundamentadas en el restablecimiento de los derechos que fueron desconocidos de una manera absurda y brutal y sin fundamento alguno, en una decisión contraria a derecho. Fue un fallo írrito, es decir, que no tiene existencia jurídica”.
El actual Canciller de la Nación, doctor Ignacio Iribarren Borges, ha puesto de manifiesto, en diversas ocasiones, el propósito del gobierno y pueblo de Venezuela de continuar luchando con ferviente fe venezolanista por el triunfo de esta causa sagrada. Así, por ejemplo, en la instalación de la Comisión Consultiva de Guayana, el 2 de julio de 1964, dijo: “Si es verdad que un gobierno democrático debe interpretar cabalmente el sentimiento del pueblo, también es cierto que se frustrarían nuestras aspiraciones si no logramos crear en las masas y en los dirigentes una auténtica conciencia guayanesa que se caracterice por la seguridad en los derechos de Venezuela, la confianza en la gestión del gobierno y la esperanza cierta de que vamos a recuperar el territorio usurpado”.
Este propósito, que interesa por igual a los venezolanos de todos los sectores, cuenta con el respaldo unánime de la opinión pública nacional, y existe la firme esperanza de que Inglaterra comprenda la razón y la justicia que asiste a la noble causa venezolana.

Bibliografía del Dr. Rojas, Rafael Armando en Referencia a la Guayana Esequiba



















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_____Biografía de Alejo Fortique (1797-1845) Biblioteca Escolar Colección Biografías No 38Caracas: Ediciones de la Fundación Mendoza Editorial Sucre, 1960, págs. 63.
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