domingo, 25 de mayo de 2008

El Gobierno de Guyana pidió que el control del Amazonas pasara a manos británicas.

Que Inglaterra salve nuestra selva"
Martes, 13 de mayo de 2008 - 11:05 GMT
Daniel Gallas
BBC, Guyana

Tomado de:
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/2008/amazonas/newsid_7384000/7384288.stm
El Gobierno de Guyana pidió que el control del Amazonas pasara a manos británicas.

Esta información contrasta con La iniciativa para la Integración de Infraestructura Regional en Sur América (IIRSA) que propone una serie de mega-proyectos de alto riesgo que traerán como consecuencia un tremendo endeudamiento y alteraciones extensivas a los paisajes y las formas de vida en la región. Especialmente en la Guayana Esequiba ubicada al oeste del río Esequibo que reclama Venezuela, sustentado por el Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966, firmado por Venezuela, La Gran Bretaña y los Representantes de la Antigua Colonia de la Guayana Británica


En noviembre de 2007, mientras algunos científicos debatían el cambio climático en la conferencia de Bali, en Indonesia, una propuesta poco usual llegó del otro lado del mundo.
El presidente de Guyana, cuya población es de sólo 750.000 habitantes, propuso que toda su selva amazónica fuera monitoreada por su antiguo colonizador, Inglaterra.
De acuerdo con el presidente Bharrat Jagdeo, Guyana no tiene suficientes recursos para conservar la selva, dado que es la economía más pequeña de Sudamérica.
Jagdeo dijo que económicamente, Guyana ganaría más talando la selva. Según él, sólo los países ricos tienen recursos para mantener su selva intacta.

Iwokrama
La idea de un control externo no es nueva en Guyana. En 1989, el país decidió que el millón de acres que ocupa la selva de Iwokrama estuviera en manos del Commonwealth.
Siete años más tarde, bajo decreto, se estableció el Centro Iwokrama.
Este centro, que combina turismo con operaciones madereras, es un prototipo que el presidente Jagdeo está extendiendo a toda la región amazónica.
Aislado en medio de la Guyana, sólo se puede acceder al centro a través de una carretera que cruza la selva, o parando en una pequeña pista de aterrizaje.
El centro puede albergar a unos 50 turistas a la vez y su personal es reclutado entre las comunidades nativas de Iwokrama.
Inicialmente, el centro se financiaba únicamente de donaciones internacionales. Hoy en día, casi 20 años después de su construcción, el centro lucha por sobrevivir con sus propios medios.
"Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre, la atención del mundo se centró en combatir el terrorismo y el centro ha perdido las donaciones", dijo a la BBC el director del centro Ray Imhoff.
"Fue entonces cuando Iwokrama se dio cuenta de que necesitaba ser viable económicamente, sin depender de las donaciones".
Recientemente, los taladores que trabajan en el centro reciben acreditaciones internacionales para trabajar en la selva. Según Imhoff, esto ayudará a estimular la economía de la región.
Para Ron Allicock, uno de los guías turísticos nacidos en la zona, la preservación de Iwokrama no será posible sin la ayuda de la comunidad internacional.
"Sin ayuda externa, es muy difícil para la gente local conservar la selva. Cuanta más gente participe, mejor será para el Amazonas", dijo.
El involucramiento internacional es un delicado tema en Sudamérica.
Oficialmente, Brasil no expresó su punto de vista sobre la propuesta de Guyana de dar el control a los británicos. Sin embargo, históricamente el país ha estado en contra de la presencia externa en lo que se refiere a la gestión amazónica.
La cuestión tampoco se debatió en el ámbito del Tratado de Cooperación Amazónica, el acuerdo alcanzado entre Bolivia, Colombia, Perú, Surinam, Venezuela, Brasil y Guyana.

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