http://www.entornointeligente.com/articulo/1483844/El-Callao-tierra-de-casas-muertas--MARIA-MAS-HERRERA-02092013
Tomado de:
MARÍA MAS HERRERA
ENTORNOINTELIGENTE.COM / Llegué a El Callao
despuntando los últimos rayos del sol rojo de Guayana. Larga
travesía desde Caracas, en busca del preciado oro. Me acompañó un baqueano de
la zona, mi amigo, un tal Rafael Lazo, coplero de profesión, artista y
encantador de boas. Por el camino me dijo: "María, prepare el ojo comadre,
que son más de trescientas joyerías, cada una mejor que la otra, usted va p'al
Callao, tierra donde brilla de noche el sol porque el oro adorna ese pueblo. Se
da como piedras". Le creí, para desgracia mía.
Cuando nos adentramos al pueblo, un perro flaco cruzó la
calle y unos borrachos siguieron con la vista hasta el final del camino a la
gran camioneta donde nos desplazábamos. Era sábado en la tarde, día de vender
oro en El Callao. Recorrimos con letargo la plaza roída y sus alrededores
embasurados. Sólo encontramos tres tienduchas oscuras, empolvadas y aún
abiertas. En todas sólo vendían baratijas de plástico compradas a los buhoneros
de la Avenida Lecuna, en Caracas. El oro brilló por su ausencia. Únicamente
unos pedazos de cochano (oro malo de aleaciones) y una que otra prenda
importada de Italia, dispuesta para algún turista loco o revoluchenco
desesperado y con exceso de liquidez en el bolsillo.
−Ya no hay oro en este pueblo. Esto se lo llevó el diablo− dijo el coplero. Yo insistí en la compra con un árabe flaco que me mostró los últimos vestigios de una joya extremadamente cara. Habló del precio en dólares, por gramo, yarda, kilo, pero nada, no hubo acuerdo. Se acabó el oro de El Callao.
Ni el flamante Ministerio, con sus nuevas organizaciones para
el oro que hasta el presente han resultado un fraude mayúsculo, con despilfarro
mayor, ni la ley de nacionalización del oro que representa una verdadera
patraña legal, ni las tan cacareadas alianzas estratégicas Pdvsa para el
desarrollo aurífero, ni el gran negocio del fondo chino, han podido evitar o
mejorar la bomba atómica que destrozó a El Callao. Claro, hay un actor clave
crítico en este funesto episodio de la vida económica nacional: Las FAN
Bolivarianas, responsables de evitar el contrabando y los negocios ilegales.
Como decía mi difunto esposo: "Zamuro cuidando carne".
Guayana está saqueada gracias al poder infinito con el que
cuenta el flamante gobierno revolucionario. El más saqueador, dañino y apátrida
que ha caracterizado el presente siglo. Allí no hay corrupción, sino saqueo,
nada se controla, no más que los propios estafadores de la patria. Antes de
ellos la corrupción era una acción evidente, pero aún las leyes, normas y
contralorías ponían límites a la acción. Ahora no hay control más que el de la
mafia saqueadora.
Me senté a llorar y escuchar las coplas tristes de Rafael en
la placita central de El Callao, y una viejita mulata al pasar cerca, me
advirtió: "No llore más, mija, que la tierra no la arranca naidien. Algún
día este pueblo se recuperará de esta desgracia tan grande jecha por militares
langostas y fariseos que ha caído por aquí". Me sequé las lágrimas con mi franela
sudada y emprendí la marcha. Comí pollo asado en Guasipati y llegué a
Barcelona. Mirando el mar escribí estas líneas. De algún lado escuché la
canción: El Callao Tunay. Recodé a Parapara de Ortiz tan magistralmente
revelado en la gran obra de Miguel Otero Silva "Casas Muertas", y
pensé: El Callao, tierra de Casas Muertas; y comencé a llorar sin más oro que
la flor de un araguaney evanescente.
Economista y profesora universitaria
Economista y profesora universitaria
Web. www.mariajosefinamas.com
Twitter: @mariamasherrera www.entornointeligente.com
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