viernes, 7 de octubre de 2011

José Marcos Chachati Ata: Nuestros gobiernos han sido débiles frente a la política guyanesa

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Tomado de:

Caraqueño, 51 años de edad, licenciado en Ciencias Navales, doctor en Seguridad de la Nación y contralmirante (r). Hoy por hoy, se desempeña en tres áreas distintas: asesora proyectos, tiene en sociedad con un amigo un restaurante de comida libanesa y dicta clases de Seguridad, Defensa y Desarrollo de la Nación en distintas universidades conjuntamente con lo que es la Planificación Estratégica y la Gerencia Tecnológica.

Habla español, inglés, coreano y árabe. Y ha escrito cinco obras: Venezuela y sus fronteras marítimas: Caso Guayana Esequiba (1997), Desarrollo Estratégico de los Recursos Marítimos en Venezuela (1999), Opciones Geoestratégicas en el Contexto de la Geopolítica, Seguridad, Defensa y Desarrollo del Estado Venezolano para la Delimitación de los Espacios Acuáticos en el Océano Atlántico: Caso Territorio Esequibo (2002), Reivindicación integral del espacio geográfico venezolano en el marco del ALBA (Territorio Esequibo) (2007) y La Integridad Territorial en el espacio geográfico integral del Esequibo (2008). También es conferencista y tutor de trabajos de grado. Su nombre: José Marcos Chachati Ata


Lavinia González

–Por qué no nos habla de La Integridad Territorial en el espacio geográfico integral del Esequibo, su tesis de grado escrita en 2008. Qué abordó en ella.
–Mi tesis de grado consistió en realizar una investigación que abordó distintos elementos que, de alguna manera, son esenciales en la búsqueda de una solución que tenga base o forma, pero, sobre todo, consistencia para todas las actividades que está llevando a cabo el Estado venezolano con la finalidad de fortalecer sus intereses, en particular el resguardo de la soberanía del territorio venezolano.
Para el momento en el cual Venezuela es concebida como territorio correspondiente a la Capitanía General de Venezuela, su superficie era de aproximadamente un millón 800 mil km2. Esta es la Venezuela real nuestra, la Venezuela en la cual nacimos.

Sin embargo, hoy por hoy, sin haber disparado un solo tiro hemos perdido más de la mitad del territorio. Ahora bien, vamos al problema que está en discusión: la reclamación del Esequibo. Al respecto tenemos que tomar en consideración varios aspectos:
 1) Históricamente, está demostrado que el Libertador Simón Bolívar agregó al territorio venezolano la provincia de Guyana.
 2) La primera línea del trazado que realizó Gran Bretaña –la línea zombo-, se trazó 4 veces de manera distinta y cada vez que se trazaba, se le quitaba más territorio a la república. Así fue como Gran Bretaña aprovechó la coyuntura histórica de que Venezuela era un país con grandes deudas producto de la guerra de independencia y con un producto interno bruto sumamente bajo, que estaba iniciando un proceso de desarrollo; en otras palabras, no existían las bases que sustentaran un crecimiento.

Como imperio del continente europeo, Gran Bretaña fue uno de los cinco países que penetró en el continente americano desde 1492 –año que marcó el descubrimiento de América-, y se encontró con un desbalance tan profundo que Venezuela solicitó llevar a juicio la controversia territorial.
Punto 1: si Gran Bretaña estaba segura de que no tenía nada que temer porque ese territorio era suyo, por qué se negó rotundamente a ir a un juicio para una discusión.
Punto 2: Gran Bretaña generó una ventaja muy descarada frente al derecho internacional, al originarse la firma del Tratado de Washington para llevar adelante el famoso Laudo Arbitral de 1899, en el cual Londres formó parte de ese grupo de cinco principales que se avocó a tomar la decisión de cómo iba a quedar repartido el territorio.
 Por qué Venezuela no fue tomada en cuenta ni siquiera para ocupar un rol secundario dentro de ese grupo decisorio que actuó de manera unilateral. Estados Unidos surgía como una potencia en crecimiento a través de la Doctrina Monroy, “América para los americanos”; por cierto, una doctrina a la que le importaba muy poco o nada si Venezuela participaba en el proceso. Por qué, entonces, EEUU le negó a Venezuela ser representada y en caso de que fuera aceptada en ese tratado, no le iba a dar su apoyo.

