http://www.abc.es/20111207/sociedad/abcp-brasil-aprueba-pone-riesgo-20111207.html
Tomado de:
El Senado brasileño dio luz verde a un nuevo código forestal
que permitirá crecer a la agricultura a costa de deforestar el pulmón del
planeta
El nuevo Código Forestal aprobado este martes en Brasil deja
vulnerables por lo menos 400 mil kilómetros cuadrados de Amazonia, un quinto de
ella. Sería como permitir que se dejase sin plantas un 80% del territorio de
España, o una Alemania más una Suiza enteras. Pero hay investigadores que
apuntan que el área en peligro es de 700.000 kilómetros, casi una España y
media deforestada.
De nada sirvieron las alertas de diversas organizaciones no
gubernamentales nacionales e internacionales, de ecologistas y de la comunidad
científica brasileña, frente al poder de la industria agropecuaria brasileña en
el Congreso. Brasil es el tercer productor mundial de productos agrícolas, y su
industria factura miles de millones de dólares con cultivos como soja, caña de
azúcar y pastos para el ganado.
Mientras los senadores debatían y se preparaban para votar,
activistas ecologistas aguardaban con pancartas en la entrada del Congreso, una
protesta más a las protagonizadas a lo largo de los últimos meses en las calles
y en las redes sociales contra la nueva ley. La única esperanza de los
ecologistas es que la presidenta Dilma Rousseff vete la ley cuando llegue a sus
manos, pero senadores como Katia Abreu, garantizan que Rousseff apoyará la
redacción final de la ley.
Ríos agonizantes
En un comunicado distribuido esta semana, la Confederación
Nacional de los Obispos de Brasil, manifestó su preocupación con el proyecto.
«La ley condena a regiones enteras del país a convivir con ríos agonizantes,
manantiales sepultados y especies en extinción», anuncian los obispos.
La aprobación coincide con el momento en que el país y el
mundo acaban de recibir una buena noticia, la deforestación amazónica registró
su menor índice desde 1988, año en que el Instituto de Pesquisas Especiales
(Inpe), comenzó a medir ese dato. La reducción de la deforestación es parte de
los compromisos asumidos internacionalmente por Brasil.
El nuevo código, sin embargo, va en contra de esa conquista.
La nueva ley, que substituye el código de 1965, disminuye las Áreas de
Protección Ambiental Permanente (APPs), como los bosques ribereños, las cimas
de las colinas y las áreas de reserva legal, situados en propiedades privadas
que no pueden ser deforestados. La ley flexibiliza instrumentos de protección
para regularizar las áreas de haciendas que están fuera de la ley, por el
código anterior. Y este es el punto que más discusiones ha generado. La nueva
norma otorgará una amplia amnistía para todos los hacendados que durante los
últimos diez años violaron las leyes y deforestaron zonas protegidas para
mantener su actividad agrícola y ganadera.
Ganan los terratenientes
La norma también reduce los espacios protegidos. El cálculo
para considerar zona de sensible protección cambiará en los márgenes de los
ríos. Actualmente esa franja de protección es de 30 metros a cada orilla y pasará
a solo 15 metros. La ley que estaba vigente hasta hoy, usaba esa medida solo
para las épocas en que el flujo de los ríos estaba en su plenitud, lo que
garantizaba franjas mayores de APPs en las orillas de los ríos.
El nuevo código forestal brasileño, un texto hilvanado
durante meses, está lleno de sutilezas de interpretación como ésta, construidas
bajo la presión del lobby de los grandes terratenientes. Si se define las APPs
a partir el lecho de las sequías y no de las inundaciones, todo lo que queda por
encima de esa altura puede utilizarse. Los humedales, bosques inundados,
manglares y pantanos, llegan a más de 1,5 millones de km cuadrados en la
Amazonía.
En una carta publicada en julio en la revista «Science», un
grupo de catedráticos brasileños denunció cómo la comunidad científica fue
«solemnemente ignorada» en la elaboración de la ley. Los investigadores
brasileños, advirtieron que la modificación del código puede llevar a un
aumento de emisiones de gas carbónico y a la extinción de por lo menos 100.000
especies. Para los científicos, sería completamente posible que Brasil
mantuviera su producción preservando su patrimonio biológico.
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