Tomado de:
http://actualidad.terra.es/articulo/html/av22182822.htm
La demanda presentada hoy ante la Corte Internacional de la Haya por Perú contra Chile agrega un nuevo capítulo a la larga historia de problemas de límites entre países de América, que han derivado incluso en guerras.
En este caso, el desacuerdo tiene que ver con los límites marítimos y se deriva de la Guerra del Pacífico (1879-1883), que modificó las fronteras entre Perú y Chile y dejó a Bolivia sin salida al mar.
Las autoridades peruanas han recalcado que su intención es resolver las cosas de manera 'pacífica' y en un 'clima de serenidad' sin que la presentación ante La Haya afecte las relaciones comerciales y de cooperación entre ambos países. Chile hasta ahora no ha reaccionado.
Es un gesto que 'no significa hacer sonar tambores de guerra', dijo gráficamente el presidente del Congreso peruano, Luis Gonzales Posada.
La última guerra librada sobre suelo americano, a la que se dio el nombre del Cóndor, por llamarse así una cordillera que se alza en la zona en disputa, fue precisamente por un problema de límites y enfrentó a Ecuador y Perú en 1995.
El caso más conocido de disputas territoriales en América es, sin embargo, el de Bolivia, que reclama una salida al Pacífico por Chile, el país que le privó de sus territorios marítimos como vencedor de una guerra de finales del siglo XIX.
El litigio, que tiene a ambos países sin relaciones diplomáticas plenas desde 1978, ha sido incluido por primera vez en la agenda bilateral por los presidentes Michelle Bachelet, de Chile, y Evo Morales, de Bolivia.
Chile y Argentina estuvieron a punto de ir a la guerra en 1978 por la posesión de unas islas en el extremo sur del continente, pero lograron 'sanar' sus heridas con la ayuda del Papa Juan Pablo II, y hoy mantienen una fructífera cooperación, incluso en el ámbito de la defensa.
Los uruguayos no tienen problemas territoriales con sus vecinos argentinos, pero sí problemas de comunicación por tierra a causa de las protestas que llevan a cabo en los puentes internacionales los movimientos argentinos que se oponen a una planta de celulosa construida en la orilla 'oriental' del río Uruguay.
Una tensión similar viven Ecuador y Colombia. Los ecuatorianos se quejan de la presencia de la guerrilla colombiana en la zona fronteriza, de las fumigaciones con glifosato en las plantaciones de coca y de las incursiones aéreas y terrestres de militares colombianos en su país.
Así mismo, el muro que construye EE.UU. en la frontera con México para frenar la inmigración ilegal ha sido causa de discordia, sobre todo desde que el gobierno mexicano descubriera en junio pasado que parte de la valla estaba levantada en su territorio.
De la misma manera, la controvertida base naval que EE.UU. tiene en la bahía de Guantánamo enfrenta al gobierno estadounidense y al de Cuba por el arriendo que paga el primero, en virtud de una enmienda a la Constitución cubana de 1901, y que sólo puede terminarse por acuerdo mutuo o por el abandono del área.
En Centroamérica se destacan las diferencias entre Costa Rica y Nicaragua por los derechos sobre el río San Juan, que aunque es de soberanía nicaragüense permite la navegación de embarcaciones costarricenses con fines comerciales.
También está pendiente de solución la reclamación que Guatemala hace a Belice de unos 12.700 kilómetros cuadrados de los 22.993 que tiene el territorio beliceño, y la disputa entre El Salvador y Honduras por la posesión de la isla Conejo, ubicada en el Golfo de Fonseca, que nunca ha sido habitada por civiles.
Sin embargo, en el año 2007 otros dos viejos conflictos de límites que involucran a Nicaragua y Colombia, y a Nicaragua y Honduras, se dieron por concluidos al aceptar las partes sendas sentencias salomónicas de la Corte de La Haya.
En el primer caso, el Tribunal se declaró con jurisdicción para dirimir sobre la frontera marítima entre Colombia y Nicaragua en el mar Caribe, pero sin competencia sobre la soberanía de las islas San Andrés, Providencia y Santa Catalina, ejercida por el primer país y reclamada por el segundo.
En el segundo, la Corte no dio la razón totalmente a ninguna de las partes y fijó unos límites distintos de los que históricamente reclamaban cada una.
Un litigio de más de 50 años de antigüedad aún sin resolver es el que sostienen Colombia y Venezuela por la frontera marina y submarina en el Caribe, que en 1987, a causa de un incidente entre navíos de guerra de los dos países, por poco termina en combate.
Venezuela, además, mantiene un diferendo con Guayana por el territorio de Esequibo, de unos 159.500 kilómetros cuadrados, que se trata de resolver con los buenos oficios del secretario general de la ONU.
Los problemas territoriales de Paraguay con sus vecinos acabaron en dos guerras que aún se recuerdan por la sangría que causaron al país: la Guerra del Chaco (1932-1935) contra Bolivia, y la de la Triple Alianza (1864-1870) contra Argentina, Brasil y Uruguay.
En el mapa de conflictos fronterizos americanos, Brasil es una excepción. Tiene límites con Uruguay, Argentina, Paraguay, Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela, Guayana, Surinam y la Guayana francesa, pero a lo largo de sus casi 17.000 kilómetros de fronteras terrestres no hay ninguna pendencia.
