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Tomado de:
Moratoria de todos los
megaproyectos mineros, petroleros, hidroeléctricas y carreteras en la selva
amazónica
La Amazonia cubre una amplia
área geográfica, en la cual existen distintos tipos de ambientes, y situaciones
sociales. Es, en realidad, una Amazonia plural y estrechamente interconectada.
Los distintos ecosistemas se extienden más allá de las fronteras en diversos
planos, lo que es muy evidente con bosques y ríos que cruzan las fronteras,
aunque otro tanto ocurre con ríos de corrientes atmosféricas y aguas
subterráneas.
La Amazonia está en riesgo. La
situación ambiental se está agravando, manteniéndose graves ritmos de
deforestación, pérdida de la biodiversidad y funcionalidad climática, y una
forma de ocupación territorial desbalanceada. Sobre la región se impone el
estilo de desarrollo primarizado de las economías nacionales, como proveedora de
recursos naturales para otras regiones y los mercados globales. Se acentúa el
contraste entre la Amazonia como reserva de una rica biodiversidad pero a la
vez un área crecientemente urbanizada. De estas y otras maneras, persiste un
imaginario cultural de la Amazonia como proveedora eterna del crecimiento
económico A pesar de esta importancia, en algunos sentidos, la Amazonia sigue
siendo poco conocida. Advertimos que persisten los problemas sobre la
información, ya que en algunos casos clave ésta no existe, o si ha sido
recopilada no es de acceso público.
La información disponible indica
que los cambios sociales y ambientales se están acelerando, se observan
impactos mayores, tanto en intensidad como en cobertura geográfica. Esperamos,
además, nuevos cambios que hoy no son vislumbrados. Por lo tanto, el tiempo
disponible para las respuestas desde la sociedad civil y los gobiernos se
reduce, las opciones de adaptación son más estrechas. Concluimos en subrayar
que se impone un sentido de urgencia para enfrentar el ritmo de estos
problemas.
Entre los distintos procesos en
marcha, destacamos como ejemplos:
· La proliferación de grandes
proyectos de hidroeléctricas, los cuales degradan el ambiente y generan efectos
sociales negativos.
· El avance de la explotación de
hidrocarburos o la megaminería.
· La trama de carreteras y otras
conexiones físicas que se abren en el interior amazónico.
· Las serias problemáticas que
siguen aquejando a los pueblos indígenas, amenazando a muchos con su
desaparición.
· Un empobrecimiento silencioso
que persiste, o incluso avanza, en algunos sitios.
La continua extracción de
recursos naturales es responsable de muchos problemas ambientales, los que
tienen efectos evidentes no sólo dentro de la región amazónica, sino que
también repercuten a nivel continental y global. Reconocemos que existen
medidas ambientales y sociales en marcha en todos los países. Pero consideramos
que éstas, en buena medida, siguen siendo incompletas e insuficientes para
enfrentar los problemas sociales, económicos y ambientales actuales.
Esto explica que en muchos casos
estallen conflictos socioambientales. Varias de estas disputas son abordadas
desde la judicialización y criminalización de la protesta. Entendemos que los
cambios políticos en varios países de la región, han desembocado en un nuevo
protagonismo estatal y políticas sociales de asistencia económica, pero
simultáneamente se ha reforzado la intensidad en la apropiación de recursos
naturales para alimentar exportaciones. Paralelamente, en todos los países
amazónicos se observan distintos tipos de limitaciones en la gestión e
institucionalidad ambiental.
En muchos casos, la presencia
del Estado en la Amazonia es inexistente o acotada, sea por limitaciones
propias o por haber cedido su papel a otros actores. O si está presente, actúa
para acentuar la apropiación de los recursos naturales, sin lograr impedir los
efectos negativos.
La globalización de la Amazonia,
como proveedora de recursos naturales, explica que se apueste por un tipo de
vinculación física entre los países, tal como se expresa en la estrategia
IIRSA. Ese abordaje no siempre responde a los intereses locales, y en muchos
casos se convierte ésta misma en fuente de impactos. Paralelamente, sostener
ese estilo exportador, supone sobreexplotar otros recursos naturales,
especialmente los energéticos.
Este tipo de desarrollo responde
esencialmente a las dinámicas del comercio global, que también define el
ingreso de inversiones, tanto nacionales, regionales como globales.