Hoy nos damos cuenta de que no se trataba de un asunto político o de manejar una posición de gobierno, sino de una posición de Estado porque eran los intereses del Estado venezolano que en esos momentos se estaban jugando.

Asimismo, nos damos cuenta de que Estados Unidos no permitió la participación de Venezuela y que Gran Bretaña se negó a participar en el Laudo si Venezuela estaba presente. Aquí vemos la gran desventaja: por qué Gran Bretaña, Rusia y EEUU tuvieron sus representantes y Venezuela no, cuando el territorio en litigio era venezolano. Esas irregularidades se reafirman en mi tesis –que pronto publicaré en un libro-, y se demuestra el juego unilateral en el cual Venezuela fue cercenada descaradamente al quitarle en aquel entonces, 159.500 km2.

Es indiscutible que en el Laudo Arbitral de París de octubre de 1899, el tema del mar no fue tocado absolutamente para nada, que es el problema que en estos momentos se está discutiendo. Sólo aparece el espacio terrestre, de ahí que mi tesis de grado esté avocada a la recuperación del espacio integral; y espacio integral es tierra, agua, suelo marino y por supuesto, aire.                 

–¿Cree que Venezuela permaneció en un estado pasivo durante 50 años?

–Antes de morir, Severo Mallet-Prevost, uno de los abogados, escribió un memorándum que se dio a conocer ante la opinión pública, para que se conociera la verdad de lo ocurrido con ese laudo hace 50 años.

En ese escrito aparece el descaro negociado entre Gran Bretaña y Rusia, y la presión que se ejerció en los dos jueces norteamericanos con la finalidad de que el laudo fuese pronunciado directamente sobre Venezuela; de hecho, ellos tenían lo que es el área del Delta del Orinoco junto a Macuro, hasta allí llegaban los límites, incluso querían llegar hasta el Orinoco, lo que originó, a raíz de la flexibilización de Estados Unidos, que se corriera la línea un poco más hacia la derecha, hasta que quedó en donde está actualmente, en Punta Playa, que es el punto del cual parte el litigio que estamos afrontando, actualmente.

 A raíz de eso el Estado venezolano retomó el tema para hacer una reclamación y presentarla ante la opinión pública internacional con el objetivo de buscar una recuperación de sus intereses.

“Los venezolanos no somos sensibles al tema Guyana porque lo desconocemos”

–Por qué con respecto de Guyana sólo tenemos la reacción de la Cancillería y del Gobierno.

–Si analizamos la Historia, nos damos cuenta de que si hablamos de la frontera occidental entre Venezuela y Colombia –país con el cual tenemos problemas territoriales-, somos muy sensibles al tema. Me pregunto por qué no mostramos la misma sensibilidad ante el problema que tenemos con Guyana.

 La respuesta es muy sencilla: qué historia tenemos de Ciudad Bolívar hacia el Este –hacia el área de Guyana-, desde el proceso de independencia. Pues, ninguna. Allí no hay ni una batalla librada, ni una guerrita. El problema que tenemos allá no es sólo de extensión territorial, es también de fondo que se traduce en una problemática de integridad territorial. Como no tenemos un sentido de identidad, no entendemos el significado del sentido de exclusividad en ese espacio porque, sencillamente, no hemos aprendido a tener una compenetración como venezolanos que nos relacione, de una u otra manera, con ese espacio.

En ese sentido, todos tenemos nuestra cuota de responsabilidad. Cuántas veces hemos visto un programa de televisión o un artículo que se publica de manera continúa en un medio de comunicación impreso, sobre Guyana.

Cosa contraria ocurre con Colombia, que ha dado pie para que surjan organizaciones públicas y privadas. Desde que se originaron las distintas facetas de presiones por parte del Estado colombiano, hubo pronunciamientos contundentes producto también de las presiones de la población, del Estado venezolano.

