La Guayana Esequiba Una opción razonable al problema del Esequibo
NotitardeMiércoles, 2 de agosto de 2000
P: ¿Es cierto que Ud. alguna vez asomó una nueva hipótesis de trabajo para facilitar la solución de la disputa territorial entre Venezuela y Guyana?
FKV: Si es cierto.
P: ¿Puede explicarnos en qué consiste?
FKV: Nunca hasta ahora he dado ninguna declaración pública al respecto, pues durante casi diez años, en el pasado reciente desempeñé los cargos de Embajador de Venezuela en Gran Bretaña primero y luego en Francia y ante la UNESCO simultáneamente, y no me correspondía como funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores expresar mi opinión, muy personal, en un asunto tan delicado y de tanta importancia para el país. Sin embargo, hace casi una década, con motivo de una breve visita del entonces Ministro del Ambiente y los Recursos Naturales Renovables, Dr. Enrique Colmenares Finol a Londres para asistir a una reunión internacional sobre conservación, tuve oportunidad de conversar ampliamente con él sobre este tema y animado por su receptividad a mis planteamientos, preparé un breve documento donde exponía mis ideas al respecto. Presumo que él lo habría hecho del conocimiento de las personas encargadas de esta negociación e incluso del propio Presidente de la República. Realmente ignoro lo que sucedió posteriormente, pero es evidente, que yo sepa, que la estrategia que yo proponía nunca se ha utilizado.
P: ¿Se puede saber en que consistían sus ideas al respecto?
FKV: Actualmente puedo hablar libremente, como simple ciudadano, sobre este tema, advirtiendo que no considero que tenga un conocimiento privilegiado sobre el mismo, o me asista alguna autoridad por haberme dedicado a estudiarlo. Se trata simplemente de algunas observaciones lógicas de un venezolano más, preocupado siempre por nuestro futuro y por las soluciones a estos problemas fronterizos que se mantienen peligrosamente sin solución por plazos muy largos e indefinidos. Mi injerencia en el tema se debe exclusivamente a mi interés en la conservación, la ecología y disciplinas afines, y allí también soy un "amateur", que por circunstancias de la vida le tocó establecer en Venezuela, con varios distinguidos compatriotas, la Fundación para la Defensa de la Naturaleza (FUDENA) y más tarde ser miembro de la directiva internacional del WWF con sede en Suiza. Tal vez por esa "sensibilización" a los temas conservacionistas tratados en profundidad por esas y otras organizaciones a las que pertenezco, me pareció lógico e inteligente buscar una solución al problema Esequibo, basado en el posible interés de ambos países limítrofes, con apoyo de la comunidad internacional.
P: ¿Es que sería posible, según su visión, llegar a una solución que beneficie a los dos países en disputa y que adicionalmente sea vista con buenos ojos por la comunidad internacional?
FKV: Sí lo creo, y me explico. En ese extenso territorio Esequibo, de 159.000 kilómetros cuadrados (dos terceras partes de la República Cooperativa de Guyana), que genera una costa importante sobre el Océano Atlántico, lo que da lugar a su vez a una extensa plataforma continental, origina una soberanía terrestre y otra marítima. Estoy de acuerdo con quienes le dan más importancia a la segunda que a la primera, y no precisamente por el petróleo o gas natural que allí se pueda hallar, por cuanto mientras no se perfore y salgan los hidrocarburos se trata tan sólo de una posibilidad más o menos plausible. Se trata que es algo que es esencial y hasta vital para Venezuela como nación soberana, que es la salida al Atlántico, sin obstáculos, del río Orinoco. Para mi el Orinoco es la columna vertebral del país y nuestro futuro está inexorablemente ligado a mantener su integridad funcional. La cesión territorial de Guyana, para hacer de ese corredor marítimo una realidad, es mínima y los guyaneses deben comprender que está en el mejor de sus intereses ceder esa verdadera "punta de lanza", con que termina abruptamente en forma de cuña enterrada en territorio venezolano, la demarcación territorial actual.
