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Tomado de:
Carlos Zapata .- Twitter: @Zapatacar.- Para casi nadie es un
secreto que desde hace un par de años se extrae de tierras venezolanas el
coltan, un mineral conductor especialmente usado en tecnología y materia prima
fundamental de los teléfonos móviles, las laptop y las tabletas.
El mineral es también conocido como “oro azul” aunque en el
mercado internacional ostenta un precio considerablemente mayor a su hermano
amarillo.
El gobierno de Venezuela conoce de estas reservas, tanto que
el mismo presidente Chávez se ha ufanado más de una vez sacando sus peculiares
cuentas acerca de cuántos dólares ingresarían a las arcas del país por este
concepto.
De lo que no se dice nada o poco se escribe es acerca de las muertes que su ilegal extracción generan en la selva amazónica venezolana.
De lo que no se dice nada o poco se escribe es acerca de las muertes que su ilegal extracción generan en la selva amazónica venezolana.
Mientras algunos hacen sus cálculos, la top model criolla y
mundialmente famosa Patricia Velásquez, tras recordar que es vocera de la
UNESCO para la Paz, una mujer indígena y presidente de la Fundación Wayuu Taya,
ya advirtió en días recientes acerca “de los peligros de la minería ilegal de
oro en la selva amazónica”.
“Extraer oro de la selva amazónica -afirma- es un proceso
destructivo que daña mucho el ecosistema de la selva y perjudica a las personas
que viven allí”.
Y sostiene que las “numerosas comunidades amazónicas están en
peligro a causa de los mineros ilegales, ganaderos y madereros que han fijado
su residencia allí”.
No es novedad la forma de obtención y la esclavización de niños en África, pero tampoco la desaparición de indígenas entre Brasil y Venezuela debido a la minería ilegal que ambos gobiernos tienen la obligación de impedir y controlar.
No es novedad la forma de obtención y la esclavización de niños en África, pero tampoco la desaparición de indígenas entre Brasil y Venezuela debido a la minería ilegal que ambos gobiernos tienen la obligación de impedir y controlar.
Si la masacre de los yanomami ocurrió o no, quizá no lo
sabremos, pues como dijo Patricia: “Los yanomami no hablan de sus muertos;
simplemente los queman y los toman”.
Pero es claro que no se trata de política, sino “de una
cuestión de derechos humanos”. Entonces, ¿necesitamos más muertos para detener
esto? (Carlos Zapata)
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