Por qué con respecto de Guyana sólo tenemos la reacción de la Cancillería y del Gobierno. Porque la gran mayoría de los venezolanos desconocemos el problema que tenemos. Sabemos que ese territorio está ocupado por una población muy pequeña,  dispersa a lo largo de 159.500 km2; es una población que en el fondo no tiene una cifra tan representativa que realmente permita iniciar acciones continuas para tratar de generar un desarrollo y demostrar el sentido de pertenencia que tiene ese territorio para el Estado venezolano.

–Todos los gobiernos han venido trabajando en la reclamación sobre el Esequibo.

–Sí, eso es innegable. Pero aunque se han tomado distintas acciones, lo que se ha reflejado a lo largo de la Historia es que la mayoría de nuestros gobiernos han tenido una actitud un tanto débil frente a la política guyanesa.

 El poder estructural y el poder situacional han sido una gran ventaja para Venezuela con relación a Guyana, precisamente por la población más los recursos, más las tecnologías, más el campo financiero del cual dispone.

No obstante, Venezuela no ha logrado convencer a la opinión pública internacional de que ese territorio en discusión es suyo, que en tal sentido lo que aquí ha habido es un despojo descarado y la ocupación por parte de una población
–Los guyaneses- de un territorio que no les corresponde. 

–Qué tiene que hacer Venezuela para convencer a esa opinión pública internacional de que la razón le asiste.

–Primero, neutralizar la acción de Guyana frente al Caricom, del cual forma parte: en la sumatoria de todo el territorio correspondiente a todas las islas del Caribe –o sea, el Caricom-, conjuntamente con Guyana, Venezuela como país imperialista quiere arrebatarle 90% o más de todo el espacio correspondiente a lo que es el Caricom –islas con una superficie territorial muy pequeñas-.

Frente a esa declaración, nos conseguimos que Guyana es el país víctima y Venezuela el país agresor. Paralelamente, ha manifestado que el territorio que posee del margen derecho del Esequibo –que equivale aproximadamente a 50 mil km2-, necesita un espacio que considera vital para tener capacidad y así alojar a toda su población y aprovechar los recursos allí existentes. ¿Cuál es la realidad? De esos 50 mil km2 que se encuentran en el margen derecho del río Esequibo –que es realmente el espacio de la República Cooperativa de Guyana-, apenas 10 mil km2 son los que tiene ocupados con sus habitantes; aún le quedan 40 mil km2, es decir, 80% de su territorio, inhabitado hasta el sol de hoy.

Me pregunto de cuál “espacio vital” está hablando, a qué población se está refiriendo porque las estadísticas demuestran una realidad: Guyana tiene, en estos momentos, 900 mil habitantes y de acuerdo con los estudios realizados, en 10 años el número de habitantes no va a aumentar, sino disminuir a 800,  porque no tiene capacidad ni tecnologías de desarrollo, tampoco el soporte del poder estructural situacional que le permita crecer. Entonces, esa óptica que está enfocando Guyana no tiene sentido.

También Guyana habla de ser un Estado pequeño en comparación con otros Estados, que no tiene asidero porque, ¿acaso el tamaño de un Estado incide en demostrar si un país puede ser desarrollado o no? Si a ver vamos, Corea del Sur (su superficie territorial equivale al estado Bolívar y alberga a más de 40 millones), Israel (21 mil km2 con 5 millones de habitantes), Suiza (41.293 km2 y 7 millones de habitantes) y Bélgica (30.500 km2 y 10 millones de habitantes), demuestran con su capacidad, organización y desarrollo sostenido, que la extensión territorial no juega un factor fundamental en la territorialidad e integridad territorial como lo ha querido señalar Guyana, al intentar tergiversar la imagen de Venezuela y sus legítimas pretensiones ante la comunidad internacional.

–Evidentemente, las manos peludas o las intenciones peludas de otros países están metidas en esa solicitud de Guyana a la ONU para la extensión de lo que considera su plataforma continental.

–No olvidemos que fue Gran Bretaña el país iniciador de este proceso, el que presionó con el bendito Tratado de Washington y el que conllevó al Laudo Arbitral de París, pero recordemos que Rusia también tuvo su participación. Con el transcurrir de los años, otros países han tratado de penetrar al Esequibo para tratar de explotar sus recursos naturales.

–En su tesis de grado, qué propone. 

