Tomado de:
http://politica.eluniversal.com/2010/01/08/opi_art_esos-vecinos-descono_1701364.shtml
Clodovaldo Hernández
"Y nosotros que creíamos que en Curazao sólo había casinos"
La controversia entre Venezuela y Holanda por el tema de las bases estadounidenses en las Antillas Neerlandesas es una oportunidad para poner en evidencia que las venezolanas y los venezolanos en general no conocemos a nuestros países vecinos.
Aunque tenemos fama de sociables y faramalleros, la verdad es que no sabemos casi nada de los de al lado. Nuestra ignorancia es colectiva y de larga data. Ni siquiera sobre nuestra amada-odiada Colombia sabemos lo suficiente -¡qué peligro!-, salvo tópicos como la rancia oligarquía y que Uribe es medio paraco.
En lo que a la comunidad internacional se refiere, vivimos en una especie de burbuja, pensando en Estados Unidos, ya sea para babearnos de las ganas de ser como ellos o sea para denigrar del sulfúrico imperialismo.
Si a cualquiera le preguntan, así, al rompe, ¿de qué tendencia política es el gobierno local de Aruba?, lo más probable es que no sepa, aunque sea uno de esos ciudadanos que se precian de estar bien informados porque se pasan el día viendo, oyendo o leyendo presuntas noticias.
Al comenzar las protestas contra las instalaciones militares estadounidenses en Colombia fue cuando muchos caímos en cuenta de que hace mucho tiempo teníamos la pistola gringa en la sien, pues en Curazao - literalmente a tiro del Complejo Refinador Paraguaná- funciona una base naval a la que con frecuencia arriban gigantescos portaaviones, destructores y submarinos, todo ello para combatir el narcotráfico, según juran en Washington, La Haya y -venga y le cuento- Bogotá. "Y nosotros que creíamos que en Curazao sólo había casinos", me dijo en estos días mi amiga Elba Quiroz.
La desinformación crónica no es sólo con respecto a las dependencias caribeñas de su majestad Beatriz, soberana de los Países Bajos. ¿Cuántos venezolanos saben cómo es que se bate el cobre político-racial-religioso en Trinidad y Tobago, la nación que nos respira en la pata de la oreja de Paria? ¿Cuántos tienen alguna idea de lo que ocurre internamente en Guyana, un país con el que nos disputamos más de 159 000 kilómetros cuadrados de territorio?
El Gobierno y los medios deberían formar e informar sobre estos vecinos desconocidos. Pero como no es probable que lo hagan (están muy ocupados en otras cosas), hay que tomar la iniciativa, "aunque sea a wikipediazos", dice Elba.
"Por lo pronto ya sé que la capital de Aruba es Oranjestad, que hablan neerlandés y papiamento y que en la isla hay un pueblo llamado Sabaneta, por lo que quién quita que un día de estos -susurra Elba- se lleven una gran sorpresa".
http://politica.eluniversal.com/2010/01/08/opi_art_esos-vecinos-descono_1701364.shtml
Clodovaldo Hernández
"Y nosotros que creíamos que en Curazao sólo había casinos"
La controversia entre Venezuela y Holanda por el tema de las bases estadounidenses en las Antillas Neerlandesas es una oportunidad para poner en evidencia que las venezolanas y los venezolanos en general no conocemos a nuestros países vecinos.
Aunque tenemos fama de sociables y faramalleros, la verdad es que no sabemos casi nada de los de al lado. Nuestra ignorancia es colectiva y de larga data. Ni siquiera sobre nuestra amada-odiada Colombia sabemos lo suficiente -¡qué peligro!-, salvo tópicos como la rancia oligarquía y que Uribe es medio paraco.
En lo que a la comunidad internacional se refiere, vivimos en una especie de burbuja, pensando en Estados Unidos, ya sea para babearnos de las ganas de ser como ellos o sea para denigrar del sulfúrico imperialismo.
Si a cualquiera le preguntan, así, al rompe, ¿de qué tendencia política es el gobierno local de Aruba?, lo más probable es que no sepa, aunque sea uno de esos ciudadanos que se precian de estar bien informados porque se pasan el día viendo, oyendo o leyendo presuntas noticias.
Al comenzar las protestas contra las instalaciones militares estadounidenses en Colombia fue cuando muchos caímos en cuenta de que hace mucho tiempo teníamos la pistola gringa en la sien, pues en Curazao - literalmente a tiro del Complejo Refinador Paraguaná- funciona una base naval a la que con frecuencia arriban gigantescos portaaviones, destructores y submarinos, todo ello para combatir el narcotráfico, según juran en Washington, La Haya y -venga y le cuento- Bogotá. "Y nosotros que creíamos que en Curazao sólo había casinos", me dijo en estos días mi amiga Elba Quiroz.
La desinformación crónica no es sólo con respecto a las dependencias caribeñas de su majestad Beatriz, soberana de los Países Bajos. ¿Cuántos venezolanos saben cómo es que se bate el cobre político-racial-religioso en Trinidad y Tobago, la nación que nos respira en la pata de la oreja de Paria? ¿Cuántos tienen alguna idea de lo que ocurre internamente en Guyana, un país con el que nos disputamos más de 159 000 kilómetros cuadrados de territorio?
El Gobierno y los medios deberían formar e informar sobre estos vecinos desconocidos. Pero como no es probable que lo hagan (están muy ocupados en otras cosas), hay que tomar la iniciativa, "aunque sea a wikipediazos", dice Elba.
"Por lo pronto ya sé que la capital de Aruba es Oranjestad, que hablan neerlandés y papiamento y que en la isla hay un pueblo llamado Sabaneta, por lo que quién quita que un día de estos -susurra Elba- se lleven una gran sorpresa".
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