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Tomado de:
A finales de los noventa, el gobierno brasileño designó esta
zona para familias pobres, sin tierras.
Enviado por: Mónica Parrilla (@MonicaParrill), Campaña de Agricultura
y Bosques de Greenpeace., 04/04/2012, 16:42 h | (66) veces leída
El Rainbow Warrior ha llegado a uno de sus destinos de su
travesía por la Amazonía. Ahora conocemos cuál era su objetivo: denunciar la
tala ilegal en un asentamiento rural a 140 kilómetros de la ciudad de Santárem,
en el Estado de Pará.
A finales de los noventa, el gobierno brasileño designó esta zona para familias pobres, sin tierras. Sin embargo, estas tierras han sufrido la invasión de las madereras que buscan explotar el bosque. Ha habido movimientos sociales, y el sindicato de Trabajadores Rurales ha denunciado públicamente estas invasiones pero la destrucción continúa.
A finales de los noventa, el gobierno brasileño designó esta zona para familias pobres, sin tierras. Sin embargo, estas tierras han sufrido la invasión de las madereras que buscan explotar el bosque. Ha habido movimientos sociales, y el sindicato de Trabajadores Rurales ha denunciado públicamente estas invasiones pero la destrucción continúa.
La reacción del Gobierno ante el desprecio tan absoluto hacía
esta zona es impactante. En lugar de de hacer cumplir la protección de
estas tierras y de las personas que viven en ellas, objetivo para el cual se
designaron, el Gobierno ha propuesto reducir la superficie de la zona de
52.000 hectáreas a 11.000 hectáreas. Esto no significa otra cosa que despejar
el camino para los madereros en lugar de proteger el bosque, el hogar de las
personas que lo habitan.
En una pila de madera ilegal marcada para su transporte, activistas
de Greenpeace han desplegado una pancarta en la que se lee “Delito”, para que
todo el mundo se entere de que la tala ilegal está a la orden del día en la
Amazonia. Los compañeros y compañeras vuelven al Rainbow Warriorr en el
puerto de Santarem y junto a nuestro buque insignia, otros barcos reciben
grandes camiones cargados de madera. ¿Será esa madera legal?
Lo cierto, es que no podemos asegurar que la madera que se
está cargando en el barco no proceda de tala ilegal. Y es que de acuerdo a
datos oficiales del gobierno no hay autorizaciones de tala en esa región. Según
informes de Imazon ( instituto de investigación cuya misión es promover el
desarrollo sostenible en la Amazonia) entre 2009 y 2010, el 65% de la
superficie forestal del estado de Pará fue explorado sin la autorización del
gobierno.
¿A dónde llega esta madera?
Las investigaciones demuestran que la madera exportada desde
Santárem se encuentra de viaje a los EE.UU., Dinamarca, Bélgica, Austria,
Francia y Japón.
En otras ocasiones podría llegar a España.
A menos que el Gobierno intervenga y regule las operaciones
de tala ilegal en esta área, no podemos asegurar que la madera que llega a
estos países sea a costa de la destrucción de la selva amazónica.
En 2007, Greenpeace exigió el fin a la explotación ilegal de
madera en terrenos públicos designados para la reforma agraria. La reacción del
gobierno local y federal frente a estos delitos es lenta e inadecuada.
Greenpeace pide una Ley de Deforestación Cero en Brasil.
Firma para salvar la Amazonía
Mónica Parrilla (@MonicaParrill), Campaña de Agricultura y
Bosques de Greenpeace.
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