P: Suponiendo que los guyaneses llegaran a entender que esa pequeña cesión territorial, que resolvería el aspecto "marítimo" del problema es "auténticamente indispensable" para poder llegar a un arreglo civilizado, pacífico e inteligente de la disputa territorial, ¿qué nos dice de esa superficie terrestre de mayor extensión que Austria y los Países Bajos juntos, que es el llamado territorio Esequibo?
FKV: Precisamente es allí donde tenemos que hacer uso de toda nuestra creatividad intelectual y pensar como estadistas en relación al futuro del mundo, su crecimiento poblacional y la importancia del agua, que tan sólo recientemente comenzamos a valorizar en todo lo que significa.
Son bien conocidas las llamadas estrategias del desarrollo de ese territorio, la de poblar y "desarrollar" a ultranza la zona fronteriza, etc. Pues bien, yo estoy firmemente convencido de que lo que conviene hacer en buena parte de ese territorio en reclamación es exactamente lo que nosotros en Venezuela hemos hecho de nuestro lado en la zona fronteriza, que es darle prioridad -sobre cualquier otra consideración- a las cuencas fluviales y proteger así nuestro recurso natural más importante… el agua. Al decretar el parque nacional Canaima -uno de los más extensos del mundo- lo que en la práctica hemos hecho es cuidar el futuro de la cuenca del río Caroní, el más grande de los afluentes del Orinoco, lo que nos garantiza por muchos años la viabilidad de la represa Raúl Leoni (Guri) y de su potencial hidroeléctrico (incluso con otras futuras represas y adicional generación eléctrica) para el desarrollo de todo el país.Yo he dicho anteriormente que si "por un acto de Dios" -como dicen los abogados- se nos concediera súbitamente todo el territorio que reclamamos, nuestro manejo racional del mismo, no puede ser diferente del que ya hemos hecho de nuestro lado actual de la frontera. Es decir, proteger las cuencas fluviales de la región, para poder seguir explotando racionalmente su enorme potencial hidroeléctrico. Esa protección significa impedir la tala de esos grandes bosques tropicales, tan majestuosos como frágiles, que no resisten la explotación maderera intensiva a que tradicionalmente se les ha sometido, de allí la significación de establecer en esas cuencas fluviales nuestros parques nacionales, para impedir a perpetuidad su destrucción total.
Las nubes, fuente de lluvias, que se precipitan sobre esa selva tropical húmeda, dejarían de hacerlo al talar esos árboles, y ello determinaría el ocaso gradual del caudal de los ríos de toda esa hoya hidrográfica.
Indudablemente las concesiones madereras que ha otorgado Guyana en la zona en litigio nos afectan a ellos y a nosotros por igual, pues las nubes ignoran las fronteras entre países y la lluvia dejará de precipitarse en las áreas afectadas por esa tala brutal, de la cual el mundo tiene sobrada y altamente negativa experiencia. Repito, esa ley inexorable de la naturaleza se aplica por igual a Venezuela y Guyana. Sólo que Guyana, un país extremadamente pobre, está más tentada que Venezuela por presiones sociales y económicas perfectamente comprensibles, a obtener unos fondos inmediatamente accesibles de los grandes empresarios madereros del mundo, que ya agotadas, o próximas a serlo, las grandes reservas forestales de Indonesia y otros países tropicales, ven con ojos codiciosos lo que se ofrece en Guyana. Más que la base aeroespacial de misiles Beal, deben preocuparnos las concesiones madereras que impunemente se han venido otorgando por años en ese territorio en reclamación.
P: ¿Qué provecho puede obtener Guyana a cambio de no permitir en su territorio esa base aeroespacial o dejar de otorgar esas concesiones madereras?
FKV: Visualizo un gigantesco parque nacional en ese territorio en reclamación, que vaya desde el Atlántico hasta el Roraima, es decir, como un gran bolsón o extensa zona que abarque toda nuestra actual frontera con Guyana y buena parte de la hoya del río Cuyuní, comprendiendo cerca del 25% de la totalidad del área en reclamación.
