domingo, 27 de octubre de 2013

Malvinas: Timerman y el “operativo seducción” para lograr apoyo del Caribe


http://www.letrap.com.ar/blog/2013/10/25/el-operativo-seduccion-de-timerman-para-lograr-apoyo-del-caribe-por-malvinas/

Malvinas: Timerman y el “operativo seducción” para lograr apoyo del Caribe
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Desde hace más de un año, Argentina recibe a cancilleres y primeros ministros de esa región y les ofrece cooperación en materia social, sanitaria, de emergencia y gestión de riesgo. Entre junio y agosto abrió tres embajadas nuevas en la zona. Es parte de una política para lograr votos en el Comité de Descolonización.


Por Gabriela Pepe / @gabyspepe
Sin demasiado ruido ni declaraciones estruendosas, la Cancillería argentina viene llevando adelante, desde hace más de un año, un silencioso plan para lograr al apoyo de los estados de la Comunidad del Caribe (Caricom), formada por los países angloparlantes de la zona, en su mayoría ex colonias británicas. Cada semana, Héctor Timerman recibe en Buenos Aires a cancilleres o primeros ministros de esas naciones y les ofrece cooperación técnica en áreas como emergencia y gestión de riesgo (a través de Cascos Blancos) ciencia y tecnología, seguridad alimentaria y salud, entre otras, canalizadas por el Fondo Argentino de Cooperación Sur Sur y Triangular (FO.AR.) En los últimos meses, Argentina creó tres nuevas representaciones diplomáticas en la región. El objetivo final es que los países del Caricom voten a favor de la Argentina en el Comité de Descolonización de Naciones Unidas por el tema Malvinas.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner instruyó a Timerman para que lleve adelante una serie de medidas tendientes a reforzar el reclamo argentino por la soberanía de las islas. Además de los reclamos formales ante la asamblea de la ONU, la convocatoria de acompañamiento a sectores de la oposición, los pedidos de apoyo a otros países de América Latina, Estados Unidos y España, las restricciones económicas a los barcos provenientes de Malvinas, entre otras acciones ya conocidas, Cristina dio órdenes al Canciller para que pusiera en marcha una especie de operativo de seducción hacia los países angloparlantes del Caribe, que hoy apoyan de manera simbólica el reclamo argentino -a través de declaraciones generales- pero que siguen acompañando la postura británica en el Comité de Descolonización. Según fuentes de la Cancillería, esta es “una de las políticas más firmes y constantes y menos estruendosas” instrumentadas en los últimos tiempos, tendientes a reforzar el reclamo argentino por las islas.

En ese marco, Timerman recibió a principios de octubre al canciller de Saint Kitts and Nevis, Patrice Nisbett, al primer ministro de San Vicente y Granadinas, Ralph Everard Gonsalves y, el último lunes, al canciller de Belice, Wilfred Elrington. También está prevista la visita del canciller de Guyana para los próximos días. En el caso de San Vicente y Granadinas, la Prefectura Naval Argentina presta actualmente servicios de cooperación en materia de seguridad costera en ese país. El primer ministro de ese país recibió en su visita la condecoración de la Orden del Libertador General San Martín, por su apoyo “a los legítimos derechos argentinos” sobre las islas. Gonsalves mantuvo reuniones con el ministro Arturo Puricelli, y con responsables del área sanitaria, de pequeñas y medianas empresas, y puertos y vías navegables, entre otros. Por su parte, Elrington, de Belice, se reunió con el viceministro de Salud, Eduardo Bustos Villar, el secretario de Pequeña y Mediana empresa de la Cancillería y firmó un acuerdo de cooperación Sur-Sur con Timerman.

La política de acercamiento hacia los países del Caribe, también incluyó la creación de nuevos embajadas. En marzo de este año, se designó a Ariel Fernández, actual embajador en Jamaica, como representante en San Cristóbal y Nieves. En junio, Luis Beltrán Martínez Thomas fue designado como representante diplomático en la ciudad de Castries, en Santa Lucía. Un mes después, la Presidenta decidió abrir, por primera vez en la historia, una representación diplomática ante Suriname, con el objetivo de “fortalecer lazos bilaterales” con ese país. Alicia Beatriz de Hoz fue designada como primera embajadora en ese país. En agosto, se reabrió la embajada argentina en Barbados, con el envío de Diego Linares a Bridgetown. Ese mismo mes, el canciller recibió a su par de Santa Lucía remarcado públicamente la importancia que tiene la región del Caribe para nuestro país. “La visita se inscribe en el marco de la política exterior de nuestro país hacia el Caribe, cuyo objetivo es incrementar los vínculos políticos, comerciales y culturales con la región, así como ampliar la cooperación bilateral e identificar oportunidades comerciales de mutuo interés”, se repite la explicación de los comunicados oficiales de la Cancillería en todas las ocasiones mencionadas.

La apuesta diplomática argentina se apoya en el FO.AR, el instrumento mediante el cual Argentina promueve iniciativas de cooperación técnica con otros países en distintas áreas, y en la comisión Cascos Blancos, que se especializa en gestión de riesgo y emergencias humanitarias, causadas par desastres naturales o crisis socioeconómicas. El canciller participa, además, de todas las reuniones de la Caricom.

La iniciativa del Gobierno nacional encuentra como contrapartida la ofensiva que el Reino Unido también viene realizando en la zona desde hace tiempo, mediante el envío de buques militares. En el mes de agosto, la fragata de guerra británica HMS Lancaster recaló en el puerto de Kingston, capital de Jamaica, supuestamente para intervenir con acciones humanitarias ante desastres climáticos. Sin embargo, la ayuda británica, esconde una pequeña extorsión: la cooperación exige a cambio que los países de la región reconozcan el derecho de autodeterminación de los habitantes de Malvinas. Una hábil manera de presionar a países que suelen sufrir catástrofes, y no cuentan con recursos para enfrentarlas, que incluye el financiamiento millonario de emprendimientos locales. Contra el poderío inglés, Argentina pelea con una estrategia de integración y persuasión, canalizada a través de una agenda diplomática minuciosamente planificada.

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