–La creación del vigésimo cuarto estado venezolano, el estado Esequibo y su capital debería llamarse Ferriar.

–¿Por qué Ferriar?

–Porque el 24 de junio, durante la Batalla de Carabobo, cuando estuvo la legión británica y cuando los españoles tenían bloqueado el paso a los venezolanos y el único paso obligado era tan estrecho que representaba un alto riesgo para llevar a cabo la batalla en contra de los patriotas, fue el general Ferriar el que salió adelante y con su gente se llenó de gloria al neutralizar la flota del ejército realista y permitir el paso a los venezolanos para poder alcanzar la independencia definitiva.           

–Sadio Gravini, ex embajador en Guyana, invitó al Presidente discutir con las Fuerza Armada y en especial con la Armada, una política hacia Guyana que de no ratificarse, podría tipificarse como de traición a la patria.

–Todos los libros que hemos leído y todas las tesis que se han manejado manifiestan que la máxima aspiración de los venezolanos es la recuperación del Esequibo; yo digo lo contrario, que debe ser la mínima aspiración nuestra.

 En principio, cuando hablamos de 159.500 km2 pareciera que nos referimos a 2 escenarios distintos. Y le pongo este ejemplo: cuando usted coloca los pies en la arena del espacio terrestre para luego entrar al mar, qué diferencia existe entre ambos suelos, pues ninguna porque es el mismo suelo, la continuación del territorio.

Por eso es que en el derecho internacional la plataforma continental, además del mar territorial, es el único elemento sobre el cual se ejerce la soberanía de un Estado.

En esta ocasión tenemos la enorme ventaja de que el Orinoco y el Esequibo, a través de los sedimentos que han venido generando a lo largo de los tiempos, han producido un promedio de un millón de metros cúbicos de salida hacia el mar; la acumulación de esos sedimentos ha acrecentado de una manera bastante amplia la plataforma continental.

De hecho, la plataforma continental en promedio en las zonas de las Guayanas, del Delta hasta la Guayana Francesa, tiene un promedio de 350 millas náuticas y cada milla náutica son 1.852 metros. Si hacemos el cálculo de la proyección del estado del Delta conjuntamente con lo que es el Esequibo hasta ahora, sólo en esa área estamos hablando de un incremento que sumado al territorio terrestre del Esequibo como tal, nos da casi 366 mil km2.

–Por lo que explica, entendemos que la reclamación por parte de Venezuela es errónea.

–Efectivamente, es equivocada. Si ejercemos la soberanía sobre la plataforma continental, igual que lo ejercemos en el territorio terrestre, no podemos hablar de 159.500 km2, sino de 366 mil km2. Si trasladamos estos 366 mil km2, estamos hablando de la sumatoria de los estados Bolívar, Delta Amacuro, Sucre, Monagas, Anzoátegui, Nueva Esparta, Distrito Capital, Vargas y las Dependencias Federales.

La suma de estos estados da un aproximado de 40,01% del territorio terrestre actual venezolano. Eso significa que estamos haciendo una reclamación del 40,01% de nuestras tierras que está en manos de la República Cooperativa de Guyana. Aun cuando hay un acuerdo firmado en 1966, el Acuerdo de Ginebra, donde Venezuela ha sido respetuosa y ha actuado de muy buena fe, dando muestras de manera permanente en tratar de buscar una solución no sólo con Guyana de forma bilateral, sino que lo ha hecho ante la opinión pública internacional, vemos que la respuesta de la República Cooperativa de Guyana no ha sido recíproca.

–Los internacionalistas hablan de “golpe bajo”.           

–Si lo vemos desde el punto de vista legal, aun cuando Guyana ha hecho lo que hizo, su reclamación no tiene validez. En su aparte 2, el artículo 5 del Acuerdo de Ginebra dice: Cualquier acción que lleve cualquiera de los dos países de manera unilateral sin haber sido aprobada por el otro durante el proceso en el cual se encuentre en litigio, mientras no se llegue a un acuerdo carece de todo tipo de validez.               

