http://www.analitica.com/va/politica/opinion/5338316.asp
Tomado de:
Tomado de.
Simón Alberto Consalvi
Lunes, 24 de octubre de 2011
Venezuela persistió en la defensa de su integridad
territorial. Así comenzó una larga historia. Alejo Fortique y Lord Aberdeen
convinieron en un tratado que reconocía a Venezuela, en palabras de José Gil
Fortoul, "toda la costa comprendida entre la boca del Orinoco y la del
Moroco"
La Gran Bretaña jugó un papel paradójico en sus relaciones
con Venezuela desde los primeros momentos de la Independencia. Allá se radicó
Francisco de Miranda y fue el primer país al cual apeló la Venezuela naciente
en busca de apoyo. Sus prestamistas monopolizaron las relaciones con la joven
república. No obstante, sus presiones e incursiones sobre el territorio
venezolano fueron tan tempranas que ya en tiempos de la Gran Colombia, en 1822,
el ministro de Relaciones Exteriores, Pedro Gual, planteó el dilema que
dominaría todo el siglo XIX entre la primera potencia del mundo y Venezuela y
que se prolongaría todo el XX; aún en el XXI, los legados del antiguo
colonialismo atentan contra nuestra soberanía.
Pronto se cumplirán dos siglos desde el primer reclamo
formulado por la Gran Colombia. El canciller Pedro Gual instruyó al
representante en Londres, José Rafael Revenga, para que protestara ante el
gobierno de Su Majestad la ocupación del territorio venezolano en la margen
izquierda del río Esequibo.
Retengamos las palabras del ministro Gual: "Los colonos
de Demerara y Berbice tienen usurpada una gran porción de tierra que según los
últimos tratados entre España y Holanda nos pertenece, del lado del río
Esequibo. Es absolutamente indispensable que dichos colonos o se pongan bajo la
protección y obediencia de nuestras leyes o se retiren a sus antiguas
posiciones".
En 1834 Gran Bretaña envió al prusiano Robert Schomburgk para
que explorara la colonia guayanesa.
Pasó allá varios años.
En 1840 fijó unilateralmente y sin autorización inglesa (se
alegó) los límites, despojó a Venezuela de la mitad del territorio y el mapa
del explorador se convirtió en dogma del imperio.
Páez relata que, según informe de Fortique, Lord Aberdeen,
secretario de Relaciones Exteriores, le había asegurado que Schomburgk "no
estaba autorizado para ocupar ninguna parte del territorio de Venezuela";
sin embargo, fue a partir de entonces permanente referencia inglesa.
Venezuela persistió en la defensa de su integridad territorial.
Así comenzó una larga historia. Alejo Fortique y Lord Aberdeen convinieron en
un tratado que reconocía a Venezuela, en palabras de José Gil Fortoul,
"toda la costa comprendida entre la boca del Orinoco y la del
Moroco". La muerte inesperada del enviado venezolano en Londres paralizó
el proceso, a pesar de que urgía al Ejecutivo y al Congreso que se aprobara
aquel proyecto. Sucedió como con el tratado de Michelena y el golfo de
Venezuela. El tren sólo pasó una vez. Medio siglo después, vino el despojo del
Arbitraje de París en 1899.
En las grandes pérdidas territoriales la responsabilidad, en
no pocas ocasiones, ha sido obra de los propios venezolanos. Aquí se rechazaron
los tratados de Fortique-Aberdeen y de Michelena-Pombo.
Los desórdenes políticos, las guerras civiles, las
dictaduras, las inconsistencias, han sido claves que pocos se atreven a
descifrar. Pensemos por un momento qué sucedía en Venezuela mientras se reunía
en París el Tribunal Arbitral, integrado por dos jueces estadounidenses y dos
británicos, más un quinto, el ruso
Federico de Martens.
El tribunal se instaló el mes de junio de 1899. Oyó los
alegatos extensos y bien documentados del abogado de Venezuela, el ex
presidente de Estados Unidos Benjamín Harrison, y del otro abogado del equipo, Severo
Mallet-Prevost. Hablaron durante semanas, y lo hicieron al punto de que no
había otra alternativa dentro del Derecho internacional que sentenciar a favor
de Venezuela. No sucedió así. Se operó la denegación de justicia para favorecer
al imperio británico, según fue revelado por MalletPrevost en un Memorándum que
dio a conocer en 1949. No obstante, los abogados de Venezuela se sintieron
compensados porque los británicos aspiraban a que el tribunal les otorgara las
bocas del Orinoco.
Pero, volvamos a la pregunta dejada en suspenso: ¿Qué sucedía
entre tanto en Venezuela desde junio al 3 de octubre, cuando el tribunal dictó
sentencia? Repitamos que el tribunal comenzó sus deliberaciones en junio, pero
el 23 de mayo el general Cipriano Castro había invadido desde la frontera
colombiana e iniciado un avance hacia el centro, con resistencia cada vez menor
hasta la batalla final de Tocuyito, cerca de Valencia.
Abandonado por todos y traicionado por sus generales, la
noche del 19 de octubre el general Ignacio Andrade, presidente de la República,
hizo apresuradamente sus maletas, subió el cerro del Ávila y, al amanecer, tomó
un barco en La Guaira que lo llevó al destierro en una isla del Caribe. El 22
de octubre, Cipriano Castro tomó posesión de la jefatura del Estado. Puede
afirmarse sin temeridad que en aquellos meses en que los jueces de París
conspiraban contra los intereses de Venezuela en nuestro país no había
gobierno. Trágicamente coincidieron esos meses con una de nuestras guerras
civiles. Tengo la impresión de que ahora, a dos siglos del primer reclamo,
vivimos episodios de una guerra civil librada unilateralmente desde el poder.
Nota del editor del blog: Al
referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta
los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con
el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de
Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los
cuales el gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se
reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota
del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana .
“...por lo tanto, Venezuela
reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen
derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se
reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se
encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana,
a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta
su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa que señala el Espacio
de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto
Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968.
No hay comentarios:
Publicar un comentario