Tomado de:
http://www.eluniversal.com/2009/10/29/opi_art_en-el-camino-de-unas_1622855.shtml
Julio César Pineda
Unasur no puede estar orientada en la visión confrontacional frente a países o sistemas
La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) es la organización más joven y más ambiciosa en materia de integración latinoamericana superando los objetivos de otros sistemas subregionales y buscando ubicarse en el contexto mundial del siglo XXI. Mientras que Europa perfecciona su sistema de integración hacia una confederación o federación de Estados, ahora mucho más factible con la aprobación del Tratado de Lisboa con 27 Estados y 500.000.000 de habitantes; América Latina pareciera encontrarse en un laberinto de conflictos y divisiones alejándose de la necesaria unidad para ser un actor importante en el sistema internacional de hoy. La iniciativa de Unasur pudiera constituirse en el motor de la integración latinoamericana y caribeña, como proyecto de integración y cooperación Unasur se firmó el 26 de mayo de 1998 en la ciudad de Brasilia con sede permanente de la Secretaría General en Quito. Incluye 12 países, 300.000.000 de habitantes y 17.000.000 de km².
El precedente fue la Cumbre Presidencial de Cuzco en el 2004. Sus instituciones, el Consejo de Jefes de Estado, Jefes de Gobierno, el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores, el Consejo de Delegados y la Secretaría General, además del Parlamento buscan darle continuidad a esta integración. Uno de los cuestionamientos iniciales fue el de circunscribir geográficamente la iniciativa dejando fuera a una de las economías mas importantes de la región como es México y a la zona emergente de Centroamérica donde se encuentra el Canal de Panamá. Las experiencias anteriores de integración subregional como la CAN, el Mercosur y otros sistemas de cooperación como la Caricom, Aladi y SELA a pesar de sus realizaciones no han logrado cumplir los objetivos integracionistas diseñados en los tratados constitutivos por la diversidad, la asimetría de la región cuando se ha buscado homologar realidades disímiles con instituciones comunes, agendas forzadas y por la falta de voluntad política. Los tres ejes en que se sustenta el proceso de Unasur establecidos por los presidentes en el Cuzco de cooperación política, integración económica y desarrollo de la infraestructura exigen de los gobiernos honestidad y compromiso, como ha sucedido con la Unión Europea. En nuestro continente junto al reto de la democracia, la integración suramericana debe impulsar el desarrollo y disminuir la pobreza y la desigualdad con el compromiso imperativo de la ecología en el tratamiento de la biodiversidad de la región. Unasur debe establecer, como lo ha planteado la CAN, un efectivo sistema de solución de controversias frente a la multitud de problemas de carácter territorial y político que permanentemente se presentan entre los Estados, un paso esencial es la necesaria convergencia entre la CAN y el Mercosur con la inclusión de Chile, Venezuela, Guyana y Surinam, pero también la vinculación con la Organización Mundial de Comercio en la búsqueda de la aceptación de la cláusula de la Nación más Favorecida, prevista.
Los Estados miembros de Unasur deben tener la voluntad de la supranacionalidad en sus instituciones y en sus decisiones combinando idealismo y pragmatismo en los contenidos económicos y en los objetivos políticos, Unasur no puede estar orientada en la visión confrontacional frente a países o sistemas sino en la necesaria cooperación, es la visión que le ha querido dar la diplomacia brasileña, no sólo por el presidente Lula sino por el ex presidentes Fernando Henrique Cardoso. El artículo 2 de su Tratado Constitutivo establece como objetivo construir de manera participativa y consensuada un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político entre sus pueblos, otorgando prioridad al dialogo político, las políticas sociales, la educación, la energía, la infraestructura, el financiamiento y el ambiente, entre otros, con miras a eliminar la desigualdad socioeconómica, lograr la inclusión social y la participación ciudadana, fortalecer la democracia y reducir las asimetrías en el marco del fortalecimiento de la soberanía e independencia de los Estados. La referencia obligada de Unasur, tiene que ser ahora la Unión Europea en la construcción de un nuevo espacio geopolítico y geoeconómico en el contexto de la multipolaridad. Ojalá que un día se llegara más allá de la integración económica a la solidaridad política y a la unidad cultural con un sistema colectivo de defensa. En estos momentos Europa busca un presidente para la Unión por un periodo de dos años y medio y un ministro de relaciones exteriores como vocero único de los 27 Estados miembros bajo el lema de la unidad y la diversidad, dentro de las exigencias democracia-desarrollo y libertad-justicia. Europa ha constitucionalizado su integración, América Latina debe marchar en esa misma dirección.
