La iniciativa Los Reyes Náuticos lleva a la zona jornadas
médico-sociales a la zona desde hace 40 años
23 enero, 2017 6:14 pm ÚN 1166
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Elita Barroso Torres.- “Maraisa” (amigo, en lengua
Warao) es una palabra muy común en el Delta del Orinoco (Delta Amacuro), donde
su gente amable recibe a quienes los visitan con los brazos abiertos, en
especial si llegan dispuestos a brindarles una mano amiga.
La mayoría de los habitantes de la zona son de esa etnia,
pero también hay venezolanos conocidos como criollos y extranjeros que
provienen de Guyana o Trinidad y Tobago.
Las viviendas se elaboran con troncos de la palma de moriche,
conocida como “el árbol de la vida”. Foto: Néstor Luis Bermúdez.
En comunidades como Santa Catalina, Cangrejito, Jobure,
Manoa, Bella Vista, Sacoroco y Curiapo existen pocas escuelas, algunas muy
alejadas, por lo que los estudiantes viajan en curiaras para asistir a clases.
La mayoría de los poblados carecen de centros asistenciales y
tratamiento para casos de gripe, fiebre, diarrea, vómito y escabiosis (sarna).
“Aquí hay un módulo, pero sin médicos ni insumos. Si hay una
emergencia debemos buscar gasolina y una lancha para trasladarnos a Tucupita o
San Félix”, relató Damelis González, habitante de Santa Catalina.
Clemente Pildain, residente de Cangrejito, una de las
comunidades más alejadas, afirma que deben ir a Curiapo (a varias horas de
navegación), que cuenta con un hospital y un CDI. Agrega que otro problema que
aqueja a estas comunidades es el embarazo precoz.
Aunque está contaminado, los pobladores toman el agua que
necesitan del Orinoco. Foto: Néstor Luis Bermúdez.
La alimentación de los pobladores se basa en el cultivo de
ocumo chino y plátano. La proteína proviene del pescado de río y la cacería.
Agua potable no hay, por lo que muchos la toman del Orinoco,
que está contaminada con sus propias heces y orina.
Para adquirir comida, los deltanos hacen malabares y algunos
hasta recurren al contrabando. “Cada quien se defiende como puede. Se van a la
frontera con Guyana y cambian un tambor de gasolina por alimentos”, dijo
Pildain.
Pero el combustible se ha convertido en el oro del Delta y
hay quienes lo esconden en recipientes sumergidos en el río, bajo sus hogares.
Apoyo sin rollos. Hace 40 años, en Ciudad Guayana (estado
Bolívar), un grupo de hombres y mujeres que dedican parte de su vida a navegar
el río, decidieron brindar una mano amiga a las comunidades del Delta del
Orinoco.
Así nació Los Reyes Náuticos, iniciativa de Francisco
“Pancho” Salazar con la que buscan retribuir a las comunidades indígenas el
apoyo que les brindan durante su travesía por el río Orinoco.
El combustible se ha convertido en “el oro del Delta”,
algunos lo cambian por comida. Foto: Néstor Luis Bermúdez.
Los lancheros y rallystas guayaneses reúnen insumos médicos,
ropa, útiles escolares, juguetes y mucho más, para trasladarlos en sus
embarcaciones a la zona, donde efectúan jornadas sociales.
Luis Salazar, organizador y hermano del fundador del grupo,
afirmó que su labor está dirigida especialmente a la población infantil.
En enero de cada año, los deltanos esperan con ansias la
visita de las lanchas de Los Reyes Náuticos, que desde hace cinco años es
organizada por la Fundación Náutica de Acción Social Bolívar y la Asociación
Civil Nuestros Ríos Son Navegables (Nrsn).
Los galenos Rafael Díaz y Frank Artiles, presidente y
vicepresidente de la fundación; conforman un equipo de médicos, odontólogos y
enfermeras que asisten gratis a estas comunidades.
Las jornadas incluyen vacunación, corte de cabello, donativo
de ropa, útiles escolares y juguetes, además de piñatas y otras actividades
recreativas para los más pequeños.
La jornada incluyó la aplicación de dosis contra la difteria
y la fiebre amarilla. Foto: Néstor Luis Bermúdez
En la XL edición de Los Reyes Náuticos, efectuada entre el 12
y el 15 de enero, participaron 17 embarcaciones. Visitaron las comunidades de
Cangrejito, Jobure, Bella Vista, Manoa, Santa Catalina y Curiazo, donde dieron
atención médica a 950 personas y aplicaron 1.955 vacunas contra la difteria y
la fiebre amarilla.
La jornada contó con apoyo del módulo sanitario de Manoa, en
San Félix; el Instituto Nacional de Espacios Acuáticos (Inea), Lancheros de
Caroní, Cámara de Turismo del estado Bolívar, Cámara de Comercio de Caroní,
Fundación La Salle, Fundación Lala, equipos de rallystas y empresas de la
región.
Este año le dieron asistencia médica a 950 personas y
aplicaron 1.955 vacunas. Foto: Néstor Luis Bermúdez.
Los insumos provienen de donativos y recursos propios. “A
veces nos preguntamos cómo vamos a hacer estas jornadas, pero hay un Dios y sí
se puede. No nos consideramos héroes, pues nos gusta lo que hacemos y, además,
tenemos el apoyo de mucha gente”, señaló el galeno.
Agregó que continuarán con las actividades este año, porque
el cronograma contempla realizar al menos tres o cuatro más.
Waraos: gente del agua. La mayoría de los habitantes
del Delta del Orinoco son de la etnia Warao, uno de los pueblos más antiguos de
Venezuela. Estos viven a orillas del río Orinoco, en casas construidas sobre el
agua (palafitos) con los troncos de la palma de moriche, conocido como el
“árbol de la vida”. Según el último censo nacional, en la zona existen
unos 36 mil waraos. Su dialecto único es uno de los más estudiados del país,
aunque algunos han aprendido a comunicarse en español. Pese a convivir con los
criollos, los waraos mantienen sus tradiciones y forma de vida rudimentaria. En
el caso de las mujeres, su vestimenta es colorida, con collares que “las
protege contra enfermedades”. Pocos hombres utilizan el guayuco, pues ahora se
cubren con las ropas del criollo.
La fuente básica de alimentos son la cacería y la pesca en el
río. Foto: Néstor Luis Bermúdez.
Laberinto acuático. El Delta del Orinoco es una vasta
región triangular conformada por islas y caños. Este laberinto acuático es
atravesado por el río Orinoco, que desemboca en el océano Atlántico en un punto
ubicado cerca del sector Cangrejito. Desde allí se puede divisar el denominado
Kilómetro y es por donde ingresan y salen los buques de carga provenientes de
Europa, América del Norte y Asia. El Delta se caracteriza por su abundante
flora y fauna, lo que obliga a sus habitantes a convivir a diario con la
naturaleza. Asimismo, uno de sus mayores atractivos son sus atardeceres y
amaneceres de colores amarillo y rosa.
Se movilizan en curiaras hasta centros de salud y escuelas
alejados de la zona. Foto: Néstor Luis Bermúdez.
Coordenadas. Para contactar a los integrantes de los Reyes
Náuticos, puede hacerlo a través de las redes sociales:
* Nuestros Ríos Son Navegables: @nuestrosrios (Instagram y
Twitter)
* Fundación Náutica de Acción Social Bolívar:
@fundacionnauticabolivar (Instagram
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