“La reciprocidad ha sido desbalanceada a favor de Guyana y en contra del Estado venezolano”

–Hoy (lunes) se cumplen 112 años del Laudo Arbitral de París, favorable a Gran Bretaña en el contencioso fronterizo por el Esequibo con Venezuela, que nunca lo reconoció. Hoy, más que nunca. La disputa sigue viva luego que Guyana anunciara, a comienzos de septiembre, su decisión de solicitar a la ONU extender su plataforma continental, “lo que podría lesionar los intereses venezolanos en la zona”, según los analistas.

–Las delimitaciones existentes en el área de las Guyanas son dos y ambas fueron realizadas en esa región. Una la hizo Venezuela con Trinidad & Tobago y la otra la efectuó Brasil con la Guayana Francesa. Si ve las líneas en esas zonas, se dará cuenta de que tienen una proyección si se quiere un tanto diagonal, pero van en paralelo. Entonces se supone que las costas de la Guayana Francesa, de Suriname, de Guyana, del Esequibo y de Venezuela deberían ir todas en esa dirección de manera de poder garantizar una libre salida de todos los países. Ah, pero la República Cooperativa de Guyana quiere actuar de manera unilateral y en lugar de llevar la línea paralela, decidió que fuera en sentido contrario; así, además de pretender cortar la línea que delimita a Venezuela en los espacios acuáticos, da a entender que desconoce ese tratado de delimitación entre ambos países. Como si fuese poco, y en pocas palabras, Guyana le está diciendo a Venezuela que “para poder salir hacia el Atlántico, tienes que pedirme permiso porque esas aguas son mías”. Eso lo está demostrando con las delimitaciones existentes entre Brasil y la Guayana Francesa y Venezuela con Trinidad & Tobago.

–La reunión que mantuvo el viernes 30 de septiembre, el canciller Nicolás Maduro con su par de Guyana, Carolyn Rodrigues, Venezuela le recordó a Georgetown el “legítimo derecho de soberanía y jurisdicción del país en la fachada Atlántica, motivo de disputa por la pretensión de Guyana de extender su plataforma continental. ¿Cree que ese encuentro fue más efectista que efectivo?

–Es indiscutible que la reunión tuvo un efecto en el sentido de que la prioridad de Venezuela es buscar el acercamiento. El segundo paso –y en esto coincido con el canciller Maduro-, es el proceso de la integración que Venezuela, de una manera escalonada, sistemática, ha venido llevando en el tiempo y lo ha incrementado un poco más en los últimos 12 años, acción que me parece totalmente acertada. No obstante, sigo considerando que ese proceso de integración pudo haber sido mucho más intenso, muchísimo más consecuente y debería tener una participación más amplia, no limitada solamente a una acción de gobierno, sino de manera conjunta entre todos los venezolanos. Debemos proyectar nuestras acciones directamente en el Esequibo, pero con resultados concretos, inclusive llevarlas a la mismísima Guyana, no sólo con políticas.

–Cuando dice “mucho más intenso”, a qué se refiere.  

–A que el Estado venezolano se haga sentir en el Esequibo y también en la misma Guyana.

–¿Hacerse sentir con presencia militar, por ejemplo?

–No, la presencia militar se hace mediante un convenio entre las partes para brindar apoyo. Fíjese, Guyana ha hecho detenciones a embarcaciones pesqueras venezolanas, históricamente lo ha hecho, y eso es un atentado contra el derecho internacional, que establece que existen unas condiciones de las autoridades –como buques de guerra en este caso-, para poder realizar las detenciones de las embarcaciones en el mar; esas autoridades son representantes del gobierno para poder llevar a cabo sus acciones proyectadas dentro de los espacios acuáticos. ¿Dónde está el veto, la sanción por parte de los organismos internacionales cuando Guyana ha permitido que embarcaciones civiles, sin identificación y con personal no uniformado detienen embarcaciones pesqueras nuestras?  Nunca he visto un pronunciamiento, sino notas de protesta que quedan ahí.
–¿Por qué la presencia de la Armada venezolana dentro de esos espacios ha sido limitada?

–Llevar a cabo operaciones de esa naturaleza para tener más unidades flotantes que permitan mayor tiempo de presencia, conlleva a un costo.

