Tomado de:
Ahí está la progresista Colombia, a la que no detiene ni la guerra contra la narcoguerrilla, ni el incómodo sándwich entre el buscapleitos del barrio –
El sur sudamericano es una taza de leche, pero a punto de hervir. Uruguay en pleito con Argentina por una papelera con tecnología finlandesa de punta en la orilla oriental de un río que los separa. Las afirmaciones de hermandad entre Argentina y Chile al zanjar colindancias en los hielos sureños, no logran ocultar rencores gauchos por la colusión de Albión y su émulo sudamericano, durante la aventura de los militares argentinos en las Malvinas.
La relación peruana con Chile sigue percudida de sangre vertida, oprobio sufrido y territorio perdido en
Adviértase que hablé de países hispanoamericanos, no iberoamericanos. Porque Brasil, gigante de origen colonial portugués, es la excepción de tal panorama de conflictos. Su canciller de mapas y arreglos fronterizos –el Barón de Rio Branco-- terminó de mordisquear pedazos grandes y pequeños de sus vecinos, culminando un proceso histórico que convirtió a su país en dueño de la mitad del continente, a partir del pedazo de joroba sudamericana que Portugal tenía en el siglo XVI.
Me criticarán tamaño lienzo de conflictos sudamericanos, para derivar en la persecución política disfrazada de acoso judicial, como arma contra la oposición en Bolivia y los conflictos diplomáticos que ocasionan con las naciones vecinas.
Lo provoca el entrevero entre Paraguay y nuestra patria respecto al ex gobernador Mario Cossío, elegido en las urnas por el pueblo tarijeño, que fugó al vecino país ante el prospecto de ser defenestrado sin opción a caso de corte, y trasladado a
Pronto escucharemos reverberos de que Brasil ha otorgado estatus de refugiado político al ex juez Luis Tapia Pachi, perseguido en Bolivia por declararse competente para conocer en Santa Cruz, donde ocurrieron los supuestos delitos, el caso de terrorismo que se ventila en la sede de Gobierno. Fue días después que los Wikileaks develaran que EEUU sospechaba que la célula “terrorista y separatista” de Rósza, como la llama el Gobierno, era un autoatentado para desinflar a los autonomistas cruceños, e insuflar el etnocentrismo colla en contra de los cambas. Hoy se presencia la sordidez de videos mostrando al infiltrado del Gobierno en el grupo terrorista asesinado, recibiendo una ponchada de verdes por sus servicios, amén de la conminatoria de que se haga gas de la escena nacional, porque se le desconocería.
Se aproximan las fiestas de Carnaval. Recuerdo las noches de baile y trago con alguna provocativa enmascarada. Enardecía hasta el momento culminante en que la “mascarita” rendía la capucha (y con suerte, el resto de su atuendo). No está entre las frases de “El habla popular de Santa Cruz” de Hernando Sanabria Fernández, pero el “pelar capucha” es mostrarse tal como se es, sin tapujos ni disfraces.
En las recientes decisiones de consejos nacionales de refugiados en Paraguay y Brasil, pareciera que se está “pelando” la capucha a la persecución política disfrazada de acoso judicial. Porque en Bolivia, en el contexto de una judicatura amedrentada, las instituciones del Estado –que en las democracias maduras están por encima de los avatares electorales- como
El autor es antropólogo
www.winstonestremadoiro.com
winstonest@yahoo.com.mx
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