Tomado de:
CIPRIANO HEREDIA17 DE JUNIO 2015 - 12:01 AM
Tras más de una década de negligencia deliberada que se
transformó claramente en una vil actitud entreguista de nuestro Esequibo a
Guyana, el gobierno de Venezuela súbitamente cambió su posición emitiendo el
decreto 1787, publicado en la Gaceta Oficial del 27 de mayo del presente
año, el cual determina las “Zonas de Defensa Integral Marítimas e Insulares”
(Zodimain), que incluyen una fachada atlántica que ratifica nuestra
indiscutible soberanía sobre las aguas que se desprenden del estado Delta
Amacuro, así como las que se desprenden de la Guayana Esequiba, y probablemente
más allá.
Esta reacción repentina del gobierno, que aparentemente deja
atrás los discursos y acciones cómplices de Chávez y Maduro (el primero declaró
públicamente en 2004 que no se oponía a que Guyana otorgara concesiones
unilateralmente, y el segundo hasta removió de su puesto al capitán de la
Armada que capturó a un barco invasor en nuestras aguas en 2013), puede ser
interpretada como un triunfo de quienes veníamos presionando desde la opinión
pública para que el gobierno se le plantara a Guyana e hiciera respetar el
Acuerdo de Ginebra. Por lo tanto, desde esa óptica, puede asumirse como un
aspecto a celebrar. No obstante, no olvidemos que este gobierno no da puntada
sin dedal y que su nacionalismo es una simple bandera que se toma con fuerza o
se tira a la basura a conveniencia.
En ese sentido, desde el momento en que salió el decreto
alertamos sobre dos aspectos que reiteramos ahora:
1) ¿qué motiva
realmente al gobierno a cambiar su actitud frente a Guyana en este preciso
momento?; y
2) ¿la línea del
decreto que se traza hacia el noreste es técnicamente sostenible o es una mera
provocación a terceros para generar un conflicto mayor?
Desde esta tribuna nos atrevemos a responder la primera
pregunta con razonamientos múltiples:
1) Efectivamente la
presión de la opinión pública sobre el gobierno era creciente y demoledora. Ya
era inexplicable por qué se armó semejante zaperoco frente al decreto Obama,
mientras que ante la agresiva actitud de Guyana no se hacía nada;
2) El descubrimiento de un significativo yacimiento petrolero
en la zona le hizo entender al gobierno que la gracia de la actitud permisiva
frente a Guyana, por razones políticas, podía resultar en una cara morisqueta
en términos económicos. En el Esequibo y sus aguas no solo hay petróleo, sino
también gas, oro y muchas otras riquezas; y
3) ante la tremenda crisis que vive el país, alborotar el
avispero del nacionalismo resulta útil para un gobierno que la inmensa mayoría
de la población identifica como responsable de sus males y que desea cambiar.
Maduro recuperó 10 puntos en el mes que duró el escándalo del decreto Obama.
¿Por qué no apelar nuevamente a un expediente de exacerbación patriótica?
Aunado a esto último, pero de cara a la segunda pregunta, nos
resulta obvio que quienes trazaron las coordenadas del decreto saben muy bien
que no solo abarcan las aguas territoriales del Esequibo (excelente), sino
también las de Guyana (aceptable si es como respuesta a su pretensión sobre el
Delta y como estrategia de negociación), pero incluso pareciera que pasan por
las de Surinam y llegaran hasta las de Guyana francesa (absolutamente
injustificable). Por ello, no podemos dejar de pensar que detrás de ello pueda
estarse buscando alborotar un avispero que genere un conflicto internacional de
mayor calibre. El fantasma de Galtieri en medio de su decadencia podría estar
desandando en Miraflores por estos días.
Mientras tanto, el gobierno pega con la derecha pero
inmediatamente apela a la zurda respecto al vecino. Prefiere enfocarse en
pelear con la Exxon Mobil que con el gobierno de Guyana, en una actitud acomodaticia
y tremendista. Es nuestro deber, por tanto, explicarle a nuestros ciudadanos y
al mundo que el diferendo con Guyana es una controversia entre Estados, y no un
conflicto entre Venezuela y una empresa privada. Así como también dejar claro
que la resolución del mismo debe darse en el marco del Acuerdo de Ginebra,
firmado válidamente por ambas partes en 1966, cuya vigencia está fuera de toda
discusión, aunque Guyana pretenda a veces desconocerlo. Defendamos pues el
Esequibo sin caer en jugadas encubiertas del gobierno que vienen envueltas en
un falso nacionalismo.
*Diputado al Consejo Legislativo de Miranda y directivo del
CPFC
@CiprianoHeredia
Twitt que comento:
2005 La
Guayana Esequiba – Zona en Reclamación. Instituto Geográfico Simón Bolívar Primera Edición
Nota del
editor del blog:
Al referenciarse a la República Cooperativa de
Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de territorios ubicados al
oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en
Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los cuales el Gobierno
Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservo sus derechos
sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo de 1966
al reconocerse al nuevo Estado de Guyana:
“...por lo tanto, Venezuela reconoce como
territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha del río
Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva expresamente
sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se encuentra en la
margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el territorio de la
Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva expresamente sus derechos
soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana, a través de la línea
del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta su desembocadura en el
Océano Atlántico...”
LA
GUAYANA ESEQUIBA
http://laguayanaesequiba.blogspot.com/2008/01/la-guayana-esequiba.html
Terminología sobre cómo referenciar la
Zona en Reclamación-Guayana Esequiba.
Mapa que señala el
Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto Presidencial No 1152 del 09
de Julio de 1968
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