–Venezuela ha invertido mucho dinero en la compra de armamento…

–Si hace los cálculos necesarios para todos los espacios que tenemos en el mar Caribe hasta nuestra zona económica exclusiva y en la fachada Atlántica, nuestras unidades siguen siendo insuficientes. Tenemos que sentarnos para sincerarnos y luego plantear nuestras prioridades. No podemos negar que los gobiernos han hecho un esfuerzo para incrementar las unidades, pero éstas continúan siendo insuficientes porque hay áreas mucho más importantes, como: salud y educación, además de otros problemas de fondo que hay que atender y atacar.

 ¿Que lo están haciendo bien o mal? Esa pregunta deben contestarla los funcionarios del Gobierno. Pero hablando de educación y de las distintas misiones creadas por el Estado, por qué no se crea la Misión Ferriar y aprovechando que Ferriar es el estado número 24 se efectúa con todos los esequibanos y se lleva, inclusive, al pueblo guyanés.

 Hemos traído chinos, rusos, iraníes, cubanos, ¿por qué no traemos a los guyaneses, los incorporamos al trabajo y los ayudamos en las áreas de educación y salud? Si la analizamos fríamente, en relación con el espacio que poseen y a lo que nosotros estamos buscando a través del proceso de integración, y el hecho de que ellos logren virar sus ojos a Latinoamérica, la relación de costo beneficio es incalculable en beneficio del Estado venezolano.

Mi pregunta es por qué nos detuvimos en el tiempo, por qué hemos esperado tanto para avanzar. Que hemos empezado es cierto, no podemos olvidar la acción tomada por el Estado para generar un foco de desarrollo en la plataforma deltana y que aun cuando fue excelente, tuvo que ser mucho más pronunciada; en mi opinión esa plataforma debió estar mucho más cerrada a lo que es el límite actual que tiene Venezuela con lo que corresponde al área del Esequibo no a manera de provocación, sino como una forma de reafirmación de nuestros derechos.

Así como hemos permitido que Guyana pueda autorizar la explotación racional de algunos de los recursos existentes en el Esequibo, por qué Venezuela no puede hacer también una explotación dentro de los espacios acuáticos que, todos sabemos, son nuestros. Si hablamos de cooperación, pues ésta conlleva a la reciprocidad, obligatoriamente.

–Pero de esa “reciprocidad” parece reírse Guyana.

–A eso voy, de cuál reciprocidad estamos hablando si ésta ha sido desbalanceada a favor de Guyana y en contra del Estado venezolano, que es el que tiene todos los recursos. ¿La respuesta que recibimos se corresponde con lo que damos? La respuesta la puede dar cualquiera de nosotros que esté pendiente de cómo se está manejando la política exterior.

–¿Tan paupérrimos estamos en política exterior?

–Las intenciones y las acciones me parecen excelentes, pero siento que son insuficientes. No digo que haya una desviación, sino un incremento, que es diferente.

“Venezuela necesita tener el espacio completo
para poder realizar la delimitación”

–Se criticó que en la declaración conjunta emanada de la cita en Puerto España, quedó al margen el centenario reclamo de Caracas sobre el territorio del Esequibo.

–El problema se presenta por la intención de Guyana de tratar realizar una delimitación de sus aguas, de sus espacios acuáticos y de su plataforma continental, que es totalmente errónea a los intereses que se manejan de forma paralela en todas las áreas de las Guayanas. Pero, además, esa intención de Guyana no es nada nueva, desde 1977 ha tratado de salirse con la suya, mi primera tesis lo refleja. Guyana no formó parte de la Convención del Mar, ni siquiera firmó la que salió en 1982, aunque en 1986 creó la Ley de Frontera Marítima y trazó la línea unilateralmente.

Cuando Venezuela le reclamó sobre ese trazado que lesionaba los intereses del Estado venezolano, recuerdo la respuesta del Gobierno de Guyana: “Es que nosotros no le estamos cortando a Venezuela el paso hacia el Atlántico, ellos pueden gozar del paso inocente”. Y el ‘paso inocente’ en derecho internacional es que sin penetrar el mar territorial, no necesito pedirle permiso al Gobierno para poder atravesar sus aguas, pero el hecho de que lo haga significa que estoy reconociendo que esas aguas son de ellos (de los guyaneses).