Ese parque nacional en territorio actualmente vindicado por Venezuela tendría la particularidad de estar bajo la supervisión internacional, vale decir de las Naciones Unidas y constituiría un territorio que no podría utilizarse para ningún otro fin que no sea el de un parque nacional.
Al Guyana firmar un tratado definiendo ese destino a perpetuidad de esa parte de su territorio, Venezuela se comprometería a dejar en "suspenso" su reclamación territorial. Guyana podría explotar turísticamente, y de acuerdo con las reglas y usos internacionales de estos casos, ese enorme parque nacional, que estaría adecuadamente vigilado y sometido a un estricto control satelital, para impedir cualquier desviación y explotación diferente a lo convenido en el tratado respectivo.
Habría que buscar adicionalmente algún tipo de pago a Guyana por parte de los organismos internacionales, para compensar esa utilización de su territorio, que no sólo beneficia directamente a su propio país y a Venezuela, sino a todo el resto del planeta, por ser parte de ese necesario "pulmón" del mundo que es la selva tropical húmeda.
P: ¿Usted sinceramente crée que es realista pensar que Guyana aceptaría tal solución?
FKV: Racionalmente sería una solución aceptable tanto para Guyana como para Venezuela, pues daría un uso inteligente y beneficioso para ambos países (y para el resto del mundo) a una parte importante de un territorio en litigio, actualmente ocupado por Guyana, pero cuyo uso los venezolanos estamos en todo nuestro derecho de objetar, cuestionar y obstaculizar.
Les daría adicionalmente derecho a utilizar el resto del territorio en reclamación a su libre albedrío y determinación, quitando ese veto velado, que como una espada de Damocles, se cierne todo el tiempo sobre decisiones que afectan a su desarrollo.
P: ¿Crée usted que una solución de ese tipo contaría con la simpatía del conglomerado internacional?
FKV: Esa es sin duda una de sus grandes virtudes, pues de un litigio entre dos países muy desiguales, que a la vista del resto del mundo es un conflicto entre David y Goliath, las simpatías en razón de su tamaño y debilidad se van del lado de Guyana, no importa o importa muy poco las razones legales que pueda tener Venezuela después de más de 100 años de ocupación real de ese territorio por los ingleses primero y por Guyana desde su independencia.
Pero al llevar la disputa al terreno conservacionista, todas las organizaciones internacionales se convertirían automáticamente en nuestros aliados y la presión sobre Guyana los hará comprender que pueden llegar a una solución favorable a ambas partes y que también tenga en cuenta los intereses de todos los habitantes del planeta. Sería por lo tanto un ejemplo a seguir en casos semejantes y tal vez hasta un modelo en la disputa territorial con Colombia en la plataforma continental del Golfo de Venezuela (con la posible creación de un parque submarino internacional).
P: ¿Qué habría que hacer para que su hipótesis prosperara tanto en Venezuela como en Guyana?
Con toda seguridad en ambos países existen grupos de gente exaltada y radical, y es muy difícil que entren en razón. Sin embargo yo creo que si otros grupos de ambas naciones se identifican con esta tesis "conservacionista" que confiere a parte importante del territorio en reclamación un destino permanente que beneficia a ambos países vecinos, ya que protege nuestras cuencas hidrográficas fluviales y nos garantiza el desarrollo actual y futuro de su enorme potencial hidroeléctrico, y a la vez contribuye a salvar parte significativa del patrimonio más importante de la humanidad, cual es su selva tropical húmeda, de inmediato reclutaremos un "lobby" significativo muy vocal y articulado, que permitirá al organismo internacional competente (las Naciones Unidas) adoptar este plan, con el aplauso, beneplácito y hasta entusiasmo de todos aquellos que saben y pueden evaluar la importancia de un ejemplo de esta naturaleza en la transacción de sus diferencias y supuestos enfrentados intereses.
P: ¿Cuál sería el siguiente paso a seguir para explorar la viabilidad de su proposición?
