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Líneas Esequiba o De facto
Tomado de:
Estas
iniciativas tratan de disminuir el número de niños en situación de riesgo en
las calles.
E Lunes, 27
de Febrero de 2012 l Hogar Madre Emilia y la Casa Hogar Miguel Magone son dos
instituciones que, a pesar de las limitaciones no han desmayado en la misión de
propagar la esperanza en cientos de niños y jóvenes de la calle.
Rolando
Azocar Jr.
razocar@correodelcaroni.com
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Estas iniciativas
tratan de disminuir el número de niños en situación de riesgo en las calles.
A través de la cerca de alambre que separa la Casa Hogar
Miguel Magone de la calle, día a día se desborda el sonido de los niños y, por
segundos, en las adyacencias de la institución, entre locales de mecánica y
paradas de autobuses, se intuyen instantes de armonía.
Sensación que generó en Jesús Muñoz, años atrás, la impresión
de que al pisar este espacio estaba en su casa. Y decidió convertirse, luego de
ser beneficiario de la institución, en parte del proyecto que, como en él, ha
dibujado un mejor futuro a decenas de niños de las calles.
“La vida no es fácil, pero con esfuerzo y algo de apoyo se
puede conseguir mucho”, resalta Jesús con voz optimista y un brillo alentador
en la mirada, al referirse a su historia. Toda su vida ha sido un recorrido por
las calles y centros de asistencias para infantes.
“Antes de llegar a Miguel Magone, estuve hasta los 9 años en
una (casa hogar) en Villa Colombia y después me trasladaron a Ciudad Bolívar”,
recuerda el joven que ahora, con 19 años de edad, ayuda en la adaptación de los
nuevos beneficiarios.
“Ayudar aquí a los chamos es algo que me he propuesto porque
no es fácil, yo he estado también en su situación y sin este apoyo no sé qué hubiera
terminado siendo yo”.
Una larga lucha
La Casa Hogar Miguel Magone surge como una iniciativa,
adscrita a la Asociación Civil Red de Casas Don Bosco, para disminuir el número
de niños en situación de riesgo en las calles.
“Comenzamos con el abordaje de calle en el año 2000 y 2001.
Junto a este trabajo se ideó un proyecto de una casa para llevar a los niños
que estábamos tratando en las calles, pero la construcción de ésta se paralizó
y, en el 2003, decidimos alquilar una casa para iniciar con la otra etapa”,
rememora María Pereira, directora de la institución.
Aunque el inquilinato en esos espacios era temporal, debido a
que ya se habían destinado recursos para la edificación de la sede en los
terrenos ubicados en la avenida Rubén Darío, UD-145, frente a la UDO-San Félix,
la institución lleva 9 años en unas instalaciones que sólo dan cabida a la
manutención de 10 niños.
En este tiempo, la casa hogar ha tenido altas y bajas. Cinco
años después de iniciar el alquiler de las instalaciones, el proyecto estuvo en
aprietos: “Los dueños de la casa decidieron venderla y la casa nueva aún no
estaba lista. Tuvimos que realizar un radio maratón, rifas, fiestas bailables,
recolectas, para poder obtener el dinero y comprarla en el 2009”, indica la directora.
En la actualidad residen en las instalaciones 12 niños que
fueron integrándose de manera paulatina. Pasan por tres etapas: “primero
abordaje en calle, luego la casa se convierte en un patio abierto en donde el
niño viene y va y, por último, él mismo decide quedarse”, explica.
“Se formó solita”
“Se formó solita”
Aunque la institución no cuenta con ayuda gubernamental
formal, sus representantes están dispuestos a recibir niños de instancias como
las defensorías. Empero, el abanico de ayuda disminuye al no contar con instalaciones
adecuadas -pues la construcción de la sede aún está en promesa-, ni con
recursos suficientes.
Los benefactores, en la mayoría de los casos, son personas
como Jesús Muñoz que, en algún momento, resultaron auxiliados con la iniciativa
que, en Caroní, se desarrolla, principalmente, en dos instituciones: casa hogar
Miguel Magone y en Hogar Madre Emilia.
“Siempre lo he dicho: yo no formé esta casa hogar, ella se
formó solita”, asegura la hermana Luisa Vivas, fundadora y directora del Hogar
Madre Emilia, al recordar los inicios de la institución, en 1967, en una misión
en la boca del río Venamo, en la Guayana Esequiba.
Desde ese año, luego de haber pasado por diversos
territorios, la hermana Vivas fue ayudando a diversos niños, de hogares fracturados,
en su desarrollo. “Siempre hemos tenido como principal visión que ellos
estudien”, comenta.
Al igual que la Casa Hogar Miguel Magone, esta institución se
mantiene gracias a la ayuda de los ciudadanos que creen en la iniciativa y
destinan partes de sus ingresos a la ayuda de los infantes.
Hoy en día cuentan con 22 niños que mantienen la política
principal del albergue: estudiar. “Es la única manera de que se conviertan en
personas de bien y no estén en las calles”, asevera la fundadora de esta casa
hogar.
Y lo reafirma Jesús Muñoz que, dentro de un mes, se gradúa en
Fundación La Salle de técnico medio en Mecánica Industrial y contempla como
meta principal entrar en una universidad, ser licenciado y ayudar a su hermano
menor que, como él, reside en la Casa Hogar Miguel Magone.
Nota del editor del blog: Al
referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta
los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con
el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de
Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los
cuales el gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se
reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota
del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana .
“...por lo tanto, Venezuela
reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen
derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se
reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se
encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana,
a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta
su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa que señala el Espacio de Soberanía Marítima
Venezolana que se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto
Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968.
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