http://www.elmostrador.cl/noticias/mundo/2012/01/26/la-amazonia-como-problema-de-seguridad-nacional/
26 de Enero de 2012
Expertos plantean que fenómenos
como la deforestación y el cambio climático, que afectan tanto un país, deben
ser considerados problemas de seguridad nacional. Y ponen como ejemplo lo que
ocurre con el Amazonas.
La deforestación en la Amazonia
implica para mérica Latina pérdida de competitividad e inversiones”.
Alejandro Litovsky es el
fundador de Earth Security Initiative, una iniciativa con sede en Londres según
la cual existe un nuevo escenario de riesgos financieros en la región.
La generación de energía
hidroeléctrica y la exportación de productos agropecuarios –que dependen de la
lluvia producida por la Amazonía- pueden verse comprometidos, según Litovsky.
“La actual cooperación militar
de espacio aéreo entre Brasil y Colombia o la cooperación sudamericana para
inversiones en infraestructura son ejemplos de acciones prioritarias que los
Estados considerarían para combatir la deforestación, si comprendieran algo que
los científicos ya entienden: que la Amazonía es un sistema crítico de
producción de agua no sólo para Brasil”.
Un estudio este mes en la
revista Nature confirmó ese rol clave, señalando que la combinación de la
deforestación, la agricultura y el cambio climático están debilitando al
ecosistema amazónico, conllevando potencialmente a la pérdida de sus
capacidades de retención de dióxido de carbono y generación de lluvias.
Amazonía, productora de lluvia
El científico José Marengo,
experto en cambio climático del Instituto Nacional de Investigaciones
Espaciales de Brasil, INPE, explicó a BBC Mundo por qué el bosque amazónico
afecta las lluvias tanto en el sur de Brasil como en Argentina, Uruguay y
Paraguay.
Los vientos alisios, los que
vienen desde el Océano Atlántico al continente, arrastran humedad para el
interior de América del Sur tropical, o sea, la Amazonía y el noreste de
Brasil, explicó Marengo a BBC Mundo.
Además de la humedad que viene
del Atlántico, la vegetación amazónica también contribuye humedad a través de
un proceso de evapotranspiración, como se denomina a la evaporación de los ríos
unida a la transpiración de las plantas.
“En la Amazonía se juntan
millones y millones de árboles que realizan fotosíntesis pero también
transpiran, liberando vapor de agua”, señaló el experto del INPE.
Y lo que sucede con todo ese
vapor de agua es crucial. “Esta humedad es transportada por los vientos en
dirección a los Andes, que la desvía hacia la región sureste de América del
Sur. O sea que parte de la lluvia que se produce en la cuenca del Río de la
Plata incluyendo el sur de Brasil de hecho viene de la Amazonia”, explicó
Marengo.
“Si no estuviera el bosque
amazónico llegaría menos humedad al sur, de forma que Paraguay, Uruguay, parte
de Argentina y el sur de Brasil en parte deben su lluvia a la contribución de
la Amazonía”.
Sistema planetario
A nivel de todo el planeta,
“tenemos tres regiones que se comportan como si fuesen motores de un mismo
sistema, que impulsan los vientos y la humedad alrededor del mundo: la
Amazonía, el oeste de África que también tiene bosques tropicales y mucho
calor, y el sudeste de Asia”, señaló Marengo.
“Si la Amazonía dejase de
funcionar como Amazonía, si el bosque fuese más seco por ejemplo, sería como
apagar uno de los motores. Los cambios en los patrones de lluvias no solo
ocurrirían en la región sino en todo el mundo, incluyendo Europa y Estados
Unidos”.
Y a nivel de la región, cambios
en la Amazonía pueden crear impactos inesperados: “puede pasar que las lluvias
de un mes se acumulen en un día, tendríamos lluvias muy, muy intensas y luego
períodos secos muy intensos”.
“Sao Paulo y Rio ya son
vulnerables a los extremos de lluvia en el verano y si esos extremos son mas
frecuentes, habría un gravísimo impacto para la salud y la seguridad
energética”.
Rosie Fisher, científica de
Centro Nacional de Investigaciones Atmosféricas, NCAR, de Estados Unidos, dijo
a BBC Mundo que “la Amazonía enfrenta muchas amenazas. Casi todos los modelos
climáticos utilizados en el último informe del IPCC predicen que la temporada
de sequía, particularmente en el este amazónico, será más severa y no sabemos
cuán difícil será para el bosque sobrevivir en esas condiciones”.
En el estudio publicado en
Nature, un equipo internacional de científicos concluyó que si bien la Amazonía
puede tener resistencia ante perturbaciones individuales, la interacción de
esos fenómenos, incluyendo incendios, desforestación, fragmentación y cambio
climático, puede afectar su capacidad de respuesta. A pesar de la gran
reducción en deforestación en la Amazonía brasileña (de 28.000 hectáreas
anuales en 2004 a 7.000 hectáreas en 2011) el bosque permanece frágil, aseguran
los autores.
Los investigadores advirtieron
que las sequías que afectaron vastas áreas del bosque amazónico en 2005 y 2010
podrían ser más severas si la deforestación, la degradación del bosque y el
cambio climático se intensifican.
Seguridad nacional
¿Qué implicaciones tienen estos
datos científicos?
Para Litovsky, la
interconectividad explicada por Marengo y otros expertos hace imperiosa una
nueva definición de seguridad.
“Es necesario empezar a
cuantificar esta información de una forma que sea relevante para los
principales sectores económicos de América Latina. En Brasil, el sector
agropecuario es el principal motor de la economía exportadora y un 70% de la
electricidad en Brasil es producida por represas”.
“Y otra dimensión es la
seguridad financiera porque en última instancia si hay sequías más recurrentes
con impacto en la agricultura eso va a afectar especialmente a las compañías
aseguradoras”.
En una conferencia reciente en
Berlin (Falling Walls) en la que participó la canciller alemana Angela Merkel,
Litovsky presentó esta visión de seguridad para la Amazonía y colaboró incluso
con un músico, mostrando la simulación del NCAR que vemos a la derecha en un
esfuerzo por transmitir el rol del bosque amazónico en forma más intuitiva.
Marengo advierte que “en el sur
de la Amazonía, el frente de agricultura está avanzando, con la producción de
caña y la ganadería. El impacto a largo plazo es irreversible, pero los
políticos muchas veces quieren resolver el problema de alimentos ahora y el año
próximo”.
Para Litovsky, los efectos de la
deforestación en la Amazonía son para América Latina, una cuestión de
“riesgo-país”.
“Yo hablo de seguridad nacional,
porque es una cuestión que tiene que ver con la sustentabilidad económica y
política de diferentes países de la región”.
La Guayana Esequiba - Guyana
Nota del editor del
blog: Al referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener
en cuenta los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo
conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al
Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos
sobre los cuales el gobierno Venezolano en representación de la Nación
venezolana se reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba
en su nota del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana .
“...por lo tanto,
Venezuela reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de
la margen derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional,
que se reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona
que se encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana,
a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta
su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa que
señala el Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar
Territorial mediante el Decreto Presidencial No 1152 del 09
de Julio de 1968.
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