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Tomado de:
Juan Arias
Columnista de el diario español El Pais | 02-04-2012 | 23:59
Algo nuevo se está fraguando entre Brasil y los Estados
Unidos. Aunque pueda parecer una paradoja, son los Estados Unidos los que en
este momento tienen los ojos puestos en la sexta potencia económica mundial y
en un país estratégico en América latina.
Del 9 al 13 de este mes de abril, la Presidenta Dilma
Rousseff hará una visita oficial a los Estados Unidos para encontrarse con su
colega Obama y según los analistas políticos, es Washington, en este momento el
que tiene un interés especial en abrir unas relaciones nuevas, de mayor
envergadura entre ambos países y no sólo en el campo económico.
El tema ha sido discutido en un seminario en São Paulo donde
Myron Brillant de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos lo ha dicho
claramente. “Ha llegado la hora”, afirmó “de que los Estados Unidos y Brasil se
reconozcan mutuamente como socios estratégicos”.
El viaje de Dilma a Washington podrá significar una nueva era
en las relaciones entre ambos países.
La mandataria brasileña conoce muy bien el interés de Obama y
en general de los Estados Unidos en abrir un nuevo capítulo de estrecha
colaboración con Brasil.
Y no se va a tratar sólo de abrir barreras a los mercados entre ambos países. Son ya en este momento 11.000 artículos de intercambios comerciales entre Estados Unidos y Brasil.
Y no se va a tratar sólo de abrir barreras a los mercados entre ambos países. Son ya en este momento 11.000 artículos de intercambios comerciales entre Estados Unidos y Brasil.
La colaboración deberá ser mucho más importante y deberá
abarcar campos estratégicos como las nuevas energías, la innovación
tecnológica, el petróleo y la estrategia militar.
Ambos países son hoy líderes en los nuevos combustibles. Estados Unidos está interesado en el etanol y Brasil es también líder en este campo.
Ambos países son hoy líderes en los nuevos combustibles. Estados Unidos está interesado en el etanol y Brasil es también líder en este campo.
Pero hay más: Brasil con los grandes yacimientos petrolíferos
del Pre-sal, se convierten en un objeto de deseo de los Estados Unidos.
Hoy , Brasil es el segundo productor de petróleo de la región
latinoamericana después de Venezuela y a los Estados Unidos les es más fácil
adquirir el oro negro de Brasil que de Venezuela o del Medio Oriente. Y Dilma
lo sabe.
Como explica, la analista política de Folha de Sâo Paulo,
Eliane Cantanhêde, Brasil, la zona del Orinoco en Venezuela y el Golfo de
Guinea en África, forman un triángulo poderoso en la nueva geopolítica mundial.
Dilma y Obama
Dilma y Obama
Y Brasil no quiere sólo vender petróleo, sino invertir en
Brasil como polo de producción, distribución y referencia en ciencia y
tecnología en el sector. Y Estados Unidos puede dar una buena mano y
constituirse como socio importante en este cometido.
Y es que a los Estados Unidos les interesa esta nueva
estrategia con Brasil también por motivos de seguridad. El triángulo del que
hemos hablado, se ubica, como analiza Cantanhêda, “en un área patrullada por la
Marina norteamericana, el Atlántico sur y lejos del tenso y conflictivo Golfo
Pérsico. Y eso lo dice todo”.
Y hay aún más, Obama ya ha dejado indicar que los tres países
con los que desea estrechar unas relaciones especiales son Brasil, China e
India, lo que indica que las relaciones con Brasil pueden llegar a tener una
importancia a nivel mundial.
No hay que olvidar que Estados Unidos y Brasil son además los
dos mayores productores de comida del mundo y que se calcula que en los
próximos 30 años, la necesidad de alimentos se duplicará en el Planeta.
Para que ese horizonte de futuro pueda convertirse en
realidad, Dilma empezó a preparar el terreno desde el primer día de su
Presidencia cuando aceptó recoger en su nuevo gobierno a la mitad de los
ministros de su antecesor Lula, pero no al de Asuntos Exteriores, Celso Amorim,
que junto con Lula eran más bien reacios a un acuerdo estratégico con los
Estados Unidos.
Dilma cambió a Amorim, de la izquierda de su partido, el PT y
lo substituyó por Antonio Patriota, que había sido embajador de Brasil en los
Estados Unidos y cercano a Washington.
Y es él el que trajo a Obama a Brasil y el que está
preparando este viaje de Dilma a los Estados Unidos que podría de alguna forma
poner las bases para un acuerdo estratégico nuevo entre ambos países .
De ahí la expectativa política, económica y diplomática ante
dicho viaje oficial de la primera Presidenta mujer y exguerrillera a la Casa
Blanca.
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