 Esa fue una manipulación descarada de Guyana que, una vez más, demuestra que en el fondo jamás ha tenido el deseo serio de negociar. Pero ahora se suma un nuevo problema, bien delicado por cierto. Barbados ha actuado de la misma manera, quiere delimitar sus aguas que penetran no sólo dentro de los intereses del Estado venezolano, sino  también dentro de los intereses de Trinidad & Tobago y Guyana. En estos momentos existe la interacción entre cuatro Estados para tratar de delimitar esa zona. Eso no se ha mencionado.

–¿Por qué Venezuela no ha trazado esa línea?

–Porque a final de cuentas, Venezuela necesita tener el espacio completo para poder realizar la delimitación. Y en este momento, el espacio completo debe ser desde el Esequibo a la izquierda y desde el Esequibo a la derecha debería ser de la República Cooperativa de Guyana.

 Sin embargo, lo que presento en mi tesis es que esa línea deber ser la mínima aspiración. Repito, en mi opinión muy personal y tomando en consideración las condiciones geopolíticas, geoestratégicas y geoeconómicas, la máxima aspiración es que Guyana, en su proyección a futuro, no tenga que estar poniendo sus ojos en otros países porque Venezuela va a ser su vecina eterna; por otra parte, Guyana por sí sola no tiene capacidad de desarrollo ni de sostenimiento, así las cosas, por qué no emular a otras naciones y buscar la incorporación a través de procesos de integración con el Estado venezolano.  

–Dijo que el proceso de integración que Venezuela estaba bien encaminado, pero que aún es débil.  

–Lo manifesté porque considero que la política integracionista del Estado venezolano debe ser fortalecida para que sea más sustanciosa, más contundente y más continua, y debe tener un resultado específico para cada una de las metas establecidas. Hasta el momento, esas políticas como tal no las he percibido.

–En Consejo de ministros, el Presidente criticó a algunos sectores “que andan desesperados buscando cualquier tema para levantar vuelo. Trataron de inventar un conflicto en donde no lo hay”. Y señaló que “hemos continuado en un marco distinto de relaciones de cooperación, respetando los convenios internacionales que firmaron gobiernos anteriores, como el Protocolo de Puerto España, en 1970”.

–El Protocolo de Puerto España se firmó, pero eso duró 12 años, ya culminó, y Venezuela reanudó sus actividades, fue así como surgieron las actividades que estaban contempladas o previstas en el Acuerdo de Ginebra y se están manejando a través de la figura del ‘buen oficiante’.

–El tema del Esequibo ha generado cualquier cantidad de opiniones en la esfera política nacional. Pero esos voceros del oficialismo y de la oposición confunden con sus discursos…

–Quien no sabe es como quien no ve, entonces, en vez de estudiar e investigar, prefiere escuchar lo que dicen los demás para luego emitir una opinión confusa, sin basamento ni criterio.  

–¿Está aprovechando la oposición para hacer alharaca, irresponsablemente?

–Si le pregunta a varios militantes políticos de ambos lados, así como yo lo hice, se va a dar cuenta de que más de la mitad de los preguntados no tiene idea de lo que habla o declara porque desconoce el tema. Constatar esa realidad fue una sorpresa para mí, por eso digo que en el fondo el problema no es de extensión territorial –el territorio es el objetivo final-, sino de integridad territorial.

–¿Considera necesario que los medios de comunicación dediquen espacio al Esequibo, como una materia informativa pendiente?        

–Deberían hacerlo. Por ejemplo, por qué en el Esequibo –sus habitantes deben estar cedulados venezolanos- no celebran nuestras fiestas patrias; por qué no se les informa, vía antenas, sobre el acontecer nacional e involucrarlos en nuestras propias actividades; por qué no fortalecer el desarrollo de la frontera oriental, así como hacemos con la frontera occidental. En cuanto a los recursos naturales, tenemos riqueza forestal, gasífera, petrolera, hídrica, agrícola, bauxita, oro, pero, ¿por qué permitimos su explotación a empresas extranjeras cuando deberían ser explotados por venezolanos?     


Nota del editor del blog: Al referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.

Territorios estos sobre los cuales el gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana .
“...por lo tanto, Venezuela reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”

 Mapa que señala el Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968.


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