http://www.analitica.com/va/politica/opinion/2877531.asp
Tomado de:
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Adolfo R. Taylhardat
Jueves, 13 de septiembre de 2012
¿A qué se debe este empeño del régimen en negar lo que ha
sido denunciado por los propios indígenas afectados? ¿Teme el régimen que este
hecho, que se suma a la tragedia de Amuay, al colapso del puente de Cúpira y al
mal estado de la infraestructura vial del país, sea una puntilla más a las
aspiraciones del presidente-saliente-candidato oficialista-aspirante a la
reelección por cuarta vez y a la eternización en el poder?
El caso de los yanomamis se ha convertido en otro de esos
berenjenales que acostumbre promover el régimen.
La denuncia de los indígenas sobrevivientes de la masacre
cometida contra la colectividad yanomami de Irotatheri el pasado 5 de julio se
ha estrellado contra un muro de declaraciones de personeros del Gobierno que,
al unísono y seguramente cumpliendo la consigna que les fue impartida desde la
cima del poder, se empeñan en desmentir los testimonios de los testigos.
"Nosotros somos testigos. La explosión quemó la
comunidad, por eso voló (el shabono). Vimos cuerpos, restos quemados de
personas". Este testimonio lo ofreció, a través de la Radio Chamánica de
Puerto Ayacucho, Swapori, uno de los yanomamis que se salvó de la matanza en la
comunidad de Irotatheri. Lo testigos aseguran que mineros ilegales (garimpeiros),
habrían atacado el pasado mes de julio un shabono (vivienda comunitaria) en la
que se encontraban aproximadamente ochenta miembros de la comunidad de
Irotatheri del pueblo Yanomami. La información indica que algunos
sobrevivientes habrían visto cómo los ocupantes de un helicóptero dispararon
contra todos los miembros de la comunidad, incluyendo niñas, niños y ancianos.
Sin embargo, el Presidente saliente y sus acólitos se empeñan
insistentemente en negar que se haya producido tal masacre en el Alto Orinoco
venezolano.
En una de sus consabidas cadenas de televisión el Führer
reaccionó contra una nota publicada por la Associated Press con la siguiente
"pata de banco": "si a AP le interesa mucho la masacre de los
yanomamis que se metan en la selva... aquellas agencias de prensa que estén
interesadas en comprobar la supuesta masacre de indígenas de la etnia Yanomami
en el estado Amazonas, deben ir a este lugar para buscar las pruebas de dicha
acusación".
Esto me da pie para comentar que en 1990, cuando me
desempeñaba como viceministro de Relaciones Exteriores, se presentó una
situación muy compleja con la penetración de garimpeiros brasileros en
territorio venezolano, quienes en la búsqueda de oro cometieron graves abusos y
maltratos contra los indígenas yanomamis. En esa ocasión me trasladé
personalmente a la región donde se habían producido los hechos, acompañado de
una comisión integrada por oficiales de la Fuerza Armada.
Recogimos importantes testimonios de los indígenas y con base
en esa información promoví una reunión con mi homólogo brasilero, la cual tuvo
lugar en Brasilia. Luego de analizar los hechos convinimos en establecer un
mecanismo binacional a fin de monitorear las actividades de los garimpeiros y
adoptar las medidas necesarias para poner fin a esa situación irregular. El
mecanismo comenzó a operar de inmediato y estuvo activo durante el tiempo de mi
permanencia en el cargo de Viceministro.
¿Qué ocurrió después? Lo ignoro, pero lo más probable es que,
como ocurre siempre, pasó a engrosar las decisiones que se engavetan por
incompetencia o falta de interés. De modo que, señor presidente saliente, no es
la AP la que debe internarse en la selva para aclarar los hechos, sino las
autoridades venezolanas competentes.
En el coro de los empeñados en negar y echarle tierra a la
masacre de los yanomamis ha tenido la voz cantante la Fiscal General quien
aseguró que había designado "un equipo que lleva días investigando y no ha
encontrado nada que compruebe que esto haya ocurrido" Sin embargo, la
Coordinación de Organizaciones Indígenas de Amazonas (Coiam) ha señalado que la
comisión investigadora gubernamental no llegó a la comunidad de Irotatheri,
lugar donde habría ocurrido la matanza
Otros que han pretendido desmentir los testimonios de los
indígenas son la ministra para Pueblos Indígenas, Nicia Maldonado y el ministro
del Interior y Justicia, Tareck el Aissami. Y a todas estas, ¿dónde está la
Defensora del Gobierno, perdón, del Pueblo?
Casualmente, entre quienes exigen una investigación seria y
responsable de ese caso figura la Comisión Interamericana de Derechos Humanos,
institución a la cual Venezuela sigue ligada a pesar de la arbitraria e
irracional decisión del führer de salirse de ella. Igual exigencia hace
Survival International, una organización que defiende los derechos de los
pueblos indígenas.
¿Quién dice la verdad? ¿Los indígenas o el Gobierno? Como no
creo ni un ápice lo que dice ese gobierno mentiroso, farsante, farfullero e
hipócrita, me inclino a aceptar la versión de los yanomamis.
¿A qué se debe este empeño del régimen en negar lo que ha
sido denunciado por los propios indígenas afectados? ¿Teme el régimen que este
hecho, que se suma a la tragedia de Amuay, al colapso del puente de Cúpira, a
las tragedias y penurias que soportan muchos venezolanos por culpa de la falta
de mantenimiento y el mal estado de la infraestructura vial en prácticamente
todo el país, sea una puntilla más a las aspiraciones del
presidente-saliente-candidato oficialista-aspirante a la reelección por cuarta
vez y a la eternización en el poder?
¿O se trata más bien de sepultar un hecho grave para evitar
que se convierta en un factor que distancie todavía más a la presidenta
Rousseff de su par venezolano, lo cual incidiría igualmente en la ya fallida
aspiración electoral del Führer?
¿O de las dos cosas?
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