http://www.el-nacional.com/noticia/47516/24/los-indigenas-que-ayudan-al-ejercito-brasileno-en-la-selva.html
Tomado de:
02:29 pm 18-Ago de 2012|BBC
El ejército de Brasil recluta a indígenas en plena Amazonía,
La unidad se ha convertido eb un referente internacional en técnicas de combate
en entornos selváticos
Soldado Edgar Cardoso | BBC
Situado en la frontera de Brasil y Colombia, el Pelotón
Especial de Fronteras de San Joaquín es la base militar más remota de la
Amazonía brasileña. Una cerca y una pista de aterrizaje de 1.200 metros rara
vez utilizada separa las trincheras y las viviendas de los soldados de una
aldea de indígenas de la etnia Kuripaco.
Gran parte de los 100 soldados que trabajan en el pelotón es
de origen indígena. Son un ejemplo de una tendencia adoptada por el ejército de
Brasil: contratar a los indígenas para defender y patrullar la selva amazónica.
Los indígenas representan actualmente alrededor del 70% de
los 1.400 soldados de la 2ª Brigada de Infantería de la Selva, que agrupa a
siete puestos de avanzada en las fronteras con Colombia y Venezuela y un
complejo militar en la ciudad más grande en el extremo norte del Amazonas, São
Gabriel da Cachoeira, de 38.000 habitantes.
Los indígenas reclutados son parte de los cerca de 30.000 de
14 etnias diferentes que habitan en el norte de la región del alto río Negro.
San Joaquín, uno de estos puestos de avanzada, se encuentra a
326km de São Gabriel da Cachoeira y a 90km de la localidad colombiana de Mitú,
ambos lugares en medio de la selva.
Estas distancias son aún mayores si se tiene en cuenta que el
desplazamiento en la región se lleva a cabo principalmente por los ríos, porque
no hay carreteras y no se puede caminar largas distancias a través de la selva
espesa.
El viaje en barco dura un promedio de cuatro días. Se realiza
en pequeñas embarcaciones conocidas como 'voadeiras' (barcos voladores)
equipadas con motores de 40 CV y que necesitan ser cagadas a espalda en los
siete lugares donde el río forma las cascadas más grandes.
El pelotón se instaló en 1988 para defender el río Içana, que
nace en Colombia, desemboca en el Río Negro en Brasil y funciona como una
manera de conectar -aunque no se usa mucho- los ríos entre los dos países.
Se trata de un pequeño pueblo con algunas fortificaciones
militares y una clínica atendida por un médico, un farmacéutico y un dentista.
No hay teléfonos, solo comunicación a través de radio.
Dialectos
A pesar de la existencia de una pista de aterrizaje en la localidad, los vuelos de la Fuerza Aérea para suministrar alimentos y equipo no son frecuentes. A veces, pasa más de un mes sin aterrice algún vuelo.
A pesar de la existencia de una pista de aterrizaje en la localidad, los vuelos de la Fuerza Aérea para suministrar alimentos y equipo no son frecuentes. A veces, pasa más de un mes sin aterrice algún vuelo.
Esto significa que cuando el clima inestable de la región no
permite el aterrizaje de la aeronave, los militares que viven en la base se
quedan sin comida. Una solución es hacer el viaje de cuatro días por el río.
Pero lo más común es el uso de un sistema de intercambio de
combustible por alimentos con los cerca de 8.000 indígenas de los 46 pueblos
Kuripaco y Baniwa ubicados a lo largo del río Içana.
En el momento de las negociaciones, la presencia de los
indígenas es esencial.
'A veces la comunidad ayuda con el transporte de materiales.
A veces intercambian cosas con el pelotón, como pescado y harina (mandioca),
por la gasolina para el generador y los motores fuera de borda', explica el
soldado Edgar Alves Cardoso, de 24 años, militar de la etnia Pira-tapuya que
trabaja en el pelotón y vive con su esposa, una indígena Kuripaco del pueblo al
lado de la base.
Según él, a lo largo del alto río Negro, cada pueblo habla un
dialecto diferente, de acuerdo al origen étnico de sus habitantes. Sin embargo,
la mayía de las poblaciones en la ribera del río hablan 'Tukano', que actúa
como lengua común. Los soldados indígenas sirven como traductores y
negociadores para los oficiales del ejército.
Habilidades
Pero no solo la facilidad para manejar los dialectos hace a estos indígenas un valor agregado para el ejército.
Pero no solo la facilidad para manejar los dialectos hace a estos indígenas un valor agregado para el ejército.
'Al soldado de origen indígena se le facilita realizar tareas
relacionadas con la vida y el combate en el interior de la selva al estar
plenamente integrado a ese entorno', asegura el general Luiz Sérgio Goulart
Duarte, comandante de la 2ª Brigada de Infantería de la Selva.
'Ellos son grandes exploradores y guías, tienen bastante
experiencia en pilotear las embarcaciones, lo cual es esencial para navegar por
el alto río Negro donde hay muchos rápidos y bancos de arena', le dijo el
general a la BBC.
'Los indios conocen los lugares para pasar la lancha en las
cascadas. Saben dónde están las comunidades (indígenas), cuántas personas viven
allí, sus creencias. Tienen conocimiento de las plantas medicinales y pueden
dar soporte a cualquier tipo de lesión que ocurre en las misiones', agrega el
soldado Cardoso.
Las técnicas indígenas de supervivencia y combate en la selva
-heredadas las comunidades indígenas de la Amazonía y que van desde la búsqueda
de alimentos hasta las técnicas de campismo, la natación y la ubicación- no
sólo se utilizan en el día a día de las bases militares a lo largo de la
frontera. También fueron incorporadas por el ejército y hoy son enseñadas en
los cursos del CIGS (Centro de Instrucción de Guerra de la Selva).
La unidad, con sede en Manaos, forma a la élite militar del
ejército y se convirtió en un referente internacional en técnicas de combate en
entornos de selva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario