jueves, 8 de agosto de 2013

La resistencia de los bosques amazónicos al estrés térmico podría estar debilitándose, según un estudio de la Universitat


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Tomado de:

07/08/2013 | elperiodic.com  
Medio Ambiente


Un estudio de la Universitat de València, publicado recientemente en Journal of Geophysical Research, anuncia que la resistencia de los bosques amazónicos al estrés térmico podría estar debilitándose, con el consiguiente riesgo de aceleración del calentamiento global. El estudio, que llega a esta conclusión tras evaluar los efectos de las sequías de 2005 y 2010 en los bosques tropicales del Amazonas, procede de la Unidad de Cambio Global del Laboratorio de Procesado de Imágenes (LPI), en el Parc Científic de la Universitat de València.

La selva amazónica representa alrededor del 50% de los bosques tropicales del mundo. Suponen un componente clave del ciclo global del carbono, de manera que los cambios que se producen en estos bosques pueden afectar a la concentración de CO2 en la atmósfera y por tanto al propio cambio climático.

Uno de los factores más determinantes del cambio climático sobre la región amazónica son las sequías severas, fenómenos que se producen por un aumento en la temperatura del mar, en particular en la zona este del Océano Pacífico, y que se conocen popularmente como El Niño.

Sin embargo, a lo largo de la última década –en 2005 y 2010–, se han producido dos sequías extremas y anómalas – las mayores del último siglo– que no van asociadas a un aumento de la temperatura del mar en el océano Pacífico, sino a un aumento de la temperatura del mar en el océano Atlántico.

Numerosos estudios han analizado en los últimos años el efecto de las sequías sobre el “verdor” de los bosques amazónicos medido con datos de satélite, pero son escasos los trabajos que han analizado el papel de las anomalías térmicas.
La Unidad de Cambio Global perteneciente al Laboratorio de Procesado de Imágenes (LPI) acaba de realizar un estudio de las anomalías en la temperatura de los bosques amazónicos en las últimas décadas, utilizando datos climáticos (de 1980 a 2012) y datos de satélite (de 2000-2012). El trabajo ha sido realizado por los investigadores Juan Carlos Jiménez-Muñoz y José Antonio Sobrino, ambos de la Universitat de València, con la colaboración de Cristian Mattar (Universidad de Chile) y Yadvinder Malhi (Universidad de Oxford).

El estudio analiza las anomalías de temperatura en los años 2005 y 2010 (cuando tuvieron lugar las sequías extremas) y observa si hubo otros años con calentamiento anómalo, analizando también qué regiones de la Amazonia sufrieron un mayor calentamiento y la influencia de la temperatura del mar sobre este calentamiento.

Los resultados muestran, sorprendentemente, que las anomalías térmicas positivas (calentamiento) no se produjeron únicamente en los años de sequía 2005 y 2010, sino que prácticamente se mantuvieron hasta el mismo 2012.
El análisis de tendencias en temperatura muestra un calentamiento estadísticamente significativo en la última década (2000-2012), algo que no se observa en décadas anteriores (1980-2000).

Las regiones más afectadas por este calentamiento reciente se encuentran en la zona Sureste, coincidiendo con el llamado “arco de deforestación”, que incluye las regiones brasileñas de Rondonia, Mato Grosso y Pará, donde las prácticas de deforestación han sido más agresivas en los últimos años.

Se observa, además, que el calentamiento anómalo está relacionado con irregularidades térmicas de la temperatura del mar, tanto de la zona este del océano Pacífico como de la zona tropical del océano Atlántico, siendo esta última región la que mayor influencia ha tenido en los últimos años, en los que no se ha producido fenómenos de El Niño severos.

Si bien siempre se ha considerado que los bosques tropicales del Amazonas poseen una extraordinaria resistencia a las condiciones de estrés hídrico (como ocurre por ejemplo durante una sequía), los resultados mostrados en este estudio, junto con otros estudios en los que se ha observado una pérdida de biomasa e incluso una parada temporal del bosque como sumidero de carbono durante las sequías de 2005 y 2010, sugieren que la resistencia de los bosques amazónicos al estrés térmico podría estar debilitándose.

El calentamiento sostenido durante estos últimos años, junto con las predicciones de algunos modelos climáticos de una mayor frecuencia de sequías severas e incluso de un cambio del bosque tropical a sabana, representan un riesgo para la aceleración del calentamiento global, si bien se necesita de un mayor análisis en los próximos años con el fin de observar si este calentamiento reciente se mantiene o bien se trata de un fenómeno transitorio.
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