Tomado de:
http://www.lanacion.com.py/noticias_um-298551.htm
Graves efectos
El calentamiento global puede provocar la drástica extinción de los bosques amazónicos y una escasez de agua que afectaría a 77 millones de personas en América Latina y el Caribe para el 2020, según un informe del Banco Mundial presentado hoy en Lima.
Lima. AFP
El informe “Desarrollo Mundial 2010: Desarrollo y Cambio Climático” advierte que los ecosistemas más importantes están amenazados en las naciones latinoamericanas y caribeñas.
“El impacto más desastroso podría ser la extinción dramática del bosque amazónico y la transformación de grandes extensiones en sabana, con graves consecuencias para el clima de la región, y quizá de todo el mundo”, precisa el documento presentado en Lima por el colombiano Felipe Jaramillo, director regional del BM para Ecuador, Bolivia, Perú y Venezuela.
El informe prevé además “la desaparición de los glaciares tropicales de los Andes, lo que modificaría el calendario e intensidad del agua a disposición de varios países y provocaría estrés hídrico por falta de agua para al menos 77 millones de personas en el año 2020”.
Para el Banco Mundial ello representa además una amenaza para la energía hidroeléctrica, fuente de electricidad dominante en muchos países de Sudamérica.
“El calentamiento y la acidificación de los océanos darán lugar a la posible extinción progresiva de los arrecifes de coral en el Caribe, que cuentan con los criaderos de aproximadamente el 65% de todas las especies ictícolas de la cuenca”, señala el BM.
Esos corales, agrega, ofrecen protección natural frente a las mareas de tormenta y son un activo fundamental para el turismo.
El cambio climático también provocará daños en los humedales del Golfo de México que harán que esta costa sea “más vulnerable a los huracanes más intensos y más frecuentes”, indica el estudio.
El organismo multilateral precisa que a medida que se calienta el planeta, “cambian las pautas de las precipitaciones y se multiplican los episodios extremos, como sequías, inundaciones e incendios forestales” a la vez que sostiene que “los países en desarrollo soportarán la carga principal”.
El BM destaca que nadie está inmune a los efectos de las variaciones del clima, pero que los países en desarrollo son los más vulnerables. Según las estimaciones, soportarán aproximadamente entre el 75 y el 80% del costo de los daños provocados por este fenómeno.
Para los países de esta región, el cambio climático representa “la amenaza de multiplicar sus vulnerabilidades, erosionar los progresos conseguidos con tanto esfuerzo y perjudicar gravemente las perspectivas de desarrollo”.
Ante este fenómeno, el BM subrayó que el problema del cambio climático debe encararse con urgencia y que no puede resolverse si los países no cooperan a escala mundial para mejorar la eficiencia energética, desarrollar y desplegar tecnologías limpias, y ampliar los mecanismos que permitan absorber gases para proteger el medio ambiente.
La institución advierte que los países desarrollados deben liderar estos esfuerzos y reducir abruptamente sus propias emisiones en hasta un 80% para 2050, así como poner en el mercado nuevas tecnologías y ayudar a financiar la transición de los países en desarrollo hacia caminos de energía limpia.
http://www.lanacion.com.py/noticias_um-298551.htm
Graves efectos
El calentamiento global puede provocar la drástica extinción de los bosques amazónicos y una escasez de agua que afectaría a 77 millones de personas en América Latina y el Caribe para el 2020, según un informe del Banco Mundial presentado hoy en Lima.
Lima. AFP
El informe “Desarrollo Mundial 2010: Desarrollo y Cambio Climático” advierte que los ecosistemas más importantes están amenazados en las naciones latinoamericanas y caribeñas.
“El impacto más desastroso podría ser la extinción dramática del bosque amazónico y la transformación de grandes extensiones en sabana, con graves consecuencias para el clima de la región, y quizá de todo el mundo”, precisa el documento presentado en Lima por el colombiano Felipe Jaramillo, director regional del BM para Ecuador, Bolivia, Perú y Venezuela.
El informe prevé además “la desaparición de los glaciares tropicales de los Andes, lo que modificaría el calendario e intensidad del agua a disposición de varios países y provocaría estrés hídrico por falta de agua para al menos 77 millones de personas en el año 2020”.
Para el Banco Mundial ello representa además una amenaza para la energía hidroeléctrica, fuente de electricidad dominante en muchos países de Sudamérica.
“El calentamiento y la acidificación de los océanos darán lugar a la posible extinción progresiva de los arrecifes de coral en el Caribe, que cuentan con los criaderos de aproximadamente el 65% de todas las especies ictícolas de la cuenca”, señala el BM.
Esos corales, agrega, ofrecen protección natural frente a las mareas de tormenta y son un activo fundamental para el turismo.
El cambio climático también provocará daños en los humedales del Golfo de México que harán que esta costa sea “más vulnerable a los huracanes más intensos y más frecuentes”, indica el estudio.
El organismo multilateral precisa que a medida que se calienta el planeta, “cambian las pautas de las precipitaciones y se multiplican los episodios extremos, como sequías, inundaciones e incendios forestales” a la vez que sostiene que “los países en desarrollo soportarán la carga principal”.
El BM destaca que nadie está inmune a los efectos de las variaciones del clima, pero que los países en desarrollo son los más vulnerables. Según las estimaciones, soportarán aproximadamente entre el 75 y el 80% del costo de los daños provocados por este fenómeno.
Para los países de esta región, el cambio climático representa “la amenaza de multiplicar sus vulnerabilidades, erosionar los progresos conseguidos con tanto esfuerzo y perjudicar gravemente las perspectivas de desarrollo”.
Ante este fenómeno, el BM subrayó que el problema del cambio climático debe encararse con urgencia y que no puede resolverse si los países no cooperan a escala mundial para mejorar la eficiencia energética, desarrollar y desplegar tecnologías limpias, y ampliar los mecanismos que permitan absorber gases para proteger el medio ambiente.
La institución advierte que los países desarrollados deben liderar estos esfuerzos y reducir abruptamente sus propias emisiones en hasta un 80% para 2050, así como poner en el mercado nuevas tecnologías y ayudar a financiar la transición de los países en desarrollo hacia caminos de energía limpia.
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