Terra Actualidad - EFE
http://actualidad.terra.es/articulo/html/av22182822.htm
La demanda presentada hoy ante la Corte Internacional de la Haya por Perú contra Chile agrega un nuevo capítulo a la larga historia de problemas de límites entre países de América, que han derivado incluso en guerras.
En este caso, el desacuerdo tiene que ver con los límites marítimos y se deriva de la Guerra del Pacífico (1879-1883), que modificó las fronteras entre Perú y Chile y dejó a Bolivia sin salida al mar.
Las autoridades peruanas han recalcado que su intención es resolver las cosas de manera 'pacífica' y en un 'clima de serenidad' sin que la presentación ante La Haya afecte las relaciones comerciales y de cooperación entre ambos países. Chile hasta ahora no ha reaccionado.
Es un gesto que 'no significa hacer sonar tambores de guerra', dijo gráficamente el presidente del Congreso peruano, Luis Gonzales Posada.
La última guerra librada sobre suelo americano, a la que se dio el nombre del Cóndor, por llamarse así una cordillera que se alza en la zona en disputa, fue precisamente por un problema de límites y enfrentó a Ecuador y Perú en 1995.
El caso más conocido de disputas territoriales en América es, sin embargo, el de Bolivia, que reclama una salida al Pacífico por Chile, el país que le privó de sus territorios marítimos como vencedor de una guerra de finales del siglo XIX.
El litigio, que tiene a ambos países sin relaciones diplomáticas plenas desde 1978, ha sido incluido por primera vez en la agenda bilateral por los presidentes Michelle Bachelet, de Chile, y Evo Morales, de Bolivia.
Chile y Argentina estuvieron a punto de ir a la guerra en 1978 por la posesión de unas islas en el extremo sur del continente, pero lograron 'sanar' sus heridas con la ayuda del Papa Juan Pablo II, y hoy mantienen una fructífera cooperación, incluso en el ámbito de la defensa.
Los uruguayos no tienen problemas territoriales con sus vecinos argentinos, pero sí problemas de comunicación por tierra a causa de las protestas que llevan a cabo en los puentes internacionales los movimientos argentinos que se oponen a una planta de celulosa construida en la orilla 'oriental' del río Uruguay.
Una tensión similar viven Ecuador y Colombia. Los ecuatorianos se quejan de la presencia de la guerrilla colombiana en la zona fronteriza, de las fumigaciones con glifosato en las plantaciones de coca y de las incursiones aéreas y terrestres de militares colombianos en su país.
Así mismo, el muro que construye EE.UU. en la frontera con México para frenar la inmigración ilegal ha sido causa de discordia, sobre todo desde que el gobierno mexicano descubriera en junio pasado que parte de la valla estaba levantada en su territorio.
De la misma manera, la controvertida base naval que EE.UU. tiene en la bahía de Guantánamo enfrenta al gobierno estadounidense y al de Cuba por el arriendo que paga el primero, en virtud de una enmienda a la Constitución cubana de 1901, y que sólo puede terminarse por acuerdo mutuo o por el abandono del área.
En Centroamérica se destacan las diferencias entre Costa Rica y Nicaragua por los derechos sobre el río San Juan, que aunque es de soberanía nicaragüense permite la navegación de embarcaciones costarricenses con fines comerciales.
También está pendiente de solución la reclamación que Guatemala hace a Belice de unos 12.700 kilómetros cuadrados de los 22.993 que tiene el territorio beliceño, y la disputa entre El Salvador y Honduras por la posesión de la isla Conejo, ubicada en el Golfo de Fonseca, que nunca ha sido habitada por civiles.
Sin embargo, en el año 2007 otros dos viejos conflictos de límites que involucran a Nicaragua y Colombia, y a Nicaragua y Honduras, se dieron por concluidos al aceptar las partes sendas sentencias salomónicas de la Corte de La Haya.
En el primer caso, el Tribunal se declaró con jurisdicción para dirimir sobre la frontera marítima entre Colombia y Nicaragua en el mar Caribe, pero sin competencia sobre la soberanía de las islas San Andrés, Providencia y Santa Catalina, ejercida por el primer país y reclamada por el segundo.
En el segundo, la Corte no dio la razón totalmente a ninguna de las partes y fijó unos límites distintos de los que históricamente reclamaban cada una.
Un litigio de más de 50 años de antigüedad aún sin resolver es el que sostienen Colombia y Venezuela por la frontera marina y submarina en el Caribe, que en 1987, a causa de un incidente entre navíos de guerra de los dos países, por poco termina en combate.
Venezuela, además, mantiene un diferendo con Guayana por el territorio de Esequibo, de unos 159.500 kilómetros cuadrados, que se trata de resolver con los buenos oficios del secretario general de la ONU.
Los problemas territoriales de Paraguay con sus vecinos acabaron en dos guerras que aún se recuerdan por la sangría que causaron al país: la Guerra del Chaco (1932-1935) contra Bolivia, y la de la Triple Alianza (1864-1870) contra Argentina, Brasil y Uruguay.
En el mapa de conflictos fronterizos americanos, Brasil es una excepción. Tiene límites con Uruguay, Argentina, Paraguay, Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela, Guayana, Surinam y la Guayana francesa, pero a lo largo de sus casi 17.000 kilómetros de fronteras terrestres no hay ninguna pendencia.
Terra Actualidad - EFE
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