http://www.eluniversal.com/2011/09/25/traicion-a-la-patria.shtml
Tomado de:
FERNANDO OCHOA ANTICH | EL UNIVERSAL
Domingo 25 de septiembre de 2011 04:30 PM
Guardar silencio ante una violación flagrante de nuestra
soberanía es sencillamente Traición a la Patria. No es fácil de explicar la
actitud entreguista de Hugo Chávez y Nicolás Maduro ante Guyana y el Caribe.
Han pasado ya varios días sin que la cancillería venezolana haya emitido el
correspondiente comunicado oponiéndose a la pretensión de Guyana, planteada por
su canciller Caroline Rodríguez ante las Naciones Unidas, de ampliar su
plataforma continental de 200 a 350 millas al no tomar en cuenta la Zona en
Reclamación. Es verdad que esta posición de Guyana surge como consecuencia a
las imprudentes declaraciones que Hugo Chávez ha venido dando sobre el
diferendo con Guyana desde el año 2006.
En su despropósito ha llegado hasta el extremo de falsear la
historia. Recientemente ha dicho que la reclamación de Venezuela sobre la
Guyana Esequiba, realizada por el gobierno de Rómulo Betancourt ante
Inglaterra, surgió por presión de Estados Unidos que aspiraba derrocar el
gobierno progresista de Cheddi Jagan. Un total absurdo. Esta reclamación surgió
como consecuencia de la aparición de una declaración del abogado norteamericano
Severo Mallet Prevost, representante de Venezuela, antes de su muerte en 1944,
que demostraba los acuerdos contrarios al derecho internacional alcanzados por
los representantes de Inglaterra y el presidente del tribunal arbitral Federik
de Martens para adjudicarle indebidamente a Inglaterra 159.500 km² al oeste del
río Esequivo.
La verdad histórica es la siguiente: el 12 de noviembre de
1962, el Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, doctor Marcos Falcón
Briceño, declaró ante las Naciones Unidas que nuestro país consideraba nulo e
írrito el Laudo Arbitral de París de 1899 por la existencia de actos contrarios
a la buena fe realizados por Inglaterra y los miembros del Tribunal. Los firmes
argumentos presentados por Venezuela y las circunstancias políticas
particulares que vivían Inglaterra y Guyana, ante la cercanía de su
independencia, condujo a la firma del Acuerdo de Ginebra el 17 de febrero de
1966. En estricto derecho, el Acuerdo de Ginebra no invalida el Laudo de 1899
pero acepta la reclamación de Venezuela de considerar nulo e írrito el Laudo
Arbitral de París.
En el Acuerdo de Ginebra se establece la creación de una Comisión
Mixta integrada por representantes de Venezuela y de Guayana Británica, ya que
Inglaterra, a pesar de ser parte firmante del tratado no tiene participación en
la comisión, la cual en un plazo de 4 años debía encontrar una solución
práctica y conveniente para las dos partes, como lo establece dicho acuerdo.
Estas comisiones fracasaron estruendosamente por la posición intransigente de
Guyana. Esa es la verdad. Venezuela, al creer equivocadamente en su buena fe,
firmó el Protocolo de Puerto España, que congelaba las negociaciones por doce
años, creyendo que en ese tiempo se fortalecerían las relaciones políticas y
económicas entre los dos países que permitiría encontrarle una solución al
problema.
Tiempo perdido. En 1983, Venezuela decidió dar por finalizado
el Protocolo de Puerto España y volver a lo establecido en el Acuerdo de
Ginebra. Ese mismo año se acudió al Secretario General de las Naciones Unidas
para buscar aplicar uno de los métodos de solución pacífica de las
controversias. De común acuerdo, Venezuela y Guyana escogieron los Buenos
Oficios, nombrando sus representantes. Han pasado los años sin que Guyana
muestre la menor intención de solucionar dicho problema. Los gobiernos
democráticos mantuvieron como posición desconocer cualquier acuerdo o concesión
dada por Guyana en dicho territorio como forma de presión. Las declaraciones
presidenciales han comprometido totalmente esta política.
El daño a la soberanía nacional que ha hecho este gobierno
con su demagógica política con Guyana y el Caribe es irreparable. La solicitud
de Guyana de ampliar su plataforma continental así lo indica. También las cada
vez más radicales posiciones de otros países caribeños. Sólo con recordar la
controversia dirimida entre Surinam y Guyana ante el Tribunal del Derecho del
Mar que desconoce el Acuerdo de Ginebra; el tratado de cooperación entre
Barbados y Guyana que compromete nuestra plataforma continental; el arbitraje
entre Trinidad y Barbados que contradice nuestro tratado con Trinidad y el
desconocimiento de la Isla de Aves por Barbados y algunos países del Caribe
muestran el daño causado y la necesidad urgente de modificar esta política. El
entreguismo de Hugo Chávez no lo permite...
Nota del editor del blog: Al
referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta
los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con
el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra
del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los
cuales el gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se
reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota
del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana .
“...por lo tanto, Venezuela
reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen
derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se
reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se
encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de
Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento
hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa que señala el Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que
se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto
Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968.
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