Los operativos en la selva reúnen a militares y empresas
brasileñas y extranjeras.
Andréa Barretto/Diálogo | 6 diciembre 2016
CAPACITACIÓN Y DESARROLLO En la primera fase de la práctica,
los extranjeros aprendieron técnicas de supervivencia en la selva, desde cómo
obtener comida y agua hasta cómo protegerse de animales venenosos. (Foto:
Ejército brasileño)
Manaos, capital del estado Amazonas, fue la sede del
Seminario Internacional de Operativos en la Selva, del 30 de noviembre al 2 de
diciembre. El evento reunió a representantes militares brasileños y de otros
países como también a empresas brasileñas y extranjeras que desarrollan
tecnologías militares.
En la segunda fase de la práctica, hubo un entrenamiento de
tiro, además de actividades de desplazamiento dentro de la selva y de los ríos.
(Foto: Ejército brasileño)
Patrocinado por el Comando Militar de la Amazonia, el
seminario no es la única actividad internacional realizada este año para
fomentar el intercambio de conocimientos y experiencias sobre las actividades
militares en la selva.
Durante 33 días, del 12 de septiembre al 14 de octubre, 21
hombres provenientes de 15 naciones, como los Estados Unidos y Canadá,
enfrentaron los desafíos de cumplir misiones en un ambiente único en el mundo:
la selva amazónica. La experiencia fue proporcionada a través de la primera
Práctica Internacional de Operativos en la Selva (EIOS, por su sigla en
portugués), realizada por el Centro de Instrucción de Guerra en la Selva
(CIGS), unidad subordinada al Comando Militar de la Amazonia.
Los instructores del CIGS participaron en el Seminario
Internacional de Operativos en la Selva. “Estaremos presentes para observar los
temas tratados y después analizar qué podemos adaptar en nuestros cursos y
prácticas del CIGS”, afirmó el Capitán Charles Araújo, coordinador del EIOS.
Combatientes de selva
Combatientes de selva. Ese es el título que ahora tienen en
su currículo los militares extranjeros que finalizaron la primera Práctica
Internacional de Operativos en la Selva.
“La selva intimida por su extensión. El clima es
extremadamente húmedo y cálido y eso representa una gran dificultad para los
extranjeros, quienes también le temen a las enfermedades”, dijo el Teniente
Coronel Alexandre Amorim de Andrade, jefe de la División de Doctrina e
Investigación del CIGS. “Pero, sobre todo, está el miedo a lo desconocido,
porque ellos no se saben ubicar dentro de la selva ni aprovecharla para
encontrar comida y agua”, agregó el Tte. Cnel. Amorim, responsable de una parte
de las actividades del EIOS.
Con el fin de proporcionales a los militares extranjeros las
destrezas necesarias para superar los temores y funcionar en buenas condiciones
en la selva, la práctica fue organizada en tres etapas: vida en la selva,
técnicas especiales y operativos.
“Entendemos que esa es una secuencia didáctica de información
que se le proporciona al militar. Primero, es necesario sobrevivir en la selva;
después, conocer las técnicas necesarias para operar allí, y finalmente saber
cómo usar esas técnicas en situaciones tácticas dentro de ese ambiente”,
detalló el Cap. Charles.
Todas las fases se llevaron a cabo dentro del campo de CIGS,
un espacio con 1152 kilómetros cuadrados –dos veces el tamaño del área urbana
de Manaos– y siete bases de instrucción ubicadas dentro de la selva y equipadas
con alojamiento, cocina y salas de presentación.
Del aprendizaje a la acción
El módulo sobre la vida en la selva, la fase inicial de la
práctica internacional, consistió en aprender a obtener agua y fuego, hacer una
trampa para cazar, identificar los alimentos comestibles, montar un refugio
para dormir y protegerse de los animales venenosos, informó el Capitán Luis
Gustavo da Silva, oficial de Comunicación Social del CIGS.
