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Tomado de:
Leandro Area
Jueves, 29 de noviembre de 2012
Como se sabe, el gobierno de Nicaragua es petro-amigo del
venezolano, con el cual comparte además de ideología, intereses geoestratégicos
también en el Caribe. ¿Cuál será la posición de Venezuela si Colombia no acepta
el fallo?
Foto: Google
Las actuales conversaciones de paz en Colombia cuentan con el
apoyo, entre otros, del gobierno de Venezuela, encabezado por Hugo Chávez,
quien ha sido reelecto para ejercer la Presidencia entre 2013 y 2019.
El análisis no descarta la posibilidad de especular sobre el
hecho de que el candidato in pectore del gobierno colombiano en los comicios
presidenciales pasados, fuera Chávez. La permanencia de este actor en el poder
constituye tal vez factor determinante, en el corto y mediano plazo para el
éxito del proceso de paz en razón de los vínculos públicos y los non sanctos
que mantiene con la guerrilla colombiana y con el propio gobierno del vecino
país.
Algunos pensaron, querubines, que el recibimiento de Henrique
Capriles por parte de Santos durante la campaña electoral, era una muestra de
apoyo a esa candidatura y casi que un anuncio de victoria. Cohetes sonaron.
Nada más distante de la verdad. Jugada concertada, ¿con quién?, y elemental del
que quiere aparentar amplitud democrática pero que, por encima de esas minucias
éticas retardatarias, calcula zamarro y actúa rápido y pragmático frente a lo
que parecía podía ocurrir; y así ocurrió. En todo caso, “para curarnos en salud
y que no vayan a decir después”, bienvenido sea. Chávez, él tan iracundo de
costumbre, ni se dio por enterado. Fue un desplante. Obedientes, nadie en su
gobierno se alteró.
El otrora Vicepresidente Elías Jaua declaró que esta visita
formaba parte de la cultura democrática. ¡Caramba! Lo cierto es que Chávez
sigue en el poder y Santos lo considera un comodín para ser usado, entre otros
tejemanejes, en su aspiración a la reelección, que es el fantasma que hoy
recorre a América Latina,”ahora me toca a mí”, si es capaz de manejar con
inteligencia y suerte, la trama de la paz, entre otros asuntos.
Pero mire su merced que de pronto ha caído, como balde de
agua helada, el fallo “salomónico” de la Corte Internacional de Justicia de La
Haya, concediéndole a Nicaragua espacios sobre los cuales Colombia ejercía
histórica pero exagerada soberanía lo que mantiene al país, sobre todo a los
isleños, en una situación de incertidumbre, y no se diga de los nicaragüenses
que, al revés, andan brincando en una pata.
El foco de atención parece pues no ser sólo la paz.Como se
sabe, el gobierno de Nicaragua es petro-amigo del venezolano, con el cual
comparte además de ideología, intereses geoestratégicos también en el Caribe.
¿Cuál será la posición de Venezuela si Colombia no acepta el fallo? ¿Cuál la de
los Estados Unidos? ¿Y los cubanos? ¿Y los rusos? ¿Y los nicaragüenses? ¿Cuál
es la sensibilidad de la Fuerza Armada colombiana ante este nuevo escenario?
¿Cómo queda la popularidad del Presidente Santos? Panorama confuso. Apuestas
difíciles. Uribe se asoma. Chávez se oculta. Santos baraja cartas.
Lo cierto es que hay una nueva realidad de la que hay que
estar pendientes por lo que de ella nos pueda salpicar todavía más. Paz y
soberanía: mezcla explosiva.
leandro.area@gmail.com
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