FKV: Pienso que es esencial educar a nuestra población en los diferentes aspectos de la problemática, sedimentar la parte emocional y hasta pasional de la disputa y enfocar el asunto con un criterio realista, actualizado y pragmático. En otras palabras abrir un debate de alto nivel sobre el asunto, y propiciar que algo similar ocurra en Guyana.
Enviado por Francisco KERDEL-VEGAS · para la Sección Opinión
Nota del editor del blog: Frente a la propuesta del Presidente de Guyana Bharrat Jagdeo, para evitar la deforestación en su país (parte del cual reclama Venezuela, Guayana Esequiba) al sostener y exigir como una solución ante los problemas ambientales medidas económicas compensatorias por el orden de $580 millones de dólares anuales.
Hemos creído conveniente rescatar la tesis del Dr. Francisco Kerdel Vegas propuesta en el año de 1992, publicada el miércoles 02 de agosto de 2000 en el vespertino Notitarde y en analítica. Com. Y más recientemente en el blog bitácora médica.
En este mismo sentido la Lic. María E. Rodríguez Febres Cordero en base al propuesta de del Dr. Francisco Kerdel desarrollo y presento la Tesis “La Reclamación del Territorio Esequibo Una Propuesta Ambiental” tu toreada por la Profesara Angelina Jaffé Carbonell para optar a su Magister Scientiarum.
La Organizaciones no Gubernamentales ambientalistas, como la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), The Wild Foundation, Conservación Internacional, Sierra Madre, the international Leaguaje of Conservation Photographes, entre otras tienen la Palabra frente a los problemas del cambio climático y ante los viejos planes desarrollistas del Fondo Monetario Internacional (FMI) en las Guayanas retomados por el Proyecto de la Integración de Infraestructura Regional en Suramérica (IIRSA).
Referencias:
1. http://www.analitica.com/va/internacionales/fuentes/5774762.asp
2. Vespertino Notitarde del 02 de agosto de 2000
3. Rodríguez Febres Cordero. La Reclamación del Territorio Esequibo una Propuesta Ambiental.
4. http://bitacoramedica.com/weblog/?p=4327
NotitardeMiércoles, 2 de agosto de 2000
P: ¿Es cierto que Ud. alguna vez asomó una nueva hipótesis de trabajo para facilitar la solución de la disputa territorial entre Venezuela y Guyana?
FKV: Si es cierto.
P: ¿Puede explicarnos en qué consiste?
FKV: Nunca hasta ahora he dado ninguna declaración pública al respecto, pues durante casi diez años, en el pasado reciente desempeñé los cargos de Embajador de Venezuela en Gran Bretaña primero y luego en Francia y ante la UNESCO simultáneamente, y no me correspondía como funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores expresar mi opinión, muy personal, en un asunto tan delicado y de tanta importancia para el país. Sin embargo, hace casi una década, con motivo de una breve visita del entonces Ministro del Ambiente y los Recursos Naturales Renovables, Dr. Enrique Colmenares Finol a Londres para asistir a una reunión internacional sobre conservación, tuve oportunidad de conversar ampliamente con él sobre este tema y animado por su receptividad a mis planteamientos, preparé un breve documento donde exponía mis ideas al respecto. Presumo que él lo habría hecho del conocimiento de las personas encargadas de esta negociación e incluso del propio Presidente de la República. Realmente ignoro lo que sucedió posteriormente, pero es evidente, que yo sepa, que la estrategia que yo proponía nunca se ha utilizado.
P: ¿Se puede saber en que consistían sus ideas al respecto?