La segunda fase estuvo enfocada a transmitir conocimientos
sobre desplazamientos terrestres, fluviales y aéreos.
“La gran diferencia del CIGS es la enseñanza de la
orientación en la selva. Generalmente, los extranjeros están acostumbrados a
usar solamente el GPS para orientarse durante los desplazamientos, pero en la
Amazonia uno no puede depender de esa tecnología”, dijo el Cap. Charles.
Explicó que en la selva es muy frecuente tener problemas de
funcionamiento con cualquier medio electrónico, incluso los más modernos,
debido a las lluvias y al techo vegetal que impiden la recepción de los datos
por satélite.
Por eso, los brasileños también utilizan un objeto
considerado anticuado por los extranjeros: la brújula. “A pesar de que piensan
que es un instrumento obsoleto para usarse en desplazamientos en distancias
largas, al transcurrir el curso se convencen de que la brújula es necesaria”,
agregó el Cap. Charles. “Además, enseñamos técnicas para andar en la selva y en
los ríos. Eso es fácil para nosotros porque conocemos el terreno”.
Entre las técnicas fluviales, que se impartieron en el EIOS
se encuentra la natación utilitaria que enseña a cruzar las aguas con todo el
equipo pesado: mochila, armamento, municiones, etc. También está la técnica
conocida como espina de pez, que es un modo de organizarse dentro del agua con
cuerdas como guía. En la práctica, los participante del curso tuvieron que
experimentar esa técnica por la noche.
Los desplazamientos aéreos son esenciales en las misiones en
selva cerrada. Por eso, el curso incluyó el entrenamiento de desembarque de
aeronaves, según el Cap. Charles. “Aquí, la logística, el transporte de tropas,
el rescate de personas heridas, en fin, las diferentes actividades dependen en
su mayoría de una aeronave o de una embarcación, y la aeronave es mucho más
ágil”.
Los militares extranjeros practicaron las técnicas de cuerda
rápida, rapel y helocasting (lanzamiento al agua desde helicóptero).
Se usaron búfalos para transportar los equipos en algunos
trechos del entrenamiento. Además de soportar bastante carga, esos animales no
se asustan con el ruido de tiros y bombas (Foto: Ejército brasileño)
Con la cuerda rápida, el militar desciende de la aeronave más
rápido. El rapel sirve cuando hay más tiempo para el desembarque. Además, “con
el rapel es posible descender de alturas más elevadas. Usamos el rapel para
rescatar heridos en la selva y en las patrullas de frontera, para verificar los
límites”, afirmó el Cap. Charles.
En el helocasting el militar salta al río directamente desde
la aeronave. “Actuamos de esa forma si no tenemos lugar de aterrizaje ni de
contacto en la orilla del río. Así, el militar cae al agua, nada y luego sigue
por tierra para cumplir la misión”, contó el coordinador del EIOS.
Durante la segunda fase de preparación de los extranjeros,
también hubo entrenamiento de tiro utilizando los fusiles I A2, nuevos
armamentos recibidos por el Centro de Instrucción de Guerra en la Selva. De
acuerdo con el Cap. Charles, ese armamento tiene la ventaja de ser más liviano
y permitir que cada efectivo cargue más municiones con el mismo peso de antes.
Aplicación de conocimientos
La tercera etapa de la práctica fue la de operativos,
dividida en dos partes. Al inicio, los aprendices tuvieron que ir al aula para
conocer la metodología de planeamiento de operativos del Ejército brasileño.
Después, los participantes recibieron las instrucciones sobre
el contexto hipotético para el operativo, como explicó el Cap. Charles: “El
escenario macro era el de una acción transnacional que incluía a Brasil y a
otro país vecino. De modo coordinado tendrían que actuar en la línea de
frontera contra un grupo adversario que había invadido el territorio
brasileño”. En el Ejército, nos referimos a ese tipo de misión como operativo
contra fuerzas irregulares”.