jpineda01@gmail.com
http://www.eluniversal.com/2009/10/29/opi_art_en-el-camino-de-unas_1622855.shtml
Julio César Pineda
Unasur no puede estar orientada en la visión confrontacional frente a países o sistemas
La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) es la organización más joven y más ambiciosa en materia de integración latinoamericana superando los objetivos de otros sistemas subregionales y buscando ubicarse en el contexto mundial del siglo XXI. Mientras que Europa perfecciona su sistema de integración hacia una confederación o federación de Estados, ahora mucho más factible con la aprobación del Tratado de Lisboa con 27 Estados y 500.000.000 de habitantes; América Latina pareciera encontrarse en un laberinto de conflictos y divisiones alejándose de la necesaria unidad para ser un actor importante en el sistema internacional de hoy. La iniciativa de Unasur pudiera constituirse en el motor de la integración latinoamericana y caribeña, como proyecto de integración y cooperación Unasur se firmó el 26 de mayo de 1998 en la ciudad de Brasilia con sede permanente de la Secretaría General en Quito. Incluye 12 países, 300.000.000 de habitantes y 17.000.000 de km².
El precedente fue la Cumbre Presidencial de Cuzco en el 2004. Sus instituciones, el Consejo de Jefes de Estado, Jefes de Gobierno, el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores, el Consejo de Delegados y la Secretaría General, además del Parlamento buscan darle continuidad a esta integración. Uno de los cuestionamientos iniciales fue el de circunscribir geográficamente la iniciativa dejando fuera a una de las economías mas importantes de la región como es México y a la zona emergente de Centroamérica donde se encuentra el Canal de Panamá. Las experiencias anteriores de integración subregional como la CAN, el Mercosur y otros sistemas de cooperación como la Caricom, Aladi y SELA a pesar de sus realizaciones no han logrado cumplir los objetivos integracionistas diseñados en los tratados constitutivos por la diversidad, la asimetría de la región cuando se ha buscado homologar realidades disímiles con instituciones comunes, agendas forzadas y por la falta de voluntad política. Los tres ejes en que se sustenta el proceso de Unasur establecidos por los presidentes en el Cuzco de cooperación política, integración económica y desarrollo de la infraestructura exigen de los gobiernos honestidad y compromiso, como ha sucedido con la Unión Europea. En nuestro continente junto al reto de la democracia, la integración suramericana debe impulsar el desarrollo y disminuir la pobreza y la desigualdad con el compromiso imperativo de la ecología en el tratamiento de la biodiversidad de la región. Unasur debe establecer, como lo ha planteado la CAN, un efectivo sistema de solución de controversias frente a la multitud de problemas de carácter territorial y político que permanentemente se presentan entre los Estados, un paso esencial es la necesaria convergencia entre la CAN y el Mercosur con la inclusión de Chile, Venezuela, Guyana y Surinam, pero también la vinculación con la Organización Mundial de Comercio en la búsqueda de la aceptación de la cláusula de la Nación más Favorecida, prevista.
Los Estados miembros de Unasur deben tener la voluntad de la supranacionalidad en sus instituciones y en sus decisiones combinando idealismo y pragmatismo en los contenidos económicos y en los objetivos políticos, Unasur no puede estar orientada en la visión confrontacional frente a países o sistemas sino en la necesaria cooperación, es la visión que le ha querido dar la diplomacia brasileña, no sólo por el presidente Lula sino por el ex presidentes Fernando Henrique Cardoso. El artículo 2 de su Tratado Constitutivo establece como objetivo construir de manera participativa y consensuada un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político entre sus pueblos, otorgando prioridad al dialogo político, las políticas sociales, la educación, la energía, la infraestructura, el financiamiento y el ambiente, entre otros, con miras a eliminar la desigualdad socioeconómica, lograr la inclusión social y la participación ciudadana, fortalecer la democracia y reducir las asimetrías en el marco del fortalecimiento de la soberanía e independencia de los Estados. La referencia obligada de Unasur, tiene que ser ahora la Unión Europea en la construcción de un nuevo espacio geopolítico y geoeconómico en el contexto de la multipolaridad. Ojalá que un día se llegara más allá de la integración económica a la solidaridad política y a la unidad cultural con un sistema colectivo de defensa. En estos momentos Europa busca un presidente para la Unión por un periodo de dos años y medio y un ministro de relaciones exteriores como vocero único de los 27 Estados miembros bajo el lema de la unidad y la diversidad, dentro de las exigencias democracia-desarrollo y libertad-justicia. Europa ha constitucionalizado su integración, América Latina debe marchar en esa misma dirección.
jpineda01@gmail.com
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