FKV: Actualmente puedo hablar libremente, como simple ciudadano, sobre este tema, advirtiendo que no considero que tenga un conocimiento privilegiado sobre el mismo, o me asista alguna autoridad por haberme dedicado a estudiarlo. Se trata simplemente de algunas observaciones lógicas de un venezolano más, preocupado siempre por nuestro futuro y por las soluciones a estos problemas fronterizos que se mantienen peligrosamente sin solución por plazos muy largos e indefinidos. Mi injerencia en el tema se debe exclusivamente a mi interés en la conservación, la ecología y disciplinas afines, y allí también soy un "amateur", que por circunstancias de la vida le tocó establecer en Venezuela, con varios distinguidos compatriotas, la Fundación para la Defensa de la Naturaleza (FUDENA) y más tarde ser miembro de la directiva internacional del WWF con sede en Suiza. Tal vez por esa "sensibilización" a los temas conservacionistas tratados en profundidad por esas y otras organizaciones a las que pertenezco, me pareció lógico e inteligente buscar una solución al problema Esequibo, basado en el posible interés de ambos países limítrofes, con apoyo de la comunidad internacional.
P: ¿Es que sería posible, según su visión, llegar a una solución que beneficie a los dos países en disputa y que adicionalmente sea vista con buenos ojos por la comunidad internacional?
FKV: Sí lo creo, y me explico. En ese extenso territorio Esequibo, de 159.000 kilómetros cuadrados (dos terceras partes de la República Cooperativa de Guyana), que genera una costa importante sobre el Océano Atlántico, lo que da lugar a su vez a una extensa plataforma continental, origina una soberanía terrestre y otra marítima. Estoy de acuerdo con quienes le dan más importancia a la segunda que a la primera, y no precisamente por el petróleo o gas natural que allí se pueda hallar, por cuanto mientras no se perfore y salgan los hidrocarburos se trata tan sólo de una posibilidad más o menos plausible. Se trata que es algo que es esencial y hasta vital para Venezuela como nación soberana, que es la salida al Atlántico, sin obstáculos, del río Orinoco. Para mi el Orinoco es la columna vertebral del país y nuestro futuro está inexorablemente ligado a mantener su integridad funcional. La cesión territorial de Guyana, para hacer de ese corredor marítimo una realidad, es mínima y los guyaneses deben comprender que está en el mejor de sus intereses ceder esa verdadera "punta de lanza", con que termina abruptamente en forma de cuña enterrada en territorio venezolano, la demarcación territorial actual.
P: Suponiendo que los guyaneses llegaran a entender que esa pequeña cesión territorial, que resolvería el aspecto "marítimo" del problema es "auténticamente indispensable" para poder llegar a un arreglo civilizado, pacífico e inteligente de la disputa territorial, ¿qué nos dice de esa superficie terrestre de mayor extensión que Austria y los Países Bajos juntos, que es el llamado territorio Esequibo?
FKV: Precisamente es allí donde tenemos que hacer uso de toda nuestra creatividad intelectual y pensar como estadistas en relación al futuro del mundo, su crecimiento poblacional y la importancia del agua, que tan sólo recientemente comenzamos a valorizar en todo lo que significa.
Son bien conocidas las llamadas estrategias del desarrollo de ese territorio, la de poblar y "desarrollar" a ultranza la zona fronteriza, etc. Pues bien, yo estoy firmemente convencido de que lo que conviene hacer en buena parte de ese territorio en reclamación es exactamente lo que nosotros en Venezuela hemos hecho de nuestro lado en la zona fronteriza, que es darle prioridad -sobre cualquier otra consideración- a las cuencas fluviales y proteger así nuestro recurso natural más importante… el agua. Al decretar el parque nacional Canaima -uno de los más extensos del mundo- lo que en la práctica hemos hecho es cuidar el futuro de la cuenca del río Caroní, el más grande de los afluentes del Orinoco, lo que nos garantiza por muchos años la viabilidad de la represa Raúl Leoni (Guri) y de su potencial hidroeléctrico (incluso con otras futuras represas y adicional generación eléctrica) para el desarrollo de todo el país.Yo he dicho anteriormente que si "por un acto de Dios" -como dicen los abogados- se nos concediera súbitamente todo el territorio que reclamamos, nuestro manejo racional del mismo, no puede ser diferente del que ya hemos hecho de nuestro lado actual de la frontera. Es decir, proteger las cuencas fluviales de la región, para poder seguir explotando racionalmente su enorme potencial hidroeléctrico. Esa protección significa impedir la tala de esos grandes bosques tropicales, tan majestuosos como frágiles, que no resisten la explotación maderera intensiva a que tradicionalmente se les ha sometido, de allí la significación de establecer en esas cuencas fluviales nuestros parques nacionales, para impedir a perpetuidad su destrucción total.