Aquí hubo tres operativos con misiones específicas que se
tornaban cada vez más complejas: realizar una patrulla de emboscada contra el
grupo enemigo; realizar el encautamiento de un depósito de provisiones
clandestinas escondido en la selva; y capturar al líder del otro grupo usando
diferentes recursos militares.
Los aprendices extranjeros desarrollaron la planificación de
cada uno de esos operativos, dividiéndose en roles de comando y roles más
operativos. El coordinador del curso consideró que el desempeño de los alumnos
fue muy bueno.
“Los extranjeros lograron salir muy bien de la situación
simulada de forma coherente con lo que puede suceder en la selva y pudieron
lidiar con las características del entorno donde estaban No es fácil enfrentar
la dificultad de las comunicaciones, el calor intenso, la terrible humedad, las
lluvias constantes y las incertidumbres del ambiente”, añadió el Cap. Charles.
Intercambio de conocimientos y experiencias
La ordenanza de creación de la Práctica Internacional de
Operativos en la Selva establece no solo proporcionar la capacitación de
militares de naciones amigas para el combate en la selva, sino también hacer
que la práctica sea un intercambio de conocimientos y experiencias entre los
participantes y el Ejército brasileño.
Eso fue espontáneo con el transcurso de los ejercicios y de
la convivencia entre los participantes y el equipo del CIGS, pero se estimuló
de forma más específica por medio de interacciones teóricas.
Esas actividades se realizaron con una duración de media
jornada, siempre el día anterior al comienzo de cada una de las tres fases de
la práctica. En esas actividades los instructores presentaban una determinada
situación para que los participantes dieran una solución de acuerdo con la
doctrina militar de su país. A cada participante le daban un tiempo determinado
para hablar mientras los otros podían intervenir y despejar dudas.
“Luego, era el turno de nosotros, los brasileños, de
presentar cómo resolvemos aquí las situaciones expuestas”, comentó el Tte.
Cnel. Amorim, quien estuvo al frente de las interacciones teóricas “Tuvimos la
oportunidad de intercambiar experiencias distintas entre los ejércitos y
establecer contacto con doctrinas de todas partes del mundo”, evaluó el Tte.
Cnel. Amorim, quien también contó que el aprendizaje adquirido en esos momentos
de intercambio se sistematizó en informes y se discutió con el equipo del CIGS.
“Es posible que algunas experiencias se asimilen e
implementen en nuestro Curso de Operativos en la Selva y que también se
presenten al Estado Mayor del Ejército, para perfeccionar la doctrina militar
terrestre”, concluyó el Tte. Cnel. Amorim.
Curso de operativos en la selva y el CIGS
El Centro de Instrucción de Guerra en la Selva es una unidad
del Ejército subordinada al Comando Militar de la Amazonia, ambos con sede en
Manaos.
El CIGS fue creado en 1964. Dos años después, realizó su
primer Curso de Operativos en la Selva, dirigido a militares brasileños. “Por
esos cursos ya pasaron 6.063 militares, entre hombres y mujeres. El objetivo es
capacitar a los militares que vienen a servir en el norte del país, para que
puedan difundir el conocimiento adquirido aquí entre los otros militares de la
unidad de selva donde van a trabajar”, contó el Capitán Luis Gustavo, oficial
de Comunicación Social del CIGS.
Con el paso del tiempo, el curso del CIGS adquirió fama
internacional y comenzó a llamar la atención de militares extranjeros, para
quienes se abrió la oportunidad de participación. “Hemos capacitado a 490
extranjeros en los Cursos de Operativos en la Selva, además de los 21 que ya
pasaron este año por el EIOS”, detalló el Cap. Luis Gustavo.
Pero la Práctica Internacional de Operativos en la Selva es
una novedad de 2016. Es la primera vez que el CIGS realiza un curso orientado
específicamente a extranjeros, impartido en inglés de principio a fin. Para el
próximo año ya existe una previsión de participación de 55 militares
extranjeros.
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