Tópicos y semblanzas/ Américo Fernández
Sábado, 03 de julio de 2010
Las tierras de la Guayana inglesa, hoy Guyana, fueron compradas por Inglaterra a Holanda sin marcas ni linderos. La operación, que costó tres millones de libras esterlinas, la denunció en el Congreso Nacional el entonces senador Horacio Cabrera Sifontes (en la foto), luego en octubre de 1970 publicó el relato histórico en un libro.
Horacio Carera Sifontes, al dejar la Gobernación del estado Bolívar, resultó electo senador en las planchas electorales de URD y una de sus actuaciones en el Congreso estuvo referida a esa reclamación que se materializó contundentemente durante los períodos de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni. Es más, ya finalizando el gobierno de Leoni se abortó una sublevación en Rupununi que por poco queda en manos de Venezuela la zona en reclamo. Desde entonces los gobiernos sucesivos han mostrado una crasa pasividad en torno al diferendo.
En el libro titulado “Guayana Esequiba”, Horacio Cabrera Sifontes analiza y comenta importantes documentos existentes sobre los derechos de Venezuela al lindero del Esequibo y pone en evidencia que el título británico de propiedad de tierras emana de los holandeses a quienes España dio territorio del lado oriental del río Esequibo y cuyo punto más cercano de ocupación era Kykoveral.
“Fue una compra de territorio que ha debido mostrar linderos -afirma el ex senador-, pero como las intenciones eran de expansión en detrimento de otros, prefirieron los ingleses dejar sin perfeccionar la operación de compra-venta”.
Según el libro, el precio por el cual se compró la zona de los ríos Demerara, Berbee y Esequibo, fue de tres millones de libras y el dinero tenía que ser usado para construir en Holanda unas defensas que interesarían a Inglaterra dentro de un pacto de alianza militar que comprendía el arreglo.
El libro redactado y editado por Cabrera Sifontes consta de 140 páginas repartidas en 13 capítulos, bibliografía y dos copias cartográficas que señalan doce líneas de fronteras propuestas durante el litigio que sostiene Venezuela con Inglaterra por la reclamación del territorio occidental del río Esequibo.
Denuncia el libro que “la táctica inglesa de invasión de nuestra Guayana obedecía a un plan preconcebido para adueñarse del Orinoco o, por lo menos, controlarle sus bocas que consideraba de gran estrategia militar”.
La accidentada y peligrosa navegación por el río Cuyuní y la falta de un camino marginal por dicho río, la señala el autor del libro, como la principal causa de que el invasor inglés viera fácil su entrada por terrenos descuidados. Igualmente señala que las usurpaciones de más tierras al occidente del Esequibo las hizo Inglaterra aprovechando siempre los momentos conflictivos de Venezuela.
Refiriéndose a la ayuda de Inglaterra a la Independencia de Venezuela, Cabrera Sifontes expresa que “la supuesta ayuda pone de relieve sus intenciones con las últimas pretensiones de la llamada línea Shomburgk que se elabora 27 años después de muerto Shomburgk y el proyecto inglés de formar una nación inglesa dentro de la provincia de Guayana libertada por Venezuela, cogiéndose el Orinoco y Caroní. Esta nueva nación se llamaría “Nueva Erin” y su capital “Nueva Dublin” y tenía propósitos coloniales a los cuales quería Inglaterra “acondicionar su ayuda”. Por eso arguye que “muy poco tenemos que respetarle a Inglaterra como ayuda en ningún momento. Se podría decir más bien que Venezuela consiguió su independencia a pesar de Inglaterra.
También informa el libro del ex gobernador y parlamentario que “nuestro lindero quedó establecido y aceptado por Inglaterra en 1821, en participación hecha y firmada por Bolívar, que ponía al río Esequibo por lindero Oriental de la Gran Colombia”.
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