Las nubes, fuente de lluvias, que se precipitan sobre esa selva tropical húmeda, dejarían de hacerlo al talar esos árboles, y ello determinaría el ocaso gradual del caudal de los ríos de toda esa hoya hidrográfica.
Indudablemente las concesiones madereras que ha otorgado Guyana en la zona en litigio nos afectan a ellos y a nosotros por igual, pues las nubes ignoran las fronteras entre países y la lluvia dejará de precipitarse en las áreas afectadas por esa tala brutal, de la cual el mundo tiene sobrada y altamente negativa experiencia. Repito, esa ley inexorable de la naturaleza se aplica por igual a Venezuela y Guyana. Sólo que Guyana, un país extremadamente pobre, está más tentada que Venezuela por presiones sociales y económicas perfectamente comprensibles, a obtener unos fondos inmediatamente accesibles de los grandes empresarios madereros del mundo, que ya agotadas, o próximas a serlo, las grandes reservas forestales de Indonesia y otros países tropicales, ven con ojos codiciosos lo que se ofrece en Guyana. Más que la base aeroespacial de misiles Beal, deben preocuparnos las concesiones madereras que impunemente se han venido otorgando por años en ese territorio en reclamación.
P: ¿Qué provecho puede obtener Guyana a cambio de no permitir en su territorio esa base aeroespacial o dejar de otorgar esas concesiones madereras?
FKV: Visualizo un gigantesco parque nacional en ese territorio en reclamación, que vaya desde el Atlántico hasta el Roraima, es decir, como un gran bolsón o extensa zona que abarque toda nuestra actual frontera con Guyana y buena parte de la hoya del río Cuyuní, comprendiendo cerca del 25% de la totalidad del área en reclamación.
Ese parque nacional en territorio actualmente vindicado por Venezuela tendría la particularidad de estar bajo la supervisión internacional, vale decir de las Naciones Unidas y constituiría un territorio que no podría utilizarse para ningún otro fin que no sea el de un parque nacional.
Al Guyana firmar un tratado definiendo ese destino a perpetuidad de esa parte de su territorio, Venezuela se comprometería a dejar en "suspenso" su reclamación territorial. Guyana podría explotar turísticamente, y de acuerdo con las reglas y usos internacionales de estos casos, ese enorme parque nacional, que estaría adecuadamente vigilado y sometido a un estricto control satelital, para impedir cualquier desviación y explotación diferente a lo convenido en el tratado respectivo.
Habría que buscar adicionalmente algún tipo de pago a Guyana por parte de los organismos internacionales, para compensar esa utilización de su territorio, que no sólo beneficia directamente a su propio país y a Venezuela, sino a todo el resto del planeta, por ser parte de ese necesario "pulmón" del mundo que es la selva tropical húmeda.
P: ¿Usted sinceramente crée que es realista pensar que Guyana aceptaría tal solución?
FKV: Racionalmente sería una solución aceptable tanto para Guyana como para Venezuela, pues daría un uso inteligente y beneficioso para ambos países (y para el resto del mundo) a una parte importante de un territorio en litigio, actualmente ocupado por Guyana, pero cuyo uso los venezolanos estamos en todo nuestro derecho de objetar, cuestionar y obstaculizar.
Les daría adicionalmente derecho a utilizar el resto del territorio en reclamación a su libre albedrío y determinación, quitando ese veto velado, que como una espada de Damocles, se cierne todo el tiempo sobre decisiones que afectan a su desarrollo.
P: ¿Crée usted que una solución de ese tipo contaría con la simpatía del conglomerado internacional?
