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Por Jesús Urdaneta Hernández
Tomado de:
Por Jesús Urdaneta Hernández
Publicado el 22.09.2011 09:31
Cada vez son más, los adulantes de oficio del Régimen,
compiten entre sí, para determinar quién será el nuevo “favorito” del
“supremocomandantepresidente” (o Fuhrer criollo). Saben que la
contienda es dura, pero no por ello van a dejar de intentarlo, ya que el que lo
logre, al menos por escasos minutos, se sentirá pleno y lleno de gozo (¡cuánto
podría aportar Freud sobre el tema!).
Los más recientes protagonistas de estos intentos, y a
quienes para ser justos, no podemos dejar de mencionar, son aquel abogado de
siempre que se autodenomina “el abogado de la revolución”, el gobernador del
litoral que exclamó que “la experiencia más hermosa es recibir órdenes del jefe
de este proceso revolucionario” y por supuesto el nuevo jefe marino que
con profuso ardor manifestó sin titubear que llegaba al cargo “para servirle a
la revolución” y que la institución que representa es “netamente
revolucionaria, totalmente socialista y decididamente antiimperialista”.
No es la primera vez, que un alto oficial se rasga las
vestiduras por esta parodia, los ejemplos son muchos y hartos conocidos, pero
lo más lamentable es que toda esa genuflexión la dirigen a quien ha traicionado
una y mil veces a esta gallarda Venezuela que a pesar de todo sigue de pie
luchando contra la tiranía.
Entre estas muchas traiciones no podemos dejar de mencionar
lo que está ocurriendo con el Esequibo o la llamada Zona de Reclamación. Esta
área territorial, que debe su nombre al río Esequibo que la atraviesa, comenzó
a ser objeto de reclamo por parte de Venezuela contra Gran Bretaña desde 1840,
en virtud de la política expansionista de ésta, lo cual trajo como resultado el
conocido “nulo e írrito” Laudo de París de 1899, donde Venezuela perdió
cerca de 149.500 Km2, y que desde siempre ha sido desconocido y denunciado por
el País.
Tras muchos años de esfuerzos y negociaciones, impulsadas
primero por Rómulo Betancourt y luego por Raúl Leoni, Venezuela logró el
reconocimiento por parte de Gran Bretaña de la existencia de una “polémica
territorial”, lo que colocó al País nuevamente en una posición negociadora.
Así, cuando en 1966, Guyana se independiza de la Guayana Británica, Venezuela
reafirma su postura y si bien reconoce al nuevo estado, con quien continuará el
conflicto, expresamente señala “que reconoce como territorio del nuevo Estado el
que se sitúa al Este de la margen derecha del río Esequibo y reitera ante el
nuevo país y ante la comunidad internacional que se reserva expresamente sus
derechos de soberanía territorial que se encuentra a la margen izquierda del
precitado río; en consecuencia, el territorio de la Guayana Esequiba sobre el
cual Venezuela se reserva expresamente sus derechos soberanos, limita al Este
con el nuevo Estado de Guyana, a través de la línea del río Esequibo. Tomado
éste desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Océano Atlántico".
Así, firme y claro en sus pretensiones, se firma en 1970 bajo
el gobierno de Rafael Caldera, el Protocolo de Puerto España, mediante el cual
se congelaban las negociaciones por doce años, lo que si bien restó impulso a las
mismas, no comprometió la soberanía nacional.
Es el caso sin embargo, que este régimen, que se rasga las
vestiduras y se llena la boca de frases pseudo patrióticas y nacionalistas ha
comprometido nuestra soberanía para plegarse a intereses cubanos, a
quienes por motivos geopolíticos y petroleros les conviene que los
venezolanos renunciemos a los legítimos derechos que tenemos sobre ese
territorio. Desde el 2004 el gobierno ha venido haciendo concesiones a Guyana;
en el 2006 Chávez manifestó que Venezuela no se opondría al desarrollo de
la Guayana Esequiba (por parte de Guyana claro está) y para el
2007, expresamente manifestó que la reclamación hecha por Betancourt en
el año 62 sobre el territorio Esequibo obedecía a la presión que recibió por
parte de los Estados Unidos para desestabilizar a la región, declaraciones
éstas que sirvieron de base para que el gobierno Guyanés manifestara que
Venezuela había renunciado a sus pretensiones.
Lo cierto es, que ante el silencio cómplice de quienes
juraron resguardar y velar por los intereses de la Nación,
Guyana se está apoderando de nuestro territorio y pretende extender, porque así
lo ha manifestado, su plataforma continental de 200 a 350 millas, que por
supuesto incluyen al Esequibo, lo que además cierra nuestra salida al
Atlántico. La Cancillería evade y las Fuerzas Armadas miran para otro lado y
nosotros les preguntamos si tanto fervor no debería ser por la patria y
no por un hombre.
Nota del editor del blog: Al referenciarse a la República Cooperativa
de Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de territorios ubicados
al oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en
Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los cuales el gobierno
Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservo sus derechos
sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo de 1966
al reconocerse al nuevo Estado de Guyana .
“...por lo tanto, Venezuela reconoce como
territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha del
río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva
expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se
encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana,
a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta
su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa que señala el
Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar Territorial mediante
el Decreto Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968.
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