http://www.eluniversal.com/opinion/130405/maduro-en-el-pais-de-las-maravillas
Ella, resultaba ser la primera persona guyanesa que conozco en mi vida y no tenía idea alguna de lo que yo estaba hablando. Cuando le expliqué que nosotros crecíamos aprendiendo que aproximadamente 3/4 de su país en realidad le pertenecía a Venezuela, su respuesta fue incrédula: sospechando tal vez uno de esos "chalequeos" por lo cual los venezolanos somos justamente famosos. No fue hasta que le mostré mi licencia de conducir –una de las viejas que incluyen al "territorio en reclamación" en su holograma– que decidió al menos darme el beneficio de la duda.
Al verlo: "oh, how weird" y cambió el tema con desmaña.
Ahora en retrospectiva creo que no he debido sentirme tan asombrado. La suposición que, los acontecimientos políticos y movimientos territoriales de los 1890s aun tendrían tanta importancia para el guyanés como la que tiene para nosotros, habiendo pasado ya más de siete generaciones, fue bastante arrogante de mi parte. Bastante infantil.
Espero que algún día la madurez y seriedad puedan regresar al diálogo político de esta nación. Como niño hubiera sido increíble vivir en un mundo con armas fantásticas, fantasmas presidenciales muy "panas" y animales mágicos hispanoparlantes. Desafortunadamente la vida no es una comiquita, y ya van muchos años desde que "dejé atrás las cosas de niño".
@Dlansberg
Tomado de:
DANIEL LANSBERG RODRÍGUEZ| EL UNIVERSAL
Viernes 5 de abril de 2013 12:00 AM
"Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como
niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de
niño". 1 Corintios 13:11
No hace mucho, en una fiesta navideña en la ciudad de Chicago, estuve conversado con una joven abogada quien resultó ser de Guyana. Queriendo ser chistoso pretendí corregirla: "es decir, del territorio en reclamación, ¿no?".
Nada. Incomprensión total.
No hace mucho, en una fiesta navideña en la ciudad de Chicago, estuve conversado con una joven abogada quien resultó ser de Guyana. Queriendo ser chistoso pretendí corregirla: "es decir, del territorio en reclamación, ¿no?".
Nada. Incomprensión total.
Ella, resultaba ser la primera persona guyanesa que conozco en mi vida y no tenía idea alguna de lo que yo estaba hablando. Cuando le expliqué que nosotros crecíamos aprendiendo que aproximadamente 3/4 de su país en realidad le pertenecía a Venezuela, su respuesta fue incrédula: sospechando tal vez uno de esos "chalequeos" por lo cual los venezolanos somos justamente famosos. No fue hasta que le mostré mi licencia de conducir –una de las viejas que incluyen al "territorio en reclamación" en su holograma– que decidió al menos darme el beneficio de la duda.
Al verlo: "oh, how weird" y cambió el tema con desmaña.
Ahora en retrospectiva creo que no he debido sentirme tan asombrado. La suposición que, los acontecimientos políticos y movimientos territoriales de los 1890s aun tendrían tanta importancia para el guyanés como la que tiene para nosotros, habiendo pasado ya más de siete generaciones, fue bastante arrogante de mi parte. Bastante infantil.
Es la misma especie de arrogancia cultural a la cual nos
hemos tenido que ir acostumbrando durante los últimos años. Como un niño
pequeño que al gustarle, por ejemplo, mucho los dinosaurios supone que el mundo
entero tiene que compartir su fascinación, y apabulla a todos sin cesar con la
rica e ilustre historia de su favorito tiranosaurio. En corto lo mismo que
hacemos en Venezuela con la Guayana Esequiba, o con Fidel, o con las anticuadas
paradigmas marxistas: cosas que la gran mayoría del mundo ya han superado y
dejado atrás.
El oficialismo lleva rato pintando un mundo fantasmagórico,
donde los tenebrosos chapulines del Imperio nos atacan con sus chicharras
cancerizadoras, y chipotes sísmicos. Que no nos recuerden ni en Guyana, no
significa que entre las potencias mundiales no seamos prioridad número uno en
la agenda del día. Según el gobierno, pareciera que el 90% de las
conversaciones que ocurren tanto en la Casa Blanca como en el Kremlin como en
la Ciudad Prohibida tienen que ver con lo que hacemos nosotros. Y el otro 10%
restante queda seguramente para que dichos presidentes se desahoguen con sus terapistas
respecto a sus complejos de inferioridad nuestra con nuestra incomparable
revolución.
Lo preocupante es que ahora la paranoia egocéntrica y
patológica, que ha caracterizado a este régimen desde hace años, se ha
fusionado con el delirio personal de un hombre, adulto, que cree que es capaz
de hablar con los pajaritos.
Cuidado compatriotas que esa fusión podría resultar ser un poderoso cóctel.
Cuidado compatriotas que esa fusión podría resultar ser un poderoso cóctel.
Espero que algún día la madurez y seriedad puedan regresar al diálogo político de esta nación. Como niño hubiera sido increíble vivir en un mundo con armas fantásticas, fantasmas presidenciales muy "panas" y animales mágicos hispanoparlantes. Desafortunadamente la vida no es una comiquita, y ya van muchos años desde que "dejé atrás las cosas de niño".
Los problemas con los cuales nos enfrentamos los venezolanos,
son problemas de gente grande: violencia, inseguridad y una profunda crisis
tanto económica como social. Superarlas también requerirá soluciones adultas.
Compañeros, ya es hora de madurar.
@Dlansberg
2005 La Guayana Esequiba – Zona en Reclamación. Instituto Geográfico
Simón Bolívar Primera Edición
Nota del editor del blog: Al
referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta
los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con
el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de
Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los
cuales el Gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se
reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota
del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana:
“...por lo tanto, Venezuela
reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen
derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se
reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se
encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de
Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento
hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa que
señala el Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar
Territorial mediante
el Decreto Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968
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