FKV: Esa es sin duda una de sus grandes virtudes, pues de un litigio entre dos países muy desiguales, que a la vista del resto del mundo es un conflicto entre David y Goliath, las simpatías en razón de su tamaño y debilidad se van del lado de Guyana, no importa o importa muy poco las razones legales que pueda tener Venezuela después de más de 100 años de ocupación real de ese territorio por los ingleses primero y por Guyana desde su independencia.
Pero al llevar la disputa al terreno conservacionista, todas las organizaciones internacionales se convertirían automáticamente en nuestros aliados y la presión sobre Guyana los hará comprender que pueden llegar a una solución favorable a ambas partes y que también tenga en cuenta los intereses de todos los habitantes del planeta. Sería por lo tanto un ejemplo a seguir en casos semejantes y tal vez hasta un modelo en la disputa territorial con Colombia en la plataforma continental del Golfo de Venezuela (con la posible creación de un parque submarino internacional).
P: ¿Qué habría que hacer para que su hipótesis prosperara tanto en Venezuela como en Guyana?
Con toda seguridad en ambos países existen grupos de gente exaltada y radical, y es muy difícil que entren en razón. Sin embargo yo creo que si otros grupos de ambas naciones se identifican con esta tesis "conservacionista" que confiere a parte importante del territorio en reclamación un destino permanente que beneficia a ambos países vecinos, ya que protege nuestras cuencas hidrográficas fluviales y nos garantiza el desarrollo actual y futuro de su enorme potencial hidroeléctrico, y a la vez contribuye a salvar parte significativa del patrimonio más importante de la humanidad, cual es su selva tropical húmeda, de inmediato reclutaremos un "lobby" significativo muy vocal y articulado, que permitirá al organismo internacional competente (las Naciones Unidas) adoptar este plan, con el aplauso, beneplácito y hasta entusiasmo de todos aquellos que saben y pueden evaluar la importancia de un ejemplo de esta naturaleza en la transacción de sus diferencias y supuestos enfrentados intereses.
P: ¿Cuál sería el siguiente paso a seguir para explorar la viabilidad de su proposición?
FKV: Pienso que es esencial educar a nuestra población en los diferentes aspectos de la problemática, sedimentar la parte emocional y hasta pasional de la disputa y enfocar el asunto con un criterio realista, actualizado y pragmático. En otras palabras abrir un debate de alto nivel sobre el asunto, y propiciar que algo similar ocurra en Guyana.
Enviado por Francisco KERDEL-VEGAS · para la Sección Opinión
Nota del editor del blog: Frente a la propuesta del Presidente de Guyana Bharrat Jagdeo, para evitar la deforestación en su país (parte del cual reclama Venezuela, Guayana Esequiba) al sostener y exigir como una solución ante los problemas ambientales medidas económicas compensatorias por el orden de $580 millones de dólares anuales.
Hemos creído conveniente rescatar la tesis del Dr. Francisco Kerdel Vegas propuesta en el año de 1992, publicada el miércoles 02 de agosto de 2000 en el vespertino Notitarde y en analítica. Com. Y más recientemente en el blog bitácora médica.
En este mismo sentido la Lic. María E. Rodríguez Febres Cordero en base al propuesta de del Dr. Francisco Kerdel desarrollo y presento la Tesis “La Reclamación del Territorio Esequibo Una Propuesta Ambiental” tu toreada por la Profesara Angelina Jaffé Carbonell para optar a su Magister Scientiarum.
La Organizaciones no Gubernamentales ambientalistas, como la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), The Wild Foundation, Conservación Internacional, Sierra Madre, the international Leaguaje of Conservation Photographes, entre otras tienen la Palabra frente a los problemas del cambio climático y ante los viejos planes desarrollistas del Fondo Monetario Internacional (FMI) en las Guayanas retomados por el Proyecto de la Integración de Infraestructura Regional en Suramérica (IIRSA).
Referencias:
1. http://www.analitica.com/va/internacionales/fuentes/5774762.asp
2. Vespertino Notitarde del 02 de agosto de 2000
3. Rodríguez Febres Cordero. La Reclamación del Territorio Esequibo una Propuesta Ambiental.
4. http://bitacoramedica.com/weblog/?p=4327
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