Enfrentar los problemas
amazónicos de otra manera
Bajo estas condiciones, el Panel
sostiene que es necesario comenzar a discutir los límites ecológicos de la
apropiación de la Naturaleza amazónica y afirmamos que el desarrollo actual es
insustentable. No proponemos ambientes intocados o sin humanos, pero
consideramos que la región no puede abastecer el consumo de todos los mercados,
nacionales y globales, ya que ello llevaría a su destrucción.
Esta situación requiere
enfrentar los problemas amazónicos de una nueva manera. Es imprescindible
determinar los umbrales y extensión en la apropiación de los recursos
naturales, identificar sus destinos prioritarios, y el tipo de desarrollo a
seguir. Pero esto no puede ser hecho únicamente desde las ponderaciones económicas,
y se vuelve necesario atender nuevos marcos éticos frente a los ambientes
amazónicos, destacándose el reconocimiento de los derechos de la Naturaleza.
Ante los problemas más agudos,
hasta tanto no se cuenten con evaluaciones sociales y ambientales de mucho
mejor calidad, y estándares rigurosos, debe imponerse una moratoria sobre la
construcción de nuevas grandes represas hidroeléctricas. Entendemos que esta
misma perspectiva se debe aplicar en otros megaproyectos en minería e
hidrocarburos.
Fortalecer el Estado. Políticas
amazónicas efectivas requieren el fortalecimiento de políticas públicas que se
expresen no sólo en su presencia territorial, sino en un compromiso con la
salvaguarda de los derechos humanos, aplicando efectivamente mecanismos de
participación y de evaluación ambiental, mejorando la planificación, contar con
planes de ordenamiento territorial, etc.
Educación y academia. Acompañar
a las sociedad amazónicas en su preparación para enfrentar los desafíos de la
región en el siglo XXI de otra manera, incluyendo el fortalecimiento de la
investigación, en especial la vinculada a los problemas de mayor gravedad
social y ambiental, siguiendo perspectivas rigurosas e independientes.
La necesaria presencia de la
sociedad civil. No es posible abordar estrategias alternativas para la Amazonia
sin un activo concurso de la sociedad civil. Entre ellas destacamos el papel de
redes de organizaciones ciudadanas transnacionales en zonas de frontera.
Contamos con ejemplos de esas iniciativas, como el MAP (coordinación entre
Madre de Dios, Perú; Acre, Brasil y Pando, Bolivia), lo que demuestra que estas
alternativas son posibles.
Reformular la gobernanza
amazónica. Coincidimos que es indispensable contar con una gobernanza regional
amazónica. A nuestro juicio, los esquemas de gobernanza regional actuales a
nivel específico como es el caso de la OTCA, o a nivel regional, como pueden
ser la Comunidad Andina, MERCOSUR o UNASUR, no han sido efectivos para cumplir
ese rol.
Entendemos que es necesario construir
una gobernanza regional amazónica, para poder enfrentar realmente los problemas
de la región. Esta debe ser una gobernanza de nuevo tipo, que transite desde
coordinaciones entre los países hacia estrategias políticas comunes
supranacionales, en especial aquellas directamente vinculadas con recursos
naturales, energía y áreas fronterizas. Atendiendo que se cumple en 2012, el
décimo aniversario de la ratificación de la creación de la OTCA, entendemos que
se abre una oportunidad para avanzar en este proceso.
Finalmente, valoramos la
relevancia del Panel como un espacio independiente, para abordar la
problemática amazónica, desde miradas que se originan desde varios países y
disciplinas.
Lima, 8 de agosto de 2012.
* El Panel Internacional en
Ambiente y Energía de la Amazonia está integrado por científicos interesados en
el destino de la región, entre ellos Philip M. Fearnside, Foster Brown y Celio
Bermann (Brasil), Francisco José Ruiz (Colombia), César Gamboa y Martin Scurrah
(Perú), Jenny Gruenberger (Bolivia), Eduardo Gudynas y Gerardo Honty (Uruguay).
La Secretaría Técnica está a cargo de Derecho, Ambiente y Recursos Naturales
(DAR) y el Centro Latino Americano de Ecología Social (CLAES).
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Una región en riesgo
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